JOSE C. PAZ, Noviembre 29, (PUNTO CERO-www.aquilanoticia.com) Mario Ishii iniciará su tercer mandato con su más alto índice de respaldo popular, en un distrito, en el que aún predomina la necesidad. Asumirá el sábado 8 de diciembre a las 18 horas en el Centro de Formación Profesional.
José C. Paz fue el menos beneficiado con la división de General Sarmiento en 1994, y esto ya no es ninguna novedad.
A los pocos meses de andar, con una administración Municipal que hasta los propios paceños prefieren olvidar, el distrito más empobrecido de la provincia pasó a ser, directamente, inviable. Lo que traería como consecuencia la desaparición del distrito como tal.
Pero (y a veces es bueno que haya “peros”), con el aplacamiento de las convulsiones políticas a las que nos tenía acostumbrados la dirigencia política paceña comenzó a crearse otra historia. Mario Ishii logró convocar a la mayoría de los sectores enfrentados tras su liderazgo y se pudo como meta “poner de pie a José C. Paz”.
Eso le llevó la primer gestión, fueron cuatro años a pura contención social con la crisis económica pegándole directamente en le herida. La administración “guapeó” esa tormenta, lo que le confirió confianza entre los vecinos que volvieron a otorgarle cuatro años más. Y allí sí, los proyectos de obras comenzaron a transformarse en cal, cemento y arena.
Ishii logró levantar hospitales, escuelas, el cementerio, el mercado concentrador y siguió conteniendo a los más necesitados. Había logrado que José C. Paz dejara de ser inviable, a fuerza de esfuerzo, de darle para adelante sin mediar consecuencias políticas (que más de una vez lo llevaron a enfrentarse con el propio gobernador), pero supo que la oportunidad estaba con el Presidente Néstor Kirchner y a él se plegó desde el primer momento planteando –y hasta casi reclamando- las necesidades del distrito.
Entonces comenzaron a llegar las ayudas que antes no existían y el Gobierno Nacional empezó a fijarse en un distrito de mayoría de humildes que, además, habían sido maltratados por sus dirigentes y una economía que nunca jugó para ellos.
De todas formas al distrito no le sobra nada y le falta mucho. Prácticamente no tiene cloacas y menos agua corriente, dos temas que esperan una solución urgente porque, habida cuenta de la explosión demográfica de los barrios periféricos en los últimos años, está en juego la salud de los vecinos.
Ishii logró, como los otros distritos de la región, firmar con el Presidente de la Nación el proyecto para concretar esas obras que aún se están esperando, con los proyectos aprobados.
También con esa ayuda que el jefe comunal supo conseguir se salió a responder a la emergencia habitacional de José C. Paz. Se conformaron cooperativas entre los propios trabajadores desocupados y con financiamiento de Nación se construyen varios barrios en distintos lugares del distrito donde la administración Municipal logró terrenos.
Y los temas pendientes siguen: la mayoría de las calles paceñas aún siguen siendo de tierra, incluso el acceso a importantes barrios son casi imposibles de transitar y la contención social aún es un tema candente que necesita de respuestas todos los días para una gran cantidad de vecinos.
José C. Paz fue el menos beneficiado con la división de General Sarmiento en 1994, y esto ya no es ninguna novedad.
A los pocos meses de andar, con una administración Municipal que hasta los propios paceños prefieren olvidar, el distrito más empobrecido de la provincia pasó a ser, directamente, inviable. Lo que traería como consecuencia la desaparición del distrito como tal.
Pero (y a veces es bueno que haya “peros”), con el aplacamiento de las convulsiones políticas a las que nos tenía acostumbrados la dirigencia política paceña comenzó a crearse otra historia. Mario Ishii logró convocar a la mayoría de los sectores enfrentados tras su liderazgo y se pudo como meta “poner de pie a José C. Paz”.
Eso le llevó la primer gestión, fueron cuatro años a pura contención social con la crisis económica pegándole directamente en le herida. La administración “guapeó” esa tormenta, lo que le confirió confianza entre los vecinos que volvieron a otorgarle cuatro años más. Y allí sí, los proyectos de obras comenzaron a transformarse en cal, cemento y arena.
Ishii logró levantar hospitales, escuelas, el cementerio, el mercado concentrador y siguió conteniendo a los más necesitados. Había logrado que José C. Paz dejara de ser inviable, a fuerza de esfuerzo, de darle para adelante sin mediar consecuencias políticas (que más de una vez lo llevaron a enfrentarse con el propio gobernador), pero supo que la oportunidad estaba con el Presidente Néstor Kirchner y a él se plegó desde el primer momento planteando –y hasta casi reclamando- las necesidades del distrito.
Entonces comenzaron a llegar las ayudas que antes no existían y el Gobierno Nacional empezó a fijarse en un distrito de mayoría de humildes que, además, habían sido maltratados por sus dirigentes y una economía que nunca jugó para ellos.
De todas formas al distrito no le sobra nada y le falta mucho. Prácticamente no tiene cloacas y menos agua corriente, dos temas que esperan una solución urgente porque, habida cuenta de la explosión demográfica de los barrios periféricos en los últimos años, está en juego la salud de los vecinos.
Ishii logró, como los otros distritos de la región, firmar con el Presidente de la Nación el proyecto para concretar esas obras que aún se están esperando, con los proyectos aprobados.
También con esa ayuda que el jefe comunal supo conseguir se salió a responder a la emergencia habitacional de José C. Paz. Se conformaron cooperativas entre los propios trabajadores desocupados y con financiamiento de Nación se construyen varios barrios en distintos lugares del distrito donde la administración Municipal logró terrenos.
Y los temas pendientes siguen: la mayoría de las calles paceñas aún siguen siendo de tierra, incluso el acceso a importantes barrios son casi imposibles de transitar y la contención social aún es un tema candente que necesita de respuestas todos los días para una gran cantidad de vecinos.
El liderazgo de Ishii, en base a consensos encausados en su propia figura hizo que los distintos sectores crecieran y posibilitaran el desenvolvimiento de áreas importantes para el crecimiento del distrito. Casi sin querer, esa competencia por lograr espacios de poder en la estructura Municipal hizo que las distintas carteras –que responden a los diferentes sectores- impriman un buen ritmo de trabajo para poder responder a distintas demandas. El pesado y perseverante trabajo en acciòn social, el impulso a las Pymes, microempren-dimientos y cooperativas y el afán puesto en la obtención de recursos (en un distrito con mayoría de humildes) logró que el propio Solá, como gobernador, reconociera la viabilidad del mismo. (PUNTO CERO-www.aquilanoticia.com).
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