LUJAN, Enero 19, (PUNTO CERO-El Civismo). Hace un año, este medio publicó los detalles de una recorrida por la zona de mayor explotación comercial de la ribera. Su estado era lamentable. Trascurrieron doce meses sin cambios a la vista. En la otra costa, los recreos abundan en basura, pastizales y falta de mantenimiento.
“En las ...nmediaciones de est... lugar se levantó el primer puen... ...e la Provincia de Buenos Aires, por iniciativa ..e Don Juan de Lezica y Torrezuri, hacia el año 1758. Junta Municipal de ..studios Históricos. Luján. Isabel Domenech 1983”. Así expone nuestra historia, con esas letras en faltante, un monolito que se ubica en la subida céntrica del puente Doctor Muñiz. Punto de partida para una recorrida realizada exactamente un año después de otro paseo similar por la zona ribereña más visitada por los turistas.
En aquella caminata, el dato sobresaliente era el abandono. Un año más tarde, el dato sigue siendo el mismo.
Frente al abandonado monolito que recuerda al primer puente, se lucen tres grandes hierros que alguna vez supieron sostener la placa más cara de la historia de las placas recordatorias locales: una enorme laja que el entonces intendente Miguel Prince mandó a construir para que la posterioridad supiera quién fue que logró la construcción del puente Doctor Muñiz. El recuerdo duró poco.
A escasos metros, otro mojón histórico con una pequeña plaquita de mármol en el que las letras se empezaron a borrar pero permite dilucidar que se trata de la marcación del deslinde de la primera traza del poblado de la Villa de Luján.
Cuando los autos no pasan, la música que fluye desde los pilares del puente hace suponer que algún peregrino eligió ese destino para pasar la tarde. En realidad, la música viene de la radio de una familia que, más que la tarde, eligió el resguardo del puente y el piso de tierra para pasar su vida. Allí vive una pareja que hace meses se niega a una mudanza.
Sobre el terraplén lindante con la calle Padre Salvaire, entre Muñiz y Mitre, las imágenes son idénticas a las del año pasado: pastos altísimos, malezas, ramas, veredas rotas, basura y unos pobres caballos que van y vienen, van y vienen, paseando peregrinos.
Con la idea de reflejar qué ocurre en la ribera en sus dos orillas, el cronista cruzó el puente y recorrió el margen sobre la calle San José. Lo primero que uno se topa es un sendero de plásticos, bolsas de basura, pedazos de ropa, botellas, pañales usados, restos de un inodoro y residuos de los más diversos colores que acompañan el terraplén del puente y culminan en el río.
El olor reinante en la zona sugería que había algo más que esa basura amontada. Y fue sencillo encontrar la causa. A la altura de un edificio de DOSBA (Dirección de Obras Sanitarias de Buenos Aires), un caño arroja al río litros y litros de un líquido que huele a mierda, aunque no estamos en condiciones de afirmar si efectivamente se trata de residuos de cloacas en su pura esencia. A metros de ese caño, en un chinchorro, una pareja remaba y paseaba su amor a prueba del entorno.
Los recreos de la zona parecen devastados por fuego enemigo. Muchas mesas de cemento rotas, parrillas con paredes incompletas, pastos altos. Pese a todo, los asistentes no fallan. Un miércoles, por ejemplo, cinco familias disfrutaban del ambiente, dos jóvenes se tiraban a nadar desde los escalones de “El Colonial” sin que nadie los alertara de los peligros y otros dos jóvenes se fumaban un porro que mezclaba su aroma con el del caño de DOSBA. Cada paso dado en el recreo “El Sauzal” era seguido de cerca por las cobradoras, quienes además ofrecían desde gaseosas y galletitas hasta pelotas de fútbol y cañas de pescar.
El panorama no se modificaba demasiado a la altura del puente Mitre. Desde lo visual, el gran cambio es que las mesas tienen pintada su tapa de color rojo. Y la “Escuela Dr. A. Mourelo. Guardavidas” luce flamante pintura en su exterior.
El resto, igual que en toda la zona: tierra, basura, parrillas precarias y Quilmes fría de un litro a 8 pesos. Los residuos parecen sentirse cómodos bajo la sombra de los árboles cercanos al puente peatonal del Colegio Marista.
La recorrida fue el miércoles pasado. La mayor afluencia de gente se llegó y se retiró el domingo. Todo indica que esos residuos que abundan a cada paso de la ribera se juntarán con los que generarán los turistas de este fin de semana.
“En las ...nmediaciones de est... lugar se levantó el primer puen... ...e la Provincia de Buenos Aires, por iniciativa ..e Don Juan de Lezica y Torrezuri, hacia el año 1758. Junta Municipal de ..studios Históricos. Luján. Isabel Domenech 1983”. Así expone nuestra historia, con esas letras en faltante, un monolito que se ubica en la subida céntrica del puente Doctor Muñiz. Punto de partida para una recorrida realizada exactamente un año después de otro paseo similar por la zona ribereña más visitada por los turistas.
En aquella caminata, el dato sobresaliente era el abandono. Un año más tarde, el dato sigue siendo el mismo.
Frente al abandonado monolito que recuerda al primer puente, se lucen tres grandes hierros que alguna vez supieron sostener la placa más cara de la historia de las placas recordatorias locales: una enorme laja que el entonces intendente Miguel Prince mandó a construir para que la posterioridad supiera quién fue que logró la construcción del puente Doctor Muñiz. El recuerdo duró poco.
A escasos metros, otro mojón histórico con una pequeña plaquita de mármol en el que las letras se empezaron a borrar pero permite dilucidar que se trata de la marcación del deslinde de la primera traza del poblado de la Villa de Luján.
Cuando los autos no pasan, la música que fluye desde los pilares del puente hace suponer que algún peregrino eligió ese destino para pasar la tarde. En realidad, la música viene de la radio de una familia que, más que la tarde, eligió el resguardo del puente y el piso de tierra para pasar su vida. Allí vive una pareja que hace meses se niega a una mudanza.
Sobre el terraplén lindante con la calle Padre Salvaire, entre Muñiz y Mitre, las imágenes son idénticas a las del año pasado: pastos altísimos, malezas, ramas, veredas rotas, basura y unos pobres caballos que van y vienen, van y vienen, paseando peregrinos.
Con la idea de reflejar qué ocurre en la ribera en sus dos orillas, el cronista cruzó el puente y recorrió el margen sobre la calle San José. Lo primero que uno se topa es un sendero de plásticos, bolsas de basura, pedazos de ropa, botellas, pañales usados, restos de un inodoro y residuos de los más diversos colores que acompañan el terraplén del puente y culminan en el río.
El olor reinante en la zona sugería que había algo más que esa basura amontada. Y fue sencillo encontrar la causa. A la altura de un edificio de DOSBA (Dirección de Obras Sanitarias de Buenos Aires), un caño arroja al río litros y litros de un líquido que huele a mierda, aunque no estamos en condiciones de afirmar si efectivamente se trata de residuos de cloacas en su pura esencia. A metros de ese caño, en un chinchorro, una pareja remaba y paseaba su amor a prueba del entorno.
Los recreos de la zona parecen devastados por fuego enemigo. Muchas mesas de cemento rotas, parrillas con paredes incompletas, pastos altos. Pese a todo, los asistentes no fallan. Un miércoles, por ejemplo, cinco familias disfrutaban del ambiente, dos jóvenes se tiraban a nadar desde los escalones de “El Colonial” sin que nadie los alertara de los peligros y otros dos jóvenes se fumaban un porro que mezclaba su aroma con el del caño de DOSBA. Cada paso dado en el recreo “El Sauzal” era seguido de cerca por las cobradoras, quienes además ofrecían desde gaseosas y galletitas hasta pelotas de fútbol y cañas de pescar.
El panorama no se modificaba demasiado a la altura del puente Mitre. Desde lo visual, el gran cambio es que las mesas tienen pintada su tapa de color rojo. Y la “Escuela Dr. A. Mourelo. Guardavidas” luce flamante pintura en su exterior.
El resto, igual que en toda la zona: tierra, basura, parrillas precarias y Quilmes fría de un litro a 8 pesos. Los residuos parecen sentirse cómodos bajo la sombra de los árboles cercanos al puente peatonal del Colegio Marista.
La recorrida fue el miércoles pasado. La mayor afluencia de gente se llegó y se retiró el domingo. Todo indica que esos residuos que abundan a cada paso de la ribera se juntarán con los que generarán los turistas de este fin de semana.
Acá no pasó nada
El 16 de diciembre del año pasado este medio publicaba la crónica de una recorrida similar, sólo que la mayor cantidad de detalles remitían al sector de más explotación comercial; es decir, el embarcadero, sus alrededores y las deprimentes unidades balnearias municipales.
Trascurridos doce meses, el único gran cambio visible es la desaparición de una manguera que ingresaba por la ventana exterior del baño del embarcadero y suministraba agua al edificio. O arreglaron la conexión o camuflaron la manguera.
Las unidades balnearias mantienen la desinversión histórica. Las que tenían sus cortinas bajas y destrozadas, las siguen teniendo en idéntico estado. Y los que abren para venderle algo –lo que sea- a los turistas, no tienen intenciones de invertir porque no tienen precisiones a futuro.
Hasta la gitana electrónica que adivina la suerte por 1 peso se rompió, y es otra triste postal del lugar.
El 16 de diciembre del año pasado este medio publicaba la crónica de una recorrida similar, sólo que la mayor cantidad de detalles remitían al sector de más explotación comercial; es decir, el embarcadero, sus alrededores y las deprimentes unidades balnearias municipales.
Trascurridos doce meses, el único gran cambio visible es la desaparición de una manguera que ingresaba por la ventana exterior del baño del embarcadero y suministraba agua al edificio. O arreglaron la conexión o camuflaron la manguera.
Las unidades balnearias mantienen la desinversión histórica. Las que tenían sus cortinas bajas y destrozadas, las siguen teniendo en idéntico estado. Y los que abren para venderle algo –lo que sea- a los turistas, no tienen intenciones de invertir porque no tienen precisiones a futuro.
Hasta la gitana electrónica que adivina la suerte por 1 peso se rompió, y es otra triste postal del lugar.
La solución: aquel concurso de ideas
Pedido de fondos
Luego de la recorrida por la zona turística, EL CIVISMO planteó detalles del estado del lugar a la intendenta Rosso y se consultó sobre los planes para el sector
- El estado de la ribera turística es desastroso. ¿Qué explicación puede dar el gobierno?
- El miércoles, funcionarios nacionales recorrieron el lugar. Tenemos un proyecto que días atrás se lo plantee al ministro Randazzo. No podemos hacer obra con recursos propios y lo que pensamos es realizar un concurso para el proyecto de remodelación de toda la ribera. Con el concurso se buscará el financiamiento de Nación.
Sé que el ex intendente habló de esta propuesta y que había presentado un plan. Nunca presentó nada; sólo una intención. Nosotros apuntamos a un concurso como el realizado para la ribera de Vicente López. Debe buscarse una armonía del sector con la zona turística.
- ¿Se puede hacer algo “mientras tanto”?
- Ya tenemos en Economía un proyecto para los nuevos cánones de la Terminal, porque hoy por hoy de canon no pagan nada por un juicio. Pero tenemos el aval legal para proponer los nuevos cobros. Y a la Provincia presentaremos un proyecto para arreglar el edificio de la Terminal. En la ribera queremos que se nos apruebe un pedido de montos chicos para arreglos parciales de sanitarios y otros espacios. Está pendiente acordar con los concesionarios arreglos y nuevos montos de esas concesiones. Todo mientras se desarrolle el concurso que permita el cambio global.
Pedido de fondos
Luego de la recorrida por la zona turística, EL CIVISMO planteó detalles del estado del lugar a la intendenta Rosso y se consultó sobre los planes para el sector
- El estado de la ribera turística es desastroso. ¿Qué explicación puede dar el gobierno?
- El miércoles, funcionarios nacionales recorrieron el lugar. Tenemos un proyecto que días atrás se lo plantee al ministro Randazzo. No podemos hacer obra con recursos propios y lo que pensamos es realizar un concurso para el proyecto de remodelación de toda la ribera. Con el concurso se buscará el financiamiento de Nación.
Sé que el ex intendente habló de esta propuesta y que había presentado un plan. Nunca presentó nada; sólo una intención. Nosotros apuntamos a un concurso como el realizado para la ribera de Vicente López. Debe buscarse una armonía del sector con la zona turística.
- ¿Se puede hacer algo “mientras tanto”?
- Ya tenemos en Economía un proyecto para los nuevos cánones de la Terminal, porque hoy por hoy de canon no pagan nada por un juicio. Pero tenemos el aval legal para proponer los nuevos cobros. Y a la Provincia presentaremos un proyecto para arreglar el edificio de la Terminal. En la ribera queremos que se nos apruebe un pedido de montos chicos para arreglos parciales de sanitarios y otros espacios. Está pendiente acordar con los concesionarios arreglos y nuevos montos de esas concesiones. Todo mientras se desarrolle el concurso que permita el cambio global.
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