El intendente de Bahía Blanca defendió al director del diario La Nueva Provincia, hombre de reconocida militancia de derecha. Pero no fue el único, el kirchnerismo local y el ministro del Interior acordaron una lista de unidad con su principal socio político. Además, el delegado del ex Comfer que preside Mariotto es un ex directivo de Massot.
"Yo creo que se ha hecho un etiquetamiento, honestamente, de su persona que en algún sentido hasta me parece que es exacerbado”, dijo al programa de la televisión local Saber Ver, el intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein, al ser consultado por su estrecha relación con Vicente Massot, director del Diario La Nueva Provincia, medio vinculado con la última dictadura militar.
Ex viceministro de Defensa de Menem, es el referente de la familia ícono del poder político y económico local. De histórico vínculo con la Marina, desde el 25 de mayo de 2003 La Nueva Provincia reflejó el malestar del Ejército con el kirchnerismo.
Pese a estos vínculos, a contrapelo de la retórica kirchnerista, Breitestein explicó que "sería necio negar una relación con el director de la mayor empresa periodística de la ciudad", y balbuceó una respuesta incoherente, cuando los periodistas le preguntaron porque le ponía "tanta platita" al medio de Massot.
La defensa ensayada por Breitenstein no es casual: uno de los principales socios políticos de Massot es Dámaso Larraburu, vicepresidente del Grupo Bapro, viejo líder del PJ local y, sobre todo, padrino político del actual intendente.
El kirchnerismo pragmático
Pero el intedente de Bahía Blanca no es el único pragmático en esta historia. Mientrsa que este trío en 2009 apostó a esmerilar al kirchnerismo, esta vez alcanzaron un acuerdo con la Casa Rosada, representada por el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
El pacto quedó a la vista: hasta el día anterior, se suponía que Breitenstein colocaría a la cabeza de la lista de legisladores provinciales a un candidato de su sector, pero a último momento apareció la prima de Larraburu, Diana Larraburu.
La nómina se completó con randazzistas como el intendente de Monte Hermoso, Alejandro Di Chiara; e incluyó al funcionario de la Anses, Jorge Ruesga, cercano a Boudou, quien en el citado programa fue chicaneado por Breitestein por su común pasado ucedeísta.
Mariotto también avala
Pero lo más llamativo es el deslucido papel del titular de la Administración Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Gabriel Mariotto, supuesto emblema del kirchnerismo de "izquierda" que lucha contra las corporaciones.
Al parecer, para Mariotto el multimedios de Massot no califica como "corporación mediática", ya que no tuvo empacho en aceptar que el delegado en Bahía Blanca del organismo que preside, sea Gustavo Mandará, un ex directivo de Massot, que aún hoy evita todo discurso belicoso para con su ex jefe.
Mariotto ni siquiera se expresó contra Massot durante el inicio reciente de los juicios por los crímenes de lesa humanidad en bahía Blanca, que incluyeron un fallido intento de allanamiento a las instalaciones del diario, solicitado por el fiscal Abel Córdoba pero finalmente rechazado por la Cámara Federal. Mandará responde al diputado provincial Marcelo Feilú, ladero de Randazzo.
Otra kirchnerista local que tampoco se esfuerza en enfrentar al ultra opositor grupo periodístico es Federico Susbielles, funcionario de la Anses
La incómoda visita de Cabandié
Todos quedaron desdibujados cuando en su reciente paso por Bahía Blanca, el legislador porteño Juan Cabandié, no escatimó adjetivos al referirse a Massot. Cabandié, se sabe, tiene diálogo directo con Cristina Kirchner.
Es que con el kirchnerismo complaciente, la única voz fuerte contra el director de La Nueva Provincia la tienen Hugo Cañón y el líder d ela CGT Hugo Moyano. Casualidad o no, ambos se definen como oficialistas pero no les fue bien en el cierre de listas local.
El fiscal y vicepresidente de la Comisión por la Memoria, oriundo de Bahía Blanca, fue dirigente de Nuevo Encuentro hasta hace una semana, hasta cuando esperó en vano un lugar en la nómina de diputados nacionales del kirchnerismo, patrocinado por Martín Sabbatella. No lo consiguió.
Moyano desembarcó hace unos meses en la ciudad del sur bonaerense con un suplemento especial del diario Crónica que se separó de la línea editorial de La Nueva. Sin embargo, a la hora del cierre de listas nadie se acordó de su gente.
En su paso por la televisión local, Breitenstein se evadió del tema de los recientes juicios por crímenes de lesa humanidad que se abrieron en su distrito. "Aceptemos que hay métodos que, probablemente, no tuvieron los desaparecidos para juzgar a aquellos que los hicieron desaparecer, que son métodos que implican un sistema democrático, un sistema judicial como corresponde y hay que aceptar que hay una institución de la democracia que está funcionando", suavizó, conciente de la resistencia que hay en muchos de sus votantes por estos procesos.
En este marco, el intendente busca la reelección luego de acompañar todo lo que pudo la candidatura de Sergio Massa, para luego cerrar filas con Daniel Scioli, quien luego poco pudo aportar en el cierre de listas. Mucho menos en Bahía Blanca, donde todo lo definió la insólita alianza de Randazzo, Larraburu y Massot. (La Política OnLine).
"Yo creo que se ha hecho un etiquetamiento, honestamente, de su persona que en algún sentido hasta me parece que es exacerbado”, dijo al programa de la televisión local Saber Ver, el intendente de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein, al ser consultado por su estrecha relación con Vicente Massot, director del Diario La Nueva Provincia, medio vinculado con la última dictadura militar.
Ex viceministro de Defensa de Menem, es el referente de la familia ícono del poder político y económico local. De histórico vínculo con la Marina, desde el 25 de mayo de 2003 La Nueva Provincia reflejó el malestar del Ejército con el kirchnerismo.
Pese a estos vínculos, a contrapelo de la retórica kirchnerista, Breitestein explicó que "sería necio negar una relación con el director de la mayor empresa periodística de la ciudad", y balbuceó una respuesta incoherente, cuando los periodistas le preguntaron porque le ponía "tanta platita" al medio de Massot.
La defensa ensayada por Breitenstein no es casual: uno de los principales socios políticos de Massot es Dámaso Larraburu, vicepresidente del Grupo Bapro, viejo líder del PJ local y, sobre todo, padrino político del actual intendente.
El kirchnerismo pragmático
Pero el intedente de Bahía Blanca no es el único pragmático en esta historia. Mientrsa que este trío en 2009 apostó a esmerilar al kirchnerismo, esta vez alcanzaron un acuerdo con la Casa Rosada, representada por el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
El pacto quedó a la vista: hasta el día anterior, se suponía que Breitenstein colocaría a la cabeza de la lista de legisladores provinciales a un candidato de su sector, pero a último momento apareció la prima de Larraburu, Diana Larraburu.
La nómina se completó con randazzistas como el intendente de Monte Hermoso, Alejandro Di Chiara; e incluyó al funcionario de la Anses, Jorge Ruesga, cercano a Boudou, quien en el citado programa fue chicaneado por Breitestein por su común pasado ucedeísta.
Mariotto también avala
Pero lo más llamativo es el deslucido papel del titular de la Administración Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Gabriel Mariotto, supuesto emblema del kirchnerismo de "izquierda" que lucha contra las corporaciones.
Al parecer, para Mariotto el multimedios de Massot no califica como "corporación mediática", ya que no tuvo empacho en aceptar que el delegado en Bahía Blanca del organismo que preside, sea Gustavo Mandará, un ex directivo de Massot, que aún hoy evita todo discurso belicoso para con su ex jefe.
Mariotto ni siquiera se expresó contra Massot durante el inicio reciente de los juicios por los crímenes de lesa humanidad en bahía Blanca, que incluyeron un fallido intento de allanamiento a las instalaciones del diario, solicitado por el fiscal Abel Córdoba pero finalmente rechazado por la Cámara Federal. Mandará responde al diputado provincial Marcelo Feilú, ladero de Randazzo.
Otra kirchnerista local que tampoco se esfuerza en enfrentar al ultra opositor grupo periodístico es Federico Susbielles, funcionario de la Anses
La incómoda visita de Cabandié
Todos quedaron desdibujados cuando en su reciente paso por Bahía Blanca, el legislador porteño Juan Cabandié, no escatimó adjetivos al referirse a Massot. Cabandié, se sabe, tiene diálogo directo con Cristina Kirchner.
Es que con el kirchnerismo complaciente, la única voz fuerte contra el director de La Nueva Provincia la tienen Hugo Cañón y el líder d ela CGT Hugo Moyano. Casualidad o no, ambos se definen como oficialistas pero no les fue bien en el cierre de listas local.
El fiscal y vicepresidente de la Comisión por la Memoria, oriundo de Bahía Blanca, fue dirigente de Nuevo Encuentro hasta hace una semana, hasta cuando esperó en vano un lugar en la nómina de diputados nacionales del kirchnerismo, patrocinado por Martín Sabbatella. No lo consiguió.
Moyano desembarcó hace unos meses en la ciudad del sur bonaerense con un suplemento especial del diario Crónica que se separó de la línea editorial de La Nueva. Sin embargo, a la hora del cierre de listas nadie se acordó de su gente.
En su paso por la televisión local, Breitenstein se evadió del tema de los recientes juicios por crímenes de lesa humanidad que se abrieron en su distrito. "Aceptemos que hay métodos que, probablemente, no tuvieron los desaparecidos para juzgar a aquellos que los hicieron desaparecer, que son métodos que implican un sistema democrático, un sistema judicial como corresponde y hay que aceptar que hay una institución de la democracia que está funcionando", suavizó, conciente de la resistencia que hay en muchos de sus votantes por estos procesos.
En este marco, el intendente busca la reelección luego de acompañar todo lo que pudo la candidatura de Sergio Massa, para luego cerrar filas con Daniel Scioli, quien luego poco pudo aportar en el cierre de listas. Mucho menos en Bahía Blanca, donde todo lo definió la insólita alianza de Randazzo, Larraburu y Massot. (La Política OnLine).
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