(La Política OnLine). Gracias a un decreto del 7 de enero, quedan sin efecto las polémicas gratificaciones no remunerativas -que nunca llegaron a aplicarse- por buen desempeño a funcionarios de la Ciudad. "podría venir el ‘Fino’ Palacios o incluso Mariano Narodowski a reclamar su bonificación", le aseguró a LPO Diego Kravetz.
Un año y medio después de la publicación en el Boletín oficial del decreto que fijaba el otorgamiento de la “Gratificación Anual Extraordinaria no remunerativa por cumplimiento de los Objetivos de Gestión” –suerte de bonificación para los funcionarios con buen desempeño-, el macrismo oficializó por medio de otro decreto la marcha atrás con respecto a esa iniciativa tan cuestionada por distintos sectores de la oposición e incluso del propio oficialismo.
Si bien, puertas adentro, fuentes de la Jefatura de Gabinete de la Ciudad le revelaron a LPO que “la decisión política ya había sido tomada desde hace mucho tiempo”, por medio de otro decreto –el Nº 9 de 2010- del 7 de enero, el gobierno de Mauricio Macri derogó los artículos 3, 4 y 5 del decreto 664 de 2008, que establecía este incentivo económico y un aumento de sueldos para algunos funcionarios.
Cabe aclarar que sugestivamente, el nuevo decreto aún no figura en la página del Boletín Oficial de la Ciudad, y dentro del Ejecutivo porteño, el revés a la iniciativa macrista parece haber pasado inadvertido ya que nadie tiene registro de la novedad.
Pese a haberse publicado a mediados de 2008, desde la Jefatura de Gabinete porteño corroboran que jamás tuvo efectos en la práctica: “La verdad es que no corresponden las gratificaciones y nunca fueron aplicadas. En un momento como este, no se puede estar pensando en ‘premios’ cuando todavía ni nos sentamos a discutir sobre los aumentos salariales. No tiene sentido”, confiaron las fuentes a LPO.
Para implementar los incentivos del decreto 664, se aplicaría un sistema de evaluación instrumentado por Horacio Rodríguez Larreta en la resolución Nº 47: el análisis iba del 1 (Insatisfactorio) al 5 (Sobresaliente), dependiendo del desempeño. La bonificación alcanzaba a “Ministros, Secretarios, Subsecretarios, Director General y niveles equivalentes del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, que podrían llegar a ganar hasta dos sueldos y medio de plus.
Pero ante las reiteradas críticas que acusaban a Macri de querer blanquear sobresueldos con el nuevo sistema o de pretender emular un incentivo propio del sector privado en el corazón de la gestión pública de la Ciudad, ya para fines del año pasado, distintas voces del macrismo habían salido a aclarar que no se le daría curso a los bonus no remunerativos.
“Gracias a esta normativa absurda pero vigente hasta principios de enero, tranquilamente podría venir el ‘Fino’ Palacios o incluso Mariano Narodowski a reclamar su bonificación por el decreto de Macri. Es una barbaridad, el criterio de evaluación era muy amplio, y hay que tener muchísimo cuidado: ahora queda la puerta abierta para eventuales reclamos”, ironizó legislador porteño Diego Kravetz.
A su vez, el diputado peronista recalcó: “Me da la sensación de que sacan este decreto ahora porque se habían olvidado de hacerlo antes, pero fue una barbaridad desde el inicio”. Para Kravetz, “hay una concepción errada: la esencia del funcionario debe ser cumplir con su vocación y no percibir una gratificación por cumplir con lo que se debe”.
Un año y medio después de la publicación en el Boletín oficial del decreto que fijaba el otorgamiento de la “Gratificación Anual Extraordinaria no remunerativa por cumplimiento de los Objetivos de Gestión” –suerte de bonificación para los funcionarios con buen desempeño-, el macrismo oficializó por medio de otro decreto la marcha atrás con respecto a esa iniciativa tan cuestionada por distintos sectores de la oposición e incluso del propio oficialismo.
Si bien, puertas adentro, fuentes de la Jefatura de Gabinete de la Ciudad le revelaron a LPO que “la decisión política ya había sido tomada desde hace mucho tiempo”, por medio de otro decreto –el Nº 9 de 2010- del 7 de enero, el gobierno de Mauricio Macri derogó los artículos 3, 4 y 5 del decreto 664 de 2008, que establecía este incentivo económico y un aumento de sueldos para algunos funcionarios.
Cabe aclarar que sugestivamente, el nuevo decreto aún no figura en la página del Boletín Oficial de la Ciudad, y dentro del Ejecutivo porteño, el revés a la iniciativa macrista parece haber pasado inadvertido ya que nadie tiene registro de la novedad.
Pese a haberse publicado a mediados de 2008, desde la Jefatura de Gabinete porteño corroboran que jamás tuvo efectos en la práctica: “La verdad es que no corresponden las gratificaciones y nunca fueron aplicadas. En un momento como este, no se puede estar pensando en ‘premios’ cuando todavía ni nos sentamos a discutir sobre los aumentos salariales. No tiene sentido”, confiaron las fuentes a LPO.
Para implementar los incentivos del decreto 664, se aplicaría un sistema de evaluación instrumentado por Horacio Rodríguez Larreta en la resolución Nº 47: el análisis iba del 1 (Insatisfactorio) al 5 (Sobresaliente), dependiendo del desempeño. La bonificación alcanzaba a “Ministros, Secretarios, Subsecretarios, Director General y niveles equivalentes del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, que podrían llegar a ganar hasta dos sueldos y medio de plus.
Pero ante las reiteradas críticas que acusaban a Macri de querer blanquear sobresueldos con el nuevo sistema o de pretender emular un incentivo propio del sector privado en el corazón de la gestión pública de la Ciudad, ya para fines del año pasado, distintas voces del macrismo habían salido a aclarar que no se le daría curso a los bonus no remunerativos.
“Gracias a esta normativa absurda pero vigente hasta principios de enero, tranquilamente podría venir el ‘Fino’ Palacios o incluso Mariano Narodowski a reclamar su bonificación por el decreto de Macri. Es una barbaridad, el criterio de evaluación era muy amplio, y hay que tener muchísimo cuidado: ahora queda la puerta abierta para eventuales reclamos”, ironizó legislador porteño Diego Kravetz.
A su vez, el diputado peronista recalcó: “Me da la sensación de que sacan este decreto ahora porque se habían olvidado de hacerlo antes, pero fue una barbaridad desde el inicio”. Para Kravetz, “hay una concepción errada: la esencia del funcionario debe ser cumplir con su vocación y no percibir una gratificación por cumplir con lo que se debe”.
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