En una entrevista con LPO, la diputada y candidata a gobernadora Graciela Camaño confió en un triunfo de Duhalde pero aclaró que sólo debería gobernar un período. Dijo que ningún kirchnerista tiene autoridad moral para hablar de su marido Luis Barrionuevo y reivindicó su cachetazo a Kunkel: “Había que ponerle a un límite”.
En una semana sin actividad parlamentaria, el despacho de la diputada Graciela Camaño tiene el ritmo de cualquier día de sesión. Los empleados pasan llamadas y apilan papeles; y ella como un león enjaulado, recorre una amplia sala que tiene una mesa cubierta de diarios y fotocopias.
“Me gusta expandirme”, se justifica, mientras confirma la reunión que poco después de la entrevista con La Política Online tendrá con referentes del Pro bonaerense, al que cree que no tendrá problemas en sumar como aliados. Eso sí: aclara a quien le pregunte que su candidatura es innegociable.
-¿Cuándo empezó a negociar con el Pro en el verano, con diálogos frecuentes con Jorge Macri, pensaba en ser gobernadora?
-Siempre me imaginé gobernadora, porque me parece que la provincia es un ámbito muy desafiante que requiere vocación de trabajo y yo me considero una persona de trabajo.
Mi gestión ha sido ejecutiva o legislativa pero con mucho trabajo. Siempre me imagine en la pelea de la provincia. Lo otro que moviliza es el hecho de advertir que en la provincia cualquiera viene y se hace candidato.
-Pero el bonaerense acepta ese sistema
-Tenemos que cambiarlo. Por eso me gusta mucho que Margarita (Stolbizer) lo plantee. A mi me consta que ella vive en Morón y a ella le consta que yo vivo en San Martín. Y esto no es un detalle porque cuando existe una subrepresentación política no tenes quién defienda tus intereses.
Y esto es lo que ha pasado en estos 8 años de kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires: el gobernador no ha defendido lo intereses de los habitantes de la provincia. Y cuando digo habitantes de la provincia digo ni de los ricos ni de los pobres. Los ricos está sometidos a los caprichos gobierno nacional y no hay quien los defienda. Y el pobre está sometido los designios del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que ha puesto todo en manos de punteros políticos.
Y los punteros políticos que maneja el gobierno nacional les cobran a los pobres para darle los programas. Esto es un dato de la realidad que el gobierno nacional y el provincial conocen. Esta subrepresentación es lo que generó que el Estado de la provincia de Buenos Aires sea inservible para defender los intereses de los habitantes de la provincia.
-¿Solá también pasó por esa situación?
-Creo que tuvo carácter. Lo tuvo cuando le tocaron el sector productivo más importante que es el agrícola y ganadero. Porque no se trata del campo. Se trata de que los gobernadores defiendan los intereses de la provincia y en este caso es el sector productivo que ocupa el 80% de la superficie de la provincia de Buenos Aires.
-¿Cuánto le ayudó ser diputada para llegar a ser gobernadora?
-Yo adquirí experiencia en la función pública a partir de la que tuve en el Ministerio de Trabajo. El Congreso sirve para todo lo que es el orden jurídico. También es cierto que te ofrece la posibilidad de probar tu temple y tu carácter. Acá hay 257 legisladores y no todos trascienden. Si hay legisladores que trascienden es porque hay atrás una persona, un carácter y un trabajo que los hace trascender.
Sirve la experiencia parlamentaria pero obviamente más la ejecutiva. Y yo acredito las dos. Y la ejecutiva la acredito en un ámbito complejo como el Ministerio de Trabajo, que tiene bajo su órbita todo lo que es la seguridad social y las relaciones laborales. Es el presupuesto más importante que tiene la Nación.
Cuando me tocó ser ministra, me tocó a administrar el programa más grande que tuvo Argentina. Llegó a tener 2.200.000 mil beneficiarios. Había que poner todo el trabajo la experiencia y en un momento de crisis.
La relación con el kirchnerismo
-El momento que menos actividad tuvo el Congreso fue durante el gobierno de Néstor Kirchner. ¿Por qué fue reelecta en 2007 con la lista del kirchnerismo? ¿Se arrepiente?
-Yo forme un acuerdo del bloque peronismo federal. Nosotros en 2005 apoyamos la candidatura de (Hilda) “Chiche” Duhalde y ahí formamos el bloque separado. En 2007 el bloque forma un acuerdo con el kirchnerismo y yo forme parte de ese acuerdo
-En 2009 ese acuerdo no existía y usted abrió la sesión en que se le quitó al oficialismo el control de las comisiones ¿Qué había cambiado?
-El kirchnerismo tuvo su momento de aceptación, un momento de recelo y un momento de gran crítica. El momento de recelo lo tuve cuando empecé a advertir una metodología de construcción venía a invadir al autonomía política de la provincia de Buenos Aires.
Y por eso en 2005 estuve en contra de la senaduría de Cristina. En 2009 cuando decido separarme, ya se habían mezclado una serie de cuestiones que ya no tenía que ver con la metodología ni con la forma de hacer política, sino con algunos casos de corrupción.
Y me parece que los peronistas hemos tenido que comernos el sapo de que por el hecho de ser peronistas tengamos que pagar por un gobierno corrupto. No estaba dispuesta a hacerlo, por eso cuando me voy del bloque planteo el tema del ingreso de Kirchner como diputado por la provincia, con todo ese halito de corrupción que venía y que tenían que ver con los temas de público conocimiento.
-El día de aquella sesión por las comisiones había quienes creían que podía votar con ellos
-No creo. Yo siempre me mantuve independiente en el voto desde siempre. Y eso me da la posibilidad decir que hay cosas que no le voté a (Carlos) Menem; y otras que nunca le voté a Kirchner. Siempre mantuve en cuanto a mi tarea parlamentaria un análisis crítico y una votación que responde a lo que creía que había que hacer.
También me da la impresión de que esta manera de construir poder de Kirchner en ese momento es lo que lo volvió impúdico, en la forma en que avanzaba sobre todas las cuestiones, sobre la sociedad. Y creo que el paradigma de ese avance fue el tema del campo: ahí mostró de manera brutal y descarada de qué forma se construía política.
Yo no es que venía marcando diferencias: siempre voté sabiendo, estudiando y teniendo muy clara mi posición en el recinto. Siempre. Por eso yo puedo decir que no le voté a Menem la privatización de las jubilaciones, no le vote YPF, no le voté la privatización del gas, cosas que para mí fueron paradigmáticas.
Nunca voté poderes especiales y extraordinarios a ningún presidente, porque pensé siempre que teníamos que tener instituciones más allá de la crisis que pudiera haber. Siempre voté como creí que tenía que votar.
Por eso fui la primera legisladora que levantó la voz en contra de la poligonal que había trazado el menemismo con los hielos continentales. Y provoqué que se volviera a discutir el tema. Nadie entendió como una legisladora de la provincia de Buenos Aires se oponía a un tema tan lejano. Pero tenía mi criterio y lo hice valer.
La candidatura de Duhalde
-En diciembre de 2009 Duhalde lanzó su candidatura presidencial en un momento de poca aceptación para el kirchnerismo. ¿Qué cambió para que hoy Cristina esté mejor con la sociedad?
-El gobierno se esforzó muchísimo en enterrar junto con Kirchner todo lo malo que tenía el kirchnerismo. Y de alguna manera en el imaginario popular pudo haber quedado esa idea y la desolación de la viuda…. Pero la verdad es que siguen teniendo exactamente los mismos funcionarios que tenía Kirchner, las mismas estrategias, pero maquilladas con el halo del dolor de la viudez y la morigeración del discurso publico
Esto pasa en todo las sociedades. La desaparición física de cualquier persona en el cenit de su carrera produce un impacto muy fuerte. Y ellos hicieron un buen uso de este tema.
Pero te aclaro algo mas allá de eso yo percibo de que la gente es muy conciente que lo que tiene que elegir en octubre es un presidente. Y advierto que hay una necesidad de cambio. En la oposición, quienes en estos meses puedan expresar ese cambio de un modo más convincente, tendrán el voto del ciudadano.
La oposición en el Congreso
-¿Qué balance hace del 2010 legislativo, que empezó con un grupo homogéneo de diputados que pudo sacar proyectos pero terminó sin presupuesto?
-Hay dos miradas. Una positiva, que es la posibilidad de convivir. Tuvimos que intentar y lograr que personas de diferentes ideas políticas trabajen juntos cuando el gobierno había decidido cerrar el Congreso. Eso es positivo para el futuro, porque hemos generado un convencimiento de la necesidad de búsqueda de acuerdos.
Si algo tnemos claro todos los que estamos en la oposición, es la necesidad de que en Argentina en serio el Parlamento funcione como un gran catalizador de los consensos políticos.
Y el balance negativo es que por ahí tuvimos estrategias desacertadas. Creo que en el presupuesto tuvimos una estrategia desacertada.
-¿Deberían haberlo aprobado en general?
-Yo creo que si. Y podríamos haberlo cambiado en particular. Pero también hay que considerar cuando se habla de esto es que la otra cuestión es que la composición del parlamento en 2009 generó una expectativa que iba más allá de lo que se podía dar. Porque para que una ley salga hacen falta las dos cámaras y la diferencia estaba sólo en Diputados.
-En el Senado la oposición también juntó 37 para quedarse con las comisiones….
-Si pero después el gobierno puso a funcionar la estrategia que pone a funcionar todos los ámbitos en cuanto a aportar agua para su molino. Y hubo algunos senadores que tuvieron una dudosa actuación que no se correspondió a lo que prometieron en campaña.
El cachetazo
-Aquella sesión de la Comisión de Asuntos Constitucionales que terminó con su cachetazo a Kunkel tuvo una agresividad casi desde el inicio ¿Qué le quedó de esa experiencia?
-Es un gusto muy amargo. Porque como bien la describís, ese cachetazo tapó ocho horas en los que nos perdimos la oportunidad de sincerar algunas cosas y a mí me pareció que desde la oposición le podríamos haber sacado mayor provecho a esa situación.
Sin duda, no fue una buena reunión. Fue una reunión tensa. Donde muchos callaron otros cambiaron el discurso, y finamente esta suerte de canto triunfal del señor Kunkel, que cuando se dio cuenta que la oposición tenía ese grado de dispersión y locura, se monto arriba del caballo y me quiso faltar el respeto y es lo que no le permití.
No le permití que me faltara el respeto, porque ya lo venía haciendo de manera solapada sin que sea público y no solamente conmigo. Me pareció que había que ponerle un límite. En la vida siempre hay límites para todos. Para mí también y supongo que algún día alguien me lo pondrá. En ese momento sentí la necesidad de poner un límite en esta actitud patoteril.
-¿Le molestó más la referencia familiar o fue la gota que colmó le vaso de una actitud de Kunkel que es recurrente?
-Yo creo que fue la gota que colmó el vaso. De todas maneras me parece que ningún kirchnerista tiene autoridad moral para hablar de Barrionuevo, porque con todas las cosas que se están viendo que han hecho, de que han tirado al piso por dos pesos la honra, tiene mas vigencia que nunca lo que dijo Barrionuevo (N de R: se refiera a la famosa frase de que había que dejar de robar por dos años, que citó Kunkel antes de recibir el cachetazo).
Mi marido no tiene ninguna causa por enriquecimiento, ninguna causa que tenga que ver con su patrimonio. Puede hablar, pero es una persona honesta. No pueden decir eso muchos de los que se erigen como fiscales desde el kirchnerismo.
-En esa sesión también se habló de coimas a diputados de la oposición...
-El gobierno intentó hacer con el Congreso lo mismo que hizo con las Madres de Plaza de Mayo. Y lo mismo que hizo con muchas personas a las cuales las transformo en cómplices. Yo nunca fui cómplice de este gobierno.
-Pero cuesta creer que las historias que circularon ese día sean inéditas...
-Yo nunca lo vi ni lo viví. Lo que pasó esa noche del tratamiento del presupuesto en el Parlamento nunca se vio y esta es la metodología del kirchnerismo. Cuando digo kirchnerismo digo todo el kirchnerismo, porque ese día Kirchner estaba muerto.
Quienes apelaron son funcionarios que siguen teniendo funciones hoy. Esa es la metodología: todo tiene un precio. Existen cómplices y no compañeros para el kirchnerismo. Eso se expresó en su máxima potencia.
Cristina
-¿Cómo era Cristina como diputada?
-Compartí cuatro años como compañera de bloque. Era una mujer con convicciones que las defendía a rajatabla. Que tenía facilitado el trabajo porque contaba con gente a su alrededor y consultaba permanentemente a su gobernador, que era su esposo.
-¿Se llevaba bien?
-Me sentaba cerca. Nos sentábamos Mario Das Neves, ella y yo. Tuve el diálogo que se tiene en el recinto. Yo soy una diputada que está siempre atenta en el recinto. Siempre fue una mujer reservada. Pero algunas cosas siempre se conversan.
-La escucho a Carrió y a usted hablar de ella como diputada y parecen levantar la tesis de que ella no es todo lo que se le critica al kirchnerismo….
-Claro, pero lo que pasa es que para que ella sea eso, debería haber cambiado muchas de las lógicas que son con las que sigue actuando el Gobierno.
Si hubiera habido un cambio de los personajes cuestionados, hubiera generado controles de un Estado de derecho y hubiera tenido una consideración diferente por las instituciones del Estado, sería otra cosa. Pero hizo exactamente lo contrario. Ella ha venido al Congreso a presionar a la justicia, cuando habló de justicia tarifada.
E inauguró las sesiones ordinarias anunciando dos decretos, cuando es el momento en que se le comunica al congreso la tarea parlamentaria del año.
O sea, debo decir que la mujer que he conocido tenía un discurso y esta actúa de una manera diferente a la de ese discurso. Y la verdad es que donde se ve como sos es en la gestión.
Lo Cristina de acá no tenía nada que ver con lo que hace ahora cuando le toca ejercer la máxima magistratura de la Nación. No puede menos que decir que aquella nos engañaba y esta nos dice la verdad.
-¿Por qué Duhalde tiene que ser presidente en un momento en que se habla mucho de renovación dirigencial?
-Yo no creo en eso de lo viejo y lo nuevo. Creo que en una determinada circunstancia uno puede apostar a renovar lo que le da paso hacia el futuro y en determinada circunstancia uno tiene que buscar experiencia.
Este gobierno hizo complicaciones muy grandes que se van a expresar en el próximo período. Va a haber una complicación que necesita a alguien que tenga un conocimiento cabal del Estado.
La economía crece por ciclos y no vamos a tener un mal ciclo, pero sí tenemos que crear las condiciones que nos permitan que cuando el ciclo deje de ser próspero, tengamos una Argentina encauzada.
Duhalde es un hombre ideal para estos cuatro años. Que tienen que ser cuatro años y listo. Después puede venir esta nueva generación.
Scioli
-¿El Scioli que conoció en el Congreso y en el Gabinete de Duhalde es el de hoy?
-Siempre fue el mismo. Yo recuerdo una anécdota que viví con Cristina Kirchner cuando se debatían los superpoderes de Cavallo y De la Rúa y éramos oposición. Habíamos decidido con el bloque no acompañar porque se ponía en juego la recaudación, al dejarla a disposición de la deuda externa. Mientras nosotros discutíamos en el bloque él entraba al recinto y daba quórum.
-Así lo describe ¿Cómo lo define?
-No fue un buen gobernador. Es un gobernador de mucho marketing que elude responsabilidades y lamentablemente en el tema de seguridad las eludió, cuando dijo que tenía las manos atadas. Lo que hace es generar un impacto publicitario de las acciones de gobierno pero la provincia no tiene gestión.
Una gestión con glamour con mucha publicad, muchos medios que hablan bien de un gobernador al cual no se lo interroga acerca de las falencias que tiene la provincia.
Tenemos problemas en la mayoría de las áreas: salud, educación, trabajo. El trabajo es un problema de la provincia, más allá de la macroeconomía, porque tener tantos trabajadores en negro es responsabilidad del gobernador. Tenemos problemas en infraestructura: los municipios acuerdan con el gobierno nacional y él sólo corta la cinta.
Hasta hace poco tuvimos más de un mes con la justicia parada y nadie se enteró. Cuando pasa algo en Santa Cruza es un escándalo y acá que hay que cruzar la general paz nadie dice nada.
-¿Los intendentes (Jesús) Cariglino, (Joaquín) De la Torre y (Luis) Acuña trabajarán con Cristina o con Duhalde?
-Cariglino definió su postura y estará con nosotros. Los otros no lo sé.
-¿Espera apoyo de muchos intendentes?
-Creo que si. Estamos hablando de muchos. Nosotros tenemos armada la elección en 135 distritos de la provincia, con algunos intendentes. (La Política OnLine).
En una semana sin actividad parlamentaria, el despacho de la diputada Graciela Camaño tiene el ritmo de cualquier día de sesión. Los empleados pasan llamadas y apilan papeles; y ella como un león enjaulado, recorre una amplia sala que tiene una mesa cubierta de diarios y fotocopias.
“Me gusta expandirme”, se justifica, mientras confirma la reunión que poco después de la entrevista con La Política Online tendrá con referentes del Pro bonaerense, al que cree que no tendrá problemas en sumar como aliados. Eso sí: aclara a quien le pregunte que su candidatura es innegociable.
-¿Cuándo empezó a negociar con el Pro en el verano, con diálogos frecuentes con Jorge Macri, pensaba en ser gobernadora?
-Siempre me imaginé gobernadora, porque me parece que la provincia es un ámbito muy desafiante que requiere vocación de trabajo y yo me considero una persona de trabajo.
Mi gestión ha sido ejecutiva o legislativa pero con mucho trabajo. Siempre me imagine en la pelea de la provincia. Lo otro que moviliza es el hecho de advertir que en la provincia cualquiera viene y se hace candidato.
-Pero el bonaerense acepta ese sistema
-Tenemos que cambiarlo. Por eso me gusta mucho que Margarita (Stolbizer) lo plantee. A mi me consta que ella vive en Morón y a ella le consta que yo vivo en San Martín. Y esto no es un detalle porque cuando existe una subrepresentación política no tenes quién defienda tus intereses.
Y esto es lo que ha pasado en estos 8 años de kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires: el gobernador no ha defendido lo intereses de los habitantes de la provincia. Y cuando digo habitantes de la provincia digo ni de los ricos ni de los pobres. Los ricos está sometidos a los caprichos gobierno nacional y no hay quien los defienda. Y el pobre está sometido los designios del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que ha puesto todo en manos de punteros políticos.
Y los punteros políticos que maneja el gobierno nacional les cobran a los pobres para darle los programas. Esto es un dato de la realidad que el gobierno nacional y el provincial conocen. Esta subrepresentación es lo que generó que el Estado de la provincia de Buenos Aires sea inservible para defender los intereses de los habitantes de la provincia.
-¿Solá también pasó por esa situación?
-Creo que tuvo carácter. Lo tuvo cuando le tocaron el sector productivo más importante que es el agrícola y ganadero. Porque no se trata del campo. Se trata de que los gobernadores defiendan los intereses de la provincia y en este caso es el sector productivo que ocupa el 80% de la superficie de la provincia de Buenos Aires.
-¿Cuánto le ayudó ser diputada para llegar a ser gobernadora?
-Yo adquirí experiencia en la función pública a partir de la que tuve en el Ministerio de Trabajo. El Congreso sirve para todo lo que es el orden jurídico. También es cierto que te ofrece la posibilidad de probar tu temple y tu carácter. Acá hay 257 legisladores y no todos trascienden. Si hay legisladores que trascienden es porque hay atrás una persona, un carácter y un trabajo que los hace trascender.
Sirve la experiencia parlamentaria pero obviamente más la ejecutiva. Y yo acredito las dos. Y la ejecutiva la acredito en un ámbito complejo como el Ministerio de Trabajo, que tiene bajo su órbita todo lo que es la seguridad social y las relaciones laborales. Es el presupuesto más importante que tiene la Nación.
Cuando me tocó ser ministra, me tocó a administrar el programa más grande que tuvo Argentina. Llegó a tener 2.200.000 mil beneficiarios. Había que poner todo el trabajo la experiencia y en un momento de crisis.
La relación con el kirchnerismo
-El momento que menos actividad tuvo el Congreso fue durante el gobierno de Néstor Kirchner. ¿Por qué fue reelecta en 2007 con la lista del kirchnerismo? ¿Se arrepiente?
-Yo forme un acuerdo del bloque peronismo federal. Nosotros en 2005 apoyamos la candidatura de (Hilda) “Chiche” Duhalde y ahí formamos el bloque separado. En 2007 el bloque forma un acuerdo con el kirchnerismo y yo forme parte de ese acuerdo
-En 2009 ese acuerdo no existía y usted abrió la sesión en que se le quitó al oficialismo el control de las comisiones ¿Qué había cambiado?
-El kirchnerismo tuvo su momento de aceptación, un momento de recelo y un momento de gran crítica. El momento de recelo lo tuve cuando empecé a advertir una metodología de construcción venía a invadir al autonomía política de la provincia de Buenos Aires.
Y por eso en 2005 estuve en contra de la senaduría de Cristina. En 2009 cuando decido separarme, ya se habían mezclado una serie de cuestiones que ya no tenía que ver con la metodología ni con la forma de hacer política, sino con algunos casos de corrupción.
Y me parece que los peronistas hemos tenido que comernos el sapo de que por el hecho de ser peronistas tengamos que pagar por un gobierno corrupto. No estaba dispuesta a hacerlo, por eso cuando me voy del bloque planteo el tema del ingreso de Kirchner como diputado por la provincia, con todo ese halito de corrupción que venía y que tenían que ver con los temas de público conocimiento.
-El día de aquella sesión por las comisiones había quienes creían que podía votar con ellos
-No creo. Yo siempre me mantuve independiente en el voto desde siempre. Y eso me da la posibilidad decir que hay cosas que no le voté a (Carlos) Menem; y otras que nunca le voté a Kirchner. Siempre mantuve en cuanto a mi tarea parlamentaria un análisis crítico y una votación que responde a lo que creía que había que hacer.
También me da la impresión de que esta manera de construir poder de Kirchner en ese momento es lo que lo volvió impúdico, en la forma en que avanzaba sobre todas las cuestiones, sobre la sociedad. Y creo que el paradigma de ese avance fue el tema del campo: ahí mostró de manera brutal y descarada de qué forma se construía política.
Yo no es que venía marcando diferencias: siempre voté sabiendo, estudiando y teniendo muy clara mi posición en el recinto. Siempre. Por eso yo puedo decir que no le voté a Menem la privatización de las jubilaciones, no le vote YPF, no le voté la privatización del gas, cosas que para mí fueron paradigmáticas.
Nunca voté poderes especiales y extraordinarios a ningún presidente, porque pensé siempre que teníamos que tener instituciones más allá de la crisis que pudiera haber. Siempre voté como creí que tenía que votar.
Por eso fui la primera legisladora que levantó la voz en contra de la poligonal que había trazado el menemismo con los hielos continentales. Y provoqué que se volviera a discutir el tema. Nadie entendió como una legisladora de la provincia de Buenos Aires se oponía a un tema tan lejano. Pero tenía mi criterio y lo hice valer.
La candidatura de Duhalde
-En diciembre de 2009 Duhalde lanzó su candidatura presidencial en un momento de poca aceptación para el kirchnerismo. ¿Qué cambió para que hoy Cristina esté mejor con la sociedad?
-El gobierno se esforzó muchísimo en enterrar junto con Kirchner todo lo malo que tenía el kirchnerismo. Y de alguna manera en el imaginario popular pudo haber quedado esa idea y la desolación de la viuda…. Pero la verdad es que siguen teniendo exactamente los mismos funcionarios que tenía Kirchner, las mismas estrategias, pero maquilladas con el halo del dolor de la viudez y la morigeración del discurso publico
Esto pasa en todo las sociedades. La desaparición física de cualquier persona en el cenit de su carrera produce un impacto muy fuerte. Y ellos hicieron un buen uso de este tema.
Pero te aclaro algo mas allá de eso yo percibo de que la gente es muy conciente que lo que tiene que elegir en octubre es un presidente. Y advierto que hay una necesidad de cambio. En la oposición, quienes en estos meses puedan expresar ese cambio de un modo más convincente, tendrán el voto del ciudadano.
La oposición en el Congreso
-¿Qué balance hace del 2010 legislativo, que empezó con un grupo homogéneo de diputados que pudo sacar proyectos pero terminó sin presupuesto?
-Hay dos miradas. Una positiva, que es la posibilidad de convivir. Tuvimos que intentar y lograr que personas de diferentes ideas políticas trabajen juntos cuando el gobierno había decidido cerrar el Congreso. Eso es positivo para el futuro, porque hemos generado un convencimiento de la necesidad de búsqueda de acuerdos.
Si algo tnemos claro todos los que estamos en la oposición, es la necesidad de que en Argentina en serio el Parlamento funcione como un gran catalizador de los consensos políticos.
Y el balance negativo es que por ahí tuvimos estrategias desacertadas. Creo que en el presupuesto tuvimos una estrategia desacertada.
-¿Deberían haberlo aprobado en general?
-Yo creo que si. Y podríamos haberlo cambiado en particular. Pero también hay que considerar cuando se habla de esto es que la otra cuestión es que la composición del parlamento en 2009 generó una expectativa que iba más allá de lo que se podía dar. Porque para que una ley salga hacen falta las dos cámaras y la diferencia estaba sólo en Diputados.
-En el Senado la oposición también juntó 37 para quedarse con las comisiones….
-Si pero después el gobierno puso a funcionar la estrategia que pone a funcionar todos los ámbitos en cuanto a aportar agua para su molino. Y hubo algunos senadores que tuvieron una dudosa actuación que no se correspondió a lo que prometieron en campaña.
El cachetazo
-Aquella sesión de la Comisión de Asuntos Constitucionales que terminó con su cachetazo a Kunkel tuvo una agresividad casi desde el inicio ¿Qué le quedó de esa experiencia?
-Es un gusto muy amargo. Porque como bien la describís, ese cachetazo tapó ocho horas en los que nos perdimos la oportunidad de sincerar algunas cosas y a mí me pareció que desde la oposición le podríamos haber sacado mayor provecho a esa situación.
Sin duda, no fue una buena reunión. Fue una reunión tensa. Donde muchos callaron otros cambiaron el discurso, y finamente esta suerte de canto triunfal del señor Kunkel, que cuando se dio cuenta que la oposición tenía ese grado de dispersión y locura, se monto arriba del caballo y me quiso faltar el respeto y es lo que no le permití.
No le permití que me faltara el respeto, porque ya lo venía haciendo de manera solapada sin que sea público y no solamente conmigo. Me pareció que había que ponerle un límite. En la vida siempre hay límites para todos. Para mí también y supongo que algún día alguien me lo pondrá. En ese momento sentí la necesidad de poner un límite en esta actitud patoteril.
-¿Le molestó más la referencia familiar o fue la gota que colmó le vaso de una actitud de Kunkel que es recurrente?
-Yo creo que fue la gota que colmó el vaso. De todas maneras me parece que ningún kirchnerista tiene autoridad moral para hablar de Barrionuevo, porque con todas las cosas que se están viendo que han hecho, de que han tirado al piso por dos pesos la honra, tiene mas vigencia que nunca lo que dijo Barrionuevo (N de R: se refiera a la famosa frase de que había que dejar de robar por dos años, que citó Kunkel antes de recibir el cachetazo).
Mi marido no tiene ninguna causa por enriquecimiento, ninguna causa que tenga que ver con su patrimonio. Puede hablar, pero es una persona honesta. No pueden decir eso muchos de los que se erigen como fiscales desde el kirchnerismo.
-En esa sesión también se habló de coimas a diputados de la oposición...
-El gobierno intentó hacer con el Congreso lo mismo que hizo con las Madres de Plaza de Mayo. Y lo mismo que hizo con muchas personas a las cuales las transformo en cómplices. Yo nunca fui cómplice de este gobierno.
-Pero cuesta creer que las historias que circularon ese día sean inéditas...
-Yo nunca lo vi ni lo viví. Lo que pasó esa noche del tratamiento del presupuesto en el Parlamento nunca se vio y esta es la metodología del kirchnerismo. Cuando digo kirchnerismo digo todo el kirchnerismo, porque ese día Kirchner estaba muerto.
Quienes apelaron son funcionarios que siguen teniendo funciones hoy. Esa es la metodología: todo tiene un precio. Existen cómplices y no compañeros para el kirchnerismo. Eso se expresó en su máxima potencia.
Cristina
-¿Cómo era Cristina como diputada?
-Compartí cuatro años como compañera de bloque. Era una mujer con convicciones que las defendía a rajatabla. Que tenía facilitado el trabajo porque contaba con gente a su alrededor y consultaba permanentemente a su gobernador, que era su esposo.
-¿Se llevaba bien?
-Me sentaba cerca. Nos sentábamos Mario Das Neves, ella y yo. Tuve el diálogo que se tiene en el recinto. Yo soy una diputada que está siempre atenta en el recinto. Siempre fue una mujer reservada. Pero algunas cosas siempre se conversan.
-La escucho a Carrió y a usted hablar de ella como diputada y parecen levantar la tesis de que ella no es todo lo que se le critica al kirchnerismo….
-Claro, pero lo que pasa es que para que ella sea eso, debería haber cambiado muchas de las lógicas que son con las que sigue actuando el Gobierno.
Si hubiera habido un cambio de los personajes cuestionados, hubiera generado controles de un Estado de derecho y hubiera tenido una consideración diferente por las instituciones del Estado, sería otra cosa. Pero hizo exactamente lo contrario. Ella ha venido al Congreso a presionar a la justicia, cuando habló de justicia tarifada.
E inauguró las sesiones ordinarias anunciando dos decretos, cuando es el momento en que se le comunica al congreso la tarea parlamentaria del año.
O sea, debo decir que la mujer que he conocido tenía un discurso y esta actúa de una manera diferente a la de ese discurso. Y la verdad es que donde se ve como sos es en la gestión.
Lo Cristina de acá no tenía nada que ver con lo que hace ahora cuando le toca ejercer la máxima magistratura de la Nación. No puede menos que decir que aquella nos engañaba y esta nos dice la verdad.
-¿Por qué Duhalde tiene que ser presidente en un momento en que se habla mucho de renovación dirigencial?
-Yo no creo en eso de lo viejo y lo nuevo. Creo que en una determinada circunstancia uno puede apostar a renovar lo que le da paso hacia el futuro y en determinada circunstancia uno tiene que buscar experiencia.
Este gobierno hizo complicaciones muy grandes que se van a expresar en el próximo período. Va a haber una complicación que necesita a alguien que tenga un conocimiento cabal del Estado.
La economía crece por ciclos y no vamos a tener un mal ciclo, pero sí tenemos que crear las condiciones que nos permitan que cuando el ciclo deje de ser próspero, tengamos una Argentina encauzada.
Duhalde es un hombre ideal para estos cuatro años. Que tienen que ser cuatro años y listo. Después puede venir esta nueva generación.
Scioli
-¿El Scioli que conoció en el Congreso y en el Gabinete de Duhalde es el de hoy?
-Siempre fue el mismo. Yo recuerdo una anécdota que viví con Cristina Kirchner cuando se debatían los superpoderes de Cavallo y De la Rúa y éramos oposición. Habíamos decidido con el bloque no acompañar porque se ponía en juego la recaudación, al dejarla a disposición de la deuda externa. Mientras nosotros discutíamos en el bloque él entraba al recinto y daba quórum.
-Así lo describe ¿Cómo lo define?
-No fue un buen gobernador. Es un gobernador de mucho marketing que elude responsabilidades y lamentablemente en el tema de seguridad las eludió, cuando dijo que tenía las manos atadas. Lo que hace es generar un impacto publicitario de las acciones de gobierno pero la provincia no tiene gestión.
Una gestión con glamour con mucha publicad, muchos medios que hablan bien de un gobernador al cual no se lo interroga acerca de las falencias que tiene la provincia.
Tenemos problemas en la mayoría de las áreas: salud, educación, trabajo. El trabajo es un problema de la provincia, más allá de la macroeconomía, porque tener tantos trabajadores en negro es responsabilidad del gobernador. Tenemos problemas en infraestructura: los municipios acuerdan con el gobierno nacional y él sólo corta la cinta.
Hasta hace poco tuvimos más de un mes con la justicia parada y nadie se enteró. Cuando pasa algo en Santa Cruza es un escándalo y acá que hay que cruzar la general paz nadie dice nada.
-¿Los intendentes (Jesús) Cariglino, (Joaquín) De la Torre y (Luis) Acuña trabajarán con Cristina o con Duhalde?
-Cariglino definió su postura y estará con nosotros. Los otros no lo sé.
-¿Espera apoyo de muchos intendentes?
-Creo que si. Estamos hablando de muchos. Nosotros tenemos armada la elección en 135 distritos de la provincia, con algunos intendentes. (La Política OnLine).
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