miércoles, junio 01, 2011

Papelón opositor en General Rodríguez

La Rendición de Cuentas fue aprobada “de hecho”, ya que la oposición tuvo un grosero “olvido” de lo que marca la Ley, y de ese modo sin dictamen de comisión ni llamado a sesión especial, el plazo expiró sin que los concejales hicieran acuse de recibo del mismo, hasta que fueron advertidos por el propio intendente municipal.
Parece increíble, pero es absolutamente cierto. Al Concejo Deliberante de General Rodríguez se le vencieron los plazos para tratar la rendición de cuentas del departamento ejecutivo del período 2010. Al no presentar dictamen de comisión ni convocar a una sesión especial por parte del legislativo, el expediente presentado por el intendente quedó automáticamente aprobado y las actuaciones ya fueron giradas al Honorable Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires.
La ley provincial Nº 13.963 fue reglamentada en febrero del 2009. Un mes antes había sido aprobada por ambas cámaras bonaerenses. Esta normativa modificaba algunos aspectos del trabajo del Honorable Tribunal de Cuentas, ente encargado de llevar adelante auditorias sobre la documentación utilizada para llevar adelante la operatoria económica y financiera de las comunas. En el artículo 23, ahora reformado, se lee que “cada Intendente Municipal presentará al Concejo Deliberante al 31 de Marzo de cada año, la Rendición de Cuentas de la percepción e inversión de los fondos comunales. El Concejo Deliberante analizará los estados y se pronunciará sobre la Rendición de Cuentas dentro de los sesenta (60) días corridos. Si vencido ese plazo no se expidiere, las mismas quedarán aprobadas, incluyéndose en tal aprobación la compensación de los excesos que surgieren. Su pronunciamiento será remitido a la Delegación del Tribunal y al Departamento Ejecutivo dentro de los diez (10) días corridos”. Los números son incontrastables. El tratamiento por el cuerpo de legisladores se debía dar hasta el 30 de mayo. El pasado lunes los concejales seguían revisando papelería sin haber llegado a un dictamen en la comisión de Presupuesto y Hacienda y, menos aún, haber convocado a una sesión especial. Un verdadero papelón, más teniendo presente que desde la oposición legislativa, durante las sesiones anteriores, se venía dando claras muestras que este tema era uno de los más importantes, al menos en el aspecto político, que se iba a tratar antes de la contienda electoral del presente año.

Control
Una de las atribuciones más importantes –casi fundamentales- que poseen los Concejos Deliberantes está vinculada a la función de control de lo realizado, en todos los órdenes, por el departamento ejecutivo. Justamente la sesión donde se trata la rendición de cuentas del municipio es la más destacada.
Los legisladores, durante 60 días, tienen acceso, sin ningún tipo de restricción a toda la documentación referida a la administración de la comuna. En ese lapso de tiempo se buscan errores, omisiones, irregularidades e incluso hechos dolosos que se vinculen al accionar de las distintas áreas del municipio y que se demuestran a través del análisis de los documentos emanados de la administración pública. Después, con una postura (o más de una, ya que se emite un dictamen por la mayoría y, en el caso de desacuerdo, uno o varios por la minoría) tomada en el seno de la comisión de Presupuesto y Hacienda, se trata en el recinto en una sesión especial. Este paso se debe realizar hasta el 30 de mayo inclusive. En General Rodríguez ese plazo expiró sin que los concejales hicieran acuse de recibo del mismo, hasta que fueron advertidos por el mismísimo intendente municipal.
Ya hubo un antecedente. El año pasado, todavía inmersos en los coletazos de la crisis política que derivó en la destitución del entonces jefe comunal Marcelo Coronel, el Concejo Deliberante trató la rendición de cuentas y, después de un profundo análisis, fue rechazada. Las actuaciones fueron remitidas al Honorable Tribunal de Cuentas. Desde el organismo de control se advirtió que los expedientes llegaron sin una resolución que diera base al rechazo. En una expeditiva reunión legislativa se salvó formalmente el error, aunque también se hizo fuera del período de tiempo normado por la ley. Un grosero error que quedó diluido en medio de la recomposición de la normalidad institucional del distrito.
El tratamiento de la rendición de cuentas es un hecho a las claras político. La última palabra en cuanto a la auditoría del proceso administrativo la tiene el Honorable Tribunal de Cuentas; son ellos quienes aplican las sanciones si corresponden. Por este motivo mes tras mes llegan al distrito –al igual que en los otros partidos bonaerenses- agentes administrativos del organismo con el objetivo de monitorear el desarrollo de la gestión, en cuanto a documentación se refiere. Pese a esto, la rendición de cuentas anual es un hecho significativo.
Vivimos en un año electoral, por lo cual su análisis toma un cariz diferente, más importante y profundo. Más teniendo en cuenta que la presidencia de la comisión de Presupuesto y Hacienda, al igual que la titularidad del Concejo, está en manos de la oposición. Valentín “Nito” Hengen, mano derecha del principal referente del Bloque Peronista Sergio Maffía, es el presidente. Por los pasillos se rumoreaba que, en el caso de ser electo Maffía como intendente, Hengen ocuparía el cargo de Secretario de Economía. El vencimiento de los plazos sin tratar la rendición de cuentas es un golpe difícil de asimilar para las huestes comandadas por Maffía.

Papelón
Desde el ejecutivo miraban extrañados la continua presencia de concejales opositores en la oficina de la contaduría municipal cuando el límite temporal se acercaba. El mismo lunes 30 de mayo, los legisladores seguían revisando papeles. Obviamente la comisión de Presupuesto y Hacienda no se había reunido y menos se había llamado para la realización de una sesión especial.

El martes por la mañana el intendente municipal, Juan Pablo Anghileri, en su habitual conferencia de prensa, anunció que se había remitido una nota al Honorable Concejo Deliberante. El tenor de la misma causó impacto y desorientó a los desprevenidos. El escrito, dirigido a la Presidente del cuerpo Dra. Griselda Saisi, señalaba en uno de sus párrafos que “Me dirijo a usted a los efectos de poner en su conocimiento la nota presentada ante el Honorable Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires, con relación al análisis de las cuentas municipales correspondientes al ejercicio 2010, las cuales se encontraban en estudio por parte del honorable cuerpo que usted preside. Ha sido prudente efectuar dicha presentación, atento a la circunstancia observada con profunda sorpresa de que, vencidos los plazos legales para que el Concejo se expida sobre las cuentas, las mismas han quedado aprobadas de hecho de acuerdo a lo establecido en el artículo 23 de la ley 10869, con las modificaciones establecidas por la ley 13963, la cual se acompaña para su mayor ilustración, dado que no se convocó a la sesión especial que hubiera correspondido hasta el día 30 de mayo de 2011”.
La misiva ingresó al Concejo esa misma mañana. Los integrantes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda se encontraban reunidos revisando los expedientes para la próxima sesión ordinaria del 8 de junio. Valentín “Nito” Hengen, su presidente, fue llamado de urgencia por la Presidenta del cuerpo, Griselda Saisi. Cuando salió del despacho, estaba consternado. Los otros integrantes (Héctor “Osa” Gómez de la UCR, Silvia Giosermino, Liliana Scoponi y Edgar Pérez –ausente se encontraba Sergio Maffía- del Bloque Peronista y Carlos Alberto Paz, Gonzalo Graña y Luis María “Chichito” del Carre del Frente para la Victoria) lo miraron expectantes. Hengen llegó a pronunciar que “las cuentas están aprobadas de hecho”. Salvo los oficialistas –que sabían de los plazos legales- los demás ediles se mostraron impactados. Héctor Gómez –uno de los principales protagonistas del examen de la papelería en el área de contaduría- salió casi a la carrera hacia la oficina de Saisi. Cuando salió, tenía el semblante ensombrecido.
Volviendo al salón Garrahan, donde se desarrollaba la conferencia de prensa, Anghileri presentó otra nota, en este caso dirigida al Honorable Tribunal de Cuentas. En ella, luego de hacer hincapié del vencimiento del período destinado al análisis del Concejo, señalaba que “en tal sentido se estima que se ha operado la previsión allí determinada, en cuanto se consideran que las cuentas municipales correspondientes al ejercicio 2010, han sido aprobadas de hecho, teniendo en cuenta que no se ha pronunciado al respecto al día de la fecha el cuerpo deliberativo. Por ello se ha considerado necesario notificar de tal circunstancia al Honorable Tribunal de Cuentas que usted preside, sin perjuicio de la obligación de notificar tal circunstancia por medio del Concejo, antes del día 9 de junio del corriente en cumplimiento de los 10 días corridos preceptuados por la ley. Consecuentemente se pone a vuestra consideración la presente, a fin de que se tome conocimiento y se tenga en cuenta al momento de emitir el respectivo fallo del ejercicio indicado”. Un verdadero golpe de efecto.
“Sinceramente no sé por qué el Concejo Deliberante no trató las cuentas en General Rodríguez. Ahora el expediente debe volver al departamento ejecutivo” manifestó el intendente el martes. “Deben realizar un trabajo muy arduo en el Concejo Deliberante para que los concejales no puedan revisar las cuentas o, es algo que me llena de orgullo, que las cuentas municipales estén tan bien, porque les hemos dado en el último año y meses que estamos en la gestión a todos los compañeros municipales un 70% de aumento, hemos agilizado un montón de obras sin tener que recurrir a un aumento de tasas y estamos muy contentos por el manejo de las cuentas que lleva adelante el Contador municipal, el Secretario de Economía y de todo el equipo que nos acompañan a diario. Estoy muy contento que no hayan encontrado nada extraño” evaluó Anghileri, no exento de picardía.

¿Renuncia?
La responsabilidad del grosero error recayó sobre las espaldas de Valentín Hengen. En menor medida de Héctor Gómez, entusiasta impulsor de la revisión de documentos. Ninguno se percató de la expiración de los plazos. Los concejales se mostraban desorientados, víctimas de su propio error.
Valentín Hengen enfrentó estoicamente, cerca del mediodía del martes, los micrófonos de Telered. Acusando el duro impacto político, Hengen señaló que “en primer lugar quiero dar a conocer que me hago total responsable, como presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, de haber tomado como base la Ley Orgánica de las Municipalidades, que dice que tenemos hasta el 30 de junio de cada año para dar un despacho sobre la rendición de cuentas del departamento ejecutivo. Realmente se me pasó, no me acordé, me olvidé que hay una ley de febrero del 2010 que modificó el artículo 23 de la ley orgánica del Tribunal de Cuentas, donde los plazos vencen el 31 de mayo, no el 30 de junio”.
“La verdad es que hoy nos enteramos de ello. Se me pasó y soy absolutamente responsable” afirmó Hengen. “Era vox populi en General Rodríguez que desde el 24 de abril estábamos controlando las cuentas, apuntando a que teníamos tiempo hasta el 30 de junio. El 22 de junio íbamos a emitir el despacho. Al vencerse los plazos tuvimos que devolver al departamento ejecutivo las cuentas sin ser analizadas porque se nos pasaron los plazos” se lamentó Hengen, visiblemente shockeado.
“Quedaron aprobadas de hecho sin tener tratamiento en la comisión de Presupuesto y Hacienda. Ahora realizar un dictamen político sería absurdo porque hemos encontrado algunas cosas que no tiene sentido decirlas, porque los plazos se han vencido” reafirmó el concejal integrante del Bloque Peronista.
“Quiero que los militantes del Bloque Peronista, a mis compañeros de bloque, al presidente, mi compañero y amigo Sergio Maffía, sepan que estoy analizando la posibilidad de presentar la renuncia porque es mi absoluta responsabilidad, más allá que en la comisión de Presupuesto y Hacienda seamos nueve los concejales” sorprendió Hengen. Según algunas fuentes, Sergio Maffía estuvo en una reunión reservada en la que participaron los ediles opositores, para evaluar los pasos a seguir, y se retiró muy molesto. La repregunta fue obligatoria respecto al estudio por parte de Hengen de dar un paso al costado y dejar la banca “hace dos horas que pasó esto, estoy muy nervioso y estoy estudiándolo. No me gusta que me ocurran cosas como ésta, que soy un exquisito de la contabilidad y del control. No soporto que me haya pasado algo tan importante para la ciudadanía de General Rodríguez”.
“Es nuestro deber como opositores controlar las cuentas, que las estábamos controlando, pero se nos vencieron los plazos” cerró.
El golpe para los concejales opositores fue duro, más teniendo presente que no se trató de una maniobra del oficialismo, sino de un groserísimo error por parte de ellos mismos. Perdieron una oportunidad de oro para marcar una fuerte posición política en un año electoral. Una vez que salgan de la conmoción que este paso en falso generó, se verá como responden y se rearman de cara a las próximas elecciones. Pero algo de su credibilidad, seguramente, quedó en el camino.

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