ALMIRANTE BROWN, Mayo 22, (PUNTO CERO-Inforegión) Quizás resignado a que no habrá forma de persuadir a la sociedad de un oxigenamiento de su esquema de poder que lo libre del pesado lastre de dos décadas de gestión, el justicialismo villaverdista parece haber dispuesto jugar sus cartas a demostrar que el kirchnerismo local no es tan diferente como enuncia.
Una novedad significativa para el kirchnerismo local quedó oficializada en la reunión del pasado miércoles de la Mesa Sindical K. Joaquín González no será repuesto al frente del Concejo Deliberante, luego de fracasar la maniobra urdida para llevar adelante ese objetivo. Todas las miradas apuntan a Juan Carlos Neuburguer para explicar la frustración.
Hace al menos un mes que el Frente para la Victoria y la Mesa Sindical K venían evaluando la conveniencia de llevar adelante una iniciativa de ese tipo, que pudo haber derivado en que el cargo político más importante luego de la titularidad de la Intendencia quedase en manos de la oposición.
La convicción de concretarla nunca fue plena en los líderes de cada uno de esos sectores, quienes hicieron hincapié en su valor relativo a 120 días de las elecciones nacionales. Con todo, las segundas líneas de cada sector se mostraron fuertemente activas para ponerla en el terreno.
Recién el lunes pasado la operación quedó desactivada, cuando Neuburguer, titular del bloque K y vicepresidente Segundo del Concejo, comenzó a retroceder de forma progresiva del compromiso asumido a poco de incorporarse a la Mesa Sindical K. “Lo de la ampliación presupuestaria fue un espejismo. Siempre privilegia otro tipo de realidades antes de tomar una decisión política”, señaló una fuente de ese sector que accedió a dar otros detalles.
“Teníamos el compromiso de los seis concejales del Frente. A esos se sumaban los dos del FpV, otros tantos de Bases Peronistas y el propio Reynoso había comprometido el voto de Norma Ruiz. Teníamos también la palabra de un edil del PJ. Todo se cayó por Neuburguer, que provocó una reacción en cadena e hizo echar todo para atrás”, añadió con ira contenida.
La aparición de Ruiz en el lote junto a un edil oficialista, expresa síntomas del malestar que mascullan aliados y justicialistas frente a la conducción del Concejo Deliberante que encabeza su actual presidente, Alejandro Torres. El enfrentamiento de Reynoso – esposo de la concejal del bloque K – es añejo pero es acicateado por la disputa que mantienen con Neuburguer por el manejo administrativo de esa bancada.
Info Región adelantó el pasado 29 de marzo la fractura de ese espacio legislativo, luego de las notas que cruzaron Ruiz y Neuburguer auto rotulándose mentores de esa denominación y reivindicando para sí su titularidad. Incluso un par de semanas después del episodio – que a los efectos prácticos sigue sin resolución – trascendió que el oficialismo intentaría remover a Neuburguer de la conducción de la Legislatura local, cosa que finalmente no pasó – al menos hasta ahora – de un amago.
La novedad destacada hubiese sido, no obstante, que un concejal del oficialismo se prestase a colaborar con la destitución de Torres y su reemplazo por González a quien el actual Presidente sucedió a mediados de julio del año pasado, en un episodio en que colaboradores del titular de Bases Peronistas estiman que hubo, como mínimo, cierta deslealtad del primero.
Info Región recurrió nuevamente a la fuente citada para establecer la identidad del miembro del bloque PJ dispuesto a hacer pública su disidencia, en momentos en que el oficialismo debe definir también una lista de candidatos a ediles que difícilmente pueda reflejar la expectativa de los ocho que deberán renovar mandatos.
“No te voy a decir quién es pero no solo iba a dar quórum. Iba a votar con nosotros”, deslizó sin precisar mucho más aunque admitió que del tercero que más criticó el desempeño de Torres – Juan Vairo, Eva Calderón y Jorge García – podría encontrarse al presunto confabulado.
De ellos, Calderón y García dependen de ser reelectos para continuar en el Concejo. Si bien los dos vienen manteniendo una posición crítica dentro del oficialismo, García – que supo tener una estrecha relación personal con el caudillo Jorge Villaverde – parece el más alejado de las posiciones que el PJ suele llevar al recinto, aún cuando por disciplina suela guardar las formas en las sesiones.
La poca disposición de Neuburguer por acompañar el desplazamiento de Torres fue, finalmente, lo que volvió más vidriosa para el resto la posibilidad de avanzar en ese sentido. “La última vez que habló fue para decirle a Horacio Jerez que solo lo votaría a él pero no a González. Es un tipo sin conducta. La verdad es que él quería ser el reemplazo”, aseguró el improvisado vocero de los críticos del edil.
“Una vez que Giustozzi supo que la resistencia a votarlo venía de la propia Mesa, entendió que no había mucho más que hacer. Después de todo, parecía un problema nuestro”, acotó en alusión a los cinco ediles que reportan a esa corriente: Jerez y Daniel Wolovich del FpV, González y Delfino Meza de Bases Peronistas y Neuburguer.
El oficialismo sabe que el tiempo que ganó frente al riesgo de un contagio generalizado del virus de la rebelión podría faltarle ante una eventual nueva adversidad. Sus usinas estuvieron activas para hacer correr el rumor sobre el tendido de un cordón sanitario para evitarlo. Entre los trascendidos, hicieron sonar fuerte que Bases Peronistas volvería a contarse entre sus aliados para lograr la sanción de la rendición de Cuentas del 2006 el próximo 6 de junio. Una nómina que se completaría con la supuesta inclusión de Jerez y Wolovich.
No es lo que dicen en el entorno de González, desde donde adelantaron que la aprobación de las cuentas será resistida. Y si bien consienteron también que Wolovich podría sumarse al coro de persuadidos recalcaron que la intransigencia de Jerez, dispuesto a fundar en gestos concretos sus aspiraciones de convertirse en candidato a Intendente, sería una valla insalvable de ladear para el corpulento edil. "No le va a quedar otra que acompañarlo", insitieron algunos desde la Mesa Sindical.
Advierten en ese punto que la conducta que siga Neuburguer será clave para que se defina su continuidad en esa corriente. "Si vota con el PJ después de no haber acompañado el recambio de autoridades, va a ser difícil de tolerar su presencia", añadieron.
Como sea, el PJ luce resignado antes de tiempo a que no habrá forma de persuadir a la sociedad de un oxigenamiento de su esquema de poder que lo libre del pesado lastre de dos décadas de gestión, el justicialismo villaverdista parece haber dispuesto jugar sus cartas a demostrar que el kirchnerismo local no es tan diferente como enuncia.
Una novedad significativa para el kirchnerismo local quedó oficializada en la reunión del pasado miércoles de la Mesa Sindical K. Joaquín González no será repuesto al frente del Concejo Deliberante, luego de fracasar la maniobra urdida para llevar adelante ese objetivo. Todas las miradas apuntan a Juan Carlos Neuburguer para explicar la frustración.
Hace al menos un mes que el Frente para la Victoria y la Mesa Sindical K venían evaluando la conveniencia de llevar adelante una iniciativa de ese tipo, que pudo haber derivado en que el cargo político más importante luego de la titularidad de la Intendencia quedase en manos de la oposición.
La convicción de concretarla nunca fue plena en los líderes de cada uno de esos sectores, quienes hicieron hincapié en su valor relativo a 120 días de las elecciones nacionales. Con todo, las segundas líneas de cada sector se mostraron fuertemente activas para ponerla en el terreno.
Recién el lunes pasado la operación quedó desactivada, cuando Neuburguer, titular del bloque K y vicepresidente Segundo del Concejo, comenzó a retroceder de forma progresiva del compromiso asumido a poco de incorporarse a la Mesa Sindical K. “Lo de la ampliación presupuestaria fue un espejismo. Siempre privilegia otro tipo de realidades antes de tomar una decisión política”, señaló una fuente de ese sector que accedió a dar otros detalles.
“Teníamos el compromiso de los seis concejales del Frente. A esos se sumaban los dos del FpV, otros tantos de Bases Peronistas y el propio Reynoso había comprometido el voto de Norma Ruiz. Teníamos también la palabra de un edil del PJ. Todo se cayó por Neuburguer, que provocó una reacción en cadena e hizo echar todo para atrás”, añadió con ira contenida.
La aparición de Ruiz en el lote junto a un edil oficialista, expresa síntomas del malestar que mascullan aliados y justicialistas frente a la conducción del Concejo Deliberante que encabeza su actual presidente, Alejandro Torres. El enfrentamiento de Reynoso – esposo de la concejal del bloque K – es añejo pero es acicateado por la disputa que mantienen con Neuburguer por el manejo administrativo de esa bancada.
Info Región adelantó el pasado 29 de marzo la fractura de ese espacio legislativo, luego de las notas que cruzaron Ruiz y Neuburguer auto rotulándose mentores de esa denominación y reivindicando para sí su titularidad. Incluso un par de semanas después del episodio – que a los efectos prácticos sigue sin resolución – trascendió que el oficialismo intentaría remover a Neuburguer de la conducción de la Legislatura local, cosa que finalmente no pasó – al menos hasta ahora – de un amago.
La novedad destacada hubiese sido, no obstante, que un concejal del oficialismo se prestase a colaborar con la destitución de Torres y su reemplazo por González a quien el actual Presidente sucedió a mediados de julio del año pasado, en un episodio en que colaboradores del titular de Bases Peronistas estiman que hubo, como mínimo, cierta deslealtad del primero.
Info Región recurrió nuevamente a la fuente citada para establecer la identidad del miembro del bloque PJ dispuesto a hacer pública su disidencia, en momentos en que el oficialismo debe definir también una lista de candidatos a ediles que difícilmente pueda reflejar la expectativa de los ocho que deberán renovar mandatos.
“No te voy a decir quién es pero no solo iba a dar quórum. Iba a votar con nosotros”, deslizó sin precisar mucho más aunque admitió que del tercero que más criticó el desempeño de Torres – Juan Vairo, Eva Calderón y Jorge García – podría encontrarse al presunto confabulado.
De ellos, Calderón y García dependen de ser reelectos para continuar en el Concejo. Si bien los dos vienen manteniendo una posición crítica dentro del oficialismo, García – que supo tener una estrecha relación personal con el caudillo Jorge Villaverde – parece el más alejado de las posiciones que el PJ suele llevar al recinto, aún cuando por disciplina suela guardar las formas en las sesiones.
La poca disposición de Neuburguer por acompañar el desplazamiento de Torres fue, finalmente, lo que volvió más vidriosa para el resto la posibilidad de avanzar en ese sentido. “La última vez que habló fue para decirle a Horacio Jerez que solo lo votaría a él pero no a González. Es un tipo sin conducta. La verdad es que él quería ser el reemplazo”, aseguró el improvisado vocero de los críticos del edil.
“Una vez que Giustozzi supo que la resistencia a votarlo venía de la propia Mesa, entendió que no había mucho más que hacer. Después de todo, parecía un problema nuestro”, acotó en alusión a los cinco ediles que reportan a esa corriente: Jerez y Daniel Wolovich del FpV, González y Delfino Meza de Bases Peronistas y Neuburguer.
El oficialismo sabe que el tiempo que ganó frente al riesgo de un contagio generalizado del virus de la rebelión podría faltarle ante una eventual nueva adversidad. Sus usinas estuvieron activas para hacer correr el rumor sobre el tendido de un cordón sanitario para evitarlo. Entre los trascendidos, hicieron sonar fuerte que Bases Peronistas volvería a contarse entre sus aliados para lograr la sanción de la rendición de Cuentas del 2006 el próximo 6 de junio. Una nómina que se completaría con la supuesta inclusión de Jerez y Wolovich.
No es lo que dicen en el entorno de González, desde donde adelantaron que la aprobación de las cuentas será resistida. Y si bien consienteron también que Wolovich podría sumarse al coro de persuadidos recalcaron que la intransigencia de Jerez, dispuesto a fundar en gestos concretos sus aspiraciones de convertirse en candidato a Intendente, sería una valla insalvable de ladear para el corpulento edil. "No le va a quedar otra que acompañarlo", insitieron algunos desde la Mesa Sindical.
Advierten en ese punto que la conducta que siga Neuburguer será clave para que se defina su continuidad en esa corriente. "Si vota con el PJ después de no haber acompañado el recambio de autoridades, va a ser difícil de tolerar su presencia", añadieron.
Como sea, el PJ luce resignado antes de tiempo a que no habrá forma de persuadir a la sociedad de un oxigenamiento de su esquema de poder que lo libre del pesado lastre de dos décadas de gestión, el justicialismo villaverdista parece haber dispuesto jugar sus cartas a demostrar que el kirchnerismo local no es tan diferente como enuncia.
Daniel Bilotta (PUNTO CERO-Inforegión).
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