El consultor y analista político de renombre Jorge Giacobbe, el que reiteradas veces es consultado por EL DEBATE Multimedios, aceptó analizar el panorama electoral zarateño hoy al iniciarse la campaña por las elecciones de octubre.
Si bien la elección del 14 de agosto último congeló la discusión nacional vinculada a quienes serán las próximas autoridades nacionales y provinciales, en muchos, muchísimos municipios, no resultó tan concluyente respecto de las autoridades locales
La situación configurada es extraordinaria para la suerte de los municipios. Siempre digo que una parte de los intendentes que tuvieron a su mando los municipios más numerosos en población (conurbano), raramente fueron emergentes de elecciones “de detalle”, sino más bien “productos del arrastre” de boletas nacionales y provinciales que consagraron administraciones como las que pueden verse y olerse alrededor de la ciudad de Buenos Aires.
Pero, por cierto, esa descripción sobre la “calidad de ciertos administradores” del conurbano no aplica a Zárate, municipio que supo elegir a sus intendentes “en detalle” desde mucho años atrás. Una gran tradición de hombres cultos y honestos (Arrighi) suele caracterizar las charlas “de la Metrópolis” cuando se refieren a Zárate.
Daniel Vogel, amigo de muchas tertulias, me pregunta cómo veo la elección del futuro intendente. Y la verdad, luego de mirar detenidamente el resultado del 14 de agosto es que la elección que viene promete ser muy interesante y para nada pre definida.
La primera mirada que augura “pimienta”, es que el 43% de las personas que votaron en la interna, es decir 29.445 personas, no encontrarán en el cuarto oscuro al candidato que votaron. Es decir, tendrán que votar por otro a quien no votaron en la interna. Léase, tendrán que cambiar su voto original.
Nótese que si el candidato más votado, Cáffaro, logró 19.626 adhesiones. El hecho de que existan 29.445 personas que no votaron por él (en busca de un candidato a votar), debería resultarle intranquilizador. Aunque, claro está, Cáffaro es el intendente, y es de suponer que pensará en algún arma de seducción. Pero lo cierto es que hay mucha gente circulando “con la mano inquieta” que, en principio, no votó por él.
Más preocupado aún debería estar el otro “gran” candidato, Mangini, que tuvo la desgracia de que ninguna de las listas opositoras dentro de la interna del FPV (Lignazzi, Soto, Matilla, Bassi y Pérez) lograran acceder a “la minoría”. Con lo cual, el compromiso de seguir empujando juntos del mismo carro podría debilitarse. Si todo este sector, los seis de la interna, se mantuviera unido, Cáffaro estaría en problemas. En serios problemas. Los rumores del pueblo dicen que Mangini retendrá mucho, pero no todo.
Por eso creo que esta elección no es sólo entre dos
Unas 29.445 personas están buscando candidato, después de no querer optar por los dos aparentemente más fuertes (Mangini y Cáffaro), deben contener en su seno a muchos que decididamente no votarán ni por Mangini ni por Cáffaro. Usted dirá que dentro de ese universo habrá mucho de “aparato” político que será inducido hacia” tal o cual “lugar, SI, yo digo que sí. En eso (imagino) se debe basar la pretensión de Mangini. Pero lo manejable nunca será todo.
Veamos, por ejemplo, que conducta podría suponerse del votante que el 14 de agosto prefirió a candidatos como Nazábal, Penida, Alza, Kolinski y Sellán. Casi podría presumirse que estamos ante un votante que valora las conductas éticas y las visiones progresistas. Ergo podría suponérselo más proclive a García Blanco que a Mangini o Cáffaro, más identificados con “conductas clásicas” del poder.
Ese pequeño sector al que me refiero, obtuvo en conjunto 3.377 votos, que podrían tranquilamente duplicar la cuantía original de García Blanco.
Y por último, amigo lector, deténgase en “el poder” de los 7.844 votos blancos e impugnados. El 11,5% de las personas que el 14 de agosto salieron de su casa a votar.
Ese rubro, por sí solo, está en condiciones de alterar radicalmente la tendencia inicial.
Un condimento más. Las mediciones post interna señalan que Cristina y Scioli estiran la ventaja a su favor. Mangini y Cáffaro “comparten” la boleta de Cristina y Scioli.
También Binner crece. García Blanco es el único que va con Binner. Mientras tanto, me imagino a Güerci y Fox haciéndose cruces ante el deterioro de la relevancia de Alfonsín y Duhalde hacia el 23 de octubre.
Creo que se lo dije al principio. La elección del intendente de Zárate está interesantísima. (El Debate).
Si bien la elección del 14 de agosto último congeló la discusión nacional vinculada a quienes serán las próximas autoridades nacionales y provinciales, en muchos, muchísimos municipios, no resultó tan concluyente respecto de las autoridades locales
La situación configurada es extraordinaria para la suerte de los municipios. Siempre digo que una parte de los intendentes que tuvieron a su mando los municipios más numerosos en población (conurbano), raramente fueron emergentes de elecciones “de detalle”, sino más bien “productos del arrastre” de boletas nacionales y provinciales que consagraron administraciones como las que pueden verse y olerse alrededor de la ciudad de Buenos Aires.
Pero, por cierto, esa descripción sobre la “calidad de ciertos administradores” del conurbano no aplica a Zárate, municipio que supo elegir a sus intendentes “en detalle” desde mucho años atrás. Una gran tradición de hombres cultos y honestos (Arrighi) suele caracterizar las charlas “de la Metrópolis” cuando se refieren a Zárate.
Daniel Vogel, amigo de muchas tertulias, me pregunta cómo veo la elección del futuro intendente. Y la verdad, luego de mirar detenidamente el resultado del 14 de agosto es que la elección que viene promete ser muy interesante y para nada pre definida.
La primera mirada que augura “pimienta”, es que el 43% de las personas que votaron en la interna, es decir 29.445 personas, no encontrarán en el cuarto oscuro al candidato que votaron. Es decir, tendrán que votar por otro a quien no votaron en la interna. Léase, tendrán que cambiar su voto original.
Nótese que si el candidato más votado, Cáffaro, logró 19.626 adhesiones. El hecho de que existan 29.445 personas que no votaron por él (en busca de un candidato a votar), debería resultarle intranquilizador. Aunque, claro está, Cáffaro es el intendente, y es de suponer que pensará en algún arma de seducción. Pero lo cierto es que hay mucha gente circulando “con la mano inquieta” que, en principio, no votó por él.
Más preocupado aún debería estar el otro “gran” candidato, Mangini, que tuvo la desgracia de que ninguna de las listas opositoras dentro de la interna del FPV (Lignazzi, Soto, Matilla, Bassi y Pérez) lograran acceder a “la minoría”. Con lo cual, el compromiso de seguir empujando juntos del mismo carro podría debilitarse. Si todo este sector, los seis de la interna, se mantuviera unido, Cáffaro estaría en problemas. En serios problemas. Los rumores del pueblo dicen que Mangini retendrá mucho, pero no todo.
Por eso creo que esta elección no es sólo entre dos
Unas 29.445 personas están buscando candidato, después de no querer optar por los dos aparentemente más fuertes (Mangini y Cáffaro), deben contener en su seno a muchos que decididamente no votarán ni por Mangini ni por Cáffaro. Usted dirá que dentro de ese universo habrá mucho de “aparato” político que será inducido hacia” tal o cual “lugar, SI, yo digo que sí. En eso (imagino) se debe basar la pretensión de Mangini. Pero lo manejable nunca será todo.
Veamos, por ejemplo, que conducta podría suponerse del votante que el 14 de agosto prefirió a candidatos como Nazábal, Penida, Alza, Kolinski y Sellán. Casi podría presumirse que estamos ante un votante que valora las conductas éticas y las visiones progresistas. Ergo podría suponérselo más proclive a García Blanco que a Mangini o Cáffaro, más identificados con “conductas clásicas” del poder.
Ese pequeño sector al que me refiero, obtuvo en conjunto 3.377 votos, que podrían tranquilamente duplicar la cuantía original de García Blanco.
Y por último, amigo lector, deténgase en “el poder” de los 7.844 votos blancos e impugnados. El 11,5% de las personas que el 14 de agosto salieron de su casa a votar.
Ese rubro, por sí solo, está en condiciones de alterar radicalmente la tendencia inicial.
Un condimento más. Las mediciones post interna señalan que Cristina y Scioli estiran la ventaja a su favor. Mangini y Cáffaro “comparten” la boleta de Cristina y Scioli.
También Binner crece. García Blanco es el único que va con Binner. Mientras tanto, me imagino a Güerci y Fox haciéndose cruces ante el deterioro de la relevancia de Alfonsín y Duhalde hacia el 23 de octubre.
Creo que se lo dije al principio. La elección del intendente de Zárate está interesantísima. (El Debate).
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