(*) Por el Dr. Roberto Sivak ( Médico psicoterapeuta y psiquiatra. Presidente Capitulo Estrés y Trauma Psíquico de la Asociación Argentina de Salud Mental).
En los primeros 66 días del año fueron asesinadas 33 mujeres y niñas de distintos sectores sociales como consecuencia de la violencia de género, según publicó la prensa el 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer. La cifra se obtuvo a partir de la información que se publicó en los diferentes medios en ese período, porque en la Argentina no hay estadísticas oficiales. Según las estimaciones de la ONU- una de cada tres mujeres en el mundo tiene probabilidades de ser maltratada.
Las conclusiones del estudio de la Universidad de Granada en mayo pasado sobre los femicidio en España establecen que los homicidios por violencia de género tienden a concentrarse temporalmente en un patrón estable y que el riesgo de que se cometa un asesinato al día siguiente de un caso previo se incrementa en un 67% y a los 10 días en un 30 %, lo que puede deberse a las distintas circunstancias que influyen sobre la conducta homicida.
En el ultimo Congreso de la Asociación Argentina de Salud Mental sobre Genero y poder se expusieron las secuelas físicas y psíquicas de la violencia de genero. Tanto las problemáticas de violencia física como de abuso sexual o violencia psicológica son un serio problema de salud publica referidas al trauma psíquico representados por la respuesta violenta abrupta e inesperada de extraños o allegados
Deben mencionarse que generan consultas por síntomas psicosomáticos como cefaleas, gastritis, pérdida del cabello problemas hipertensivos y relacionados a la sexualidad. Como padecimientos psicológicos y psiquiátricos debe mencionarse el estrés postraumático con pesadillas insomnio y recuerdos repetidos de las situaciones de violencia, como así también padecimientos vinculares, fobias, ansiedad y depresión.
Debe referirse el valor de psicoterapias focales en mujeres damnificadas por violencia orientadas a recordar y afrontar la situación vivida disminuyendo progresivamente el monto de ansiedad que despiertan y permitiendo ir recuperando la vida cotidiana. Son valiosos los conceptos de crecimiento postraumático y de resiliencia. El primero se refiere a la posibilidad de aprender de la experiencia tomándola como oportunidad de cambio y transformación en la vida. Esta capacidad está presente de modo natural en muchas mujeres damnificadas por violencia pero también es posible alentarla a través de la psicoterapia.
La resiliencia es la capacidad plástica de afrontar adversidades y superarlas a trabes del cambio psíquico. La mujer que ha padecido situaciones de abuso o violencia es damnificada y tiene derecho a que se haga justicia y a que se la atienda. Se trata de ir logrando un rol protagónico y activo para recuperarse progresivamente. Tanto la psicoterapia como la medicación, cuando se requiere, promueven y refuerzan recursos de recuperación potencialmente presentes en victimas de violencia de género.
En los primeros 66 días del año fueron asesinadas 33 mujeres y niñas de distintos sectores sociales como consecuencia de la violencia de género, según publicó la prensa el 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer. La cifra se obtuvo a partir de la información que se publicó en los diferentes medios en ese período, porque en la Argentina no hay estadísticas oficiales. Según las estimaciones de la ONU- una de cada tres mujeres en el mundo tiene probabilidades de ser maltratada.
Las conclusiones del estudio de la Universidad de Granada en mayo pasado sobre los femicidio en España establecen que los homicidios por violencia de género tienden a concentrarse temporalmente en un patrón estable y que el riesgo de que se cometa un asesinato al día siguiente de un caso previo se incrementa en un 67% y a los 10 días en un 30 %, lo que puede deberse a las distintas circunstancias que influyen sobre la conducta homicida.
En el ultimo Congreso de la Asociación Argentina de Salud Mental sobre Genero y poder se expusieron las secuelas físicas y psíquicas de la violencia de genero. Tanto las problemáticas de violencia física como de abuso sexual o violencia psicológica son un serio problema de salud publica referidas al trauma psíquico representados por la respuesta violenta abrupta e inesperada de extraños o allegados
Deben mencionarse que generan consultas por síntomas psicosomáticos como cefaleas, gastritis, pérdida del cabello problemas hipertensivos y relacionados a la sexualidad. Como padecimientos psicológicos y psiquiátricos debe mencionarse el estrés postraumático con pesadillas insomnio y recuerdos repetidos de las situaciones de violencia, como así también padecimientos vinculares, fobias, ansiedad y depresión.
Debe referirse el valor de psicoterapias focales en mujeres damnificadas por violencia orientadas a recordar y afrontar la situación vivida disminuyendo progresivamente el monto de ansiedad que despiertan y permitiendo ir recuperando la vida cotidiana. Son valiosos los conceptos de crecimiento postraumático y de resiliencia. El primero se refiere a la posibilidad de aprender de la experiencia tomándola como oportunidad de cambio y transformación en la vida. Esta capacidad está presente de modo natural en muchas mujeres damnificadas por violencia pero también es posible alentarla a través de la psicoterapia.
La resiliencia es la capacidad plástica de afrontar adversidades y superarlas a trabes del cambio psíquico. La mujer que ha padecido situaciones de abuso o violencia es damnificada y tiene derecho a que se haga justicia y a que se la atienda. Se trata de ir logrando un rol protagónico y activo para recuperarse progresivamente. Tanto la psicoterapia como la medicación, cuando se requiere, promueven y refuerzan recursos de recuperación potencialmente presentes en victimas de violencia de género.
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