lunes, agosto 29, 2011

Esconden a La Cámpora hasta el 23 de octubre

La agrupación juvenil emblema de la campaña de Cristina para las primarias ya no se hace sentir. Sus insignias no aparecen en las presentaciones de la presidenta o Bouodu, quien ni siquiera los tuvo en la cena de militantes que lideró el viernes. El Gobierno buscaría así bajar su perfil confrontativo.
Las banderas de La Cámpora dejaron de formar parte de la escenografía habitual de los actos de Cristina Kirchner, como lo fueron en la mayoría de las presentaciones de la presidenta previas a las primarias del 14 de agosto.
La ausencia de la agrupación juvenil creada por Máximo Kirchner, convertida en la principal fuerza de choque de la presidenta tras la muerte de Néstor Kirchner, quedó a la vista durante la reunión de Amado Boudou con los referentes de Capital Federal, el pasado viernes en Costa Salguero.
A ese mitin no asistió ningún camporista, aun cuando tres porteños integran su mesa de conducción: Andrés “Cuervo” Larroque, Juan Cabandié y el titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde.
Ese vacío se repitió en cada presentación de Boudou por el resto del país, en la mayoría de los casos acompañados por Diego Bossio, el director Ejecutivo de la Anses. El ministro de Economía fue uno de los principales soportes de La Cámpora.
Larroque tiene destino seguro en la Cámara de Diputados de la Nación y a Cabandié lo aguarda otro mandato como legislador porteño. El futuro de Recalde sí es incierto y es uno de los más mencionados como posible ministeriable entre los jóvenes K. La cartera que ambicionaría sería la de Trabajo.
Pero hipótesis así sólo están en el terreno de la especulación. Mucho más cuando después de las primarias La Cámpora evitó cualquier manifestación de fuerza interna: no tuvo plenarios y la comunicación no pasó de diálogos entre las segundas y terceras líneas.
La principal indicación fue no relajarse y tratar de repetir la performance en octubre, principal obsesión de los arquitectos electorales de la Casa Rosada.
La cena de Boudou fue el rasgo más visible de esa tendencia. Quienes frecuentan reuniones kirchneristas hablan de una necesidad de ocultar cualquier expresión de confrontación para evitar perder alguna porción del electorado que votó a la presidenta. La Cámpora expresa ese perfil.
El destino de la agrupación juvenil en diciembre también es motivo de múltiples rumores. Con la mayoría de sus referentes ocupando cargos legislativos se especula con un cambio en la conducción, que dirige y monitorea a su ritmo Máximo Kirchner, el único confidente de la presidenta. (La Polïtica OnLine).

No hay comentarios.: