El Comité Argentino de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CASACIDN) cuestionó la decisión de la Cámara en lo Penal de Morón, que rechazó un recurso de la fiscalía y las querellas solicitando la detención inmediata de Julio César Grassi.
"No podemos aceptar que Grassi siga sin ir a prisión después de una condena en dos instancias, a 15 años y ningún tribunal se anima a meterlo preso", dijo Nora Schulman, directora ejecutiva del CASACIDN, que fue querellante en el juicio que condenó a Grassi en 2008, por abuso sexual y corrupción de menores.
"Apelaremos a todas las instancias que correspondan hasta lograr que se haga justicia de verdad en este caso. Nos indigna la impunidad que tiene Grassi para lograr no cumplir con su condena y no pensamos aceptarlo con los brazos cruzados”, aseguró Schulman.
“Si no fuera un cura con un enorme poder político, económico y eclesiástico, ya estaría preso, como fue el caso del sacerdote Héctor Pared que, por mismo delito, fue llevado a juicio y condenado en un plazo de 6 meses y murió poco tiempo después en prisión”, destacó Schulman.
Resulta por lo menos curioso que mientras el Papa Benedicto XVI reúne a los cardenales para ocuparse con ellos del tema de la pedofilia en la Iglesia, la Institución en la Argentina y en especial sus máximas jerarquías permanezcan absolutamente al margen de dicha preocupación del Santo Padre y sigan sosteniendo que se rigen por los principios y procedimientos internos de la Iglesia.
Por último no podemos dejar de subrayar que una justicia que no actúa como es debido, nunca podrá ser creíble para un pueblo que anhela tener confianza en ella y la necesita para afianzar la democracia. Esto no va a resultar posible si se mantienen hacia la misma sospechas de corrupción y complicidad con los poderosos.
"No podemos aceptar que Grassi siga sin ir a prisión después de una condena en dos instancias, a 15 años y ningún tribunal se anima a meterlo preso", dijo Nora Schulman, directora ejecutiva del CASACIDN, que fue querellante en el juicio que condenó a Grassi en 2008, por abuso sexual y corrupción de menores.
"Apelaremos a todas las instancias que correspondan hasta lograr que se haga justicia de verdad en este caso. Nos indigna la impunidad que tiene Grassi para lograr no cumplir con su condena y no pensamos aceptarlo con los brazos cruzados”, aseguró Schulman.
“Si no fuera un cura con un enorme poder político, económico y eclesiástico, ya estaría preso, como fue el caso del sacerdote Héctor Pared que, por mismo delito, fue llevado a juicio y condenado en un plazo de 6 meses y murió poco tiempo después en prisión”, destacó Schulman.
Resulta por lo menos curioso que mientras el Papa Benedicto XVI reúne a los cardenales para ocuparse con ellos del tema de la pedofilia en la Iglesia, la Institución en la Argentina y en especial sus máximas jerarquías permanezcan absolutamente al margen de dicha preocupación del Santo Padre y sigan sosteniendo que se rigen por los principios y procedimientos internos de la Iglesia.
Por último no podemos dejar de subrayar que una justicia que no actúa como es debido, nunca podrá ser creíble para un pueblo que anhela tener confianza en ella y la necesita para afianzar la democracia. Esto no va a resultar posible si se mantienen hacia la misma sospechas de corrupción y complicidad con los poderosos.
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