viernes, octubre 29, 2010

Grosman y el equipo de Fuerza Bruta, detrás del ajustado sepelio de Kirchner

El mismo funcionario que ideó el desfile del Bicentenario estuvo a cargo de la conmemoración pública que se organizó en torno al sepelio de Néstor Kirchner. Cámaras satelitales, estudiada coreografía circular, algunas de las claves que hicieron de las exequias del ex presidente un evento de primer nivel.

Javier Alberto Grosman es muy conocido en el mundo de la cultura, pero poco transitado en las crónicas políticas. Sin embargo, se trata del hombre que le aportó a la presidencia de Cristina Kirchner grandes dosis de ese glamour estético que despliega la primera mandataria de manera casi natural y que entronca tan bien con la tradicional sintonía del progresismo con el mundo de la cultura.

Ex colaborador de Aníbal Ibarra, se sumó al gobierno de la mano de Oscar Parrilli, cuando el secretario General estaba desbordado por las presiones de la Presidenta para que los festejos del Bicentenario estuvieran a la altura de los mejores espectáculos del mundo.

Es que Parrilli venía enredado con el secretario de Cultura Jorge Coscia y el titular de los medios públicos Tristán Bauer, en el diseño del evento. Tan vital fue su aporte que hubo un decreto de la propia Cristina Kirchner, firmado el 30 de diciembre de 2009, que designó a Grosman director ejecutivo de la Unidad Ejecutora Bicentenario de la Revolución de Mayo 1810-2010.

De inmediato, Grosman acercó a Diqui James, fundador y director artístico del grupo de teatro de vanguardia Fuerza Bruta. James tenía además sus propios pergaminos para el ideario kirchnerista: su madre de James era la hermana de Manuel Evequoz, el militante de Montoneros desaparecido durante la última dictadura militar, inspirador de Manuel Mandeb, el personaje creado por Dolina en Crónicas del Angel Gris.

El ingreso de Grosman
De manera que a la hora de organizar las exequias de Kirchner, que según dispuso Cristina debían ser públicas y en la Casa Rosada, Parrilli no dudó: convocó al mismo equipo que le garantizó el éxito en el Bicentenario.

De inmediato se pusieron a trabajar Grosman y la gente de Fuerza Bruta en un evento que resumiera buen gusto, sobriedad y al mismo tiempo de fuerte impacto visual. Se sumaron a la tarea un equipo de arquitectas que trabajar con Parrilli y el subsecretario de Medios Alfredo Scoccimarro, que hizo de vínculo con las cámaras que aportó el sistema estatal de medios.

Incluso se ubicaron cámaras en las calles, que registraron al detalle la impresionante movilización popular que seguramente pasarán a formar parte de un futuro video que concentre la crónica del adiós al ex presidente.

La ajustada organización se pudo apreciar en el Salón de las Patriotas Latinoaméricanos donde se veló a Kirchner, en las que discretos per eficaces hombres con audífonos al estilo del servicio secreto de las películas norteamericanas, distribuían a los visitantes.

Uno de los grandes aciertos fue presentar un cajón cerrado de manera que las miradas se concentraran en Cristina. El otro fue la escenografía circular que permitió una más fluida circulación de cámaras y el gran hallazgo fue la posición cenital para tomar imágenes que permitió que el equipo del fotógrafo oficial Víctor Bugge hiciera la lograda toma de Cristina junto al cajón, que hoy ilustró la tapa de Clarín y la revista Noticias.

Bugge trabaja con un equipo de cinco destacados reporteros gráficos, uno de los cuales hizo la fotografía que ya entró en la historia.
(Fuente: La Política OnLine).

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