BUENOS AIRES, Mayo 07, (PUNTO CERO) El Gobierno envió el proyecto de "doble apellido" y se encuentra en debate en el Senado. Para el hombre será optativo llevar también el de su esposa
El doble apellido ya no será propio de “gente paqueta”, como piensa el común de los mortales. El Gobierno presentó un proyecto de ley, que el Senado discutirá en la próxima sesión, por el que será obligatorio que todos los niños recién nacidos sean inscriptos con el primer apellido del padre y el de la madre, en ese orden.
Actualmente la ley dispone que los hijos matrimoniales deben llevar el apellido del padre y, sólo de manera opcional, se los puede inscribir con el apellido compuesto del padre o agregar el de la madre. De convertirse en ley la iniciativa del Gobierno, todo cambiará: el apellido de la madre deberá anotarse obligatoriamente, con lo cual, en un futuro no muy lejano, abundarán en el país los apellidos dobles.
No sólo eso. Una de las innovaciones más polémicas de la iniciativa oficial es la que propone que ambos cónyuges puedan añadir a sus apellidos –seguido de la preposición “de” o de la conjunción “y”– el de su esposo o esposa. Esa opción, en la actualidad, rige sólo para la mujer, y la novedad es que ahora se la hace extensiva al varón. Un ejemplo: si un hombre de apellido Martínez se casa con una mujer de apellido Alvarez podrá inscribirse en el Registro Civil –si así lo desea– como “Martínez de Alvarez”, o bien "Martínez y Alvarez". "Consideramos que con esto se equipara a los cónyuges en sus derechos y se termina con una discriminación hacia la mujer de larga data", explicó el director del Registro Nacional del Estado Civil y Capacidad de las Personas, Efraín Descalzo, cuando asistió a la Comisión de Legislación General del Senado para explicar el proyecto.
La iniciativa del Gobierno avanza a paso firme: hace diez días obtuvo dictamen favorable de la comisión y, según fuentes parlamentarias, se tratará en la próxima sesión. Salvo algunas objeciones puntuales, existe amplio consenso entre los legisladores para su aprobación; luego se remitirá a la Cámara de Diputados.
La iniciativa es fruto del consenso al que arribaron 25 directores de registro civil de todo el país. El propósito es modificar la llamada "ley del nombre", aprobada hace 30 años durante el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía. Desde entonces, nuestro país sancionó diversas leyes y suscribió tratados internacionales que colisionaban con la letra de aquella norma, entre ellas la Convención sobre los Derechos del Niño; la ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
A raíz de ello, el Gobierno decidió que era hora de adecuar la ley a los nuevos tiempos. Una de las reformas más importantes es la que impone la obligación del doble apellido, primero el del padre, seguido del materno. De esta manera, se pretende reconocer iguales derechos a los hombres y a las mujeres a la hora de inscribir a sus hijos en el registro civil.
¿Qué sucederá con los que actualmente portan un solo apellido? El proyecto establece que, en caso de los menores de 18 años, los padres en forma indistinta podrán -es optativo- solicitar al Registro Civil la adición del nombre materno. El mismo derecho podrá ser ejercido por el individuo a partir de los 18 años.
La decisión de imponer el doble apellido no fue una decisión sencilla. Lo reconoció el propio Descalzo. "Para ser justo, hay que decir que los directores de los registros civiles (que diseñaron el proyecto) no estuvieron del todo de acuerdo sobre este punto", admitió.
En el Senado, la mayoría apoya la reforma, aunque la senadora puntana Liliana Negre de Alonso (Alianza Frente Justicialista) insiste en que el proyecto no avanza lo suficiente: si en verdad se pretende la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer, no necesariamente el doble apellido debería comenzar con el paterno, desafía.
Por eso, propone que el hijo lleve el o los apellidos del padre, el o los apellidos la madre o los apellidos de sus padres sucesivamente en el orden por ellos escogido, sostiene.
"Cambio cultural"
El presidente de la comisión, Nicolás Fernández (FV-Santa Cruz), desechó por ahora esta alternativa. "Ese podría ser un segundo paso; no debemos olvidar que la sola imposición del doble apellido significa todo un cambio cultural y en algunas provincias genera rechazo", explicó.
Contrariamente a lo que se esperaba, no hubo discusión entre los legisladores respecto de la opción que se abre al marido de portar el apellido de su mujer. En el proyecto se proponía unir ambos apellidos con el preposición "de", pero la senadora Sonia Escudero (PJ-Salta) sugirió otra alternativa.
"A mí no me gusta la preposición «de», porque indica como pertenencia. Entonces, cuando a la mujer se la obligaba a poner «de», era casi como la consagración de la subordinación. Ahora esto lo hacemos extensivo al hombre...", planteó en la comisión.
"Perdóneme. Justamente al hacerlo extensivo al hombre creemos que desaparece tal sentido de pertenencia, porque ya es una opción para el hombre el llevarlo", replicó Descalzo.
Pero Escudero insistió. "El «de» indica pertenencia; el «y» indica unión. A mí me gusta mucho más", dijo. Su sugerencia finalmente se aceptó.
El doble apellido ya no será propio de “gente paqueta”, como piensa el común de los mortales. El Gobierno presentó un proyecto de ley, que el Senado discutirá en la próxima sesión, por el que será obligatorio que todos los niños recién nacidos sean inscriptos con el primer apellido del padre y el de la madre, en ese orden.
Actualmente la ley dispone que los hijos matrimoniales deben llevar el apellido del padre y, sólo de manera opcional, se los puede inscribir con el apellido compuesto del padre o agregar el de la madre. De convertirse en ley la iniciativa del Gobierno, todo cambiará: el apellido de la madre deberá anotarse obligatoriamente, con lo cual, en un futuro no muy lejano, abundarán en el país los apellidos dobles.
No sólo eso. Una de las innovaciones más polémicas de la iniciativa oficial es la que propone que ambos cónyuges puedan añadir a sus apellidos –seguido de la preposición “de” o de la conjunción “y”– el de su esposo o esposa. Esa opción, en la actualidad, rige sólo para la mujer, y la novedad es que ahora se la hace extensiva al varón. Un ejemplo: si un hombre de apellido Martínez se casa con una mujer de apellido Alvarez podrá inscribirse en el Registro Civil –si así lo desea– como “Martínez de Alvarez”, o bien "Martínez y Alvarez". "Consideramos que con esto se equipara a los cónyuges en sus derechos y se termina con una discriminación hacia la mujer de larga data", explicó el director del Registro Nacional del Estado Civil y Capacidad de las Personas, Efraín Descalzo, cuando asistió a la Comisión de Legislación General del Senado para explicar el proyecto.
La iniciativa del Gobierno avanza a paso firme: hace diez días obtuvo dictamen favorable de la comisión y, según fuentes parlamentarias, se tratará en la próxima sesión. Salvo algunas objeciones puntuales, existe amplio consenso entre los legisladores para su aprobación; luego se remitirá a la Cámara de Diputados.
La iniciativa es fruto del consenso al que arribaron 25 directores de registro civil de todo el país. El propósito es modificar la llamada "ley del nombre", aprobada hace 30 años durante el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía. Desde entonces, nuestro país sancionó diversas leyes y suscribió tratados internacionales que colisionaban con la letra de aquella norma, entre ellas la Convención sobre los Derechos del Niño; la ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
A raíz de ello, el Gobierno decidió que era hora de adecuar la ley a los nuevos tiempos. Una de las reformas más importantes es la que impone la obligación del doble apellido, primero el del padre, seguido del materno. De esta manera, se pretende reconocer iguales derechos a los hombres y a las mujeres a la hora de inscribir a sus hijos en el registro civil.
¿Qué sucederá con los que actualmente portan un solo apellido? El proyecto establece que, en caso de los menores de 18 años, los padres en forma indistinta podrán -es optativo- solicitar al Registro Civil la adición del nombre materno. El mismo derecho podrá ser ejercido por el individuo a partir de los 18 años.
La decisión de imponer el doble apellido no fue una decisión sencilla. Lo reconoció el propio Descalzo. "Para ser justo, hay que decir que los directores de los registros civiles (que diseñaron el proyecto) no estuvieron del todo de acuerdo sobre este punto", admitió.
En el Senado, la mayoría apoya la reforma, aunque la senadora puntana Liliana Negre de Alonso (Alianza Frente Justicialista) insiste en que el proyecto no avanza lo suficiente: si en verdad se pretende la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer, no necesariamente el doble apellido debería comenzar con el paterno, desafía.
Por eso, propone que el hijo lleve el o los apellidos del padre, el o los apellidos la madre o los apellidos de sus padres sucesivamente en el orden por ellos escogido, sostiene.
"Cambio cultural"
El presidente de la comisión, Nicolás Fernández (FV-Santa Cruz), desechó por ahora esta alternativa. "Ese podría ser un segundo paso; no debemos olvidar que la sola imposición del doble apellido significa todo un cambio cultural y en algunas provincias genera rechazo", explicó.
Contrariamente a lo que se esperaba, no hubo discusión entre los legisladores respecto de la opción que se abre al marido de portar el apellido de su mujer. En el proyecto se proponía unir ambos apellidos con el preposición "de", pero la senadora Sonia Escudero (PJ-Salta) sugirió otra alternativa.
"A mí no me gusta la preposición «de», porque indica como pertenencia. Entonces, cuando a la mujer se la obligaba a poner «de», era casi como la consagración de la subordinación. Ahora esto lo hacemos extensivo al hombre...", planteó en la comisión.
"Perdóneme. Justamente al hacerlo extensivo al hombre creemos que desaparece tal sentido de pertenencia, porque ya es una opción para el hombre el llevarlo", replicó Descalzo.
Pero Escudero insistió. "El «de» indica pertenencia; el «y» indica unión. A mí me gusta mucho más", dijo. Su sugerencia finalmente se aceptó.
Fuente: La Nación. (PUNTO CERO).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario