(La Polïtica OnLine). El candidato a gobernador bonaerense de UDESO, Francisco de Narváez, está reunido con su equipo en el bunker de las cañitas. Analizan el impacto de las reiteradas críticas y el abandono que enfrenta Ricardo Alfonsín en la UCR, y definirán si continúan con la alianza. "Es difícil, si el propio partido niega a su candidato presidencial", había dicho esta mañana.
Francisco De Narváez reunió a sus asesores y a los dirigentes más cercanos para analizar en conjunto cómo continuar con la poco exitosa alianza con Ricardo Alfonsín. Es que además de los escasos votos que le aportó en la provincia de Buenos Aires, la imagen del diputado radical está muy dañada producto de las internas que enfreta en su propio partido.
En las últimas semanas, gran parte de la dirigencia radical le soltó la mano a su candidato presidencial. El postulante a la gobernación mendocina, Roberto Iglesias, hizo todo lo posible para despegarse: quiso armar una alianza con Binner, con Duhalde y ahora llamó al corte de boleta.
El intentende reelecto de la Ciudad de Mendonza, Víctor Fayad, fue mucho más duro todavía, y lo trató como a un muerto político: "Cuando la gente se muere, uno va y lleva a esa persona al cementerio y después vuelve a la casa, no se queda ahí, porque uno sigue con vida".
Pero no es casual que las críticas más duras provengan de esa provincia, donde el jefe político es Ernesto Sanz, enemistado con Alfonsín. Como sea, el candidato a presidente de la UCR estaría muy angustiado y ya no quiere atender a la prensa. Está cansado de encarar una campaña en la que hasta sus compañeros partidarios lo humillan.
De Narváez también está furioso con las constantes críticas de los radicales a Alfonsín. Esta mañana, en declaraciones radiales, se lo notó muy enojado. "Vamos a tener una conversación con el partido radical, con el que hicimos esta unión, para que ellos defina su posición", anunció.
Y consideró que "es difícil, si el propio partido niega a su candidato a presidente, construir una campaña que para la gente que sea convincente". Y acaso pidiendo clemencia, dijo: "Me parece muy duro ver un partido que tiene un candidato y los miembros de su propio partido lo critican descarnadamente".
Francisco De Narváez reunió a sus asesores y a los dirigentes más cercanos para analizar en conjunto cómo continuar con la poco exitosa alianza con Ricardo Alfonsín. Es que además de los escasos votos que le aportó en la provincia de Buenos Aires, la imagen del diputado radical está muy dañada producto de las internas que enfreta en su propio partido.
En las últimas semanas, gran parte de la dirigencia radical le soltó la mano a su candidato presidencial. El postulante a la gobernación mendocina, Roberto Iglesias, hizo todo lo posible para despegarse: quiso armar una alianza con Binner, con Duhalde y ahora llamó al corte de boleta.
El intentende reelecto de la Ciudad de Mendonza, Víctor Fayad, fue mucho más duro todavía, y lo trató como a un muerto político: "Cuando la gente se muere, uno va y lleva a esa persona al cementerio y después vuelve a la casa, no se queda ahí, porque uno sigue con vida".
Pero no es casual que las críticas más duras provengan de esa provincia, donde el jefe político es Ernesto Sanz, enemistado con Alfonsín. Como sea, el candidato a presidente de la UCR estaría muy angustiado y ya no quiere atender a la prensa. Está cansado de encarar una campaña en la que hasta sus compañeros partidarios lo humillan.
De Narváez también está furioso con las constantes críticas de los radicales a Alfonsín. Esta mañana, en declaraciones radiales, se lo notó muy enojado. "Vamos a tener una conversación con el partido radical, con el que hicimos esta unión, para que ellos defina su posición", anunció.
Y consideró que "es difícil, si el propio partido niega a su candidato a presidente, construir una campaña que para la gente que sea convincente". Y acaso pidiendo clemencia, dijo: "Me parece muy duro ver un partido que tiene un candidato y los miembros de su propio partido lo critican descarnadamente".
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