(La Política OnLine). El ministro de Economía bonaerense, Alejandro Arlía, lanzará el 27 de enero Letras del Tesoro por 80 millones. Se trata de un mecanismo para financiarse en el corto plazo que instrumentó con éxito Mauricio Macri en la Ciudad. El objetivo es cubrir necesidades de financiamiento por 2.500 millones, la mitad del déficit proyectado para el 2010.
No es un secreto que el déficit estructural de la provincia de Buenos Aires es uno de los condicionamientos fuertes que agudizaron la dependencia política de Daniel Scioli respecto a la Casa Rosada. En ese marco el presupuesto aprobado para el 2010 no prevé una solución a este problema.
Es decir sobre un gasto proyectado de 65.860 millones, el propio oficialismo estimó un déficit para el 2010 de 5.350 millones, que desde la oposición estiman terminará escalando al doble.
Así las cosas, Arlía comenzó a trabajar una doble estrategia para conseguir financiamiento. Por un lado tenía previsto emitir un bono internacional en marzo, operación que venía trabajando con el equipo de su par nacional Amado Boudou, hasta que estalló la crisis del Central. Fue el propio secretario de Finanzas Hernán Lorenzino, quien le armó el encuentro con inversionistas que Arlía mantuvo en Nueva York a principios de diciembre.
La segunda parte de la estrategia de financiamiento que definió el ministro de Scioli, consiste en replicar una operación que ideó el macrismo y le reportó a la administración porteña cientos de millones, cuando la Casa Rosada le bloqueaba todo acceso al crédito internacional.
Se trata de las famosas Letes (Letras del Tesoro) que emite regularmente la Ciudad. La operación piloteada por el director de Crédito Público porteño Abel Fernández, le permitió a Macri romper el cerco financiero que le impuso el kirchnerismo. Son bonos de corto plazo y por montos relativamente pequeños, que sin embargo permiten a la administración porteña sortear las urgencias de liquidez.
El éxito de esta ingeniosa iniciativa generó la atención de distintas jurisdicciones del país, y Buenos Aires ya decidió salir al mercado el próximo 27 de enero entre las 11 y las 15, para licitar letras por un total de 80 millones, en una operación que calca a la perfección la instrumentada por el macrismo.
Según la información a la que accedió La Política Online la operación constará de tres tramos. Una letra por 30 millones con vencimiento el 4 de marzo (35 días); otra que vencerá el 29 de abril (91 días) por 30 millones y una tercera al 15 de julio (168 días) por otros 20 millones.
Sin embargo, según consta en el memorandum interno del Ministerio de Economía bonaerense, para todo el 2010, la idea de Arlía es absorber mediante este mecanismo un total de 2.500 millones, casi la mitad del déficit proyectado.
La operación estará a cargo del Banco Provincia y Argenclear Sociedad Anónima y prevé tramos para grandes inversores que arrancan en un valor nominal de 500 mil pesos, para medianos en 10 mil pesos y para particulares en 1.000 pesos.
¿Qué tasa pagará la provincia?
El miércoles la Ciudad emitió Letes por unos 179,5 millones y consiguió la tasa más baja hasta la fecha, un 11,95 por ciento. Lo que ubica a la administración macrista en un nivel de confianza para el mercado similar al de las Lebac del Banco Central. No es casualidad. La ciudad de Buenos Aires es el distrito con mejor calificación del país y uno de los pocos que no defaulteo su deuda en la crisis del 2001.
En ese marco, por estas horas corren apuestas en el mercado sobre cual será la tasa que finalmente le cobren a la administración de Scioli, que enfrenta un cuadro financiero complicado. “Los vamos a matar”, se entusiasmaba un operador.
Sin embargo, no se descarta que si la tasa termina siendo excesivamente alta, salga la Anses a cubrir la colocación bonaerense. O sea, una manera elegante de la Casa Rosada de seguir asistiendo financieramente a su principal aliado.
De cualquier manera, Arlía se cuidó de incluir en el lanzamiento de las Letes bonaerenses una garantía que compromete a parte de la coparticipación federal que recibe la provincia. Algo así como un Fondo del Bicentenario a escala bonaerense. Una manera de asegurar a eventuales inversores que se cumplirá con los compromisos asumidos.
Queda por último para los que siguen la letra chica de las cuestiones financieras un interrogante con miga política. Hasta ahora la administración de Macri sólo pudo colocar sus letes en fondos de inversión y compañías de seguros, ya que deliberadamente el Central –por orden de la Casa Rosada- no permitió a los bancos invertir en esas letras. Eran claro las épocas en las que Martín Redrado obedecía los dictados de la Quinta de Olivos.
Ahora, cuando salgan al mercado las Letes bonaerense todo indica que esta limitación se levantaría, lo que provocaría el efecto cascada de habilitar a la administración porteña a vender sus títulos, también a los bancos. Acaso una manera de Scioli de devolver a su amigo Macri, la ventana financiera que le abrió con su idea de las Letes.
No es un secreto que el déficit estructural de la provincia de Buenos Aires es uno de los condicionamientos fuertes que agudizaron la dependencia política de Daniel Scioli respecto a la Casa Rosada. En ese marco el presupuesto aprobado para el 2010 no prevé una solución a este problema.
Es decir sobre un gasto proyectado de 65.860 millones, el propio oficialismo estimó un déficit para el 2010 de 5.350 millones, que desde la oposición estiman terminará escalando al doble.
Así las cosas, Arlía comenzó a trabajar una doble estrategia para conseguir financiamiento. Por un lado tenía previsto emitir un bono internacional en marzo, operación que venía trabajando con el equipo de su par nacional Amado Boudou, hasta que estalló la crisis del Central. Fue el propio secretario de Finanzas Hernán Lorenzino, quien le armó el encuentro con inversionistas que Arlía mantuvo en Nueva York a principios de diciembre.
La segunda parte de la estrategia de financiamiento que definió el ministro de Scioli, consiste en replicar una operación que ideó el macrismo y le reportó a la administración porteña cientos de millones, cuando la Casa Rosada le bloqueaba todo acceso al crédito internacional.
Se trata de las famosas Letes (Letras del Tesoro) que emite regularmente la Ciudad. La operación piloteada por el director de Crédito Público porteño Abel Fernández, le permitió a Macri romper el cerco financiero que le impuso el kirchnerismo. Son bonos de corto plazo y por montos relativamente pequeños, que sin embargo permiten a la administración porteña sortear las urgencias de liquidez.
El éxito de esta ingeniosa iniciativa generó la atención de distintas jurisdicciones del país, y Buenos Aires ya decidió salir al mercado el próximo 27 de enero entre las 11 y las 15, para licitar letras por un total de 80 millones, en una operación que calca a la perfección la instrumentada por el macrismo.
Según la información a la que accedió La Política Online la operación constará de tres tramos. Una letra por 30 millones con vencimiento el 4 de marzo (35 días); otra que vencerá el 29 de abril (91 días) por 30 millones y una tercera al 15 de julio (168 días) por otros 20 millones.
Sin embargo, según consta en el memorandum interno del Ministerio de Economía bonaerense, para todo el 2010, la idea de Arlía es absorber mediante este mecanismo un total de 2.500 millones, casi la mitad del déficit proyectado.
La operación estará a cargo del Banco Provincia y Argenclear Sociedad Anónima y prevé tramos para grandes inversores que arrancan en un valor nominal de 500 mil pesos, para medianos en 10 mil pesos y para particulares en 1.000 pesos.
¿Qué tasa pagará la provincia?
El miércoles la Ciudad emitió Letes por unos 179,5 millones y consiguió la tasa más baja hasta la fecha, un 11,95 por ciento. Lo que ubica a la administración macrista en un nivel de confianza para el mercado similar al de las Lebac del Banco Central. No es casualidad. La ciudad de Buenos Aires es el distrito con mejor calificación del país y uno de los pocos que no defaulteo su deuda en la crisis del 2001.
En ese marco, por estas horas corren apuestas en el mercado sobre cual será la tasa que finalmente le cobren a la administración de Scioli, que enfrenta un cuadro financiero complicado. “Los vamos a matar”, se entusiasmaba un operador.
Sin embargo, no se descarta que si la tasa termina siendo excesivamente alta, salga la Anses a cubrir la colocación bonaerense. O sea, una manera elegante de la Casa Rosada de seguir asistiendo financieramente a su principal aliado.
De cualquier manera, Arlía se cuidó de incluir en el lanzamiento de las Letes bonaerenses una garantía que compromete a parte de la coparticipación federal que recibe la provincia. Algo así como un Fondo del Bicentenario a escala bonaerense. Una manera de asegurar a eventuales inversores que se cumplirá con los compromisos asumidos.
Queda por último para los que siguen la letra chica de las cuestiones financieras un interrogante con miga política. Hasta ahora la administración de Macri sólo pudo colocar sus letes en fondos de inversión y compañías de seguros, ya que deliberadamente el Central –por orden de la Casa Rosada- no permitió a los bancos invertir en esas letras. Eran claro las épocas en las que Martín Redrado obedecía los dictados de la Quinta de Olivos.
Ahora, cuando salgan al mercado las Letes bonaerense todo indica que esta limitación se levantaría, lo que provocaría el efecto cascada de habilitar a la administración porteña a vender sus títulos, también a los bancos. Acaso una manera de Scioli de devolver a su amigo Macri, la ventana financiera que le abrió con su idea de las Letes.
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