(Asteriscos Tv). La ciencia contribuyó a mejorar la sobrevida de pacientes con cáncer y también a desarrollar técnicas para preservar su fertilidad antes del inicio del tratamiento de quimio o radioterapia.
Ignacio J. de Zuñiga, especialista en medicina reproductiva y Director Médico de "Pregna Medicina Reproductiva", destacó que durante las últimas tres décadas se incrementó la tasa de sobrevida de las pacientes con cáncer debido, en parte, "al progreso en los tratamientos disponibles para la enfermedad pasando en forma global en la mujer del 54% al 62%".
Actualmente -continuó Zuñiga- "entre el 8% y 10% de las mujeres que tienen cáncer son diagnosticadas antes de los 40 años. En este grupo de pacientes las neoplasias hematológicas (grupo heterogéneo de enfermedades malignas que afectan a la sangre, la médula ósea y los ganglios linfáticos) y el cáncer de mama son los cánceres más frecuentes".
El especialista destacó que debido a que muchas de estas mujeres estarán en edad fértil en el momento del diagnóstico, "surge la necesidad y el deseo de conservar su capacidad reproductiva luego del tratamiento".
"Las células ováricas son extremadamente sensibles a la acción de las drogas quimioterápicas y también a la combinación de más de un agente quimioterápico, lo que puede provocar un daño irreversible dando como resultado una falla ovárica precoz que puede devenir en infertilidad. El efecto de estas drogas sobre el ovario no siempre es de 'todo o nada' ya que depende no sólo del tipo de droga, sino también de la dosis, de la edad de la paciente y probablemente también de la dotación inicial de folículos", remarcó.
El médico comentó que la edad en la que la paciente recibe la quimioterapia "es un factor determinante en el efecto que la medicación tiene sobre el ovario". Al respecto, señaló que "las pacientes de mayor edad son más susceptibles al daño gonadal, probablemente porque su pool folicular ya está disminuido. La pérdida temprana de la función ovárica sitúa a la mujer en un escenario donde la menopausia y la esterilidad son dos consecuencias frecuentes".
"Actualmente existen varias opciones que permiten a las mujeres preservar su fertilidad antes de comenzar el tratamiento quimioterápico o radiante. El congelamiento de embriones es hoy la opción más apropiada para aquellas mujeres con pareja constituida. El procedimiento consta de estimular a la paciente con medicación para que genere varios óvulos, la posterior extracción de óvulos, la fertilización in Vitro de los mismos y el congelamiento de los embriones resultantes que serán transferidos a la paciente cuando ella lo deseara, por ejemplo, luego de finalizar su quimioterapia", dijo Zuñiga.
Además, manifestó que "en los últimos años se ha desarrollado una técnica para criopreservar (congelar) óvulos, que se llama vitrificación, la que permite congelar óvulos y recuperarlos intactos luego de descongelados para que puedan ser usados. Una de las grandes ventajas que ofrece esta técnica es que permite la preservación de fertilidad en mujeres que no tienen pareja al momento del diagnóstico. Por otra parte, una de las desventajas que presenta la criopreservación de embriones o de ovocitos es que no se puede realizar en población pediátrica o adultos jóvenes antes de la pubertad".
"Por último, en las pacientes que deben recibir radioterapia sobre la pelvis se puede realizar una cirugía mediante la cual se elevan los ovarios con el fin de alejarlos de la zona que va a ser irradiada. Otras técnicas para preservar la fertilidad, todavía en etapa experimental, son el congelamiento del tejido ovárico y la protección de la función ovárica con medicación", añadió.
Al respecto, destacó que "el problema de estas técnicas es que algunas veces es necesario demorar unos días el inicio del tratamiento oncológico. Esto no es una situación de riesgo para muchos tipos de cáncer, pero puede serlo para otros. Es por ello, que el manejo de estas pacientes debe ser integral y multidisciplinario ya que lo primero que se debe definir es si la paciente puede demorar el inicio del tratamiento sin empeorar su pronóstico oncológico".
"En tanto, la preservación de la fertilidad en los varones es más sencilla, pues en cualquiera de las patologías si el varón está ya desarrollado puede, mediante masturbación, congelar millones de espermatozoides con técnicas ya establecidas y seguras y con excelentes resultados al momento de descongelarlas. Además pueden tomarse muchas muestras por masturbación en poco tiempo. A la fecha, la criopreservación de embriones es la única técnica establecida, pero no puede ser aplicada a todas las pacientes (demora del inicio del tratamiento o mujeres sin pareja)".
Comentó también que "los resultados de la vitrificación de ovocitos abren una interesante posibilidad para criopreservar la fertilidad en pacientes con cáncer, así como en pacientes que quieren diferir su maternidad por otros motivos. La criopreservación ovárica con transplante posterior del ovario parecería una buena opción sobre todo en niñas, pero aún no constituye una práctica usual", puntualizó.
Zuñiga concluyó por lo tanto que "si bien la mayoría de las estrategias para preservar la fertilidad son consideradas experimentales, la oportunidad para preservar la fertilidad de alguna forma no debería ser negada a ninguna paciente".
Ignacio J. de Zuñiga, especialista en medicina reproductiva y Director Médico de "Pregna Medicina Reproductiva", destacó que durante las últimas tres décadas se incrementó la tasa de sobrevida de las pacientes con cáncer debido, en parte, "al progreso en los tratamientos disponibles para la enfermedad pasando en forma global en la mujer del 54% al 62%".
Actualmente -continuó Zuñiga- "entre el 8% y 10% de las mujeres que tienen cáncer son diagnosticadas antes de los 40 años. En este grupo de pacientes las neoplasias hematológicas (grupo heterogéneo de enfermedades malignas que afectan a la sangre, la médula ósea y los ganglios linfáticos) y el cáncer de mama son los cánceres más frecuentes".
El especialista destacó que debido a que muchas de estas mujeres estarán en edad fértil en el momento del diagnóstico, "surge la necesidad y el deseo de conservar su capacidad reproductiva luego del tratamiento".
"Las células ováricas son extremadamente sensibles a la acción de las drogas quimioterápicas y también a la combinación de más de un agente quimioterápico, lo que puede provocar un daño irreversible dando como resultado una falla ovárica precoz que puede devenir en infertilidad. El efecto de estas drogas sobre el ovario no siempre es de 'todo o nada' ya que depende no sólo del tipo de droga, sino también de la dosis, de la edad de la paciente y probablemente también de la dotación inicial de folículos", remarcó.
El médico comentó que la edad en la que la paciente recibe la quimioterapia "es un factor determinante en el efecto que la medicación tiene sobre el ovario". Al respecto, señaló que "las pacientes de mayor edad son más susceptibles al daño gonadal, probablemente porque su pool folicular ya está disminuido. La pérdida temprana de la función ovárica sitúa a la mujer en un escenario donde la menopausia y la esterilidad son dos consecuencias frecuentes".
"Actualmente existen varias opciones que permiten a las mujeres preservar su fertilidad antes de comenzar el tratamiento quimioterápico o radiante. El congelamiento de embriones es hoy la opción más apropiada para aquellas mujeres con pareja constituida. El procedimiento consta de estimular a la paciente con medicación para que genere varios óvulos, la posterior extracción de óvulos, la fertilización in Vitro de los mismos y el congelamiento de los embriones resultantes que serán transferidos a la paciente cuando ella lo deseara, por ejemplo, luego de finalizar su quimioterapia", dijo Zuñiga.
Además, manifestó que "en los últimos años se ha desarrollado una técnica para criopreservar (congelar) óvulos, que se llama vitrificación, la que permite congelar óvulos y recuperarlos intactos luego de descongelados para que puedan ser usados. Una de las grandes ventajas que ofrece esta técnica es que permite la preservación de fertilidad en mujeres que no tienen pareja al momento del diagnóstico. Por otra parte, una de las desventajas que presenta la criopreservación de embriones o de ovocitos es que no se puede realizar en población pediátrica o adultos jóvenes antes de la pubertad".
"Por último, en las pacientes que deben recibir radioterapia sobre la pelvis se puede realizar una cirugía mediante la cual se elevan los ovarios con el fin de alejarlos de la zona que va a ser irradiada. Otras técnicas para preservar la fertilidad, todavía en etapa experimental, son el congelamiento del tejido ovárico y la protección de la función ovárica con medicación", añadió.
Al respecto, destacó que "el problema de estas técnicas es que algunas veces es necesario demorar unos días el inicio del tratamiento oncológico. Esto no es una situación de riesgo para muchos tipos de cáncer, pero puede serlo para otros. Es por ello, que el manejo de estas pacientes debe ser integral y multidisciplinario ya que lo primero que se debe definir es si la paciente puede demorar el inicio del tratamiento sin empeorar su pronóstico oncológico".
"En tanto, la preservación de la fertilidad en los varones es más sencilla, pues en cualquiera de las patologías si el varón está ya desarrollado puede, mediante masturbación, congelar millones de espermatozoides con técnicas ya establecidas y seguras y con excelentes resultados al momento de descongelarlas. Además pueden tomarse muchas muestras por masturbación en poco tiempo. A la fecha, la criopreservación de embriones es la única técnica establecida, pero no puede ser aplicada a todas las pacientes (demora del inicio del tratamiento o mujeres sin pareja)".
Comentó también que "los resultados de la vitrificación de ovocitos abren una interesante posibilidad para criopreservar la fertilidad en pacientes con cáncer, así como en pacientes que quieren diferir su maternidad por otros motivos. La criopreservación ovárica con transplante posterior del ovario parecería una buena opción sobre todo en niñas, pero aún no constituye una práctica usual", puntualizó.
Zuñiga concluyó por lo tanto que "si bien la mayoría de las estrategias para preservar la fertilidad son consideradas experimentales, la oportunidad para preservar la fertilidad de alguna forma no debería ser negada a ninguna paciente".
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