domingo, junio 22, 2008

QUILMES. Van seis meses, la ciudad parece estar fundida

QUILMES, Junio 22, (PUNTO CERO-Perspectiva Sur) La administración que acaba de cumplir seis meses en el cargo sigue anunciando su determinación de recuperar para el Estado la prestación de los servicios básicos de la ciudad, hoy privatizados.
El Intendente estrenó el cargo, rodeado de expectativas, luego de la extensa noche institucional que pretendió someter a la ciudad y eligió rodearse de 13 secretarios, 69 subsecretarios y 134 directores.
Poner en valor todo el aparato municipal al punto de poder garantizar en el tiempo el funcionamiento de la ciudad, es un desafío que por su envergadura reclama su tiempo.
Es que el Gobierno apuntó a la municipalización del cobro de tasas, del mantenimiento del alumbrado público, del barrido y el mantenimiento de las plazas, de los asfaltos y bacheos propias del área de obras públicas, como así también de la recolección de lo residuos domiciliarios. Todo un enorme cambio de orientación en materia de administración de los recursos públicos, tanto humanos como económicos.
A la hora de revisar de dónde provienen los recursos previstos para atender el presupuesto de la ciudad durante el 2008, digamos que con el dinero que la Comuna prevé recaudar durante el año proveniente del cobro de las distintas tasas a vecinos y empresas, apenas se proyecta cumplir con el pago de salarios y cargas sociales al personal. Sin la coparticipación provincial y sin recursos llegados por gestiones ante Nación, la ciudad es inviable; no hay plata ni para respirar.

DE DONDE VENIMOS
Los vientos de la política no siempre soplan con la misma intensidad y desde los mismos rincones; sólo basta repasar la historia reciente de nuestra ciudad para confirmar qué importante es para toda la ciudadanía que el Erario local responda a criterios estrictos de eficiencia, con un claro sentido de la defensa del interés del vecino.
Compartimos una ciudad que viene de años de saqueo, dónde a medir por los resultados conocidos hasta ahora, las privatizadas y hasta las Universidades que prometieron grandes servicios, terminaron facturando y aún sobre facturaron, prestaciones estériles y de muy difícil control por parte de la ciudadanía.
Fue durante la desastrosa gestión que presidió Geronés, Batallés y Coloma, que los quilmeños tuvimos acceso a lo que luego fue una investigación judicial, que al día de hoy, aún no está terminada.
Enfocaba a facturaciones millonarias por servicios, como el tomado de juntas en los pavimentos o el corte del pasto en las zanjas, encomendados a empresas inexistentes, en manos de personas indigentes.

DE DONDE VENIMOS II
Por aquel entonces los servicios centrales de la ciudad y otros creativamente articulados, ya venían en manos privadas como efecto arrastre de la gestión de Aníbal Fernández, desde hace ya 16 años atrás.
Durante el turno del villordismo, por lo que viene surgiendo al conocimiento público hasta hoy, a los contratos con las privadas, se sumó un festival de Adelantos Transitorios del Tesoro Nacional que derivaron en generosos sobreprecios en cada una de las compras de la ciudad.
El resultado de tanto empeño desguazador, se refleja claramente en el estado actual del sistema de salud primario, el mobiliario urbano, los asfaltos, la casi total ausencia de personal municipal técnico altamente capacitado, el escaso nivel de servicio eficiente en manos públicas, así como la total ausencia de una planificación urbana que haga previsible y sustentable el crecimiento del Distrito.

HACIA DONDE VAMOS
Enfocar el déficit que el Estado local arrastra en materia de participación y control ciudadano es otra forma de hablar del enorme problema de corrupción que ha venido cruzando a los negocios públicos. Resulta inocultable la creciente demanda ciudadana en materia de calidad y excelencia de servicios, y en el punto, crece el reclamo apuntado a la definición de canales oficiales de acceso a la información que diariamente se genera en la ciudad, por la gestión que financiamos entre los vecinos.
Nadie cree que por imperio del cambio de una gestión, si no cambian los procedimientos de control a la vista de los vecinos, cambiará en algo la ineficiencia en el gasto , como se le suele llamar a la corrupción.
Quilmes cuenta con todas las características que se repiten en el resto del Gran Buenos Aires. A modo de síntesis muy simplificada digamos que se trata de 600 mil personas que viven cerca de la capital. Un amplio sector de vecinos se valen de la ciudad para dormir. Otra franja vive, estudia y trabaja en la ciudad; y finalmente persiste una buena franja social de alrededor de 140 mil personas, que vive y mira como el resto funciona dentro del sistema.

HACIA DONDE VAMOS II
El Estado municipal, tiene por desafío atender a todos los sectores, cada uno en su realidad. Todos somos iguales ante la ley, es también una forma de decir que lo somos a la hora de la aplicación de políticas públicas, recursos compartidos e iniciativas gubernamentales.
A renglón seguido, una vez expuesto el principio de igualdad, necesitamos hablar de proporcionalidad.
En su empeño por amortiguar los rigores de la pobreza y acortar las distancias entre los extremos más ricos y más pobres, el Estado debe empeñarse en aplicar recursos humanos y económicos, apuntando al desarrollo humano, con mayor énfasis ahí donde la necesidad es mayor; claro que sin descuidar al resto.
El presupuesto de la ciudad se nutre de ingresos provenientes de los cargos por los servicios que paga cada uno de los vecinos. Alumbrado, barrido y limpieza, es el nombre más recordado de ésta tasa que también incluye a los servicios de salud y Asistencia social. Además, existen cargas dirigidas al comercio, a la industria, a la publicidad callejera, tasas por servicios del Cementerio, sellados, tributos a los espectáculos públicos; los que cobra la dirección de Bromatología o Tránsito; en fin, un universo de tributos pensados para atender los servicios que la ciudadanía reclama para el funcionamiento básico de la ciudad.

MUNICIPALIZAR, EL OTRO DESAFIO
Mientras en Quilmes imperaron las ideas aportadas por Aníbal Fernández, todo el sistema de control y recaudación quedó en manos de una empresa privada, Relevamientos Catastrales. Teniendo en cuenta el sustento de las distintas denuncias radicadas tanto ante el Tribunal de Cuentas de la Provincia así como en sede penal, podemos concluir que los quilmeños estuvimos en manos de un grupo económico que, refugiado en un contrato que nunca vio la luz pública, le facturó a la ciudad todo lo que pudo, sacando un máximo provecho de la posición dominante que le otorgaba tamaño contrato monopólico, sobre un asunto de enorme sensibilidad para cada vecino.
Al día de hoy, la administración Gutiérrez no ha informado en qué estado recibió el área y qué nivel de información dejó como capitalización para la ciudad, ese emprendimiento privado.

MUNICIPALIZAR, EL OTRO DESAFIO II

Este antecedente resulta valioso para dimensionar el momento que atraviesa el Estado municipal en materia tributaria. La ciudad está retomando la identificación de sus contribuyentes, está retomando la tarea de facturar los servicios y también de cobrarlos.
El otro dato para aportar surge del hecho que el monto de las tasas, no tuvo ajuste alguno desde las crisis del 2001.Es decir, la ausencia de ajustes pequeños y progresivos, provoca ahora un atraso respecto al ingreso de los contribuyentes muy difícil de esconder; aunque claro esta su actualización repentina generaría, sin duda, reacciones que será necesario acompañar con una clara política de información y transparencia. (PUNTO CERO-Perspectiva Sur).

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