(La Política OnLine). El ex carapintada es el actual presidente del Partido Justicialista del distrito y tiene aspiraciones de competir en la interna abierta del año que viene. Por su aceptación en el electorado local, Kirchner estaría dispuesto a compartir una boleta con él si triunfa en la primaria. El nexo es el flamante operador K, Juan José Álvarez. Cristina se resiste.
Sería un contrasentido: Néstor Kirchner avaló y aplaudió como pocos el encarcelamiento del ex intendente de Escobar, Luis Abelardo Patti, y ahora no tendría problemas en recibir a Aldo Rico, el otro dirigente político con pasado reciente como jefe comunal y vínculos con la última dictadura militar.
Lo que cambió fue ni más ni menos que el escenario político, que le impide hoy a Kirchner regalar una porción del electorado por más pequeña que sea. Y Rico suma.
En 2008 triunfó con creces en la interna del PJ en San Miguel, un poblado distrito del conurbano donde poco antes de aquella contienda el intendente Joaquín de la Torre se había distanciado con quien fuera su padrino político, el diputado provincial Franco La Porta, el ex director del Instituto de Loterías de la provincia en épocas de Felipe Solá.
Esa primaria terminó con Rico primero, La Porta segundo y De la Torre último. Kirchner tomó nota y avisó que si el ex carapintada triunfa en una interna no haría esfuerzos por sacarlo de escena.
Así le habría comunicado a Juan José Álvarez, el diputado nacional y ex ministro de Seguridad de la provincia y secretario del área en la Nación, formado a la sombra de Eduardo Duhalde y mudado luego a las siempre indescifrables huestes bonaerenses de Francisco De Narváez y Mauricio Macri.
Como ya explicó LPO Álvarez es ahora el encargado de acercar a Olivos dirigentes de la derecha peronista que Kirchner, cuanto menos, quiere que compitan en la interna.
Rico sería uno de ellos con la salvedad de que su triunfo estaría garantizado y así la posibilidad de compartir boleta con Kirchner sería concreta. A Cristina Kirchner no le agradaría para nada ver esa papeleta, pero su esposo esta vez no está dispuesto a perder aliados por cuestiones de piel.
El ex carapintada, recordado por el levantamiento militar que en 1987 amenazó la continuidad del Gobierno de Alfonsín, mantiene puentes abiertos con Kirchner desde hace años.
El canal fue nada menos que el Alberto Balestrini, quien como parte de su estrategia para apoderarse del PJ bonaerense amparó a Rico con un cargo en el Senado de la provincia de Buenos Aires, donde en 2008 se desempeñó como asesor del entonces senador José Molina, oriundo de Pilar y actual titular del Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS). Las tareas de Rico en el Senado nunca fueron especificadas.
Sería un contrasentido: Néstor Kirchner avaló y aplaudió como pocos el encarcelamiento del ex intendente de Escobar, Luis Abelardo Patti, y ahora no tendría problemas en recibir a Aldo Rico, el otro dirigente político con pasado reciente como jefe comunal y vínculos con la última dictadura militar.
Lo que cambió fue ni más ni menos que el escenario político, que le impide hoy a Kirchner regalar una porción del electorado por más pequeña que sea. Y Rico suma.
En 2008 triunfó con creces en la interna del PJ en San Miguel, un poblado distrito del conurbano donde poco antes de aquella contienda el intendente Joaquín de la Torre se había distanciado con quien fuera su padrino político, el diputado provincial Franco La Porta, el ex director del Instituto de Loterías de la provincia en épocas de Felipe Solá.
Esa primaria terminó con Rico primero, La Porta segundo y De la Torre último. Kirchner tomó nota y avisó que si el ex carapintada triunfa en una interna no haría esfuerzos por sacarlo de escena.
Así le habría comunicado a Juan José Álvarez, el diputado nacional y ex ministro de Seguridad de la provincia y secretario del área en la Nación, formado a la sombra de Eduardo Duhalde y mudado luego a las siempre indescifrables huestes bonaerenses de Francisco De Narváez y Mauricio Macri.
Como ya explicó LPO Álvarez es ahora el encargado de acercar a Olivos dirigentes de la derecha peronista que Kirchner, cuanto menos, quiere que compitan en la interna.
Rico sería uno de ellos con la salvedad de que su triunfo estaría garantizado y así la posibilidad de compartir boleta con Kirchner sería concreta. A Cristina Kirchner no le agradaría para nada ver esa papeleta, pero su esposo esta vez no está dispuesto a perder aliados por cuestiones de piel.
El ex carapintada, recordado por el levantamiento militar que en 1987 amenazó la continuidad del Gobierno de Alfonsín, mantiene puentes abiertos con Kirchner desde hace años.
El canal fue nada menos que el Alberto Balestrini, quien como parte de su estrategia para apoderarse del PJ bonaerense amparó a Rico con un cargo en el Senado de la provincia de Buenos Aires, donde en 2008 se desempeñó como asesor del entonces senador José Molina, oriundo de Pilar y actual titular del Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS). Las tareas de Rico en el Senado nunca fueron especificadas.
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