BUENOS AIRES, Agosto 04, (PUNTO CERO-La Política On Line) El diputado, enfrentado con el gobierno, acelera los contactos con diputados del peronismo y del radicalismo K para un hipotético bloque disidente. Quiere a diputados de Córdoba y Entre Ríos y dialoga con el concertador Daniel Katz.
El bloque kirchnerista en el Congreso está partido. Luego del paso por allí de la ley con la que el gobierno fracasó al intentar ratificar la resolución 125, la maquinaria K y su manera de entender la política abrieron una ancha calle que atraviesa esa mayoría que funcionaba aceitada y que tuvo fecha de defunción con el voto negativo de Julio Cobos, poniendo automáticamente a todos sus legisladores de una vereda o de la otra.
Tal vez, quien primero asoma en la vereda de los “traidores” –según la lógica K-, en la lista negra del gobierno debajo del nombre del vicepresidente, sea el diputado Felipe Solá. Éste, de complicado vínculo con la Casa Rosada desde que le negaron su intención de reelección y luego la presidencia de la Cámara de Diputados aparece hoy en una guerra abierta contra el oficialismo. Una guerra para la que ya se está preparando.
El ex gobernador bonaerense viene llevando adelante, desde hace algunos días, una ola de reuniones y contactos con aquellos que luego del tornado de la 125 quedaron en su misma vereda. Así intenta verificar tendencias e ideas, con el objetivo de armar un bloque disidente en caso que la postura del gobierno no varíe y siga apuntándolos como enemigos.
“La idea de todos es permanecer adentro del bloque, todos se sienten oficialistas. Ahora, si los maltratan, los acusan de traidores y termina siendo una molestia estar adentro del bloque, se van a ir”, explicó a La Política Online un hombre cercano a Solá.
Y explayó: “Acá hay que ver como sigue la política. Si el gobierno no asume que cometió un error, políticamente se va a complicar, porque si con Córdoba sigue todo así y a la gente de Entre Ríos los siguen maltratando, va a ser difícil”.
Ahí, casi sin querer, el vocero añadió el primer dato de los nombres que tiene en su agenda Felipe: los disidentes Gustavo Zavallo, Cristina Cremer y María de los Ángeles Petit, de Entre Ríos, y Arturo Heredia, Beatriz Halak y Jorge Montoya, de Córdoba. Estos son los que, además de responder a Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota –los de Córdoba- y a Jorge Busti -los de Entre Ríos-, trabajaron en conjunto por un proyecto alternativo de retenciones.
Aquí aparecen también la santiagueña Marta Velarde, quien formó un monobloque -Justicialismo Republicano- como resultado de la disputa por las retenciones en el Parlamento, y el mendocino Enrique Thomas, un dirigente de extracción peronista pero de excelente vínculo con el radicalismo concertador.
Compromiso R
Thomas convocó a Solá a dar una charla por el Movimiento Nacional Productivo, el mismo que encabeza el ex presidente Eduardo Duhalde. Pero antes, el diputado pasó por Mar del Plata con la misma excusa, donde se encontró con gente de otro hombre alineado al gobierno que hoy vive las penurias de la espalda kirchnerista: Daniel Katz.
El ex intendente marplatense y ahora diputado conoce a Felipe desde hace años. “Se conocen desde hace muchísimos años. En algún momento hubo cortocircuitos, como siempre hay en la política, pero charlan frecuentemente”. Y agregó: “Con Katz estuvieron reunidos por este proyecto –el de retenciones- porque una de las diputadas de la Concertación, Laura Montero, trabajó en esto”.
Desde la otra vereda, la de Katz, siguieron en sintonía, relativizando los contactos. “Lo que quedó es una buena relación. Durante la 125 se unificaron criterios. El proyecto era parte de Felipe y parte Montero” detallaron. Consultados sobre la posibilidad de un bloque “disidente”, se limitaron a mantener la cuestión con perfil bajo: “Más allá de que se vea con buenos ojos, por ahora no hay nada concreto”.
Ahora, no parece casual el itinerario de Solá. Pisar tierras mendocinas y marplantenses –ciudades atadas directamente a Cobos y Katz, líderes del radicalismo K y hoy alejados del oficialismo- cuando recrudecen sus cruces con el gobierno por sus polémicas declaraciones que provocaron la reacción misma de Florencio Randazzo es una jugada que señala su posición.
“Está hablando con todos. Desde cualquier peronista hasta cualquiera de la Concertación K. Porque acá todos se acuerdan del voto de Cobos pero se olvidan que doce senadores peronistas votaron en contra. No va a bancarse que venga cualquier boludo a decirle cualquier cosa”, explicaron desde el entorno de Felipe, luego que el ministro del Interior lo cruzara por unas declaraciones que parecieron mal interpretadas, donde el diputado relacionaba a Néstor Kirchner con el ex dictador Emilio Eduardo Massera.
Otra fuente del radicalismo K dijo que la relación con Solá es “trabajo legislativo”. “Se interiorizó con algunos proyectos nuestros, como Aerolíneas, o ley de radiodifusión.
El bloque kirchnerista en el Congreso está partido. Luego del paso por allí de la ley con la que el gobierno fracasó al intentar ratificar la resolución 125, la maquinaria K y su manera de entender la política abrieron una ancha calle que atraviesa esa mayoría que funcionaba aceitada y que tuvo fecha de defunción con el voto negativo de Julio Cobos, poniendo automáticamente a todos sus legisladores de una vereda o de la otra.
Tal vez, quien primero asoma en la vereda de los “traidores” –según la lógica K-, en la lista negra del gobierno debajo del nombre del vicepresidente, sea el diputado Felipe Solá. Éste, de complicado vínculo con la Casa Rosada desde que le negaron su intención de reelección y luego la presidencia de la Cámara de Diputados aparece hoy en una guerra abierta contra el oficialismo. Una guerra para la que ya se está preparando.
El ex gobernador bonaerense viene llevando adelante, desde hace algunos días, una ola de reuniones y contactos con aquellos que luego del tornado de la 125 quedaron en su misma vereda. Así intenta verificar tendencias e ideas, con el objetivo de armar un bloque disidente en caso que la postura del gobierno no varíe y siga apuntándolos como enemigos.
“La idea de todos es permanecer adentro del bloque, todos se sienten oficialistas. Ahora, si los maltratan, los acusan de traidores y termina siendo una molestia estar adentro del bloque, se van a ir”, explicó a La Política Online un hombre cercano a Solá.
Y explayó: “Acá hay que ver como sigue la política. Si el gobierno no asume que cometió un error, políticamente se va a complicar, porque si con Córdoba sigue todo así y a la gente de Entre Ríos los siguen maltratando, va a ser difícil”.
Ahí, casi sin querer, el vocero añadió el primer dato de los nombres que tiene en su agenda Felipe: los disidentes Gustavo Zavallo, Cristina Cremer y María de los Ángeles Petit, de Entre Ríos, y Arturo Heredia, Beatriz Halak y Jorge Montoya, de Córdoba. Estos son los que, además de responder a Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota –los de Córdoba- y a Jorge Busti -los de Entre Ríos-, trabajaron en conjunto por un proyecto alternativo de retenciones.
Aquí aparecen también la santiagueña Marta Velarde, quien formó un monobloque -Justicialismo Republicano- como resultado de la disputa por las retenciones en el Parlamento, y el mendocino Enrique Thomas, un dirigente de extracción peronista pero de excelente vínculo con el radicalismo concertador.
Compromiso R
Thomas convocó a Solá a dar una charla por el Movimiento Nacional Productivo, el mismo que encabeza el ex presidente Eduardo Duhalde. Pero antes, el diputado pasó por Mar del Plata con la misma excusa, donde se encontró con gente de otro hombre alineado al gobierno que hoy vive las penurias de la espalda kirchnerista: Daniel Katz.
El ex intendente marplatense y ahora diputado conoce a Felipe desde hace años. “Se conocen desde hace muchísimos años. En algún momento hubo cortocircuitos, como siempre hay en la política, pero charlan frecuentemente”. Y agregó: “Con Katz estuvieron reunidos por este proyecto –el de retenciones- porque una de las diputadas de la Concertación, Laura Montero, trabajó en esto”.
Desde la otra vereda, la de Katz, siguieron en sintonía, relativizando los contactos. “Lo que quedó es una buena relación. Durante la 125 se unificaron criterios. El proyecto era parte de Felipe y parte Montero” detallaron. Consultados sobre la posibilidad de un bloque “disidente”, se limitaron a mantener la cuestión con perfil bajo: “Más allá de que se vea con buenos ojos, por ahora no hay nada concreto”.
Ahora, no parece casual el itinerario de Solá. Pisar tierras mendocinas y marplantenses –ciudades atadas directamente a Cobos y Katz, líderes del radicalismo K y hoy alejados del oficialismo- cuando recrudecen sus cruces con el gobierno por sus polémicas declaraciones que provocaron la reacción misma de Florencio Randazzo es una jugada que señala su posición.
“Está hablando con todos. Desde cualquier peronista hasta cualquiera de la Concertación K. Porque acá todos se acuerdan del voto de Cobos pero se olvidan que doce senadores peronistas votaron en contra. No va a bancarse que venga cualquier boludo a decirle cualquier cosa”, explicaron desde el entorno de Felipe, luego que el ministro del Interior lo cruzara por unas declaraciones que parecieron mal interpretadas, donde el diputado relacionaba a Néstor Kirchner con el ex dictador Emilio Eduardo Massera.
Otra fuente del radicalismo K dijo que la relación con Solá es “trabajo legislativo”. “Se interiorizó con algunos proyectos nuestros, como Aerolíneas, o ley de radiodifusión.
Está muy disgustado con la dirección de su partido pero no se niega peronista”. Otras voces, afirmaron que Solá aprovechó muy bien su paso por Mendoza: "No sólo estuvo con gente de Thomas, del peronismo.
Se reunió con la gente de Julio (Cobos), su gente de Mendoza". (PUNTO CERO-La Política On Line).
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