OLAVARRIA, Setiembre 26, (PUNTO CERO-El Popular) Hacía un par de semanas que se los esperaba sin anuncios. Concejales opositores habían convocado a la Subsecretaría de Medio Ambiente de la Provincia para que midiera las emisiones de la antena de CTI ubicada al lado del Hospital Municipal y el de Oncología y muy cerca de un jardín de infantes y una escuela. Los técnicos llegaron ayer y midieron durante casi una hora del mediodía. La presencia de EL POPULAR encabritó a uno de ellos y la discusión alertó a los vecinos, que reaccionaron aún más cuando uno de los técnicos aseguró que las emisiones eran "muy bajas".
Llegaron a media mañana y dejaron en claro que no tenían ningún interés en el contacto con la prensa ni con los vecinos. EL POPULAR fue el único medio que supo de la llegada y un reportero gráfico se acercó al predio donde está instalada la polémica antena; allí tres personas manejaban un aparato digital de un llamativo color amarillo. El primer diálogo no fue amistoso. El fotógrafo se presentó: "Buenos días, soy periodista. ¿Ustedes están midiendo las emisiones de la antena". La respuesta: "No... el aire estamos midiendo...". La actitud del hombre se convirtió en despectiva hacia el periodismo cuando se le aclaró que el fotógrafo cumplía con su labor profesional y por eso le había formulado una pregunta simple y puntual.
Ante una escena poco común, los vecinos asomaron y cruzaron para preguntar. En pocos minutos supieron de qué se trataba y comenzaron a dialogar con los técnicos. Hablaron sobre las mediciones que estaba realizando, la ubicación de la antena y los planteos vecinales. Uno de ellos mantuvo una conversación en más duros términos y en voz alta. No toleraba preguntas. El fotógrafo de EL POPULAR lo consultó acerca de a quién respondía, es decir, a qué organismo representaba. "Yo a vos no te contesto", le retrucó. Y siguió: "Vos creés que yo trabajo para una empresa privada y que me compran... Lo tuyo es intimidatorio". "¿Por qué?". "Porque empezaste a sacar fotos desde la vereda de enfrente... yo los conozco a ustedes, los periodistas, ya sé cómo son". "Pero usted es un funcionario y yo hago mi trabajo". "Yo quiero ver dónde terminan estas fotos, yo los conozco a ustedes... ahora ya sacaste las fotos, andate, vamos". "Yo no me voy porque estoy trabajando, pero también soy un vecino del barrio preocupado por el tema".
Mientras tanto, los vecinos levantaban temperatura. Uno de ellos preguntó por las mediciones y el mismo técnico le contestó "dan cero" y mostró el aparato digital. Eso generó la reacción de uno de los vecinos, que le respondió que ésa no era la manera de medir, que no era una hora pico de llamadas de celulares. "Usted sabe bien que esto se puede regular y ayer vino una camioneta de CTI con gente que estuvo tocando". "Es verdad, es modificable", dicen que admitió uno de los técnicos.
Casi por casualidad, los funcionarios de la Subsecretaría de Medio Ambiente de la Provincia hablaron con el doctor Jorge Scuffi, director del Hospital de Oncología. Es que el médico vio en el patio gente extraña con un aparato más extraño aún y salió a averiguar. Le dijeron lo mismo que a los vecinos: que los niveles de emisión no generaban peligro. Pero él les planteó que le preocupaba más aún el horno pirolítico. Y se supone que volverían en el futuro para hacer estudios sobre la incineración de los residuos patogénicos. Su revolucionado paso no duró más de una hora, pero dejaron huella. Indignaciones, fastidios y pocas esperanzas. El informe, según dijeron, se lo entregarán a quienes los convocaron. (PUNTO CERO-El Popular).
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