Marcos Novaro y Ricardo Rouvier analizaron en diálogo con LPO, la estrategia del kirchnerismo de farandulizar la denuncia de lavado de dinero que involucran a Lázaro Báez y a la propia familia presidencial. Aseguran que la jugada puede llevar al gobierno a “un camino sin retorno”.
La estrategia kirchnerista para neutralizar las denuncias sobre lavado de dinero que giran en torno al empresario oficialista Lázaro Báez parece ser farandulizar el tema, para trasladar la denuncia de Jorge Lanata a los programas de chimentos y despegarla así de los ámbitos políticos. Analistas consultados por LPO lo ven como una jugada riesgosa y aseguran que “el deterioro del relato kirchnerista es irreversible”.
El objetivo del kirchnerismo es poner el énfasis en Leonardo Fariña, un excéntrico personaje casado con la modelo Karina Jelinek. Hoy el denominado “valijero” concedió una extensa entrevista en el programa Intrusos, de Jorge Rial que alcanzó picos de más de 15 puntos de rating.
“Si Rial participa de la movida es porque se trata de algo orgánico”, explica a LPO el sociólogo Marcos Novaro. “Yo no sé si va a funcionar. La idea es utilizar las armas de Lanata en su contra. Usar el formato de la farándula para banalizar el caso”, agrega.
“El mérito de Lanata no fue sólo la investigación sino la presentación en un relato dramatizado, en historia de personas que perdieron su empresa, en tipos que quisieron ascender socialmente en muy pocos años. Eso le dio mayor impacto a la investigación. Lo que aparece es una guerra de relatos. Sin dudas buscan sacarle una pata al trabajo periodístico con el reclutamiento de Fariña”, agrega Novaro.
Para el sociólogo, el deterioro del relato es irreversible. La farandulización del caso Lázaro Báez es una señal de debilidad y es un camino sin retorno. "Le llevan a la vida cotidiana de la gente sus miserias”, advierte.
En la estrategia kirchnerista, centralizar la investigación en Fariña parece un eje clave para la banalización de la denuncia. Sin embargo, la estrategia parece riesgosa: La derivación del caso a programas de espectáculo masifica el caso y lo saca del elitisma mundo de triangulaciones financieras internacionales.
Sin mencionar una peculiaridad de los programas de chismes del espectáculo: Suelen estirar por semanas y hasta meses las polémicas y las replican al infinito retroalimentándose; en un juego de ver quien es más osado que siempre al límite puede derivar en que terminen diciendo cualquier barbaridad sin mayor filtro.
En la misma sintonía que Novaro, el sociólogo Ricardo Rouvier explicó a LPO que "no aconsejaría" al gobierno esta farandulización del caso Báez.
"Esto ocurre porque hay actores de la farándula dentro de la investigación", explicó. Aunque agrega que "aún no hay un juez designado en la causa. Cuando eso ocurra seguramente los llamarán a declarar".
Rouvier asegura que esta farandulización masifica el caso a otros sectores. Esa variable podría favorecer al kirchnerismo. Sin embargo, agrega que aún en los programas de la farándula "se habla de contenidos políticos". En este caso de corrupción y lavado de dinero. (La Política OnLine).
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