lunes, marzo 12, 2012

Cuidados para los más chicos

Especialistas insisten en la importancia de respetar las recomendaciones de preparación y conservación de fórmulas infantiles.
Se sabe que la leche materna es el alimento ideal durante el crecimiento de los niños, es por eso que se recomienda amamantar en forma exclusiva al bebé hasta el sexto mes y prolongar la lactancia de uno a dos años. Sin embargo, en algunos casos y por diferentes razones la lactancia materna no es posible o requiere ser complementada; siendo necesario utilizar fórmulas infantiles que toman como modelo a la leche humana, que contienen las vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, nucleótidos y prebióticos adecuados para el crecimiento y desarrollo del bebé, y que están diseñadas para cada etapa y niño en particular.
Los pediatras advierten sobre la importancia de respetar las medidas de conservación e higiene en el preparado de estas fórmulas infantiles. Es frecuente ver mamaderas al sol o fuera de la heladera durante muchas horas, o fórmulas que se preparan con demasiada anticipación y que se trasladan de un lado a otro lo que constituye un riesgo ya que pueden contaminarse.
“Las fórmulas infantiles en polvo no son estériles, por lo tanto es ideal prepararla y consumirla en el momento, y esa leche preparada no puede estar más de una hora a temperatura ambiente. Lo que el bebé no tomó y sobra hay que tirarlo: no se puede alimentar un poco al bebé poner luego la mamadera en la heladera y después volverlo a alimentar otro poco porque de esa manera la leche se contamina,” explicó la doctora Carmen Vecchiarelli, Asesora Médica de ANI, Jefa de la Unidad de terapia intensiva neonatológica del Sanatorio Otamendi. La doctora indicó además que, durante los traslados, las fórmulas infantiles líquidas son una mejor opción ya que se abren y consumen en el momento.
Las leches en polvo son productos seguros fabricados con los más altos estándares de calidad, sin embargo al no ser estériles pueden contaminarse con las bacterias que están presentes en el ambiente, en los biberones o en las manos de quien las prepara cuando el polvo o los elementos que se utilizan se manipulan incorrectamente. Por lo tanto, para evitar cualquier contaminación, es importante tener en cuenta las siguientes medidas:

Preparación:
. Utilizar un área limpia exclusiva para la preparación
· Lavarse las manos antes de comenzar
· Lavar los biberones con agua y una gota de detergente biodegradable y enjuagarlos muy bien.
· Esterilizar los biberones ya sea con un esterilizador eléctrico o hirviéndolos durante 10 minutos en un recipiente de acero inoxidable con agua. Para esterilizarlos, colocar por separado todas las partes (biberón, tetina, aro y tapa). Retirarlos luego con una pinza especial y descartar el agua.
· Lavarse nuevamente las manos.
· Hervir agua y dejarla entibiar hasta los 70º C.
· Agregar a la mamadera el agua y el polvo en la proporción correspondiente y agitar para lograr una mezcla adecuada.
· Abrir y cerrar la lata en el mismo momento de la preparación, no se recomienda dejar el producto en polvo a la intemperie.
Recordar siempre para evitar accidentes NO dejar agua caliente, ollas o el esterilizador al alcance de los niños.

Conservación:
· Una vez preparada la leche de fórmula, NO puede permanecer a temperatura ambiente por más de 1 hora.
· Luego de alimentar al bebé hay que descartar la leche que sobre en la mamadera. Nunca hay que volver a conservar el sobrante en la heladera o calentar la fórmula ya que los cambios reiterados de temperatura pueden favorecer que las bacterias se reproduzcan a niveles no aptos para la salud del bebé.
· No hay que congelar la fórmula preparada.
· NO hay que dejar los biberones preparados en la heladera por más de 12 horas. Si las mamaderas se preparan con anticipación a la toma, deben conservarse bien tapadas en la heladera sin exceder las 12 horas.
· Lo ideal es preparar la fórmula y consumirla en el mismo momento. Se puede tener el agua previamente hervida y entibiada en un termo. (Asteriscos TV).

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