domingo, junio 22, 2008

LUJAN. El comercio lujanense registra caída de las ventas en un 30%. Por la inflación y la crisis entre el campo y el gobierno

LUJAN, Junio 22, (PUNTO CERO-El Civismo) ACIP y Centro Comercial Luján calcularon una caída en las ventas del 30 por ciento en promedio.
Lo atribuyen a dos fenómenos: la inflación, pero principalmente al conflicto que mantienen desde hace más de 100 días el gobierno nacional con el sector agropecuario.
Entre la inflación y el conflicto que el gobierno mantiene con el campo, las ventas en los comercios de esta ciudad experimentan una caída en promedio que llega al 30 por ciento. La merma se profundizó en los últimos 60 días paralelamente al incremento del desabastecimiento de productos alimenticios, falta de combustibles, sumado a una situación de temor e incertidumbre en amplios sectores de la comunidad que no vislumbran una salida a 100 días del comienzo del denominado lock out por parte del sector agropecuario.
La cifra surge de un relevamiento efectuado por EL CIVISMO en dos de las entidades referentes del movimiento mercantil lujanense como son ACIP (Asociación de Comerciantes, Industriales y Productores) y Centro Comercial Luján.
El pulso de la actividad comercial se empezó a ralentizar los últimos meses y la caída se nota con mayor fuerza desde hace dos meses, coinciden las fuentes consultadas por este medio.
Si en los rubros que venden alimentos faltan artículos de primera necesidad, en aquellos negocios que ofrecen indumentaria, artículos deportivos y accesorios la recesión es más fuerte aún.
Mario Schiavi, experimentado comerciante céntrico, nota que las ventas bajaron un 40 por ciento en su disquería “Stelmar”. “Si le preguntás a cualquier comerciante te va a decir lo mismo: las ventas vienen bajando pero en estos últimos 60 días más todavía. Hay dos factores: la inflación, que no la puede negar nadie, y el conflicto con el campo”.
Las ventas no repuntaron ni para el Día del Padre. “Vendí la mitad que el año pasado”, confesó Schiavi, conciente de que su rubro suele ser más sensible a las crisis. “Lo mío es el rebote, un complemento. Cuando la persona compra el regalo y le sobra plata, gasta después en un disco compacto”.
“Cuando la plata no te alcanza, lo primero que eliminás es la música. Luego, la ropa deportiva, los perfumes y en este momento que hace frío lo primordial es abrigo y comida”, agregó quien es también vicepresidente de ACIP.

PARA ABAJO
Precisamente, en la cámara mercantil local la situación que atraviesa el sector es tema central en cada reunión de comisión. Edith Malaisi, tesorera de ACIP, conoce como pocos lo que está pasando. “La verdad que el conflicto del campo con el gobierno está afectando a todos, y al comercio terriblemente. Habría que hacer consultas por cada rubro pero las ventas han bajado entre un 25 y 30 por ciento. En aquellos rubros que no son de primera necesidad, está afectando mucho más”.
La parálisis comercial en ACIP se verifica en los menores ingresos que perciben de algunos sellados que los pequeños y medianos productores realizan en la sede de calle Mitre. “Se paró todo porque está parado el país”, señaló la tesorera Malaisi.
En cuanto al sector industrial, las empresas que menos se ven resentidas por ahora son aquellas que se dedican a fabricar autopartes y abastecen a las grandes plantas automotrices que ensamblan vehículos que luego son comercializados tanto en el mercado interno como en el exterior.
Por caso, en Flax & Gate (Ex Spósitto y Ramos) la producción cayó apenas un 10 por ciento y esto se debe a que se trata de piezas que abastecen a la automotriz Renault que al estar en la provincia de Córdoba por estos días se encuentra en serias dificultades como consecuencia de los cortes de rutas y el desabastecimiento.
“Esperemos que todo se arregle porque me parece que todo es una locura en donde hay poco raciocinio”, opinó Malaisi.

TODO PARADO
Un poco en serio, otro poco en broma, la presidenta del Centro Comercial, Ana Perna, sostuvo: “El conflicto está afectando en un 99,9 por ciento: no hay gente en la calle. En Luján, se paró todo”, enfatizó.
“La preocupación es grande. Nosotros estamos totalmente de acuerdo con el reclamo genuino del campo porque en todos los rubros estamos teniendo problemas”, acotó.
Zona ocupada mayoritariamente por negocios de indumentaria y artículos de regalo, Perna, al igual que Schiavi, confluyen en un punto: “El Día del Padre prácticamente se perdió. Ahí te das cuenta que la gente se cuida mucho y que lo único que está comprando es comida”.
Mientras la presidenta de la entidad mantenía el diálogo telefónico con este medio, graficó –el jueves al mediodía- la situación de una manera contundente: “En este momento no está pasando un auto”, rara imagen a esa altura del día de lo que se veía en Francia entre Mitre y San Martín.
Según Ana Perna, la debacle comercial comenzó a registrarse a partir del 10 de diciembre, se agudizó el 10 de marzo y se agravó en las últimas semanas. “Hablaba con otra comerciante y nos preguntábamos: ¿qué podemos hacer? Hay gente que puso liquidaciones al 50 por ciento en junio. Los meses de junio y julio son fuertes en la venta de ropa pero ahora no se movió nada. En general, todos los rubros están parados. Te doy un ejemplo de lo que me pasó: todas las mañanas me traen el café con leche de Mc Donald’s y hoy no me lo trajeron porque no tenían leche”.

PREOCUPACIÓN E INCERTIDUMBRE
Sergio Gauna, secretario general del Centro Empleados de Comercio, no cuenta con datos que puedan cuantificar la situación que atraviesa el sector comercial pero está atento a lo que sucede con los trabajadores del sector, que son, en definitiva, los afiliados del gremio que comanda. “Hoy la realidad es que los sueldos no alcanzan. En los afiliados vemos desazón y que hay desesperación en la gente porque la plata no le alcanza ya que la inflación sigue. En los mercados sabemos que hay desabastecimiento, como en todos lados, pero no hay suspensiones”.
En resumen, los comerciantes, como buena parte de la sociedad, no oculta un estado de ánimo donde prima la incertidumbre y la preocupación por la situación actual.

Fenómeno
Aunque no se observan locales vacíos como en el peor momento de la crisis de 2001, quienes alquilan y abren nuevos comercios son personas que no viven en Luján. “Lo llamativo es que los nuevos negocios no son de gente que es de Luján sino de Castelar, Haedo, que ven movimiento los fines de semana pero están tres meses y cierran. Se abren y se cierran constantemente”, puntualizó Ana Perna. (PUNTO CERO-El Civismo).

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