domingo, julio 17, 2011

Organizan el 2º Congreso de Pacientes sobre Alergia Alimentaria

El 20 de agosto es el II Congreso de Pacientes con Alergia Alimentaria, abierto a toda la comunidad.
El año pasado asistieron 500 personas y cada vez son más los interesados en saber de este trastorno que afecta a cerca del 8% de la población, especialmente a los niños.
El Dr. Gustavo Marino, jefe del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Universitario Austral (HUA), respondió algunas preguntas acerca de qué es la alergia alimentaria, cómo se detecta y cuáles son los tratamientos posibles.
¿Cuáles son los alimentos más propensos a causar alergia?
En la Argentina son la leche de vaca, la soja, el huevo y el trigo. De acuerdo a estudios en pacientes del HUA, también el maíz y los alimentos con látex afectan a gran parte de la población. Los alimentos relacionados con el látex son aquellos que comparten algunos componentes con este elemento; es probable que una persona con alergia al látex tenga una reacción después de comer kiwi, banana, palta, manzana, entre otros. Dentro del grupo que desencadenan reacciones menos frecuentes están los mariscos, el pescado, el maní y los frutos secos (nuez, avellana, almendra).
¿Qué síntomas puede tener una alergia alimentaria?
La alergia alimentaria es una enfermedad sistémica, es decir, afecta a varias partes de nuestro organismo, como la piel, los ojos y los aparatos gastrointestinal, respiratorio y cardiovascular. Por esto, cuando una persona ingiere un alimento al que es alérgico puede tener síntomas variados, como:
• Eczemas, urticarias, picazón, edema o “hinchazón” en la piel
• Congestión nasal, taponamiento, picazón, rinorrea o “chorreo nasal”
• Accesos de tos seca, ahogos, silbidos al respirar
• Cólicos, diarrea, constipación, distensión
• Anafilaxia, que sucede cuando la reacción se produce en varios órganos a la vez. Es el efecto más grave de una alergia y puede poner en riesgo la vida.
¿Cuáles son los pasos para llegar al diagnóstico?
1. Anamnesis: el paciente cuenta lo que le sucede y el médico le hace preguntas específicas para acercarse al diagnóstico.
2. Estudios complementarios:
1) Análisis de sangre. Lamentablemente no es muy fiable y en algunos casos llega a un error cercano al 40%.
2) Pruebas percutáneas. Son las pruebas clásicas de la alergia: se aplican en la piel pequeñas dosis del alimento sospechado de causar la alergia. Las técnicas más modernas pueden llegar a una exactitud cercana al 95%.
3) Pruebas epicutáneas. Se aplica el alimento en cuestión en la piel del paciente y se lo deja durante 48 horas. Después se “lee” la reacción que deja en la piel.
4) Pruebas de desafío. Solo cuando todas las pruebas anteriores son negativas, se recurre a la prueba de desafío. Consiste en que el paciente ingiera el alimento en un ámbito controlado y supervisado por personal entrenado en alergia.
¿En qué consiste el tratamiento?
• Evitación: se evita los alimentos que causan reacciones. No es sencillo porque exige saber reconocerlos. ¿Cómo? Leyendo atentamente las etiquetas de los productos. También hay que entrenarse en cómo cocinar.
• Tratamiento de las reacciones más graves: ingerir un alimento al que se es alérgico puede derivar en una reacción grave, conocida popularmente como “edema de glotis” y médicamente como “anafilaxia”. Saber reconocer sus síntomas a tiempo y estar entrenado para tratarlos rápidamente es fundamental.
• Desensibilización: es una técnica por medio de la cual el paciente logra ingerir normalmente el alimento que le hace mal. Para aquellos pacientes en los cuales la enfermedad llegó para quedarse, sin lugar a dudas es un tratamiento muy esperanzador y altamente efectivo.

El congreso
Todos estos aspectos de la alergia alimentaria serán abordados en el próximo Congreso de Pacientes con Alergia Alimentaria que organiza el Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Universitario Austral. El encuentro será el 20 de agosto y la entrada es gratuita. “El objetivo es que la persona que sufre este problema se capacite en cuestiones tan variadas como leer la etiqueta de un producto, saber actuar ante una reacción grave y aprender a cocinar con ingredientes distintos”, resumió el Dr. Marino. (Infancia Hoy).

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