La sanción de la Ley de Mecenazgo empieza a saldar una deuda que llevaba más de un cuarto de siglo de discusión. Es la primer ley de este tipo en el país y puso a la Ciudad en un camino de vanguardia y a la altura de las grandes capitales del mundo.
Hace poco más de dos años convocamos en la Fundación Proa a un conjunto muy representativo de artistas y gestores culturales. Nuestro objetivo era el de presentar el proyecto de ley de mecenazgo para la ciudad de Buenos Aires. Para mí fue una reunión muy importante. Conocí de manera directa las necesidades y esperanzas de esta parte tan dinámica de nuestra sociedad y me convencí que no teníamos que demorar más.
La verdad, muchos de los presentes me confesaron tiempo después que no creían posible que sancionáramos una ley así en ArgentinaEn parte tenían razón en su escepticismo: nuestro país llevaba casi un cuarto de siglo discutiendo el tema y Chile y Brasil contaban con la ley de mecenazgo desde principios de los noventa. La brecha que abrió y sigue abriendo esa diferencia legal e impositiva entre los tres países está a la vista.
Tengo músicos amigos que fueron convocados a mediados de los noventa para tocar en la filarmónica de San Pablo y se negaron porque para ser músico en Latinoamérica no había mejor lugar que Buenos Aires. Hoy lo lamentan: mientras esa filarmónica tiene dos giras anuales por el exterior, la filarmónica de Buenos Aires hace años que no sale del país.La promesa que hice en Proa el 29 de marzo del 2006 se cumplió en diciembre de ese mismo año, cuando convertimos en ley el proyecto, luego de un proceso arduo, de formación de consenso y de búsqueda de apoyos en otras fuerzas políticas. La importancia de esta ley es una obviedad para la gente de la cultura pero debimos realizar un trabajo político muy importante para convencer y lograr el apoyo de todas las fuerzas políticas.
El resultado, la primera legislación de este tipo en la Argentina y que ahora veo con agrado que es estudiada como ejemplo y puede llegar a convertirse en ley en provincias como Salta, Chaco o Tierra del Fuego.Esperamos que esta ley provea recursos a miles de actividades culturales, algunas de alcance barrial y otras de nivel internacional.
La puesta en marcha de esta iniciativa es la noticia más importante para la gestión cultural de los últimos años. La historia nos muestra que las épocas de esplendor cultural generalmente han visto asociadas libertades cívicas y recursos económicos. Con la democracia nuestra generación presenció el fin de la censura y una primavera cultural. Pero llevó casi un cuarto de siglo llegar a una ley como ésta. Por eso podemos hablar de un cambio revolucionario en la modalidad de financiamiento de las artes y la cultura.
Desde hoy gracias a la ley y al aporte del jefe de gobierno Mauricio Macri y de su ministro de Cultura Hernán Lombardi, los hombres y mujeres de la cultura podrán conseguir aportes genuinos para desarrollar sus carreras. La ley de Mecenazgo no fue la primera ni la única ley que propuse en mis años de diputado porteño. Pero debo reconocer que en lo personal ninguna fue tan gratificante. Mi ciudad es básicamente el corazón cultural de América Latina y la Ley de Mecenazgo no hace más que apuntalar el corazón de Buenos Aires y el mío propio.
Diego Santilli es vicepresidente Primero de la Legislatura y autor de la Ley de Mecenazgo.
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