CORONEL PRINGLES, Diciembre 18, (PUNTO CERO) El 8 de diciembre de 2007 comenzaba en Pringles una idea innovadora: canjear residuos por abono natural hecho en la Planta de Tratamiento de Residuos local. A un año, la propuesta se convirtió en un hábito saludable para los vecinos.
El sábado pasado el Eco Canje cumplió su primer año de vida y lo celebró con la fórmula que convirtió la idea inicial en una costumbre arraigada: participación de la comunidad más trabajo institucional a conciencia.
Y la Plaza San Martín se llenó como nunca. Estuvieron las instituciones que trabajan con minoridad esperando la ayuda para Papá Noel; familias enteras haciendo cola para hacer el intercambio; docentes y alumnos de varios establecimientos colaborando a diestra y siniestra; empleados municipales contando botellas y cargando el material. Como siempre acompañaron los periodistas de la ciudad para vivir y luego contar la experiencia (y vaya que lo han hecho magníficamente desde el principio). Y no importó ni el calor ni el cansancio de esta altura del año.
En la vereda del Gimnasio de las dos Avenidas un camión de la comuna fue cargando las tapas que se juntaron para el Hospital Garrahan. La Media N º 1 y la Agrotécnica trabajaron incansablemente durante meses y la satisfacción se veía en las caras de “Marisel” Copponi y Mónica González (Directora de la Media y Docente de la Agrotécnica respectivamente). Miriam Barrere (Directora del 906) se encargó de que sus chiquitos también fueran protagonistas en la tarde. Y todos trabajaron con gusto, en un sábado que podría haber sido para descansar… pero a nadie se le ocurrió hacerlo.
Los números fueron más que importantes: 19.617 botellas y 1.206,800 kilos de papel y cartón llevó la gente para recibir 2.579 kilos de abono. También aportaron juguetes para las entidades de minoridad; aunque esta vez no alcanzaron para todas y nos quedamos cortos en la mano para Papá Noel (aunque esperamos que ese no sea el resultado final).
Las cifras siempre fueron un índice para señalar el grado de participación de la gente. Pero quien va a la plaza el segundo sábado de cada mes es parte de algo que no es tangible. Se reúnen vecinos de todo tipo, tamaño y color y se conversa cara a cara (modalidad que desgraciadamente va cayendo en desuso). Todos entienden que el Eco Canje es un servicio concreto para cada persona pero que, a la vez, es un proyecto social y no sólo ecológico. Para quienes trabajamos en esto es emocionante cuando se acercan chiquitos acompañados de padres, tíos y abuelos. Y eso es imposible de explicar con un número. Si el sábado hasta tuvimos un matrimonio que vino de Carhué y un bebé de 9 días que fue llevado por su familia.
Satisfacción es lo que sentimos todos los que colaboramos estos sábados. Porque la gente le dijo sí a la propuesta. Y nos sirve a todos. Y esa sensación de bienestar por el trabajo bien hecho no la podemos reflejar con números y es por eso que escribimos esto.
El sábado pasado el Eco Canje cumplió su primer año de vida y lo celebró con la fórmula que convirtió la idea inicial en una costumbre arraigada: participación de la comunidad más trabajo institucional a conciencia.
Y la Plaza San Martín se llenó como nunca. Estuvieron las instituciones que trabajan con minoridad esperando la ayuda para Papá Noel; familias enteras haciendo cola para hacer el intercambio; docentes y alumnos de varios establecimientos colaborando a diestra y siniestra; empleados municipales contando botellas y cargando el material. Como siempre acompañaron los periodistas de la ciudad para vivir y luego contar la experiencia (y vaya que lo han hecho magníficamente desde el principio). Y no importó ni el calor ni el cansancio de esta altura del año.
En la vereda del Gimnasio de las dos Avenidas un camión de la comuna fue cargando las tapas que se juntaron para el Hospital Garrahan. La Media N º 1 y la Agrotécnica trabajaron incansablemente durante meses y la satisfacción se veía en las caras de “Marisel” Copponi y Mónica González (Directora de la Media y Docente de la Agrotécnica respectivamente). Miriam Barrere (Directora del 906) se encargó de que sus chiquitos también fueran protagonistas en la tarde. Y todos trabajaron con gusto, en un sábado que podría haber sido para descansar… pero a nadie se le ocurrió hacerlo.
Los números fueron más que importantes: 19.617 botellas y 1.206,800 kilos de papel y cartón llevó la gente para recibir 2.579 kilos de abono. También aportaron juguetes para las entidades de minoridad; aunque esta vez no alcanzaron para todas y nos quedamos cortos en la mano para Papá Noel (aunque esperamos que ese no sea el resultado final).
Las cifras siempre fueron un índice para señalar el grado de participación de la gente. Pero quien va a la plaza el segundo sábado de cada mes es parte de algo que no es tangible. Se reúnen vecinos de todo tipo, tamaño y color y se conversa cara a cara (modalidad que desgraciadamente va cayendo en desuso). Todos entienden que el Eco Canje es un servicio concreto para cada persona pero que, a la vez, es un proyecto social y no sólo ecológico. Para quienes trabajamos en esto es emocionante cuando se acercan chiquitos acompañados de padres, tíos y abuelos. Y eso es imposible de explicar con un número. Si el sábado hasta tuvimos un matrimonio que vino de Carhué y un bebé de 9 días que fue llevado por su familia.
Satisfacción es lo que sentimos todos los que colaboramos estos sábados. Porque la gente le dijo sí a la propuesta. Y nos sirve a todos. Y esa sensación de bienestar por el trabajo bien hecho no la podemos reflejar con números y es por eso que escribimos esto.
Estamos orgullosos. Tenemos esperanza y convicción en el potencial de nuestra comunidad. Estamos contentos. Cansados, pero contentos. Y por sobre todas las cosas muy agradecidos. Gracias a todos los que participaron de cualquier manera en este primer año de Eco Canje. Gracias y hasta el año que viene. (PUNTO CERO).
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