Ya está disponible en la Argentina una nueva vacuna para prevenir la meningitis meningocócica. Se trata de la primera y única vacuna conjugada que llega al país que protege contra cuatro de los cinco principales serogrupos del meningococo responsables de la infección: los serogrupos A, Y, C y W135.
“La enfermedad meningocócica, especialmente la meningitis, es una de las infecciones más devastadoras que afecta a individuos o comunidades de todo el mundo. Si bien la infección es poco frecuente sus consecuencias son muy severas, con un porcentaje de mortalidad de entre 10 y 15% a pesar de contar con tratamientos antimicrobianos. Por lo tanto, la vacunación se justifica por la severidad de la enfermedad”, explicó el doctor Daniel Stamboulian, médico infectólogo, Presidente de FIDEC (Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries); FUNCEI (Fundación Centro de Estudios Infectológicos) y Profesor emérito de la UCES.
La meningitis es una infección que causa inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal (las meninges), y puede ser producida por un virus o por distintos tipos de bacterias. Los casos más graves son consecuencia de la bacteria llamada Neisseria meningitidis o “meningococo”, que es además la única bacteria que causa enfermedad epidémica. El meningococo también puede conducir a una septicemia, una infección en la sangre que puede ser mortal.
“Los primeros síntomas son frecuentemente inespecíficos (sobre todo en los lactantes) y similares a un estado gripal, por lo tanto muchas veces es difícil diagnosticar la enfermedad tempranamente. La enfermedad tarda entre 2 y 24 horas en manifestarse clínicamente en toda su intensidad. Los síntomas característicos son la temperatura, que puede o no ser elevada, decaimiento del estado general, en ocasiones somnolencia, confusión, vómitos y cefaleas; en un número no menor de casos, aparición de manchas características en la piel que se denominan petequias.
“Si nosotros esperamos la clásica ´rigidez de nuca´ ante la movilización del cuello y el rash hemorrágico, es probable que estemos llegando tarde al diagnóstico y tratamiento adecuado” afirma el doctor Alejandro Ellis, médico infectólogo infantil del Sanatorio Mater Dei y del CEMIC; Profesor de Epidemiología de la Facultad de Ciencias Biomédicas-Universidad Austral.
Existen distintos tipos de meningococo, pero cinco serogrupos son los responsables de la mayoría de las infecciones: meningococo A, C, Y, W135, y B , . La incidencia de la distribución geográfica tanto de la enfermedad como de los serogrupos de la bacteria que la producen, cambian continuamente.
“Es muy atractivo contar con una vacuna que cubra distintas posibilidades a partir de la inclusión de serotipos importantes. Durante los últimos años se ha observado en la Argentina un aumento en la circulación del serotipo W135 que está incluido en esta nueva vacuna”, afirmó Stamboulian.
La transmisión de la enfermedad meningocócica es por vía aérea, la bacteria es fácilmente transmitida de una persona a otra por la aerolización o contacto con secreciones respiratorias y saliva.
La mayoría de las personas transporta la bacteria meningococo en la nasofaringe (nariz y garganta) de manera asintomática en algún momento de su vida, y esa tasa de portación alcanza su pico máximo en los adolescentes y adultos jóvenes.
Se estima que entre el 10 y el 20% de la población es portadora sana de la bacteria, y una vez adquirida, la persona puede portarla hasta 5 o 6 meses ; y si bien menos del 1% de los portadores desarrollan la enfermedad, sí pueden transmitir la bacteria a otros individuos estando sanos.
De hecho, el contacto cercano con un portador puede incrementar 800 veces el riesgo de adquirir la bacteria , la que puede transmitirse fácilmente entre las personas por medio de la tos, el estornudo y por el contacto directo a partir de un beso o al compartir un vaso o un mate.
“El mayor factor de riesgo de presentar enfermedad meningocócica es la portación nasofaríngea de la bacteria Neisseria meningitidis, por lo tanto es importante contar ahora con esta vacuna que también contempla la portación”, indicó Stamboulian.
Globalización y adolescentes
La enfermedad meningocócica tiene una naturaleza dinámica e imprevisible que indica la necesidad de una protección amplia, naturaleza que se suma además a la realidad de un mundo globalizado en donde la propagación de infecciones no tiene fronteras. La distribución de los serogrupos del meningococo que producen la infección varía en el tiempo y en las distintas regiones, y estas variaciones no pueden preverse.
Esto lo demuestra, por ejemplo, la diseminación mundial del serogrupo W135 -ahora incluido en la nueva vacuna tetravalente- luego de la peregrinación a La Meca (Hajj) en el año 2000.
En Argentina las características epidemiológicas también varían a lo largo del tiempo y generan brotes. Hasta el año 2000 se observaba predominantemente la circulación del serogrupo C y desde el año 2009 se ha registrado un significativo aumento del serogrupo de meningococo W135.
Los adolescentes son actores fundamentales en la propagación del meningococo ya que la portación de esta bacteria en la nasofaringe es mayor en este grupo etario10. Además, existen conductas que contribuyen a que los adolescentes sean más vulnerables a contraer la enfermedad ya que participan de actividades que aumentan el riesgo de infección como asistir a bares, fiestas, compartir vasos de bebida, besarse, fumar y participar de eventos multitudinarios.
Teniendo en cuenta estos factores de riesgo y la mayor mortalidad reportada en los adolescentes que se enferman, la introducción de la vacuna a partir de los 11 años es una estrategia clave para prevenir esta enfermedad.
La nueva vacuna está indicada para la inmunización activa de adolescentes (desde los 11 años de edad) y adultos hasta 55 años para prevenir la enfermedad invasiva causada por los serogrupos de meningococo A, Y, W135 y C.
Su eficacia y seguridad han sido evaluadas en estudios clínicos con más de 18.500 participantes de un amplio rango de edades, y el programa de investigación clínica en curso actual incluye también a lactantes y niños pequeños.
Los especialistas destacan el valor de que sea una vacuna de amplia cobertura y conjugada: “Hay varios elementos que resaltan la importancia de que sea conjugada: la duración de la inmunidad es mucho más elevada que en otras vacunas no conjugadas. Se sabe también que reduce la portación del agente en fauces (parte posterior de la boca).
Otra característica de impacto es la posibilidad de tener, si se vacuna a gran parte de la población, un efecto de protección de rebaño o proteger al que no está vacunado debido a los vacunados sin portación de este agente. El otro elemento es que, en un tiempo no muy lejano, es probable que esta vacuna pueda ser utilizada en los niños menores de 2 años, cosa que no tenemos hasta ahora disponibilidad” afirma Ellis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias de diversos países recomiendan la vacunación meningocócica para todas aquellas personas que tienen un riesgo incrementado de contraer la enfermedad como ser : niños menores de 5 años, adolescentes, turistas que visiten zonas de brote, militares y peregrinos.
En esa línea el doctor Alejandro Ellis agrega: “La nueva vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente contra Neisseria meningitidis serogrupos A, C, W135 e Y, puede utilizarse con criterio individual en los niños a partir de los 11 años.
La adolescencia es un momento relevante para ello. Los adultos pueden vacunarse hasta la edad de los 55 años. Dentro de otros grupos a vacunar debemos considerar prioritariamente: viajeros al cinturón meningítico y en África sub-Sahariana (países de África central); viajeros a áreas con epidemias actuales; estudiantes de colegios con riesgo de enfermedad endémica; los peregrinos a La Meca (mandataria), y otras áreas de gran concentración de personas en poco tiempo (carnavales)”.
Y concluye “La prevención es siempre la mejor estrategia en salud pública. En lo que respecta a vacunas, fuera del agua corriente y una adecuada nutrición, éstas fueron las herramientas que mayor impacto produjeron en la disminución de la mortalidad infantil y mortalidad en menores de 5 años en el planeta en los últimos 50 años”. Las campañas de vacunación contra las otras dos bacterias responsables de la meningitis y la sepsis – Haemophilus influenza tipo B (Hib) y el Streptococcus pneumoniae (neumococo) – han demostrado ser 99% efectivas en disminuir la incidencia de la enfermedad y la muerte provocada por estas infecciones.
La enfermedad meningocócica es el tercer tipo de meningitis bacteriana cuyo impacto puede disminuirse mediante la vacunación. La OMS estima que una campaña masiva de vacunación podría reducir las infecciones meningocócicas en un 70%.
“La vacunación es la mejor herramienta para prevenir la enfermedad. La nueva vacuna antimeningocócica conjugada tiene la ventaja de controlar la portación de la bacteria, brindar inmunidad por mayor cantidad de tiempo e incluir al serotipo W135 del cual se ha observado un aumento de su circulación en la Argentina”, concluyó el doctor Stamboulian.(Asteriscos Tv).
“La enfermedad meningocócica, especialmente la meningitis, es una de las infecciones más devastadoras que afecta a individuos o comunidades de todo el mundo. Si bien la infección es poco frecuente sus consecuencias son muy severas, con un porcentaje de mortalidad de entre 10 y 15% a pesar de contar con tratamientos antimicrobianos. Por lo tanto, la vacunación se justifica por la severidad de la enfermedad”, explicó el doctor Daniel Stamboulian, médico infectólogo, Presidente de FIDEC (Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries); FUNCEI (Fundación Centro de Estudios Infectológicos) y Profesor emérito de la UCES.
La meningitis es una infección que causa inflamación de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal (las meninges), y puede ser producida por un virus o por distintos tipos de bacterias. Los casos más graves son consecuencia de la bacteria llamada Neisseria meningitidis o “meningococo”, que es además la única bacteria que causa enfermedad epidémica. El meningococo también puede conducir a una septicemia, una infección en la sangre que puede ser mortal.
“Los primeros síntomas son frecuentemente inespecíficos (sobre todo en los lactantes) y similares a un estado gripal, por lo tanto muchas veces es difícil diagnosticar la enfermedad tempranamente. La enfermedad tarda entre 2 y 24 horas en manifestarse clínicamente en toda su intensidad. Los síntomas característicos son la temperatura, que puede o no ser elevada, decaimiento del estado general, en ocasiones somnolencia, confusión, vómitos y cefaleas; en un número no menor de casos, aparición de manchas características en la piel que se denominan petequias.
“Si nosotros esperamos la clásica ´rigidez de nuca´ ante la movilización del cuello y el rash hemorrágico, es probable que estemos llegando tarde al diagnóstico y tratamiento adecuado” afirma el doctor Alejandro Ellis, médico infectólogo infantil del Sanatorio Mater Dei y del CEMIC; Profesor de Epidemiología de la Facultad de Ciencias Biomédicas-Universidad Austral.
Existen distintos tipos de meningococo, pero cinco serogrupos son los responsables de la mayoría de las infecciones: meningococo A, C, Y, W135, y B , . La incidencia de la distribución geográfica tanto de la enfermedad como de los serogrupos de la bacteria que la producen, cambian continuamente.
“Es muy atractivo contar con una vacuna que cubra distintas posibilidades a partir de la inclusión de serotipos importantes. Durante los últimos años se ha observado en la Argentina un aumento en la circulación del serotipo W135 que está incluido en esta nueva vacuna”, afirmó Stamboulian.
La transmisión de la enfermedad meningocócica es por vía aérea, la bacteria es fácilmente transmitida de una persona a otra por la aerolización o contacto con secreciones respiratorias y saliva.
La mayoría de las personas transporta la bacteria meningococo en la nasofaringe (nariz y garganta) de manera asintomática en algún momento de su vida, y esa tasa de portación alcanza su pico máximo en los adolescentes y adultos jóvenes.
Se estima que entre el 10 y el 20% de la población es portadora sana de la bacteria, y una vez adquirida, la persona puede portarla hasta 5 o 6 meses ; y si bien menos del 1% de los portadores desarrollan la enfermedad, sí pueden transmitir la bacteria a otros individuos estando sanos.
De hecho, el contacto cercano con un portador puede incrementar 800 veces el riesgo de adquirir la bacteria , la que puede transmitirse fácilmente entre las personas por medio de la tos, el estornudo y por el contacto directo a partir de un beso o al compartir un vaso o un mate.
“El mayor factor de riesgo de presentar enfermedad meningocócica es la portación nasofaríngea de la bacteria Neisseria meningitidis, por lo tanto es importante contar ahora con esta vacuna que también contempla la portación”, indicó Stamboulian.
Globalización y adolescentes
La enfermedad meningocócica tiene una naturaleza dinámica e imprevisible que indica la necesidad de una protección amplia, naturaleza que se suma además a la realidad de un mundo globalizado en donde la propagación de infecciones no tiene fronteras. La distribución de los serogrupos del meningococo que producen la infección varía en el tiempo y en las distintas regiones, y estas variaciones no pueden preverse.
Esto lo demuestra, por ejemplo, la diseminación mundial del serogrupo W135 -ahora incluido en la nueva vacuna tetravalente- luego de la peregrinación a La Meca (Hajj) en el año 2000.
En Argentina las características epidemiológicas también varían a lo largo del tiempo y generan brotes. Hasta el año 2000 se observaba predominantemente la circulación del serogrupo C y desde el año 2009 se ha registrado un significativo aumento del serogrupo de meningococo W135.
Los adolescentes son actores fundamentales en la propagación del meningococo ya que la portación de esta bacteria en la nasofaringe es mayor en este grupo etario10. Además, existen conductas que contribuyen a que los adolescentes sean más vulnerables a contraer la enfermedad ya que participan de actividades que aumentan el riesgo de infección como asistir a bares, fiestas, compartir vasos de bebida, besarse, fumar y participar de eventos multitudinarios.
Teniendo en cuenta estos factores de riesgo y la mayor mortalidad reportada en los adolescentes que se enferman, la introducción de la vacuna a partir de los 11 años es una estrategia clave para prevenir esta enfermedad.
La nueva vacuna está indicada para la inmunización activa de adolescentes (desde los 11 años de edad) y adultos hasta 55 años para prevenir la enfermedad invasiva causada por los serogrupos de meningococo A, Y, W135 y C.
Su eficacia y seguridad han sido evaluadas en estudios clínicos con más de 18.500 participantes de un amplio rango de edades, y el programa de investigación clínica en curso actual incluye también a lactantes y niños pequeños.
Los especialistas destacan el valor de que sea una vacuna de amplia cobertura y conjugada: “Hay varios elementos que resaltan la importancia de que sea conjugada: la duración de la inmunidad es mucho más elevada que en otras vacunas no conjugadas. Se sabe también que reduce la portación del agente en fauces (parte posterior de la boca).
Otra característica de impacto es la posibilidad de tener, si se vacuna a gran parte de la población, un efecto de protección de rebaño o proteger al que no está vacunado debido a los vacunados sin portación de este agente. El otro elemento es que, en un tiempo no muy lejano, es probable que esta vacuna pueda ser utilizada en los niños menores de 2 años, cosa que no tenemos hasta ahora disponibilidad” afirma Ellis.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades sanitarias de diversos países recomiendan la vacunación meningocócica para todas aquellas personas que tienen un riesgo incrementado de contraer la enfermedad como ser : niños menores de 5 años, adolescentes, turistas que visiten zonas de brote, militares y peregrinos.
En esa línea el doctor Alejandro Ellis agrega: “La nueva vacuna antimeningocócica conjugada tetravalente contra Neisseria meningitidis serogrupos A, C, W135 e Y, puede utilizarse con criterio individual en los niños a partir de los 11 años.
La adolescencia es un momento relevante para ello. Los adultos pueden vacunarse hasta la edad de los 55 años. Dentro de otros grupos a vacunar debemos considerar prioritariamente: viajeros al cinturón meningítico y en África sub-Sahariana (países de África central); viajeros a áreas con epidemias actuales; estudiantes de colegios con riesgo de enfermedad endémica; los peregrinos a La Meca (mandataria), y otras áreas de gran concentración de personas en poco tiempo (carnavales)”.
Y concluye “La prevención es siempre la mejor estrategia en salud pública. En lo que respecta a vacunas, fuera del agua corriente y una adecuada nutrición, éstas fueron las herramientas que mayor impacto produjeron en la disminución de la mortalidad infantil y mortalidad en menores de 5 años en el planeta en los últimos 50 años”. Las campañas de vacunación contra las otras dos bacterias responsables de la meningitis y la sepsis – Haemophilus influenza tipo B (Hib) y el Streptococcus pneumoniae (neumococo) – han demostrado ser 99% efectivas en disminuir la incidencia de la enfermedad y la muerte provocada por estas infecciones.
La enfermedad meningocócica es el tercer tipo de meningitis bacteriana cuyo impacto puede disminuirse mediante la vacunación. La OMS estima que una campaña masiva de vacunación podría reducir las infecciones meningocócicas en un 70%.
“La vacunación es la mejor herramienta para prevenir la enfermedad. La nueva vacuna antimeningocócica conjugada tiene la ventaja de controlar la portación de la bacteria, brindar inmunidad por mayor cantidad de tiempo e incluir al serotipo W135 del cual se ha observado un aumento de su circulación en la Argentina”, concluyó el doctor Stamboulian.(Asteriscos Tv).
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