BUENOS AIRES, Junio 23, (PUNTO CERO) En la última semana del irresuelto y largo conflicto de cien días entre el gobierno y algunas de las entidades representativas del campo, la presidencia de Cristina Fernández se acercó al abismo que caracteriza a uno de los lados de los caminos de cornisa.
Un balance provisorio permite aseverar que tomando como válido el origen de la disputa- las retenciones-, al cabo de estos tres meses largos lo que discute es quien detenta el poder. Ese es hoy el núcleo del problema. Por eso Néstor Kirchner intenta obtener la rendición incondicional de los sectores campestres y Alfredo De Angeli afirmó: “Vamos por todo”. Sólo una disputa por el poder y la distribución del ingreso puede mantener un lockout de tres meses largos. Y para comprenderlo en su real dimensión y magnitud económica no hay que perder de vista la probabilidad, tendiendo a la certeza, que los precios de los productos agrícolas seguirán su escala ascendente en los próximos años. Así se explica el rechazo de las retenciones móviles que significan un grado de equidad considerablemente mayor que las fijas. Eso es así porque en un mercado inestable implica ganar menos en las alzas, pero al mismo tiempo tener una menor presión impositiva cuando bajan los productos. Pero ese razonamiento se invalida si sólo se esperan movimientos ascendentes, en cuyo caso es preferible para los sectores del campo las retenciones fijas. Cuando se fijo el techo de la soja en 600 dólares, se afirmó con veracidad que era un precio improbable. Apenas transcurridos un poco más de tres meses la soja ya está en 570 dólares.
Una larga cadena de errores y desmesuras han permitido transformar un incremento impositivo en una feroz lucha por la primacía en el poder. El gobierno decidió la medida teniendo en el horizonte la crisis financiera internacional por lo cual consideraba imprescindible el fortalecimiento de las reservas y no la distribución del ingreso. El resultado favorable implicaba una recaudación entre 800 y 1200 millones de dólares. Para los sectores agropecuarios en un principio significó un incremento entre 2 y 6 puntos adicionales, que quedaba neutralizado por el notable incremento de los precios internacionales del semestre anterior.
El gobierno suele confundir el ejercicio de la autoridad con una forma poco diplomática de ejercerlo. No respetó el elemental gesto de informar en privado a los representantes agropecuarios las razones de la decisión, que se enteraron por los diarios.
Al mismo tiempo la medida tiene como consecuencia trascendente un intento pequeño de empezar a desalentar la sojización del país incrementado la diferencia de las retenciones entre la soja y los otros cultivos. También resulta cuestionable no fijar las reglas de juego en el momento que empieza el partido- cuando se decide que sembrar- y cambiar las mismas durante el desarrollo del mismo. En ese aspecto nuevamente las retenciones móviles son considerablemente más equitativas y evitarían ir negociando en cada oportunidad de rentas excepcionales el gravamen sobre las mismas. El otro elemento equivocado y luego corregido fue el porcentaje desusado del derecho de exportación superado el techo fijado para cada cultivo llegando a aplicarse sobre el excedente hasta el 95% durante cuatro años sin considerar el incremento de los costos.
El gobierno, cuya imagen fabricada en los medios es de intransigencia total, realizó sucesivas concesiones desde la renuncia del ministro de economía a la flexibilización de la escala y concretó subsidios para los pequeños y medianos productores con las proverbiales dificultades para su implementación en donde se mezcla la informalidad rural, la pesadez de la burocracia estatal.
El abrazo y alianza de la Federación Agraria con la Sociedad Rural y CRA puede explicarse tanto por los errores en la implementación de la resolución 125, como en que todos los protagonistas participan como actores y beneficiarios del modelo sojero.
En un escenario derivado y tributario del 2001, con implosión de las representaciones políticas, el dominio de las calles y rutas junto con el alineamiento de los medios pasan a ser un ejercicio concreto y demoledor de poder.
Néstor Kirchner procuró, cuando se produjo el fenómeno Blumberg, vinculado a la seguridad, que puede tomarse en cierta manera como antecedente del actual conflicto campestre, acotar y esmerilar la alianza medios y ocupación de calle, advertido de su peligrosidad. En este caso se decidió desde la presidencia apostar a doblegar al adversario con prescindencia de los costos políticos y perdiendo durante los cien días en ambos escenarios, es decir en medios y rutas.
Un balance provisorio permite aseverar que tomando como válido el origen de la disputa- las retenciones-, al cabo de estos tres meses largos lo que discute es quien detenta el poder. Ese es hoy el núcleo del problema. Por eso Néstor Kirchner intenta obtener la rendición incondicional de los sectores campestres y Alfredo De Angeli afirmó: “Vamos por todo”. Sólo una disputa por el poder y la distribución del ingreso puede mantener un lockout de tres meses largos. Y para comprenderlo en su real dimensión y magnitud económica no hay que perder de vista la probabilidad, tendiendo a la certeza, que los precios de los productos agrícolas seguirán su escala ascendente en los próximos años. Así se explica el rechazo de las retenciones móviles que significan un grado de equidad considerablemente mayor que las fijas. Eso es así porque en un mercado inestable implica ganar menos en las alzas, pero al mismo tiempo tener una menor presión impositiva cuando bajan los productos. Pero ese razonamiento se invalida si sólo se esperan movimientos ascendentes, en cuyo caso es preferible para los sectores del campo las retenciones fijas. Cuando se fijo el techo de la soja en 600 dólares, se afirmó con veracidad que era un precio improbable. Apenas transcurridos un poco más de tres meses la soja ya está en 570 dólares.
Una larga cadena de errores y desmesuras han permitido transformar un incremento impositivo en una feroz lucha por la primacía en el poder. El gobierno decidió la medida teniendo en el horizonte la crisis financiera internacional por lo cual consideraba imprescindible el fortalecimiento de las reservas y no la distribución del ingreso. El resultado favorable implicaba una recaudación entre 800 y 1200 millones de dólares. Para los sectores agropecuarios en un principio significó un incremento entre 2 y 6 puntos adicionales, que quedaba neutralizado por el notable incremento de los precios internacionales del semestre anterior.
El gobierno suele confundir el ejercicio de la autoridad con una forma poco diplomática de ejercerlo. No respetó el elemental gesto de informar en privado a los representantes agropecuarios las razones de la decisión, que se enteraron por los diarios.
Al mismo tiempo la medida tiene como consecuencia trascendente un intento pequeño de empezar a desalentar la sojización del país incrementado la diferencia de las retenciones entre la soja y los otros cultivos. También resulta cuestionable no fijar las reglas de juego en el momento que empieza el partido- cuando se decide que sembrar- y cambiar las mismas durante el desarrollo del mismo. En ese aspecto nuevamente las retenciones móviles son considerablemente más equitativas y evitarían ir negociando en cada oportunidad de rentas excepcionales el gravamen sobre las mismas. El otro elemento equivocado y luego corregido fue el porcentaje desusado del derecho de exportación superado el techo fijado para cada cultivo llegando a aplicarse sobre el excedente hasta el 95% durante cuatro años sin considerar el incremento de los costos.
El gobierno, cuya imagen fabricada en los medios es de intransigencia total, realizó sucesivas concesiones desde la renuncia del ministro de economía a la flexibilización de la escala y concretó subsidios para los pequeños y medianos productores con las proverbiales dificultades para su implementación en donde se mezcla la informalidad rural, la pesadez de la burocracia estatal.
El abrazo y alianza de la Federación Agraria con la Sociedad Rural y CRA puede explicarse tanto por los errores en la implementación de la resolución 125, como en que todos los protagonistas participan como actores y beneficiarios del modelo sojero.
En un escenario derivado y tributario del 2001, con implosión de las representaciones políticas, el dominio de las calles y rutas junto con el alineamiento de los medios pasan a ser un ejercicio concreto y demoledor de poder.
Néstor Kirchner procuró, cuando se produjo el fenómeno Blumberg, vinculado a la seguridad, que puede tomarse en cierta manera como antecedente del actual conflicto campestre, acotar y esmerilar la alianza medios y ocupación de calle, advertido de su peligrosidad. En este caso se decidió desde la presidencia apostar a doblegar al adversario con prescindencia de los costos políticos y perdiendo durante los cien días en ambos escenarios, es decir en medios y rutas.
Eso dio lugar a una situación surrealista. Mientras el gobierno acusado de autoritario y de intentar amordazar a la prensa, carecía de presencia en los medios radiales y televisivos, los cuatro dirigentes sostenedores del paro y de los cortes de rutas más brutales y prolongados de la historia argentina se paseaban durante todo el día, todos los días, por todos los medios. Miguens, Buzzi, Biolcati, De Angeli, Llambías, y otros dirigentes menores, pasaron a formar parte de la vida cotidiana de los argentinos como un una junta civil alternativa al gobierno. Pantalla dividida que pone como equivalentes al gobierno y a los insurrectos, cientos y cientos de entrevistas sin una repregunta, periodistas “incisivos” que consideran que su único tarea es poner el micrófono y callar, y en otros casos actuar como voceros de los intereses de los reporteados. Mientras se levantaban aduanas interiores, improvisados vistas de aduanas vocacionales determinaban quién cruzaba o no los piquetes, el sector de los propietarios de camiones se sumó a los cortes. El gobierno realizó sucesivas concesiones tratando que no se noten, al tiempo que disimulaba con algunos discursos incendiarios. A su vez los sectores agropecuarios y la base de los cortes- los pequeños y medianos productores, los rentistas que arriendan sus campos- se radicalizaban seducidos por las cámaras y el descubrimiento de la política. Los cacerolazos en la Capital Federal expresaron la oposición de las clases medias urbanas que ya lo habían hecho en la elección presidencial del 28-10-2007. Sus quejas recogen problemas de formas, obnubilación ideológica y su disgusto por la mayoría de las medidas positivas del ejercicio.
En mucho de los pueblos de la pampa húmeda vinculados a la actividad agropecuaria el apoyo al lockout fue masivo. El acto de Rosario fue la exteriorización de una relación de fuerzas donde los sectores tradicionales rurales con una larga tradición golpista y antipopular se vieron rodeados de un calor de multitudes impensado en sus sueños más disparatados. Mientras se avanzaba en el desabastecimiento de alimentos, con problemas en los insumos y en la provisión de combustibles, con rutas cortadas, los dirigentes rurales agregaban cada vez más temas para levantar el lockout: discusión del modelo, el federalismo, la coparticipación, políticas agropecuarias, representación legislativa, todo ello con un lenguaje moderado que envuelve medidas durísimas, al tiempo que cada tanto se desnuda con algunos exabruptos.
Resulta grotesco que los medios radiales y televisivos, que han cacareado limitaciones a la libertad de expresión, transmiten en cadena en apoyo a la oposición. Igualmente patético fue que el canal 7, en el momento que se producían cacerolazos de importante amplitud geográfica, ponía al aire una ópera.
El gobierno no ejerce el monopolio de su poder de coerción, y privatiza peligrosamente en grupos de choques, una función pública. Milagrosamente se han evitado consecuencias gravísimas.
Cuando envió la gendarmería, sin convicción, terminó equivocadamente acrecentando la figura de De Angeli.
Resulta muy significativo que hasta el 11 de marzo los sectores agropecuarios rebozaron prosperidad y la mayoría de los pequeños y medianos productores votaron a Cristina Fernández seis meses antes. Expoagro fue la manifestación de la abundancia, pero de pronto el 12 de marzo se transmitió la imagen que “el campo” empezaba a vivir un cataclismo. Pero es claro que quienes pueden no vender su producción por más de tres meses, tienen una solvencia económica y financiera que condice mucho más con la euforia de Expoagro y no con las declaraciones posteriores que describen con un tremendismo sin límites la posibilidad que los hijos de los productores terminen viviendo en villas miserias.
Misas, oraciones, invocaciones patrias, escarapelas, envuelven almibaradamente un conflicto que el vicepresidente de la Sociedad Rural y próximo presidente Hugo Biolcati, caracterizado por ser el más brutal y sincero de los dirigentes rurales, en declaraciones a TN afirmó: “No sigamos hablando con eufemismos, estamos discutiendo por plata. El problema es plata”
ENTRE EL GROTESCO Y EL REALISMO SOCIALISTA
En los setenta era un lugar común decir que nadie da la vida por un incremento en el PBI. Por eso las consignas expresaban valores alejados de cifras económicas. “Liberación o dependencia”; “Patria si, colonia no”; “El año 2000 nos encontrará unidos o dominados”; “Hasta la victoria siempre”; “Patria o muerte, venceremos”; “Por un gobierno obrero y popular”.
Más allá de la bola de nieve que se fue conformando a lo largo del prolongado conflicto entre el gobierno y algunas de las agrupaciones representativas de los sectores agropecuarios, el detonante invocado fue una medida económica de carácter impositivo. A partir de ese origen, es interesante relacionar el detonante con la desmesura verbal de todos los actores de un lockout sin antecedentes en el país.
GÉNEROS TEATRALES
Históricamente los géneros teatrales suelen clasificarse en comedia, drama, tragedia y realismo socialista. Humorísticamente se dice que hay comedia cuando se tiene cuando y con quién pero no donde. Hay drama cuando se tiene donde y con quién pero no cuando. Hay tragedia cuando se tiene donde y cuando pero no con quién. Y el realismo socialista es cuando se tiene donde, cuando, con quién pero justo ese día hay reunión de partido. Tal vez el género grotesco, no incluido en la enumeración histórica podría definirse aquél en el que se tiene donde cuando y con quién, no hay inconvenientes políticos pero justo ese día caen los padres de ambas partes.
ENTRECRUZAMIENTOS
Seguramente podría insertarse en la comedia la frase atribuida al ex presidente Néstor Kirchner: “Moriremos abrazados a la causa, si hay que morir” Dentro del mismo género pueden ubicarse las aseveraciones de Mario Llambías, presidente del sector más conservador y reaccionario, Confederaciones Rurales Argentinas: “Queremos un país justo, libre y soberano” De este mismo actor y en mismo género es la frase: “Nosotros no somos la Unión Democrática, ni ellos Perón y Evita”
La presidenta de la Nación incursionó en la comedia con su ya famosa frase: “Este fin de semana pude observar otros piquetes, esos a los que yo llamo piquetes de la abundancia” Luego transitó el grotesco cuando se refirió en uno de sus frecuentes discursos a que la actividad agropecuaria carecía de riesgos.
Un actor propenso a sentirse cómodo en la tragedia es el Presidente de la Federación Agraria, autor de frases como: “Que truene el escarmiento sino se cambia en el tema de las retenciones….Hay un solo camino, ganar o ganar…..Los Kirchner son el verdadero obstáculo” Pero cae fácilmente en el grotesco cuando elogia las nacionalizaciones de Evo Morales o el Grito de Alcorta al lado del presidente de la Sociedad Rural Luciano Miguens. Es como si Espartaco propusiera la liberación de los esclavos abrazado al Cesar del Imperio Romano.
Un actor promisorio de la escuela teatral Blumberg es Alfredo De Angeli, capaz de interpretar textos dramáticos como: “Prefiero ver morir a las vacas ante que regalarlas” “Solo ante Dios nos vamos a arrodillar, y nunca frente a ningún tirano” “ Nos van a tener que matar de pie antes de vernos de rodillas” “ Si mandan a los gendarmes manden también ambulancias” “ A duro, duro y medio. Le vamos a demostrar a la Presidenta nuestra dureza”.
El realismo socialista de raigambre maoísta tiene excelsos intérpretes. En el acto de Amstrong el director de la Federación Agraria”, Carlos Paillole, integrante del Partido Comunista Revolucionario, afirmó: “Hasta la victoria siempre, compañeros” Algún noventista interpretó que dijo: “Hasta la victoria siembren, compañeros”
Como sucede a muchos actores que se le traspapela el libreto, el intendente de Amstrong Fernando Fischer le atribuyó a Perón, palabras famosas de Galtieri: “Como dijo el general: Si quieren venir que vengan, los estaremos esperando”
Como comentarista de las obras expuestas el periodista Alfredo Leuco se preguntó en el diario Perfil del 8-06-2008: ¿Es una herejía comparar el 17 de octubre de 1945 con el 25 de mayo del 2008? Luego dobló la apuesta y afirmó que el cacerolazo del lunes 16 de junio fue una de las manifestaciones más grande de la historia argentina. Las cifras proporcionadas por el diario La Nación, sumando la concurrencia en los distintos lugares alcanzaron como máximo las 100.000 personas.
Otro crítico teatral, el periodista Joaquín Morales Solá define el conflicto como una contienda del gobierno con los campesinos, eufemismo inexacto tendiente a edulcorar la figura del propietario. Nené Cascallar o Alberto Migré, nombres paradigmáticos de los teleteatros, no lo hubieran hecho mejor
Una actriz cultora de la tragedia, Elisa Carrió entre lágrimas y pronósticos dramáticos sobre el mes de junio y las maravillas que nos dispensará el mes de julio, calificó a Kirchner de satánico.
La corriente clasista y combativa, brazo piquetero del PCR, cultor del realismo socialista tomó las Municipalidades de la Matanza y Gualeguaychú al grito de “Nada de retenciones, aumento de los planes jefes y jefas de hogar a $500”
El actor Alfredo de Angeli, provisto de una acentuada sobreactuación, transitando por la tragedia, monologó acerca de su futuro político: “Pero si es por la patria que necesita de mi persona para salvarla, lo pensaría”
Oscar Moncho, un productor de Carmen de Areco, sostuvo en Critica del 31 de marzo: “Nosotros ya no peleamos por las retenciones. Nuestra lucha es por el modelo de país”. Ochenta y nueve días más tarde su bocadillo fue recogido por un protagonista central de la comedia rural, el piquetero vocacional Alfredo De Angeli quién afirmó: “Ahora vamos por todo”
El que incursionó en el drama realista es el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Ricardo Buryalle cuando declaró que “si los legisladores ratifican las retenciones móviles debiéramos disolver el Congreso”. Complementado por el ecologista y sojero caudillo de Gualeguaychú: “Los hombres del campo les enseñaremos a legislar”. Ecologista y sojero. Como decir piromaniaco y bombero.
Mauricio Macri practica el distanciamiento del método Stanilavsky, cuando asegura: “Las retenciones son una medida estúpida” Página 12 16-06-2008
Luís De Elías practica un teatro de gran despliegue escénico con vetas bélicas. Llamó en un clima caldeado a armarse.
CAMINO DE CORNISA
El desgaste del gobierno es muy significativo. Una ofensiva de envergadura centrada en poderosos intereses económicos y mediáticos con importante apoyo de las clases medias urbanas y rurales lo ha colocado en apenas seis meses entre la montaña y el vacío. El centro del debate es la lucha por el poder y la distribución en un marco de condiciones comerciales externas excepcionales. Los aciertos del gobierno y un número nada despreciable de errores groseros han despertado un abanico de adversarios y odios similares a los históricos contra Perón y Evita. Pero el fervor que despiertan los Kirchner es muy modesto. El modo de construcción política es muy endeble basado más en el sometimiento que en la convicción. Las presiones del extenuante conflicto han producido resquebrajaduras en la solidaridad con el gobierno de gobernadores e intendentes, un repliegue en la estructura partidaria y la vuelta a los símbolos tradicionales, más por necesidad que por convicción.
No alcanza con tratar de empardar actos con actos. En el estrecho camino de cornisa hay que afectar económicamente a los grandes ganadores agropecuarios llamativamente ignorados como los exportadores e impositivamente ir sobre los pooles grandes de siembra, los macro propietarios, y la necesidad de poner límites al accionar de Monsanto. Avanzar sobre el robo escandaloso de las explotaciones mineras en el marco de una reforma impositiva integral. Reintegrar la credibilidad al INDEC, y poner coto a la oligopolización en el marco de la verdadera lucha contra la inflación y la mejora en la redistribución del ingreso. Planificar y concretar políticas industriales, agropecuarias, con mejoramiento sensibles en educación y salud. Y esto en el breve lapso de aquí a las próximas elecciones. Que al día de hoy se presentan peor que las de Alfonsín de 1987 y Menem de 1997.
Pero ni siquiera eso puede divisarse en el horizonte si vuelve el lockout, los cortes de rutas, el desabastecimiento y el Estado no recupera su soberanía sobre los caminos.
Es imprescindible garantizar la circulación en las rutas, terminar con los grupos de choque y desalentar las práctica del escrache, en la medida que se puede acudir a la justicia.
No será fácil la contienda parlamentaria. Es posible que queden a la luz las grietas estructurales del edificio gubernamental en materia de representación como consecuencia del desgaste presidencial.
Hay en síntesis una crisis política de envergadura con un gobierno erosionado en su base de sustentación y con pronunciados agujeros en el modelo económico emparchado favorablemente sobre el justamente denostado esquema de los noventa. Si no se alcanza a verla, si se la menosprecia, rápidamente el vacío de la cornisa será más una certeza que una probabilidad. Los cuervos de una oposición que expresa lo peor del pasado sobrevuelan esperando a su presa. Sería bueno comprender que van por mucho más que el gobierno. Van por la mayoría de los argentinos. Es la idea de un país chico con propietarios grandes. Y con una cantidad de argentinos acotada. Es una tragedia con intérpretes que en un casting amplio no serían elegidos. Ya lo decía Carlos Marx: “ El hombre hace la historia pero no en las condiciones elegidas por él” Y los pueblos deben encontrar las salidas con los dirigentes que engendra. Buscar el óptimo cuando la vidriera ofrece lo menos malo es ser funcional a lo pésimo.
La función continúa.
En mucho de los pueblos de la pampa húmeda vinculados a la actividad agropecuaria el apoyo al lockout fue masivo. El acto de Rosario fue la exteriorización de una relación de fuerzas donde los sectores tradicionales rurales con una larga tradición golpista y antipopular se vieron rodeados de un calor de multitudes impensado en sus sueños más disparatados. Mientras se avanzaba en el desabastecimiento de alimentos, con problemas en los insumos y en la provisión de combustibles, con rutas cortadas, los dirigentes rurales agregaban cada vez más temas para levantar el lockout: discusión del modelo, el federalismo, la coparticipación, políticas agropecuarias, representación legislativa, todo ello con un lenguaje moderado que envuelve medidas durísimas, al tiempo que cada tanto se desnuda con algunos exabruptos.
Resulta grotesco que los medios radiales y televisivos, que han cacareado limitaciones a la libertad de expresión, transmiten en cadena en apoyo a la oposición. Igualmente patético fue que el canal 7, en el momento que se producían cacerolazos de importante amplitud geográfica, ponía al aire una ópera.
El gobierno no ejerce el monopolio de su poder de coerción, y privatiza peligrosamente en grupos de choques, una función pública. Milagrosamente se han evitado consecuencias gravísimas.
Cuando envió la gendarmería, sin convicción, terminó equivocadamente acrecentando la figura de De Angeli.
Resulta muy significativo que hasta el 11 de marzo los sectores agropecuarios rebozaron prosperidad y la mayoría de los pequeños y medianos productores votaron a Cristina Fernández seis meses antes. Expoagro fue la manifestación de la abundancia, pero de pronto el 12 de marzo se transmitió la imagen que “el campo” empezaba a vivir un cataclismo. Pero es claro que quienes pueden no vender su producción por más de tres meses, tienen una solvencia económica y financiera que condice mucho más con la euforia de Expoagro y no con las declaraciones posteriores que describen con un tremendismo sin límites la posibilidad que los hijos de los productores terminen viviendo en villas miserias.
Misas, oraciones, invocaciones patrias, escarapelas, envuelven almibaradamente un conflicto que el vicepresidente de la Sociedad Rural y próximo presidente Hugo Biolcati, caracterizado por ser el más brutal y sincero de los dirigentes rurales, en declaraciones a TN afirmó: “No sigamos hablando con eufemismos, estamos discutiendo por plata. El problema es plata”
ENTRE EL GROTESCO Y EL REALISMO SOCIALISTA
En los setenta era un lugar común decir que nadie da la vida por un incremento en el PBI. Por eso las consignas expresaban valores alejados de cifras económicas. “Liberación o dependencia”; “Patria si, colonia no”; “El año 2000 nos encontrará unidos o dominados”; “Hasta la victoria siempre”; “Patria o muerte, venceremos”; “Por un gobierno obrero y popular”.
Más allá de la bola de nieve que se fue conformando a lo largo del prolongado conflicto entre el gobierno y algunas de las agrupaciones representativas de los sectores agropecuarios, el detonante invocado fue una medida económica de carácter impositivo. A partir de ese origen, es interesante relacionar el detonante con la desmesura verbal de todos los actores de un lockout sin antecedentes en el país.
GÉNEROS TEATRALES
Históricamente los géneros teatrales suelen clasificarse en comedia, drama, tragedia y realismo socialista. Humorísticamente se dice que hay comedia cuando se tiene cuando y con quién pero no donde. Hay drama cuando se tiene donde y con quién pero no cuando. Hay tragedia cuando se tiene donde y cuando pero no con quién. Y el realismo socialista es cuando se tiene donde, cuando, con quién pero justo ese día hay reunión de partido. Tal vez el género grotesco, no incluido en la enumeración histórica podría definirse aquél en el que se tiene donde cuando y con quién, no hay inconvenientes políticos pero justo ese día caen los padres de ambas partes.
ENTRECRUZAMIENTOS
Seguramente podría insertarse en la comedia la frase atribuida al ex presidente Néstor Kirchner: “Moriremos abrazados a la causa, si hay que morir” Dentro del mismo género pueden ubicarse las aseveraciones de Mario Llambías, presidente del sector más conservador y reaccionario, Confederaciones Rurales Argentinas: “Queremos un país justo, libre y soberano” De este mismo actor y en mismo género es la frase: “Nosotros no somos la Unión Democrática, ni ellos Perón y Evita”
La presidenta de la Nación incursionó en la comedia con su ya famosa frase: “Este fin de semana pude observar otros piquetes, esos a los que yo llamo piquetes de la abundancia” Luego transitó el grotesco cuando se refirió en uno de sus frecuentes discursos a que la actividad agropecuaria carecía de riesgos.
Un actor propenso a sentirse cómodo en la tragedia es el Presidente de la Federación Agraria, autor de frases como: “Que truene el escarmiento sino se cambia en el tema de las retenciones….Hay un solo camino, ganar o ganar…..Los Kirchner son el verdadero obstáculo” Pero cae fácilmente en el grotesco cuando elogia las nacionalizaciones de Evo Morales o el Grito de Alcorta al lado del presidente de la Sociedad Rural Luciano Miguens. Es como si Espartaco propusiera la liberación de los esclavos abrazado al Cesar del Imperio Romano.
Un actor promisorio de la escuela teatral Blumberg es Alfredo De Angeli, capaz de interpretar textos dramáticos como: “Prefiero ver morir a las vacas ante que regalarlas” “Solo ante Dios nos vamos a arrodillar, y nunca frente a ningún tirano” “ Nos van a tener que matar de pie antes de vernos de rodillas” “ Si mandan a los gendarmes manden también ambulancias” “ A duro, duro y medio. Le vamos a demostrar a la Presidenta nuestra dureza”.
El realismo socialista de raigambre maoísta tiene excelsos intérpretes. En el acto de Amstrong el director de la Federación Agraria”, Carlos Paillole, integrante del Partido Comunista Revolucionario, afirmó: “Hasta la victoria siempre, compañeros” Algún noventista interpretó que dijo: “Hasta la victoria siembren, compañeros”
Como sucede a muchos actores que se le traspapela el libreto, el intendente de Amstrong Fernando Fischer le atribuyó a Perón, palabras famosas de Galtieri: “Como dijo el general: Si quieren venir que vengan, los estaremos esperando”
Como comentarista de las obras expuestas el periodista Alfredo Leuco se preguntó en el diario Perfil del 8-06-2008: ¿Es una herejía comparar el 17 de octubre de 1945 con el 25 de mayo del 2008? Luego dobló la apuesta y afirmó que el cacerolazo del lunes 16 de junio fue una de las manifestaciones más grande de la historia argentina. Las cifras proporcionadas por el diario La Nación, sumando la concurrencia en los distintos lugares alcanzaron como máximo las 100.000 personas.
Otro crítico teatral, el periodista Joaquín Morales Solá define el conflicto como una contienda del gobierno con los campesinos, eufemismo inexacto tendiente a edulcorar la figura del propietario. Nené Cascallar o Alberto Migré, nombres paradigmáticos de los teleteatros, no lo hubieran hecho mejor
Una actriz cultora de la tragedia, Elisa Carrió entre lágrimas y pronósticos dramáticos sobre el mes de junio y las maravillas que nos dispensará el mes de julio, calificó a Kirchner de satánico.
La corriente clasista y combativa, brazo piquetero del PCR, cultor del realismo socialista tomó las Municipalidades de la Matanza y Gualeguaychú al grito de “Nada de retenciones, aumento de los planes jefes y jefas de hogar a $500”
El actor Alfredo de Angeli, provisto de una acentuada sobreactuación, transitando por la tragedia, monologó acerca de su futuro político: “Pero si es por la patria que necesita de mi persona para salvarla, lo pensaría”
Oscar Moncho, un productor de Carmen de Areco, sostuvo en Critica del 31 de marzo: “Nosotros ya no peleamos por las retenciones. Nuestra lucha es por el modelo de país”. Ochenta y nueve días más tarde su bocadillo fue recogido por un protagonista central de la comedia rural, el piquetero vocacional Alfredo De Angeli quién afirmó: “Ahora vamos por todo”
El que incursionó en el drama realista es el vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Ricardo Buryalle cuando declaró que “si los legisladores ratifican las retenciones móviles debiéramos disolver el Congreso”. Complementado por el ecologista y sojero caudillo de Gualeguaychú: “Los hombres del campo les enseñaremos a legislar”. Ecologista y sojero. Como decir piromaniaco y bombero.
Mauricio Macri practica el distanciamiento del método Stanilavsky, cuando asegura: “Las retenciones son una medida estúpida” Página 12 16-06-2008
Luís De Elías practica un teatro de gran despliegue escénico con vetas bélicas. Llamó en un clima caldeado a armarse.
CAMINO DE CORNISA
El desgaste del gobierno es muy significativo. Una ofensiva de envergadura centrada en poderosos intereses económicos y mediáticos con importante apoyo de las clases medias urbanas y rurales lo ha colocado en apenas seis meses entre la montaña y el vacío. El centro del debate es la lucha por el poder y la distribución en un marco de condiciones comerciales externas excepcionales. Los aciertos del gobierno y un número nada despreciable de errores groseros han despertado un abanico de adversarios y odios similares a los históricos contra Perón y Evita. Pero el fervor que despiertan los Kirchner es muy modesto. El modo de construcción política es muy endeble basado más en el sometimiento que en la convicción. Las presiones del extenuante conflicto han producido resquebrajaduras en la solidaridad con el gobierno de gobernadores e intendentes, un repliegue en la estructura partidaria y la vuelta a los símbolos tradicionales, más por necesidad que por convicción.
No alcanza con tratar de empardar actos con actos. En el estrecho camino de cornisa hay que afectar económicamente a los grandes ganadores agropecuarios llamativamente ignorados como los exportadores e impositivamente ir sobre los pooles grandes de siembra, los macro propietarios, y la necesidad de poner límites al accionar de Monsanto. Avanzar sobre el robo escandaloso de las explotaciones mineras en el marco de una reforma impositiva integral. Reintegrar la credibilidad al INDEC, y poner coto a la oligopolización en el marco de la verdadera lucha contra la inflación y la mejora en la redistribución del ingreso. Planificar y concretar políticas industriales, agropecuarias, con mejoramiento sensibles en educación y salud. Y esto en el breve lapso de aquí a las próximas elecciones. Que al día de hoy se presentan peor que las de Alfonsín de 1987 y Menem de 1997.
Pero ni siquiera eso puede divisarse en el horizonte si vuelve el lockout, los cortes de rutas, el desabastecimiento y el Estado no recupera su soberanía sobre los caminos.
Es imprescindible garantizar la circulación en las rutas, terminar con los grupos de choque y desalentar las práctica del escrache, en la medida que se puede acudir a la justicia.
No será fácil la contienda parlamentaria. Es posible que queden a la luz las grietas estructurales del edificio gubernamental en materia de representación como consecuencia del desgaste presidencial.
Hay en síntesis una crisis política de envergadura con un gobierno erosionado en su base de sustentación y con pronunciados agujeros en el modelo económico emparchado favorablemente sobre el justamente denostado esquema de los noventa. Si no se alcanza a verla, si se la menosprecia, rápidamente el vacío de la cornisa será más una certeza que una probabilidad. Los cuervos de una oposición que expresa lo peor del pasado sobrevuelan esperando a su presa. Sería bueno comprender que van por mucho más que el gobierno. Van por la mayoría de los argentinos. Es la idea de un país chico con propietarios grandes. Y con una cantidad de argentinos acotada. Es una tragedia con intérpretes que en un casting amplio no serían elegidos. Ya lo decía Carlos Marx: “ El hombre hace la historia pero no en las condiciones elegidas por él” Y los pueblos deben encontrar las salidas con los dirigentes que engendra. Buscar el óptimo cuando la vidriera ofrece lo menos malo es ser funcional a lo pésimo.
La función continúa.
rriba el telón. (PUNTO CERO).
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