La apertura se realizó en consonancia con el 131° aniversario del natalicio de Don Enrique Udaondo, creador de la institución. Compuesta por 51 obras, constituye un valioso legado para reconstruir la iconografía nacional del siglo XIX.
Ayer por la tarde, en consonancia con un nuevo aniversario del natalicio de Don Enrique Udaondo, quedó inaugurada la muestra "Francisco Fortuny. Trazos de la Historia", compuesta por 51 obras del artista catalán que permanecían en la reserva del Complejo Museográfico y que fueron enmarcadas para la ocasión.
El acto comenzó al pie del monumento que recuerda al creador de la institución, con palabras de su actual directora, Araceli Bellota, quien afirmó que "como cada año, nos juntamos en torno a la figura de Udaondo para dar cuenta de lo que realizamos en el maro de la gestión".
Bellota destacó que la misión que le encomendara el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, organismo que administra el museo, "consistió principalmente en poner orden", y para alcanzar este objetivo "lo primero que hicimos fue tratar de interpretar cual fue el espíritu que Udaondo le imprimió a este Complejo, para seguir su camino".
La directora recorrió a través de su discurso los principales objetivos cumplidos, resaltando que "se ha logrado un ordenamiento que ya no tiene vuelta atrás y el que venga en un futuro a este museo ya no podrá disponer del patrimonio sin respetar las reglas fijadas. El patrimonio está más seguro hoy".
A continuación los presentes, entre los cuales destacaba la presencia de una de las nietas del artista, vecina de nuestra ciudad, fueron invitados a pasar al Salón Cultural para dar por inaugurada la muestra de Fortuny. Las obras, realizadas en acuarela sobre cartón, ilustran diferentes sucesos relacionados con la Campaña al Desierto y fueron publicadas originalmente en el libro de Eduardo Ramallón "Las caballadas en la guerra del indio".
En ellas pueden verse escenas de los enfrentamientos entre el ejército nacional y las tribus dispersas del pueblo mapuche, que resistieron con coraje la ocupación por la fuerza de sus territorios. Fortuny también da cuenta de algunas escenas típicas de la vida en el ejército, como los castigos utilizados para disciplinar a la tropa y los ejercicios de rutina.
El cuerpo de la obra está enriquecido por extractos de la jugosa correspondencia que intercambiaron el pintor y el administrador, a través de la cual el último orientaba el trabajo del primero con datos históricos precisos de la época que se pretendía recrear. La relación entre ambos fue tan fructífera que hoy es impensable concebir las salas del museo sin la presencia de las obras de Fortuny, siempre listas para contribuir a la divulgación de nuestro pasado.
Por último, en el pabellón del Museo de Transportes, también quedó abierta al público la exposición de Aeromaquetismo Universal creada por Manuel Damonte, que incluye modelos de distintos aeronaves que han marcado una época gracias a su aporte al mundo de la aviación. Compuesta por aviones de guerra pacientemente ensamblados y pintados, la muestra permite recorrer la evolución de la aeronáutica.
Ayer por la tarde, en consonancia con un nuevo aniversario del natalicio de Don Enrique Udaondo, quedó inaugurada la muestra "Francisco Fortuny. Trazos de la Historia", compuesta por 51 obras del artista catalán que permanecían en la reserva del Complejo Museográfico y que fueron enmarcadas para la ocasión.
El acto comenzó al pie del monumento que recuerda al creador de la institución, con palabras de su actual directora, Araceli Bellota, quien afirmó que "como cada año, nos juntamos en torno a la figura de Udaondo para dar cuenta de lo que realizamos en el maro de la gestión".
Bellota destacó que la misión que le encomendara el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, organismo que administra el museo, "consistió principalmente en poner orden", y para alcanzar este objetivo "lo primero que hicimos fue tratar de interpretar cual fue el espíritu que Udaondo le imprimió a este Complejo, para seguir su camino".
La directora recorrió a través de su discurso los principales objetivos cumplidos, resaltando que "se ha logrado un ordenamiento que ya no tiene vuelta atrás y el que venga en un futuro a este museo ya no podrá disponer del patrimonio sin respetar las reglas fijadas. El patrimonio está más seguro hoy".
A continuación los presentes, entre los cuales destacaba la presencia de una de las nietas del artista, vecina de nuestra ciudad, fueron invitados a pasar al Salón Cultural para dar por inaugurada la muestra de Fortuny. Las obras, realizadas en acuarela sobre cartón, ilustran diferentes sucesos relacionados con la Campaña al Desierto y fueron publicadas originalmente en el libro de Eduardo Ramallón "Las caballadas en la guerra del indio".
En ellas pueden verse escenas de los enfrentamientos entre el ejército nacional y las tribus dispersas del pueblo mapuche, que resistieron con coraje la ocupación por la fuerza de sus territorios. Fortuny también da cuenta de algunas escenas típicas de la vida en el ejército, como los castigos utilizados para disciplinar a la tropa y los ejercicios de rutina.
El cuerpo de la obra está enriquecido por extractos de la jugosa correspondencia que intercambiaron el pintor y el administrador, a través de la cual el último orientaba el trabajo del primero con datos históricos precisos de la época que se pretendía recrear. La relación entre ambos fue tan fructífera que hoy es impensable concebir las salas del museo sin la presencia de las obras de Fortuny, siempre listas para contribuir a la divulgación de nuestro pasado.
Por último, en el pabellón del Museo de Transportes, también quedó abierta al público la exposición de Aeromaquetismo Universal creada por Manuel Damonte, que incluye modelos de distintos aeronaves que han marcado una época gracias a su aporte al mundo de la aviación. Compuesta por aviones de guerra pacientemente ensamblados y pintados, la muestra permite recorrer la evolución de la aeronáutica.
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