El PRO vio con buenos ojos el acuerdo que mañana oficializarán Ricardo Alfonsín y Francisco De Narvaez, antiguo socio político de Mauricio Macri, y también con expectativa por considerar que abren el camino a un acuerdo con la UCR a nivel nacional para las elecciones del 23 de octubre.
Según explicaron a Télam fuentes de la Mesa Directiva del PRO, la expectativa que generó el acuerdo Alfonsín-De Narvaez se vio acrecentada por la designación de Javier González Fraga como vicepresidente de Alfonsín, al que consideraron "un economista serio, independiente y bien visto dentro del PRO".
Por otra parte, en el macrismo creen que al decidirse Ricardo Alfonsín por el peronista disidente De Narváez y no por el socialista Hermes Binner, "se optó por una alianza de Centro-Moderada, donde el PRO tiene más posibilidades de sumar", según se indicó.
"El acuerdo Alfonsín-De Narváez abre una instancia nueva del abanico de posibilidades que tenía el PRO para octubre", dijo a Télam una fuente de la Mesa Directiva del espacio que lidera el jefe de gobierno porteño, candidato a la reelección en los comicios del 10 de julio.
Agregó que "el abanico de posibilidades había quedado bastante estrecho tras el congelamiento de las conversaciones con Felipe Solá (Peronismo Federal) y la falta de entusiasmo que generó dentro del partido ir a octubre con una fórmula propia".
La alternativa que quedaba era, ante este panorama, dejar a los seguidores del PRO "en libertad de conciencia" en los comicios del 23 de octubre, una posibilidad que "convence a muy poca gente" dentro del joven espacio politico.
Según las fuentes, el acuerdo que mañana oficializarán el presidente de la Unión Cívica Radical y el líder de Unión Celeste y Blanca en La Plata vino a sacar al PRO del "encajonamiento".
"Un acuerdo del PRO con Ricardo Alfonsín es muy difícil, pero vía De Narvaez puede desembocar en algo posible", admitió la fuente.
Respecto al futuro de Jorge Macri, que fue ratificado por el PRO como candidato en la provincia de Buenos Aires, sostuvo que ante este nuevo escenario podría quedarse con su aspiración más real de estar al frente de la intendencia de Vicente López.
De todos modos, en el macrismo son realistas y no piensan en un acuerdo explícito con Alfonsín sino en algo más práctico como aportarle votos a la UCR en las elecciones de octubre y que "en una eventual segunda vuelta en la ciudad de Buenos Aires, el PRO cuente con la preferencia del electorado radical".
Este intercambio implícito genera debate dentro del PRO, sobre todo en la pata peronista de este espacio político, que apostaban por un acuerdo con algún justicialista no kirchnerista como Eduardo Duhalde o Felipe Solá.
Macri y De Narváez fueron juntos, con Felipe Solá, a las elecciones legislativas del 2009, pero tras el triunfo obtenido, el acuerdo se disipó y las relaciones entre los empresarios quedaron congeladas.
Ahora admiten dentro del PRO que si bien "la relación pasó por altibajos, ahora existe el diálogo y pueden hablar".
En el PRO se cree que este acuerdo generará ruido y tendrá incidencia, "aunque no de forma inmediata".
"De Narváez tiene lo que quería, ahora necesita sumar más gente, y aquí es donde el PRO puede aportar", dijo la fuente.
De todos modos, mientras la Mesa Nacional del PRO tendrá por delante el armado nacional, Mauricio Macri seguirá adelante en su campaña porteña, cuyo resultado también tendrá influencia en esta tarea de persuación.
Según explicaron a Télam fuentes de la Mesa Directiva del PRO, la expectativa que generó el acuerdo Alfonsín-De Narvaez se vio acrecentada por la designación de Javier González Fraga como vicepresidente de Alfonsín, al que consideraron "un economista serio, independiente y bien visto dentro del PRO".
Por otra parte, en el macrismo creen que al decidirse Ricardo Alfonsín por el peronista disidente De Narváez y no por el socialista Hermes Binner, "se optó por una alianza de Centro-Moderada, donde el PRO tiene más posibilidades de sumar", según se indicó.
"El acuerdo Alfonsín-De Narváez abre una instancia nueva del abanico de posibilidades que tenía el PRO para octubre", dijo a Télam una fuente de la Mesa Directiva del espacio que lidera el jefe de gobierno porteño, candidato a la reelección en los comicios del 10 de julio.
Agregó que "el abanico de posibilidades había quedado bastante estrecho tras el congelamiento de las conversaciones con Felipe Solá (Peronismo Federal) y la falta de entusiasmo que generó dentro del partido ir a octubre con una fórmula propia".
La alternativa que quedaba era, ante este panorama, dejar a los seguidores del PRO "en libertad de conciencia" en los comicios del 23 de octubre, una posibilidad que "convence a muy poca gente" dentro del joven espacio politico.
Según las fuentes, el acuerdo que mañana oficializarán el presidente de la Unión Cívica Radical y el líder de Unión Celeste y Blanca en La Plata vino a sacar al PRO del "encajonamiento".
"Un acuerdo del PRO con Ricardo Alfonsín es muy difícil, pero vía De Narvaez puede desembocar en algo posible", admitió la fuente.
Respecto al futuro de Jorge Macri, que fue ratificado por el PRO como candidato en la provincia de Buenos Aires, sostuvo que ante este nuevo escenario podría quedarse con su aspiración más real de estar al frente de la intendencia de Vicente López.
De todos modos, en el macrismo son realistas y no piensan en un acuerdo explícito con Alfonsín sino en algo más práctico como aportarle votos a la UCR en las elecciones de octubre y que "en una eventual segunda vuelta en la ciudad de Buenos Aires, el PRO cuente con la preferencia del electorado radical".
Este intercambio implícito genera debate dentro del PRO, sobre todo en la pata peronista de este espacio político, que apostaban por un acuerdo con algún justicialista no kirchnerista como Eduardo Duhalde o Felipe Solá.
Macri y De Narváez fueron juntos, con Felipe Solá, a las elecciones legislativas del 2009, pero tras el triunfo obtenido, el acuerdo se disipó y las relaciones entre los empresarios quedaron congeladas.
Ahora admiten dentro del PRO que si bien "la relación pasó por altibajos, ahora existe el diálogo y pueden hablar".
En el PRO se cree que este acuerdo generará ruido y tendrá incidencia, "aunque no de forma inmediata".
"De Narváez tiene lo que quería, ahora necesita sumar más gente, y aquí es donde el PRO puede aportar", dijo la fuente.
De todos modos, mientras la Mesa Nacional del PRO tendrá por delante el armado nacional, Mauricio Macri seguirá adelante en su campaña porteña, cuyo resultado también tendrá influencia en esta tarea de persuación.
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