El ambiente en que los estudiantes se desenvuelven tiene gran influencia en el surgimiento de la violencia. Entre los factores generadores de reacciones agresivas se encuentran: el consumo de drogas y bebidas alcohólicas, la promiscuidad, las familias destrozadas, alveoladas y polarizadas, la carencia de roles definidos por parte de los padres, entre otras causas. Pero cabe también decir que la familia es importante no para la sociedad, sino para las personas, que se han dado cuenta de que sin familia son muy desgraciadas.
Los estudios recientes también han descubierto que lo que hace a la gente feliz no es el dinero, sino el éxito en la familia, de ahí que cuando ésta falla, enseguida se buscan sustitutos. Las personas no están al servicio de las familias sino que las familias están al servicio de las personas. Se quiere tener familia porque es lo que hace más feliz.
Los últimos acontecimientos de violencia escolar -acontecimientos además "transmitidos" por los celulares de compañeros y compañeras- han vuelto a disparar la alarma en la sociedad por lo que cabe entonces preguntar: ¿Ha hablado alguien de la responsabilidad de la familia en esos incidentes penosos de violencia escolar?
Los adolescentes hacen en sus casas lo que quieren, y gritan a sus padres, incluso insultan, cuando les place. ¿Normas en la vida familiar? Prácticamente ninguna. Puedo entonces preguntar ¿Quieren ustedes que respeten a los profesores cuando no respetan a los padres¿ ¿Quieren ustedes que observen disciplina alguna en los centros educativos cuando no lo hacen en su hogar? ¿Cómo van a imponer los profesores norma alguna de disciplina cuando los adolescentes no saben lo que es eso desde muy pequeños en su hogar familiar? Si a este panorama, sombrío panorama, añadimos que los adolescentes no han escuchado en sus casas palabras de apoyo a los profesores o de respeto entonces es concluyente que actuaran en los centros educativos a imagen y semejanza de cómo se comportan en sus familias. Me permito dar a conocer dos obras sobre este particular "Escuela y familia: una alianza necesaria" y "La comunicación con los padres" de Rolando Martiñá. Quizás ayuden.
Por otro lado está bien implementar las medidas disciplinarias en los centros educativos y de establecer normas de comportamiento pero no esta de mas reiterar que los padres son los principales y esenciales educadores de sus hijos y por ende los padres son responsables en buena medida de la violencia de sus hijos en los centros escolares y con sus compañeros y a futuro en la sociedad en la que, aunque parezca una obviedad, todos vivimos.
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