LUJAN, Febrero 09, (PUNTO CERO-El Civismo) El 29 de marzo por la tarde, el hoy obispo de Lomas de Zamora, Agustín Radrizzani, tomará posesión de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján.
Dialogó con este medio sobre su pasado, su trabajo junto a Jaime de Nevares, su veneración por Ceferino Namuncurá y su cátedra de Derechos Humanos.
También opinó sobre el ateísmo manifestado por la jefa comunal. “Es un botón de muestra de nuestro mundo actual”, dijo.
- Lo primero que le pido es si se puede presentar brevemente.
- Nací el 22 de septiembre de 1944, en la ciudad de Avellaneda. Hice mis estudios en Bernal porque de pequeñito mis padres compraron una casita a ser pagada a 40 años. Viví toda mi vida en Bernal y la Teología la hice en Italia. A la vuelta de esos estudios, fui el encargado de la formación de seminaristas. Era maestro de novicios cuando el Papa me pidió que vaya como obispo a la provincia de Neuquén. Ahí reemplacé al obispo Jaime de Nevares. Después de diez años fui a Lomas de Zamora y después de seis años y medio voy a la Arquidiócesis de Mercedes-Luján.
- ¿Lo conoció personalmente a Jaime de Nevares?
- Sí, sí, vivimos cinco años juntos.
- Usted que lo conoció, ¿cómo lo describiría?
- Se lo conoce por su fama. Yo lo describiría como un hombre profundamente humano y profundamente creyente. Era un hombre con una gran riqueza humana, muy culto. Era abogado, había ejercido esa profesión y dejó todo para ingresar en el seminario. Como sacerdote trabajó con los seminaristas y terminó siendo obispo en Neuquén. En esa provincia intentó defender a los obreros en El Chocón, a los indígenas y a los extranjeros, en especial a los chilenos. Él trataba de defender siempre a los que menos tenían y menos podían. Era voz de los que no tenían voz. Yo creo que por él se llegó a definir a Neuquén como la capital de los Derechos Humanos.
- ¿De su paso por el sur surge su defensa de la beatificación de Ceferino Namuncurá?
- Sí, y también por pertenecer a la familia salesiana. Es muy atrayente la figura de Ceferino, el indiecito santo. Era un muchacho, un niño y un adolescente sin riquezas, sin título, sin tierras y sin salud, que demuestra que Dios termina eligiendo lo pequeño y lo humilde para realizar sus obras grandes.
- ¿Qué opina de la definición de los religiosos entre conservadores y progresistas?
- Creo que los dos tratan de servir al reino de Dios. Los conservadores quisieran que el pueblo, las familias y la gente no vaya a perder la riqueza de la fe que ha recibido de sus mayores, con sus novenas, la plena ortodoxia, las procesiones. En cierto modo, algunos conservadores miran más al pasado. Y los progresistas miran más hacia el futuro. Pero los dos tratan de construir el mundo para que responda al bien común y que la ciudadanía pueda ser cada vez más humana.
- ¿Usted se posicionaría más como un progresista?
- Sí, depende de las cosas. Si me preguntás si me interesa que los sacerdotes lleven sotana o no la lleven, te diré que lo que quisiera es que los sacerdotes y los obispos estemos al servicio de la gente, independientemente de más o menos sotana. Son todas cosas que te la sugiere la misma historia.
- La intendenta de Luján, si bien aclaró que no tiene intenciones de hacer difusión de su condición, se definió como atea. ¿Lo cree un condicionante para su labor pastoral?
- Creo que es un botón de muestra del mundo actual. Si hace un siglo todos se profesaban creyentes y una minoría eran ateos o indiferentes, en el momento actual algunos se profesan creyentes, otros indiferentes y otros ateos o agnósticos. Para mí eso no es un obstáculo en la tarea pastoral. Lo que es importante es que haya una relación humanamente cordial de ella hacia la Iglesia y de la Iglesia hacia ella.
- Para lo cual usted estaría predispuesto.
- Sin duda. No tengo dificultad.
- Hablando de predisposición, ¿está al tanto de las visitas anuales a Luján que hace el Círculo San Bernardo de Claraval?
- No, no, no tengo presente a ese Círculo. No los conozco, no tengo trato.
- Cuando se supo de su designación, hubo medios que recordaron la figura de Ogñenovich, quien fuera obispo de Mercedes-Luján. ¿Lo conoce?
- Sí, sí, lo he conocido. Es alto, grande y con vozarrón fuerte.
- ¿Al arzobispo Rubén Di Monte lo conoce?
- Nos encontramos dos veces al año en la Conferencia Episcopal. Pero no tengo una relación muy grande con él porque no somos limítrofes. Yo tengo más relación con el obispo de San Justo, de Quilmes y de Avellaneda. Y con el cardenal Bergoglio porque formamos parte de la misma Provincia Eclesiástica.
- Usted además tiene un cargo en la Conferencia Episcopal.
- Soy vicepresidente segundo. Los obispos eligen una especie de comisión directiva, con un presidente, dos vicepresidentes y un secretario. Estas cuatro personas tienen que armonizar los diferentes problemas y plantearlos en las reuniones. Si hay un problema puntual en la Conferencia Episcopal, es más fácil reunir a cuatro personas que reunir a veinte o cien como en un plenario. La comisión es un elemento de agilidad para respuestas inmediatas ante situaciones sociales que surgen con la historia.
- ¿Usted da clases de Derechos Humanos en una universidad?
- Soy profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Soy el titular de la cátedra. Era la cátedra de monseñor Novak. Yo lo visité cuando ya estaba bastante enfermo y él me dijo que estaba muy contento que un obispo muy amigo sea vecino de diócesis. Me lo dijo pensando que salía de esa. Pero su salud se agravó. El 23 de junio de 2001 tomé posesión en Lomas de Zamora y poco tiempo después él fallece. Un par de meses después la Universidad me pidió que yo asumiera la cátedra de Derechos Humanos. En ese momento les dije que no me sentía con tiempo disponible porque quería conocer la Diócesis de Lomas, que es muy extensa. Me dijeron que me tome un tiempo. Me reuní con laicos y abogados y me dijeron que me acompañarían en la cátedra. Es una cátedra que ya tiene 5 o 6 años de vigencia y tiene mucha concurrencia de alumnos, más que por mí, por los profesores que me acompañan. Ubiqué a gente muy cualificada y recta en su modo de proceder.
- No debe haber muchos obispos como docentes en universidades nacionales a cargo de clases de Derechos Humanos y menos como titulares de cátedra.
- Creo que no, creo lo mismo que vos.
“NO SOY SUPERMAN”
- Tengo entendido que ha venido unas cuantas veces a la Basílica.
- Estuve en la Basílica unas cuantas veces. Voy a la Basílica al menos dos veces al año, pero no conozco la diócesis. Sólo sé del atractivo de la Virgen y sé que es un lugar de mucha repercusión para la piedad popular. Tengo el conocimiento que puede tener cualquier fiel.
- ¿A usted le consta que cada fin de semana estaría viniendo más gente a Luján?
- No conozco esos detalles, pero es una alegría saber que esa gente frecuenta la ‘casa de la Madre’, porque es el lugar donde como a Juan Diego la Virgen de Guadalupe le pidió que hiciera una ermita o capilla para trasmitir su ternura a sus hijos. Eso es un poco lo que tiene Luján.
- ¿Están definidos los detalles de su asunción?
- Será el 29 de marzo a las 15.30, en la Basílica. Se eligió este templo no porque sea más o menos que Mercedes, porque en realidad la Catedral es en Mercedes. Pero había dos problemas: la capacidad y la gente que iría de esta zona sur. El viaje se les hace un poquito más complicado. Sin embargo, el 30 de marzo estaré en la Catedral de Mercedes.
- ¿Ya tuvo un diálogo de transición con Di Monte?
- El día que me nombraron, él vino por la tarde a saludarme. Pero después no nos vimos más o sólo de pasada.
- ¿Queda pendiente alguna reunión? Aunque desconozco cómo son estas situaciones.
- Yo tampoco lo sé. Estamos iguales.
- Por último, ¿qué mensaje le daría a los feligreses que toman la noticia de su llegada con gran expectativa?
Dialogó con este medio sobre su pasado, su trabajo junto a Jaime de Nevares, su veneración por Ceferino Namuncurá y su cátedra de Derechos Humanos.
También opinó sobre el ateísmo manifestado por la jefa comunal. “Es un botón de muestra de nuestro mundo actual”, dijo.
- Lo primero que le pido es si se puede presentar brevemente.
- Nací el 22 de septiembre de 1944, en la ciudad de Avellaneda. Hice mis estudios en Bernal porque de pequeñito mis padres compraron una casita a ser pagada a 40 años. Viví toda mi vida en Bernal y la Teología la hice en Italia. A la vuelta de esos estudios, fui el encargado de la formación de seminaristas. Era maestro de novicios cuando el Papa me pidió que vaya como obispo a la provincia de Neuquén. Ahí reemplacé al obispo Jaime de Nevares. Después de diez años fui a Lomas de Zamora y después de seis años y medio voy a la Arquidiócesis de Mercedes-Luján.
- ¿Lo conoció personalmente a Jaime de Nevares?
- Sí, sí, vivimos cinco años juntos.
- Usted que lo conoció, ¿cómo lo describiría?
- Se lo conoce por su fama. Yo lo describiría como un hombre profundamente humano y profundamente creyente. Era un hombre con una gran riqueza humana, muy culto. Era abogado, había ejercido esa profesión y dejó todo para ingresar en el seminario. Como sacerdote trabajó con los seminaristas y terminó siendo obispo en Neuquén. En esa provincia intentó defender a los obreros en El Chocón, a los indígenas y a los extranjeros, en especial a los chilenos. Él trataba de defender siempre a los que menos tenían y menos podían. Era voz de los que no tenían voz. Yo creo que por él se llegó a definir a Neuquén como la capital de los Derechos Humanos.
- ¿De su paso por el sur surge su defensa de la beatificación de Ceferino Namuncurá?
- Sí, y también por pertenecer a la familia salesiana. Es muy atrayente la figura de Ceferino, el indiecito santo. Era un muchacho, un niño y un adolescente sin riquezas, sin título, sin tierras y sin salud, que demuestra que Dios termina eligiendo lo pequeño y lo humilde para realizar sus obras grandes.
- ¿Qué opina de la definición de los religiosos entre conservadores y progresistas?
- Creo que los dos tratan de servir al reino de Dios. Los conservadores quisieran que el pueblo, las familias y la gente no vaya a perder la riqueza de la fe que ha recibido de sus mayores, con sus novenas, la plena ortodoxia, las procesiones. En cierto modo, algunos conservadores miran más al pasado. Y los progresistas miran más hacia el futuro. Pero los dos tratan de construir el mundo para que responda al bien común y que la ciudadanía pueda ser cada vez más humana.
- ¿Usted se posicionaría más como un progresista?
- Sí, depende de las cosas. Si me preguntás si me interesa que los sacerdotes lleven sotana o no la lleven, te diré que lo que quisiera es que los sacerdotes y los obispos estemos al servicio de la gente, independientemente de más o menos sotana. Son todas cosas que te la sugiere la misma historia.
- La intendenta de Luján, si bien aclaró que no tiene intenciones de hacer difusión de su condición, se definió como atea. ¿Lo cree un condicionante para su labor pastoral?
- Creo que es un botón de muestra del mundo actual. Si hace un siglo todos se profesaban creyentes y una minoría eran ateos o indiferentes, en el momento actual algunos se profesan creyentes, otros indiferentes y otros ateos o agnósticos. Para mí eso no es un obstáculo en la tarea pastoral. Lo que es importante es que haya una relación humanamente cordial de ella hacia la Iglesia y de la Iglesia hacia ella.
- Para lo cual usted estaría predispuesto.
- Sin duda. No tengo dificultad.
- Hablando de predisposición, ¿está al tanto de las visitas anuales a Luján que hace el Círculo San Bernardo de Claraval?
- No, no, no tengo presente a ese Círculo. No los conozco, no tengo trato.
- Cuando se supo de su designación, hubo medios que recordaron la figura de Ogñenovich, quien fuera obispo de Mercedes-Luján. ¿Lo conoce?
- Sí, sí, lo he conocido. Es alto, grande y con vozarrón fuerte.
- ¿Al arzobispo Rubén Di Monte lo conoce?
- Nos encontramos dos veces al año en la Conferencia Episcopal. Pero no tengo una relación muy grande con él porque no somos limítrofes. Yo tengo más relación con el obispo de San Justo, de Quilmes y de Avellaneda. Y con el cardenal Bergoglio porque formamos parte de la misma Provincia Eclesiástica.
- Usted además tiene un cargo en la Conferencia Episcopal.
- Soy vicepresidente segundo. Los obispos eligen una especie de comisión directiva, con un presidente, dos vicepresidentes y un secretario. Estas cuatro personas tienen que armonizar los diferentes problemas y plantearlos en las reuniones. Si hay un problema puntual en la Conferencia Episcopal, es más fácil reunir a cuatro personas que reunir a veinte o cien como en un plenario. La comisión es un elemento de agilidad para respuestas inmediatas ante situaciones sociales que surgen con la historia.
- ¿Usted da clases de Derechos Humanos en una universidad?
- Soy profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Soy el titular de la cátedra. Era la cátedra de monseñor Novak. Yo lo visité cuando ya estaba bastante enfermo y él me dijo que estaba muy contento que un obispo muy amigo sea vecino de diócesis. Me lo dijo pensando que salía de esa. Pero su salud se agravó. El 23 de junio de 2001 tomé posesión en Lomas de Zamora y poco tiempo después él fallece. Un par de meses después la Universidad me pidió que yo asumiera la cátedra de Derechos Humanos. En ese momento les dije que no me sentía con tiempo disponible porque quería conocer la Diócesis de Lomas, que es muy extensa. Me dijeron que me tome un tiempo. Me reuní con laicos y abogados y me dijeron que me acompañarían en la cátedra. Es una cátedra que ya tiene 5 o 6 años de vigencia y tiene mucha concurrencia de alumnos, más que por mí, por los profesores que me acompañan. Ubiqué a gente muy cualificada y recta en su modo de proceder.
- No debe haber muchos obispos como docentes en universidades nacionales a cargo de clases de Derechos Humanos y menos como titulares de cátedra.
- Creo que no, creo lo mismo que vos.
“NO SOY SUPERMAN”
- Tengo entendido que ha venido unas cuantas veces a la Basílica.
- Estuve en la Basílica unas cuantas veces. Voy a la Basílica al menos dos veces al año, pero no conozco la diócesis. Sólo sé del atractivo de la Virgen y sé que es un lugar de mucha repercusión para la piedad popular. Tengo el conocimiento que puede tener cualquier fiel.
- ¿A usted le consta que cada fin de semana estaría viniendo más gente a Luján?
- No conozco esos detalles, pero es una alegría saber que esa gente frecuenta la ‘casa de la Madre’, porque es el lugar donde como a Juan Diego la Virgen de Guadalupe le pidió que hiciera una ermita o capilla para trasmitir su ternura a sus hijos. Eso es un poco lo que tiene Luján.
- ¿Están definidos los detalles de su asunción?
- Será el 29 de marzo a las 15.30, en la Basílica. Se eligió este templo no porque sea más o menos que Mercedes, porque en realidad la Catedral es en Mercedes. Pero había dos problemas: la capacidad y la gente que iría de esta zona sur. El viaje se les hace un poquito más complicado. Sin embargo, el 30 de marzo estaré en la Catedral de Mercedes.
- ¿Ya tuvo un diálogo de transición con Di Monte?
- El día que me nombraron, él vino por la tarde a saludarme. Pero después no nos vimos más o sólo de pasada.
- ¿Queda pendiente alguna reunión? Aunque desconozco cómo son estas situaciones.
- Yo tampoco lo sé. Estamos iguales.
- Por último, ¿qué mensaje le daría a los feligreses que toman la noticia de su llegada con gran expectativa?
- Deseo ir a allí y conocerlos, acompañarlos, ayudarlos. Haré lo que pueda, como hice en Neuquén y en Lomas de Zamora. Varios me dijeron lo mismo que vos, que hay gran expectativa. Yo no soy ni superman ni el agente 007, pero voy a acompañar a las comunidades en la medida de mis posibilidades y trataré de ayudar a resolver los problemas. Con la ayuda de Dios, espero no crear problemas nuevos. (PUNTO CERO-El Civismo).
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