SAN MIGUEL, Noviembre 25, (PUNTO CERO-Diarionp) Este sábado la paciencia volvió a colmar el vaso y los choferes de la empresa la Primera de Grand Bourg (440, 315, 740) realizaron un paro de actividades para solicitar a las autoridades policiales y políticas una respuesta a las constantes agresiones que vienen sufriendo estos trabajadores del volante.
Desde alrededor de la siete de la mañana los choferes comenzaron a cortar el servicio de los distintos ramales que circulan por los distritos de José C. Paz, Moreno, Malvinas Argentinas y San Miguel.
Un centenar de trabajadores con sus unidades estacionadas alrededor de la terminal de San Miguel, ubicada sobre la calle Fraga a metros de la estación de trenes, pedían seguridad para trabajar.
En la madrugada del viernes para el sábado se produjeron varios hechos de violencia dentro y contra las unidades de transporte, grupos de dos hasta siete muchachos (la mayoría menores de edad) realizaron distintos desmanes.
Desde un tiroteo entre un menor que atacó a otro (dentro del colectivo en plena circulación), hasta la rotura de vidrios y un simulacro de fusilamiento, cuando un delincuente le gatillo tres veces en la pierna del chofer, y una en la cabeza sin que saliera el proyectil (posiblemente hecho adrede).
Se hicieron presentes varios Jefes Policiales de José C. Paz y San Miguel, quienes dialogaron extensamente con los choferes, de manera realmente constructiva, pero todos convencidos que hay que hacer algo.
Un cóctel muy peligroso...
Los choferes relataban distintos episodios, e incluso aseguraban que el principal problema no era la calle Tribulato, sino los barrios y las calles mas alejadas, y si bien no hay un horario fijo la mayor cantidad de agresiones se cometen al salir de los boliches.
El estado de ebriedad de los jóvenes, es cada día mayor (que sin duda cuentan con más poder adquisitivo), y el descontrol de los mismo “boliches” que expenden bebida a “diestra y siniestra” a cualquiera que lo pague o lo que es lo mismo a un “mayor” que le da a los menores.
Al problema de los alcoholizados se suma a los pendencieros, los delincuentes, los drogados, los que portan “apellido” o son “amigos de”, dando por resultado una marea humana difícil de controlar, y encima la mayoría son menores.
Aquí entra la otra protesta, el control del estado. Ya que la municipalidades a vistas de los acontecimientos, o no hacen los controles en vigencia, o son desbordados. Ya que el expendio de bebidas alcohólicas y por supuesto por la circulación de la droga en la calle es cosa común-
Si bien hay una gran cantidad de policías, de uniforme y civiles, no dan abasto; según las estadísticas solo en tribulato por noche se juntan entre 40 a 60.000 personas, que se dispersan por las calles en todas las direcciones.
Si para una cancha de fútbol se disponen de al menos 600 efectivos, ¿cómo pretenden que menos de 50 hagan lo propio en San Miguel?.
Desde alrededor de la siete de la mañana los choferes comenzaron a cortar el servicio de los distintos ramales que circulan por los distritos de José C. Paz, Moreno, Malvinas Argentinas y San Miguel.
Un centenar de trabajadores con sus unidades estacionadas alrededor de la terminal de San Miguel, ubicada sobre la calle Fraga a metros de la estación de trenes, pedían seguridad para trabajar.
En la madrugada del viernes para el sábado se produjeron varios hechos de violencia dentro y contra las unidades de transporte, grupos de dos hasta siete muchachos (la mayoría menores de edad) realizaron distintos desmanes.
Desde un tiroteo entre un menor que atacó a otro (dentro del colectivo en plena circulación), hasta la rotura de vidrios y un simulacro de fusilamiento, cuando un delincuente le gatillo tres veces en la pierna del chofer, y una en la cabeza sin que saliera el proyectil (posiblemente hecho adrede).
Se hicieron presentes varios Jefes Policiales de José C. Paz y San Miguel, quienes dialogaron extensamente con los choferes, de manera realmente constructiva, pero todos convencidos que hay que hacer algo.
Un cóctel muy peligroso...
Los choferes relataban distintos episodios, e incluso aseguraban que el principal problema no era la calle Tribulato, sino los barrios y las calles mas alejadas, y si bien no hay un horario fijo la mayor cantidad de agresiones se cometen al salir de los boliches.
El estado de ebriedad de los jóvenes, es cada día mayor (que sin duda cuentan con más poder adquisitivo), y el descontrol de los mismo “boliches” que expenden bebida a “diestra y siniestra” a cualquiera que lo pague o lo que es lo mismo a un “mayor” que le da a los menores.
Al problema de los alcoholizados se suma a los pendencieros, los delincuentes, los drogados, los que portan “apellido” o son “amigos de”, dando por resultado una marea humana difícil de controlar, y encima la mayoría son menores.
Aquí entra la otra protesta, el control del estado. Ya que la municipalidades a vistas de los acontecimientos, o no hacen los controles en vigencia, o son desbordados. Ya que el expendio de bebidas alcohólicas y por supuesto por la circulación de la droga en la calle es cosa común-
Si bien hay una gran cantidad de policías, de uniforme y civiles, no dan abasto; según las estadísticas solo en tribulato por noche se juntan entre 40 a 60.000 personas, que se dispersan por las calles en todas las direcciones.
Si para una cancha de fútbol se disponen de al menos 600 efectivos, ¿cómo pretenden que menos de 50 hagan lo propio en San Miguel?.
Además esto sucede el fin de semana, antes o después de los partidos... ¿es justo que el mismo efectivo haga las dos tareas?.
El Ministerio de Seguridad, dice saber lo que sucede, hace pocos días hubo reuniones en altas esferas, pero los resultados o las políticas tardan en llegar, mientras tanto... (PUNTO CERO-Diarionp).
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