ALMIRANTE BROWN, Mayo 15, (PUNTO CERO-Inforegión) El acre ascetismo que se auto impuso el villaverdismo en su trato con la prensa logró un impensado y paradójico asidero en el verbo encendido de Darío Giustozzi. En un ámbito donde el silencio es síntoma evidente del ruido acallado, la Mesa Sindical K tuvo su recoleto festejo por el traspié de su competidor en la disputa de la franquicia oficialista.
La crispada caminata de Darío Giustozzi detrás de la comitiva presidencial resultó infructuosa y no logró cruzar palabra con Néstor Kirchner luego de andar y desandar sobre sus pasos debajo del palco a la espera del primer mandatario, al fin del acto que encabezó el Lomas de Zamora el pasado 8 de mayo.
El diputado provincial vio frustrada así la probabilidad de establecer un dique a la cascada de malestares que despertó el primer fin de semana de mayo entre sus aliados y colaboradores más íntimos, quienes supieron por la edición gráfica de Info Región del día 5 de la nueva mala pasada que le jugó su incontinencia verbal que, como ellos mismos admiten, afloran con más frecuencia de lo deseado.
La Mesa Sindical K no desaprovechó la oportunidad de capitalizar el traspié de Giustozzi y dispuso un rápido dispositivo de distribución del artículo en que el legislador cargó contra el diputado nacional Carlos Kunkel por su participación en el acto de lanzamiento de la Mesa Sindical K el pasado 27 de abril.
Un hecho que sirvió a la vez al villaverdismo – y muy especialmente al líder de esa corriente – como justificativo para al acre ascetismo en el trato con la prensa, impuesto desde el más alto nivel al resto de sus conmilitones que, hay que decirlo, no suelen expresarse de forma feliz cuando enfrentan al periodismo.
El mismo 5 por la noche Giustozzi debió frenar un conato de rebelión entre sus filas, encausado antes por el temor a una reprimenda política de proporciones que a un disgusto por ellos. El Gato Suárez del Frente Nacional Transversal y el radical Mario Fuentes, encabezaron esa corriente de opinión. Otro caso fue el de Mariano San Pedro quien a través de Aldo, su padre y senador provincial, mantiene un estrecho vínculo político con Kunkel.
“ A Giustozzi hay que hacerlo hablar. De lo contrario, su discurso son los afiches con que empapela Brown. En cambio, cuando se pronuncia pueden pasar cosas como estas”. El pensamiento, palabra de más o de menos, sintetiza la sensación dominante entre los villaverdistas y operadores de la Mesa Sindical K, que admiten que sus últimas jugadas tuvieron por objeto sacar de las casillas al único candidato a Intendente instalado hasta ahora por la sigla Frente para la Victoria.
El postulante pareció caer en esa cuenta aquel fin de semana, en que primero amagó con rechazar ser el autor de esos pensamientos y que luego terminó de aceptar como propios ante el reclamo de una enfática desmentida de la mesa chica de su agrupación.
Los seguidores de Fernando Suárez vivieron con júbilo el episodio, al que estimaron bautismal para sus pretensiones de instalarse como un actor de peso político en el distrito. “Dos meses atrás lo nuestro era más que modesto. Después de lo que pasó, nos damos por satisfechos y nos sentimos instalados definitivamente.”
Su optimismo no se fundo solo en eso. Relataron que el pasado 2 de mayo Kunkel se entrevistó con el presidente Kirchner, quien le habría expresado su satisfacción por su participación en el acto de la Mesa Sindical. En particular, por el mensaje transmitido, acerca que todavía no hay candidatos K consolidados.
“Te pido que tengas cuidado porque te van a considerar mi voz. Pero decíle a Suárez que siga así y que lo de Villaverde lo voy a ver yo” fue la críptica idea que Kunkel habría recibido. Indicios que confirmarían esa hipótesis fue su ratificación que hizo el pasado jueves en la reunión de la Tercera Sección Electoral del Frente, que suele animar junto al intendente de Varela y titular de la FAM, Julio Pereyra.
Allí cargó contra “algunos apresurados que ya están hablando de cargos” en lo que pareció un guiño a la Mesa y un tiro por elevación a Giustozzi, presente en el encuentro, que de inmediato pidió la palabra para aclarar que el mismo Pereyra le habría pedido que lanzara la suya. Obtuvo como respuesta del jefe comunal un pedido de redondeo de su alocución para cerrarla.
“A Kirchner le cae bien que no se traten esos temas todavía” insistió la fuente, en alusión a que no hay trato cerrado con los caciques justicialistas del Conurbano bonaerense. El mismo Kunkel habría sondeado en aquel encuentro que esa definición involucra a descarta en simultáneo la postulación de Javier Castrilli, quien tomó parte la semana que pasó del módico acto que la Corriente Peronistas Bonaerense (COPEBO) de Julio Rubén Ledesma realizó en el Luna Park.
Giustozzi, a quien habrá que reconocer pertinacia, encabezó el pasado viernes un acto con sindicalistas de Almirante Brown en que pudo al menos confirmar que el volátil secretario general de los Mercantiles, Luis Monteiro, pudo cristalizar el deseo que anida desde fines del año pasado y adherir finalmente a su candidatura y desechar su participación en la Mesa K.
La crispada caminata de Darío Giustozzi detrás de la comitiva presidencial resultó infructuosa y no logró cruzar palabra con Néstor Kirchner luego de andar y desandar sobre sus pasos debajo del palco a la espera del primer mandatario, al fin del acto que encabezó el Lomas de Zamora el pasado 8 de mayo.
El diputado provincial vio frustrada así la probabilidad de establecer un dique a la cascada de malestares que despertó el primer fin de semana de mayo entre sus aliados y colaboradores más íntimos, quienes supieron por la edición gráfica de Info Región del día 5 de la nueva mala pasada que le jugó su incontinencia verbal que, como ellos mismos admiten, afloran con más frecuencia de lo deseado.
La Mesa Sindical K no desaprovechó la oportunidad de capitalizar el traspié de Giustozzi y dispuso un rápido dispositivo de distribución del artículo en que el legislador cargó contra el diputado nacional Carlos Kunkel por su participación en el acto de lanzamiento de la Mesa Sindical K el pasado 27 de abril.
Un hecho que sirvió a la vez al villaverdismo – y muy especialmente al líder de esa corriente – como justificativo para al acre ascetismo en el trato con la prensa, impuesto desde el más alto nivel al resto de sus conmilitones que, hay que decirlo, no suelen expresarse de forma feliz cuando enfrentan al periodismo.
El mismo 5 por la noche Giustozzi debió frenar un conato de rebelión entre sus filas, encausado antes por el temor a una reprimenda política de proporciones que a un disgusto por ellos. El Gato Suárez del Frente Nacional Transversal y el radical Mario Fuentes, encabezaron esa corriente de opinión. Otro caso fue el de Mariano San Pedro quien a través de Aldo, su padre y senador provincial, mantiene un estrecho vínculo político con Kunkel.
“ A Giustozzi hay que hacerlo hablar. De lo contrario, su discurso son los afiches con que empapela Brown. En cambio, cuando se pronuncia pueden pasar cosas como estas”. El pensamiento, palabra de más o de menos, sintetiza la sensación dominante entre los villaverdistas y operadores de la Mesa Sindical K, que admiten que sus últimas jugadas tuvieron por objeto sacar de las casillas al único candidato a Intendente instalado hasta ahora por la sigla Frente para la Victoria.
El postulante pareció caer en esa cuenta aquel fin de semana, en que primero amagó con rechazar ser el autor de esos pensamientos y que luego terminó de aceptar como propios ante el reclamo de una enfática desmentida de la mesa chica de su agrupación.
Los seguidores de Fernando Suárez vivieron con júbilo el episodio, al que estimaron bautismal para sus pretensiones de instalarse como un actor de peso político en el distrito. “Dos meses atrás lo nuestro era más que modesto. Después de lo que pasó, nos damos por satisfechos y nos sentimos instalados definitivamente.”
Su optimismo no se fundo solo en eso. Relataron que el pasado 2 de mayo Kunkel se entrevistó con el presidente Kirchner, quien le habría expresado su satisfacción por su participación en el acto de la Mesa Sindical. En particular, por el mensaje transmitido, acerca que todavía no hay candidatos K consolidados.
“Te pido que tengas cuidado porque te van a considerar mi voz. Pero decíle a Suárez que siga así y que lo de Villaverde lo voy a ver yo” fue la críptica idea que Kunkel habría recibido. Indicios que confirmarían esa hipótesis fue su ratificación que hizo el pasado jueves en la reunión de la Tercera Sección Electoral del Frente, que suele animar junto al intendente de Varela y titular de la FAM, Julio Pereyra.
Allí cargó contra “algunos apresurados que ya están hablando de cargos” en lo que pareció un guiño a la Mesa y un tiro por elevación a Giustozzi, presente en el encuentro, que de inmediato pidió la palabra para aclarar que el mismo Pereyra le habría pedido que lanzara la suya. Obtuvo como respuesta del jefe comunal un pedido de redondeo de su alocución para cerrarla.
“A Kirchner le cae bien que no se traten esos temas todavía” insistió la fuente, en alusión a que no hay trato cerrado con los caciques justicialistas del Conurbano bonaerense. El mismo Kunkel habría sondeado en aquel encuentro que esa definición involucra a descarta en simultáneo la postulación de Javier Castrilli, quien tomó parte la semana que pasó del módico acto que la Corriente Peronistas Bonaerense (COPEBO) de Julio Rubén Ledesma realizó en el Luna Park.
Giustozzi, a quien habrá que reconocer pertinacia, encabezó el pasado viernes un acto con sindicalistas de Almirante Brown en que pudo al menos confirmar que el volátil secretario general de los Mercantiles, Luis Monteiro, pudo cristalizar el deseo que anida desde fines del año pasado y adherir finalmente a su candidatura y desechar su participación en la Mesa K.
Daniel Bilotta (PUNTO CERO-Inforegión).
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