LUJAN, Octubre 06, (PUNTO CERO-El Civismo) Osvaldo Arizio dialogó con EL CIVISMO sobre el Plan Estratégico que se debate, por estos días, en la casa de altos estudios.
La propuesta fijará la orientación social de la institución y un nuevo orden de organización interna.
Desde hace varios meses, la Universidad Nacional de Luján (UNLu) se encuentra abocada a la elaboración del denominado Plan Estratégico Institucional, una propuesta exigida en el marco de la reparación histórica aprobada el año pasado por el Senado de la Nación que significará la llegada de 50 millones de pesos a la casa de altos estudios.
Entre otras cuestiones, el Plan Estratégico fijará la función social de la UNLu y un reordenamiento interno de la estructura administrativa de las carreras. En diálogo con EL CIVISMO, el rector Osvaldo Arizio se refirió a estas cuestiones que serán una bisagra en la vida de la institución.
- Luego de la aprobación del Senado, ¿en qué situación se encuentra la reparación histórica?
- Luego de la aprobación del proyecto en Senadores se conformó una comisión que nunca se terminó de reunir en su conjunto y funcionó parcialmente. Nosotros habíamos recibido la notificación de la Secretaría de Políticas Universitarias que, para acceder a los fondos, teníamos que presentar un proyecto institucional con un plan de inversiones. En su momento el Consejo Superior pidió que durante este año se facilite la primera cuota, cercana a los 10 millones, y que ese plan institucional pueda ser presentado en 2009. También se solicitó que cada una de estas cuotas de 10 millones sean incorporadas al presupuesto de la Universidad. Estas tres cosas que pidió el Consejo Superior fueron aceptadas por la comisión. Se firmó un documento que fue elevado a la Jefatura de Gabinete de la Nación, desde donde se debe disponer el dinero. Ahora el jefe de Gabinete tiene que disponer la partida correspondiente a este año. La primera cuota vendrá sobre el final de este año.
- ¿En qué consiste el Plan Estratégico?
- Cuando nosotros iniciamos la gestión en 2006, como parte de un compromiso de campaña electoral, nos propusimos institucionalizar una discusión para ver hacia dónde iba la Universidad. Empezamos con esa tarea, y una comisión terminó definiendo algunas cosas. A partir de ahí el proceso se trabó, sobre todo cuando había que empezar a discutir los núcleos problemáticos de fondo. La reparación histórica nos obligó a retomar eso.
- ¿Qué grado de avance tiene el Plan Estratégico?
- En función de tener que armar nuevamente el Plan Estratégico, y ahora con una fecha acotada, ya que lo tenemos que entregar a fines de noviembre, el Consejo Superior creó una comisión ad-hoc, encargada de dirigir todo el proceso. La comisión está conformada por un representante de lista y claustro pero de la Asamblea (órgano de la UNLu); y en su momento decidió la creación de un equipo técnico de apoyo, que está integrado por un técnico de la Secretaría de Políticas Universitarias y otras dos personas externas a la Universidad que se encargan de la labor técnica. La comisión fijó un cronograma y una metodología de trabajo, y el equipo técnico avanza en función de eso y en coordinación permanente con la comisión.
- ¿Qué se hizo durante estos meses?
- Hubo una serie de reuniones que tuvieron como destino final definir la función social de la Universidad. Se hicieron talleres iniciales en cada uno de los centros regionales y en la sede y luego se hicieron reuniones con todos los coordinadores de carreras, los consejos asesores de los centros regionales y los consejos departamentales, entre otros.
- ¿Cuál fue el resultado de esas reuniones?
- En función de estas reuniones se elaboró un documento para un taller de cierre en donde se trabajó con la idea de sintetizar una propuesta final sobre la función social de la Universidad. En base a todo esto, la comisión ad-hoc debe realizar un documento para luego elevarlo al Consejo Superior. Esto va a fijar hacia dónde queremos ir. En paralelo, el equipo técnico está trabajando en la elaboración de un documento de diagnóstico objetivo. La idea es que con estas dos cosas salgan las líneas estratégicas de acción. El proyecto final se presentará en la Secretaría de Políticas Universitarias, y terminará firmándose un contrato-programa donde el dinero de los otros cuatro años de la reparación histórica nos comprometemos a aplicarlo en ese proyecto estratégico a desarrollar.
- ¿Cuáles son los puntos conflictivos?
- Hay un consenso generalizado sobre los problemas que hay que resolver, en eso estamos todos de acuerdo. Uno de los temas que desde hace años se viene discutiendo tiene que ver con la estructura que hoy tiene la Universidad, que es un poco atípica. Acá tenemos cuatro Departamentos que agrupan a un conjunto de carreras. Una estructura departamental con cuatro Departamentos no existe en el mundo. Esto genera un problema en la conducción de las carreras que en realidad dependen de un coordinador de carrera, que en la práctica no tiene un poder real para dirigir la carrera. Mientras el coordinador depende del Rectorado, los docentes dependen de los Departamentos. Ante esto, la designación de docentes recae más en el decano de un Departamento que en el coordinador de Carrera. Hay una especie de doble comando en las carreras, algo que es señalado desde hace muchos años.
Esta estructura comienza a generar algunos problemas de gobernabilidad de la institución, y ese es uno de los problemas que hay que resolver. Nosotros tenemos un estatuto que de alguna manera fija el poder de conducción en el Consejo Superior, pero muchas veces el poder real pasa por otro lado y no por el Consejo Superior.
- Esta estructura incide en cualquier acto eleccionario.
- Obviamente que esto tiene su correlato en las representaciones políticas. Pero más allá del tema político, hay que estudiar si el sistema actual permite gestionar la Universidad como corresponde.
- ¿Cuáles son las visiones contrapuestas en este tema del cambio de estructura?
- Hay una postura que sostiene profundizar la línea departamental y entonces lo que hay que hacer es armar más departamentos. La otra alternativa es avanzar en el sistema de facultades. Hoy estamos en una especie de híbrido entre lo que es el sistema departamental y el sistema de facultades. Lo que no podemos hacer es seguir de esta manera, porque el sistema actual complica la gestión.
- En esta disyuntiva, ¿dónde se posiciona usted?
- Creo que el sistema departamental es superador del sistema de facultades. Mi tendencia es que la Universidad siga siendo departamental y profundizar la departamentalización.
Un año electoral
El próximo año se realizarán elecciones generales en la Universidad Nacional de Luján. Consultado por este medio, el rector Arizio prefirió ser cauto: “Creo que es apresurado hablar de las elecciones. Estoy tratando de que la comunidad universitaria asuma que todavía no es el año político. Si nosotros empezamos a meter hoy el tema político en medio de la discusión del Plan Estratégico, corremos un serio riesgo”.
Sobre su posible reelección, la máxima autoridad de la UNLu adelantó que todavía no tiene definido si volverá a presentarse como candidato.
“Personalmente no tengo decidido si me voy a presentar o no y mi definición tendrá mucho que ver con cómo termina este proceso del Plan Estratégico Institucional”, agregó.
La propuesta fijará la orientación social de la institución y un nuevo orden de organización interna.
Desde hace varios meses, la Universidad Nacional de Luján (UNLu) se encuentra abocada a la elaboración del denominado Plan Estratégico Institucional, una propuesta exigida en el marco de la reparación histórica aprobada el año pasado por el Senado de la Nación que significará la llegada de 50 millones de pesos a la casa de altos estudios.
Entre otras cuestiones, el Plan Estratégico fijará la función social de la UNLu y un reordenamiento interno de la estructura administrativa de las carreras. En diálogo con EL CIVISMO, el rector Osvaldo Arizio se refirió a estas cuestiones que serán una bisagra en la vida de la institución.
- Luego de la aprobación del Senado, ¿en qué situación se encuentra la reparación histórica?
- Luego de la aprobación del proyecto en Senadores se conformó una comisión que nunca se terminó de reunir en su conjunto y funcionó parcialmente. Nosotros habíamos recibido la notificación de la Secretaría de Políticas Universitarias que, para acceder a los fondos, teníamos que presentar un proyecto institucional con un plan de inversiones. En su momento el Consejo Superior pidió que durante este año se facilite la primera cuota, cercana a los 10 millones, y que ese plan institucional pueda ser presentado en 2009. También se solicitó que cada una de estas cuotas de 10 millones sean incorporadas al presupuesto de la Universidad. Estas tres cosas que pidió el Consejo Superior fueron aceptadas por la comisión. Se firmó un documento que fue elevado a la Jefatura de Gabinete de la Nación, desde donde se debe disponer el dinero. Ahora el jefe de Gabinete tiene que disponer la partida correspondiente a este año. La primera cuota vendrá sobre el final de este año.
- ¿En qué consiste el Plan Estratégico?
- Cuando nosotros iniciamos la gestión en 2006, como parte de un compromiso de campaña electoral, nos propusimos institucionalizar una discusión para ver hacia dónde iba la Universidad. Empezamos con esa tarea, y una comisión terminó definiendo algunas cosas. A partir de ahí el proceso se trabó, sobre todo cuando había que empezar a discutir los núcleos problemáticos de fondo. La reparación histórica nos obligó a retomar eso.
- ¿Qué grado de avance tiene el Plan Estratégico?
- En función de tener que armar nuevamente el Plan Estratégico, y ahora con una fecha acotada, ya que lo tenemos que entregar a fines de noviembre, el Consejo Superior creó una comisión ad-hoc, encargada de dirigir todo el proceso. La comisión está conformada por un representante de lista y claustro pero de la Asamblea (órgano de la UNLu); y en su momento decidió la creación de un equipo técnico de apoyo, que está integrado por un técnico de la Secretaría de Políticas Universitarias y otras dos personas externas a la Universidad que se encargan de la labor técnica. La comisión fijó un cronograma y una metodología de trabajo, y el equipo técnico avanza en función de eso y en coordinación permanente con la comisión.
- ¿Qué se hizo durante estos meses?
- Hubo una serie de reuniones que tuvieron como destino final definir la función social de la Universidad. Se hicieron talleres iniciales en cada uno de los centros regionales y en la sede y luego se hicieron reuniones con todos los coordinadores de carreras, los consejos asesores de los centros regionales y los consejos departamentales, entre otros.
- ¿Cuál fue el resultado de esas reuniones?
- En función de estas reuniones se elaboró un documento para un taller de cierre en donde se trabajó con la idea de sintetizar una propuesta final sobre la función social de la Universidad. En base a todo esto, la comisión ad-hoc debe realizar un documento para luego elevarlo al Consejo Superior. Esto va a fijar hacia dónde queremos ir. En paralelo, el equipo técnico está trabajando en la elaboración de un documento de diagnóstico objetivo. La idea es que con estas dos cosas salgan las líneas estratégicas de acción. El proyecto final se presentará en la Secretaría de Políticas Universitarias, y terminará firmándose un contrato-programa donde el dinero de los otros cuatro años de la reparación histórica nos comprometemos a aplicarlo en ese proyecto estratégico a desarrollar.
- ¿Cuáles son los puntos conflictivos?
- Hay un consenso generalizado sobre los problemas que hay que resolver, en eso estamos todos de acuerdo. Uno de los temas que desde hace años se viene discutiendo tiene que ver con la estructura que hoy tiene la Universidad, que es un poco atípica. Acá tenemos cuatro Departamentos que agrupan a un conjunto de carreras. Una estructura departamental con cuatro Departamentos no existe en el mundo. Esto genera un problema en la conducción de las carreras que en realidad dependen de un coordinador de carrera, que en la práctica no tiene un poder real para dirigir la carrera. Mientras el coordinador depende del Rectorado, los docentes dependen de los Departamentos. Ante esto, la designación de docentes recae más en el decano de un Departamento que en el coordinador de Carrera. Hay una especie de doble comando en las carreras, algo que es señalado desde hace muchos años.
Esta estructura comienza a generar algunos problemas de gobernabilidad de la institución, y ese es uno de los problemas que hay que resolver. Nosotros tenemos un estatuto que de alguna manera fija el poder de conducción en el Consejo Superior, pero muchas veces el poder real pasa por otro lado y no por el Consejo Superior.
- Esta estructura incide en cualquier acto eleccionario.
- Obviamente que esto tiene su correlato en las representaciones políticas. Pero más allá del tema político, hay que estudiar si el sistema actual permite gestionar la Universidad como corresponde.
- ¿Cuáles son las visiones contrapuestas en este tema del cambio de estructura?
- Hay una postura que sostiene profundizar la línea departamental y entonces lo que hay que hacer es armar más departamentos. La otra alternativa es avanzar en el sistema de facultades. Hoy estamos en una especie de híbrido entre lo que es el sistema departamental y el sistema de facultades. Lo que no podemos hacer es seguir de esta manera, porque el sistema actual complica la gestión.
- En esta disyuntiva, ¿dónde se posiciona usted?
- Creo que el sistema departamental es superador del sistema de facultades. Mi tendencia es que la Universidad siga siendo departamental y profundizar la departamentalización.
Un año electoral
El próximo año se realizarán elecciones generales en la Universidad Nacional de Luján. Consultado por este medio, el rector Arizio prefirió ser cauto: “Creo que es apresurado hablar de las elecciones. Estoy tratando de que la comunidad universitaria asuma que todavía no es el año político. Si nosotros empezamos a meter hoy el tema político en medio de la discusión del Plan Estratégico, corremos un serio riesgo”.
Sobre su posible reelección, la máxima autoridad de la UNLu adelantó que todavía no tiene definido si volverá a presentarse como candidato.
“Personalmente no tengo decidido si me voy a presentar o no y mi definición tendrá mucho que ver con cómo termina este proceso del Plan Estratégico Institucional”, agregó.
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