En un escenario que estima "realista", un trabajo de la Fundación Mediterránea estima que la producción de soja podría crecer al 3 por ciento promedio anual y vaticina que podría llegar a 66,5 millones de toneladas al idealizar una futura campaña 2020-2021.
"Esto se lograría con un aumento del área sembrada con soja (1,4% anual promedio) y del rinde medio (1% anual promedio)", sostuvo la Fundación Mediterránea en su trabajo, conocido este martes.
Sin embargo, para los técnicos de la Bolsa de Cereales porteña el flujo de la soja depende de los precios y de los demás cultivos además del clima y de cómo acompañe.
Un caso fue la campaña 2009-2010 que fue el período en que más alta producción de soja hubo con 55 millones de toneladas y 19 millones de hectáreas sembradas.
No obstante en el ciclo siguiente, el último, con el fenómeno La Niña durante parte de la campaña, se sembraron 18.5 millones de hectáreas y sólo se cosecharon 49.2 millones de toneladas, reduciendo sensiblemente la recaudación tributaria por exportaciones en las arcas oficiales.
La Fundación Mediterránea, originaria de Córdoba, también hizo proyecciones para la molienda de soja, que podría crecer al 3,6 por ciento de promedio al año, una tasa ligeramente superior a la de la producción, y pronosticó que "cada vez más soja se destinará a la molienda, en detrimento del destino exportación".
La industria que procesa en la actualidad 39 millones de toneladas pasaría a 56 millones de toneladas en diez años, en la campaña 2020/2021.
Según los especialistas de la Fundación, la producción de harina de soja, uno de los subproductos de la industria aceitera, pasaría de 30,6 millones de toneladas a 43,7 millones al final del período bajo análisis.
Se espera que el consumo interno crezca por encima de la producción, al 4,6% promedio anual, de la mano de la mayor demanda para suplementación animal.
Las exportaciones netas se incrementarían de 29,9 millones a 42,2 millones.
En materia de generación de divisas y en una situación mundial crítica, los técnicos proyectaron precios bajo un escenario conservador con un valor FOB de 450 dólares la tonelada de soja.
Los ingresos generados por la cadena en materia de exportación se encontrarían en el rango de 26.500 millones de dólares.
Además habrá divisas adicionales que se generarán a partir de la mayor exportación de biodiesel basado en aceite de soja.
Esta mayor producción de soja y de sus derivados requerirá ampliar la fuerza de trabajo de la cadena, con lo que el empleo directo pasaría de 277 mil a 325 mil puestos, o sea 48 mil puestos más.
"La agenda de política pública para facilitar la materialización de este escenario incluye la estabilización macroeconómica y la no aplicación de nuevas políticas que deterioren los precios recibidos por los productores o que generen mayores riesgos de invertir en este tipo de actividades", se dijo.
También se destacó la necesidad de destinar fondos a infraestructura que potencie la producción agropecuaria. (Empresas News).
"Esto se lograría con un aumento del área sembrada con soja (1,4% anual promedio) y del rinde medio (1% anual promedio)", sostuvo la Fundación Mediterránea en su trabajo, conocido este martes.
Sin embargo, para los técnicos de la Bolsa de Cereales porteña el flujo de la soja depende de los precios y de los demás cultivos además del clima y de cómo acompañe.
Un caso fue la campaña 2009-2010 que fue el período en que más alta producción de soja hubo con 55 millones de toneladas y 19 millones de hectáreas sembradas.
No obstante en el ciclo siguiente, el último, con el fenómeno La Niña durante parte de la campaña, se sembraron 18.5 millones de hectáreas y sólo se cosecharon 49.2 millones de toneladas, reduciendo sensiblemente la recaudación tributaria por exportaciones en las arcas oficiales.
La Fundación Mediterránea, originaria de Córdoba, también hizo proyecciones para la molienda de soja, que podría crecer al 3,6 por ciento de promedio al año, una tasa ligeramente superior a la de la producción, y pronosticó que "cada vez más soja se destinará a la molienda, en detrimento del destino exportación".
La industria que procesa en la actualidad 39 millones de toneladas pasaría a 56 millones de toneladas en diez años, en la campaña 2020/2021.
Según los especialistas de la Fundación, la producción de harina de soja, uno de los subproductos de la industria aceitera, pasaría de 30,6 millones de toneladas a 43,7 millones al final del período bajo análisis.
Se espera que el consumo interno crezca por encima de la producción, al 4,6% promedio anual, de la mano de la mayor demanda para suplementación animal.
Las exportaciones netas se incrementarían de 29,9 millones a 42,2 millones.
En materia de generación de divisas y en una situación mundial crítica, los técnicos proyectaron precios bajo un escenario conservador con un valor FOB de 450 dólares la tonelada de soja.
Los ingresos generados por la cadena en materia de exportación se encontrarían en el rango de 26.500 millones de dólares.
Además habrá divisas adicionales que se generarán a partir de la mayor exportación de biodiesel basado en aceite de soja.
Esta mayor producción de soja y de sus derivados requerirá ampliar la fuerza de trabajo de la cadena, con lo que el empleo directo pasaría de 277 mil a 325 mil puestos, o sea 48 mil puestos más.
"La agenda de política pública para facilitar la materialización de este escenario incluye la estabilización macroeconómica y la no aplicación de nuevas políticas que deterioren los precios recibidos por los productores o que generen mayores riesgos de invertir en este tipo de actividades", se dijo.
También se destacó la necesidad de destinar fondos a infraestructura que potencie la producción agropecuaria. (Empresas News).
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