(Asteriscos Tv). Al menos uno de cada tres pacientes con diabetes evidencia una enfermedad ocular conocida como retinopatía diabética. Además, más del 4 % de los pacientes de diabetes tiene retinopatía diabética tan avanzada que amenaza su visión, según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association.
Luciano Berretta, médico oftalmólogo, especialista en retina, miembro del servicio de oftalmología del Hospital Italiano, explicó que la retinopatía diabética (RD) "es una complicación ocular de la diabetes, que causa el deterioro paulatino de los vasos sanguíneos que irrigan la retina -la delgada capa de tejido neurológico que tapiza el interior del globo ocular-".
El especialista destacó que, como resultado de este daño, "los vasos sufren una fuga de fluido o sangre, capaz de lesionar o formar tejidos fibrosos en la retina, que produce una imagen visual borrosa".
"La RD es una de las causas más importantes de ceguera en el mundo y puede afectar a cualquier paciente diabético. Generalmente, su diagnóstico es tardío ya que en sus inicios no presenta ninguna clase de síntomas", remarcó Berreta.
El médico indicó que si bien son imperceptibles, "los primeros síntomas los descubre recién el médico oftalmólogo cuando realiza un fondo de ojo. La disminución de la visión comienza cuando los microaneurismas, detectados en el consultorio, afectan el centro de la retina".
"En los estados avanzados, la disminución de visión aumenta sin pausa hasta alcanzar la ceguera del paciente. El diagnóstico se realiza en el consultorio a través de un examen oftalmológico completo, que abarca agudeza visual, fondo de ojo, tomografía y ecografía ocular, entre otros estudios", añadió.
Berreta afirmó que "se puede reducir el riesgo de padecer retinopatía diabética mediante un control estricto de la diabetes –con el empleo recomendado de insulina o de los medicamentos prescriptos por el médico clínico-, ejercicios físicos para un mejor control de los niveles de azúcar y lípidos en sangre, una revisión periódica de los valores de presión arterial y efectuar un examen oftalmológico que incluya un fondo de ojo, al menos, una vez al año".
Además, dijo que la retinopatía diabética "no se cura, sólo se la trata para estabilizar y detener la enfermedad. En otras palabras, el primer tratamiento y el más importante es el control metabólico y el de valores de presión arterial".
"Existen también otros procedimientos como la fotocoagulación con láser y la vitrectomía, si bien éstos los indicará oportunamente el médico oftalmólogo tratante.
Por lo tanto, es imprescindible el control metabólico estricto, un examen oftalmológico anual y un adecuado cuidado y seguimiento de la enfermedad ocular con un especialista calificado", concluyó.
Luciano Berretta, médico oftalmólogo, especialista en retina, miembro del servicio de oftalmología del Hospital Italiano, explicó que la retinopatía diabética (RD) "es una complicación ocular de la diabetes, que causa el deterioro paulatino de los vasos sanguíneos que irrigan la retina -la delgada capa de tejido neurológico que tapiza el interior del globo ocular-".
El especialista destacó que, como resultado de este daño, "los vasos sufren una fuga de fluido o sangre, capaz de lesionar o formar tejidos fibrosos en la retina, que produce una imagen visual borrosa".
"La RD es una de las causas más importantes de ceguera en el mundo y puede afectar a cualquier paciente diabético. Generalmente, su diagnóstico es tardío ya que en sus inicios no presenta ninguna clase de síntomas", remarcó Berreta.
El médico indicó que si bien son imperceptibles, "los primeros síntomas los descubre recién el médico oftalmólogo cuando realiza un fondo de ojo. La disminución de la visión comienza cuando los microaneurismas, detectados en el consultorio, afectan el centro de la retina".
"En los estados avanzados, la disminución de visión aumenta sin pausa hasta alcanzar la ceguera del paciente. El diagnóstico se realiza en el consultorio a través de un examen oftalmológico completo, que abarca agudeza visual, fondo de ojo, tomografía y ecografía ocular, entre otros estudios", añadió.
Berreta afirmó que "se puede reducir el riesgo de padecer retinopatía diabética mediante un control estricto de la diabetes –con el empleo recomendado de insulina o de los medicamentos prescriptos por el médico clínico-, ejercicios físicos para un mejor control de los niveles de azúcar y lípidos en sangre, una revisión periódica de los valores de presión arterial y efectuar un examen oftalmológico que incluya un fondo de ojo, al menos, una vez al año".
Además, dijo que la retinopatía diabética "no se cura, sólo se la trata para estabilizar y detener la enfermedad. En otras palabras, el primer tratamiento y el más importante es el control metabólico y el de valores de presión arterial".
"Existen también otros procedimientos como la fotocoagulación con láser y la vitrectomía, si bien éstos los indicará oportunamente el médico oftalmólogo tratante.
Por lo tanto, es imprescindible el control metabólico estricto, un examen oftalmológico anual y un adecuado cuidado y seguimiento de la enfermedad ocular con un especialista calificado", concluyó.
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