Según un informe del instituto de la Fundación Mediterránea, desde el primer trimestre de 2006 el Estado creó el 23,6% de los nuevos puestos de trabajo. El sector público estuvo por encima de los aportantes tradicionales a ese cometido, como el comercio y la construcción.
De acuerdo al diario El Cronista Comercial, el gasto público fue el responsable de uno de cada cuatro argentinos que logró insertarse en el mercado laboral. Y eso le permitió incrementar su participación en el total de puestos declarados desde el 17,3% al 18,6%.
En el último lustro, la cantidad de puestos de trabajo declarados crecieron casi un 26%, a un ritmo de 4,7% por año, que equivale a más de 1,5 millones de empleos formales. Durante ese lapso, el Estado lideró por mucho la generación de trabajo, por encima de los aportantes tradicionales a ese cometido, como el comercio (explicó el 18,5%), la construcción (4,7%) y el agro (2,6%).
Un párrafo aparte le corresponde al sector industrial, uno de los más mimados por el kirchnerismo y considerado puntal del modelo. A pesar de su auge, sólo aportó 9,6% del total de nuevos puestos creados.
“La performance del sector industrial fue claramente inferior en términos comparativos. Con su incremento del 2,7% anual promedio fue uno de los sectores de menor crecimiento, sólo superando al sector de Agricultura, Ganadería y Pesca”, enfatiza el IERAL.
Daniela Cristina, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), coincidió en el mismo punto. “En el último período es cuando más esfuerzo hizo el sector público para incorporar trabajadores. Es el que está reaccionando, pero a largo plazo no es lo ideal. La industria debería ser la que más aporte en este sentido”, explicó.
Un vistazo a la evolución del empleo antes de la llegada de Cristina Fernández a la Presidencia muestra que la tendencia fue fundada mucho antes. Durante el período 1994-2011, según el IARAF, la población aumentó un 19%, mientras que el empleo público trepó un 350%, muy por encima del 71% que ascendió la creación de trabajo privada.
Eso determinó un cambio estructural: hace 17 años, el 94% del empleo registrado era privado, mientras que el 6% restante era público. Mientras que en el primer trimestre de 2011 el Estado aportó casi un 20% de los puestos de trabajo. Y a diferencia del sector privado, a partir de 2007 cada punto de crecimiento del gasto generó una variación creciente en el empleo público, que llegó ““incluso la tasa de crecimiento en los puestos de trabajo estatales a superar a la del propio gasto”.
La menor gravitación de la industrial, el comercio y el agro sobre la generación de empleo a favor del sector público no es el único dato a tener en cuenta para los próximos años. Debido al encarecimiento de los salarios en dólares y la apreciación del tipo de cambio, el aumento del PBI genera hoy poco menos de un cuarto del empleo que en 2003, cuando se puso en marcha la gestión K.
La cuenta surge de analizar la evolución de la elasticidad empleo-producto, un coeficiente que permite medir, entre otras cosas, la capacidad de generar trabajo que tiene la economía. En 2003, esa cuenta daba 1, mientras que este año, de acuerdo con estimaciones del estudio Bein, será de 0,22 puntos. Ese número se ubica por debajo del promedio histórico a largo plazo, que ronda los 0,30 puntos. (La Política OnLine).
De acuerdo al diario El Cronista Comercial, el gasto público fue el responsable de uno de cada cuatro argentinos que logró insertarse en el mercado laboral. Y eso le permitió incrementar su participación en el total de puestos declarados desde el 17,3% al 18,6%.
En el último lustro, la cantidad de puestos de trabajo declarados crecieron casi un 26%, a un ritmo de 4,7% por año, que equivale a más de 1,5 millones de empleos formales. Durante ese lapso, el Estado lideró por mucho la generación de trabajo, por encima de los aportantes tradicionales a ese cometido, como el comercio (explicó el 18,5%), la construcción (4,7%) y el agro (2,6%).
Un párrafo aparte le corresponde al sector industrial, uno de los más mimados por el kirchnerismo y considerado puntal del modelo. A pesar de su auge, sólo aportó 9,6% del total de nuevos puestos creados.
“La performance del sector industrial fue claramente inferior en términos comparativos. Con su incremento del 2,7% anual promedio fue uno de los sectores de menor crecimiento, sólo superando al sector de Agricultura, Ganadería y Pesca”, enfatiza el IERAL.
Daniela Cristina, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), coincidió en el mismo punto. “En el último período es cuando más esfuerzo hizo el sector público para incorporar trabajadores. Es el que está reaccionando, pero a largo plazo no es lo ideal. La industria debería ser la que más aporte en este sentido”, explicó.
Un vistazo a la evolución del empleo antes de la llegada de Cristina Fernández a la Presidencia muestra que la tendencia fue fundada mucho antes. Durante el período 1994-2011, según el IARAF, la población aumentó un 19%, mientras que el empleo público trepó un 350%, muy por encima del 71% que ascendió la creación de trabajo privada.
Eso determinó un cambio estructural: hace 17 años, el 94% del empleo registrado era privado, mientras que el 6% restante era público. Mientras que en el primer trimestre de 2011 el Estado aportó casi un 20% de los puestos de trabajo. Y a diferencia del sector privado, a partir de 2007 cada punto de crecimiento del gasto generó una variación creciente en el empleo público, que llegó ““incluso la tasa de crecimiento en los puestos de trabajo estatales a superar a la del propio gasto”.
La menor gravitación de la industrial, el comercio y el agro sobre la generación de empleo a favor del sector público no es el único dato a tener en cuenta para los próximos años. Debido al encarecimiento de los salarios en dólares y la apreciación del tipo de cambio, el aumento del PBI genera hoy poco menos de un cuarto del empleo que en 2003, cuando se puso en marcha la gestión K.
La cuenta surge de analizar la evolución de la elasticidad empleo-producto, un coeficiente que permite medir, entre otras cosas, la capacidad de generar trabajo que tiene la economía. En 2003, esa cuenta daba 1, mientras que este año, de acuerdo con estimaciones del estudio Bein, será de 0,22 puntos. Ese número se ubica por debajo del promedio histórico a largo plazo, que ronda los 0,30 puntos. (La Política OnLine).
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