ESTEBAN ECHEVERRIA, Abril 10, (PUNTO CERO-Inforegión) Luego de la ceremonia inaugural del ciclo de sesiones ordinarias, funcionarios municipales ligados a la organización del acto recibieron una fuerte arremetida de sectores políticos ligados a la esposa del intendente Alberto Groppi. Fuentes oficialistas estimaron que es parte de las acciones previsibles en el marco de la lucha por lograr lugares en la acotada lista de candidatos a concejales del vecinalismo.
Tal vez fue un error de cálculo producto de la inexperiencia que desde este fin de semana intentan saldar a su favor. Quizá no previeron que su intento de dar un paso en la dirección que estima correcta desataría de una forma tan clara el miedo al cambio que suele embargar a otros actores, que abrigan inseguridades propias en ese rumbo que se pretende adoptar.
Lo cierto es que los funcionarios del gobierno municipal más comprometidos con la organización de la apertura del ciclo de sesiones ordinarias no previeron la reprimenda que por allegados políticos les hizo llegar Ana María Resia 24 horas después, en una reunión convocada por su segundo en la secretaría de Desarrollo Social, Andrés Sánchez Closs, para evaluar el resultado de esa ceremonia. Comprendida también como el inicio tácito de la campaña dispuesta para la reelección del intendente Alberto Groppi.
La mayor coincidencia en ese grupo de cuestionados no es su facilidad para conjurarse tras un objetivo común - de hecho mantienen diferencias entre sí - sino el hecho generacional e incontrastable de no superar ninguno la barrera de los 40 años. Una realidad que pareció recalcar el propio Groppi en su discurso cuando, sin eufemismos, aseguró respaldarse en los más jóvenes para llevar adelante su gestión. La otra, no menos significativa, es aceptar solo el liderazgo del jefe comunal y fuera de esa figura, ninguna otra del vecinalismo.
Aquella frase que les produjo satisfacción personal y que vivieron como un logro fue, al cabo, la piedra que desató el escándalo el día jueves 4 a las 17, cuando concurrieron a la Sala de Situación contigua al despacho del Intendente en el Tercer Piso del Palacio Municipal. Ninguno de ellos tuvo nada que reprocharle a Mariano Secco, subsecretario de Comunicación Social, y encargado de la redacción de las palabras que leyó Groppi desde el estrado montado en el gimnasio de la escuela Naciones Unidas.
La principal objeción que recogió la tarea de Secco, alineado con el secretario de Gobierno, Pablo Losada, fue la escasez de alusiones que habría logrado el área de Desarrollo Social entre las menciones de la memoria oficial en que terminó por convertirse el pronunciamiento del jefe de Gobierno.
Ese fue el principal argumento de los concejales José Artía y Guillermo Resia quienes junto al piquetero Emilio Alí conformaron un inédito triángulo que dejo de lado sus diferencias ideológicas para aunarse en elaborar una curiosa comparación estadística en que respaldaron su postura. Las citas que recibió el asistencialismo oficialista fueron pocas con relación al número de gente convocada a la ceremonia.
En efecto, los bandos identificados con el Movimiento de Organización Social (MOS) de Alí y con pancartas alusivas al Encuentro Groppista, bisoño agrupamiento del secretario Legal y Técnico y protegido de Ana María Resia, Marcos Sánchez Closs, fueron quienes capitalizaron para sí las más numerosas presencias del medio millar de almas que siguió el acto.
Fue Alí quien despotricó contra el subsecretario de Tierras, Martín Rodríguez, por no haber despertado siquiera un grado similar de adhesión. “No llegaste a llenar un colectivo”, le espetó.
“Y vos cómo no los vas a llenar si te la pasás repartiendo bolsones de comida, chapas y colchones”, replicó el funcionario, en un cruce en el que se hicieron oir también en sordina las voces de la titular del bloque vecinalista, Marta Mangas, y del presidente del Concejo Deliberante. Jorge Bilia, quienes expresaron posiciones contrarias a las de Alí y a la de sus pares de bancada.
La pelea, de momento dialéctica, dispuesta por el trípode que responde a la esposa de Groppi supuso también el ingreso en el campo de acción previsible par a definir postulantes a la acotada lista de candidatos a concejales del oficialismo con posibilidad de alcanzar su elección. Como adelantó el pasado 12 de marzo Info Región, Marcos Sánchez Closs es el predilecto de Resia para ocupar el primer lugar de esa nómina.
Fuentes seguras del encuentro relataron a Info Región que la peor parte de la arremetida de los aliados de Resia sacudió a Rodríguez, Secco y al propio Losada, quien sin embargo no quebró nunca el impertérrito gesto de mutismo en que se encerró. Tal vez porque tenía todavía fresco el recuerdo de una reunión anterior en que convocó a la unidad del vecinalismo y su propuesta cosechó una agria crítica de Alí, que es tentado por la titular del área asistencialista a formar parte del elenco de candidatos oficialistas a concejal.
Las mismas fuentes afirmaron que Groppi solo se dedicó a asentir o desaprobar con tenues movimientos de su cabeza cada una de las posiciones expresadas en la reunión pero sin decir palabra. “No nos quieren juntos”, admitió a su término uno de los damnificados.
Otro de los sindicados por los seguidores de Resia especuló que la esposa del Intendente es, al cabo, quien mejor comprende el futuro inmediato que depara al oficialismo si no logra un golpe de timón que enderece su rumbo hacia el centro del universo kirchnerista. Un indicio que apareció en el discurso de Groppi cuando no solo resaltó los logros del actual gobierno nacional, sino también cuando solicitó un aplauso para esa mención.
El traspaso de responsabilidades políticas a una generación que no se identifica de forma plena con los postulados del vecinalismo preocupa a la funcionaria, que cavila sobre el riesgo que entrañaría esa maniobra. De allí su aliento a Sánchez Closs y a Alí, para convertirse en figuras de recambio. “A Marquitos no lo citaron ni una sola vez en las críticas”, recalcó otro.
Finalmente, uno de los más atribulados dentro del grupo de los jóvenes seguidores de Groppi aseguró: “No entiendo. Lo que demostró el acto es que podemos trabajar juntos. Algo que nunca pasó.” Tal vez allí radique parte del problema que enfrentan.
Tal vez fue un error de cálculo producto de la inexperiencia que desde este fin de semana intentan saldar a su favor. Quizá no previeron que su intento de dar un paso en la dirección que estima correcta desataría de una forma tan clara el miedo al cambio que suele embargar a otros actores, que abrigan inseguridades propias en ese rumbo que se pretende adoptar.
Lo cierto es que los funcionarios del gobierno municipal más comprometidos con la organización de la apertura del ciclo de sesiones ordinarias no previeron la reprimenda que por allegados políticos les hizo llegar Ana María Resia 24 horas después, en una reunión convocada por su segundo en la secretaría de Desarrollo Social, Andrés Sánchez Closs, para evaluar el resultado de esa ceremonia. Comprendida también como el inicio tácito de la campaña dispuesta para la reelección del intendente Alberto Groppi.
La mayor coincidencia en ese grupo de cuestionados no es su facilidad para conjurarse tras un objetivo común - de hecho mantienen diferencias entre sí - sino el hecho generacional e incontrastable de no superar ninguno la barrera de los 40 años. Una realidad que pareció recalcar el propio Groppi en su discurso cuando, sin eufemismos, aseguró respaldarse en los más jóvenes para llevar adelante su gestión. La otra, no menos significativa, es aceptar solo el liderazgo del jefe comunal y fuera de esa figura, ninguna otra del vecinalismo.
Aquella frase que les produjo satisfacción personal y que vivieron como un logro fue, al cabo, la piedra que desató el escándalo el día jueves 4 a las 17, cuando concurrieron a la Sala de Situación contigua al despacho del Intendente en el Tercer Piso del Palacio Municipal. Ninguno de ellos tuvo nada que reprocharle a Mariano Secco, subsecretario de Comunicación Social, y encargado de la redacción de las palabras que leyó Groppi desde el estrado montado en el gimnasio de la escuela Naciones Unidas.
La principal objeción que recogió la tarea de Secco, alineado con el secretario de Gobierno, Pablo Losada, fue la escasez de alusiones que habría logrado el área de Desarrollo Social entre las menciones de la memoria oficial en que terminó por convertirse el pronunciamiento del jefe de Gobierno.
Ese fue el principal argumento de los concejales José Artía y Guillermo Resia quienes junto al piquetero Emilio Alí conformaron un inédito triángulo que dejo de lado sus diferencias ideológicas para aunarse en elaborar una curiosa comparación estadística en que respaldaron su postura. Las citas que recibió el asistencialismo oficialista fueron pocas con relación al número de gente convocada a la ceremonia.
En efecto, los bandos identificados con el Movimiento de Organización Social (MOS) de Alí y con pancartas alusivas al Encuentro Groppista, bisoño agrupamiento del secretario Legal y Técnico y protegido de Ana María Resia, Marcos Sánchez Closs, fueron quienes capitalizaron para sí las más numerosas presencias del medio millar de almas que siguió el acto.
Fue Alí quien despotricó contra el subsecretario de Tierras, Martín Rodríguez, por no haber despertado siquiera un grado similar de adhesión. “No llegaste a llenar un colectivo”, le espetó.
“Y vos cómo no los vas a llenar si te la pasás repartiendo bolsones de comida, chapas y colchones”, replicó el funcionario, en un cruce en el que se hicieron oir también en sordina las voces de la titular del bloque vecinalista, Marta Mangas, y del presidente del Concejo Deliberante. Jorge Bilia, quienes expresaron posiciones contrarias a las de Alí y a la de sus pares de bancada.
La pelea, de momento dialéctica, dispuesta por el trípode que responde a la esposa de Groppi supuso también el ingreso en el campo de acción previsible par a definir postulantes a la acotada lista de candidatos a concejales del oficialismo con posibilidad de alcanzar su elección. Como adelantó el pasado 12 de marzo Info Región, Marcos Sánchez Closs es el predilecto de Resia para ocupar el primer lugar de esa nómina.
Fuentes seguras del encuentro relataron a Info Región que la peor parte de la arremetida de los aliados de Resia sacudió a Rodríguez, Secco y al propio Losada, quien sin embargo no quebró nunca el impertérrito gesto de mutismo en que se encerró. Tal vez porque tenía todavía fresco el recuerdo de una reunión anterior en que convocó a la unidad del vecinalismo y su propuesta cosechó una agria crítica de Alí, que es tentado por la titular del área asistencialista a formar parte del elenco de candidatos oficialistas a concejal.
Las mismas fuentes afirmaron que Groppi solo se dedicó a asentir o desaprobar con tenues movimientos de su cabeza cada una de las posiciones expresadas en la reunión pero sin decir palabra. “No nos quieren juntos”, admitió a su término uno de los damnificados.
Otro de los sindicados por los seguidores de Resia especuló que la esposa del Intendente es, al cabo, quien mejor comprende el futuro inmediato que depara al oficialismo si no logra un golpe de timón que enderece su rumbo hacia el centro del universo kirchnerista. Un indicio que apareció en el discurso de Groppi cuando no solo resaltó los logros del actual gobierno nacional, sino también cuando solicitó un aplauso para esa mención.
El traspaso de responsabilidades políticas a una generación que no se identifica de forma plena con los postulados del vecinalismo preocupa a la funcionaria, que cavila sobre el riesgo que entrañaría esa maniobra. De allí su aliento a Sánchez Closs y a Alí, para convertirse en figuras de recambio. “A Marquitos no lo citaron ni una sola vez en las críticas”, recalcó otro.
Finalmente, uno de los más atribulados dentro del grupo de los jóvenes seguidores de Groppi aseguró: “No entiendo. Lo que demostró el acto es que podemos trabajar juntos. Algo que nunca pasó.” Tal vez allí radique parte del problema que enfrentan.
Daniel Bilotta. (PUNTO CERO-Inforegión).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario