El principal operador del proyecto presidencial de Macri apuesta a sumar intendentes "kirchneristas por necesidad" y a radicales de la nueva generación cercanos al perfil del jefe de PRO. Cree que "el duhaldismo está terminado" y Scioli está "atrapado en la jaula de la gobernación bonaerense".
Con su reelección obtenida por amplio margen Mauricio Macri consolidó su liderazgo en la Ciudad de Buenos Aires, pero el gran desafío es armar una estructura nacional para su proyecto presidencial 2015. En un hotel céntrico, "Río Negro" entrevistó al encargado de esa estrategia, Emilio Monzó (ex ministro de Asuntos Agrarios de Daniel Scioli), quien también está a punto de asumir como ministro de Gobierno porteño en la segunda gestión macrista.
–¿Cómo va a construir el macrismo una estructura en vistas al proyecto presidencial 2015?
–El principal activo de PRO son sus figuras, especialmente Mauricio Macri -conocido por casi el 100 % de la población y con alta imagen positiva-, así como Gabriela Michetti o Miguel Del Sel que trascienden las fronteras de sus jurisdicciones, a ese activo hay que agregarle volumen político que el partido no tiene a nivel nacional.
–¿Y como se hará esa construcción?
–Vamos a buscar alianzas y frentes políticos; en 16 meses tenemos una elección legislativa y por ser un partido nuevo en términos futbolísticos no tenemos en las inferiores jugadores suficientes para toda la cancha del país. Pero hay avances continuos.
–¿Está pensando en nombres concretos?
–Vamos a iniciar un diálogo con intendentes de otros partidos que acaban de ser consagrados por el voto e integran una nueva generación con menos compromisos tradicionales, son aliados naturales del PRO.
–La mayoría de esos intendentes triunfantes el 23 de octubre pusieron a Cristina Kirchner al frente de sus boletas, ¿qué los haría cambiar?
–Por este sistema tan concentrado de transferencia de recursos, varios de ellos tuvieron que doblegar su pensamiento, pero a cuatro años vista con la consolidación de esas gestiones van a tener libertad de optar y creo que Macri es la alternativa que esos intendentes con perfil de centro están buscando.
–¿Se refiere a los jefes comunales del conurbano?
–El triunfo de Jorge Macri en Vicente López fue emblemático, para el PRO puede ser la punta del hilo en un distrito de enorme peso electoral como el bonaerense. Lo de Cariglino (Malvinas Argentinas) demostró que se puede confrontar y triunfar con un municipio bien administrado; pero además se dieron resultados que hay que observar: En San Fernando fue el fin de ciclo de un dirigente nacional, en San Martín un giro similar ocurrió con la victoria de Gabriel Katopodis, ambos respaldaron por Sergio Massa (intendente de Tigre) que es expresión de lo nuevo, con Darío Giustozzi en Almirante Brown se premió un estilo; hay un movimiento del electorado que está pidiendo un cambio.
–¿No pueden ser aglutinados por Daniel Scioli quien buscará ser el postulante presidencial por el oficialismo?
–En la Argentina nunca un gobernador pudo ser elegido presidente, es una jaula muy difícil de abrir porque todos ellos fueron cooptados por el presidente de turno que lo vieron como enemigo. Es una provincia muy dependiente en los recursos y en lo político, Scioli por sus características no arma territorialmente, se basa en la comunicación mediante los medios.
–¿Tiene un perfil parecido al de Macri?
–En las formas sí, son tolerantes buscan la comunicación y el diálogo. Scioli va a ser una figura importante pero no lo veo presidente.
–¿Se puede reconstruir la relación de Macri con Francisco De Narváez?
–De Narváez es un empresario que decidió incurrir en política, pero tuvo serias equivocaciones y generó la desconfianza de la dirigencia que se trasladó al electorado. Así dilapidó su victoria de hace dos años nada menos que ante Kirchner. Se excedió de pragmatismo. Empezó con (Ricardo) Alfonsín y terminó con (Alberto) Rodríguez Sáa.
–¿Y el peronismo disidente?
–El duhaldismo está terminado, se puede rescatar a dirigentes como Graciela Camaño; pero tras el resultado del 23 de octubre a un sector de la dirigencia se le acabó el ciclo.
–En la UCR hay dos alas, una cercana al macrismo (Sanz, Giudici, etc) y otra más proclive al segmento de Hermes Binner, ¿qué ocurrirá en ese partido?
–Hay una puja tradicional (antes era yrigoyenismo y alvearismo) que tiene que blanquearse, en esta elección se impuso el realismo con intendentes como (Ramón) Mestre o (Mario) Meoni. Hay muy buen diálogo a través de Federico Pinedo y Michetti con un sector del radicalismo con el cual apuesto a que en tres años se termine conformando una alianza política. Tenemos muchas coincidencias. Las ideas tienen que estar por encima de los partidos.
–¿Qué piensa con el otro sector de la oposición que expresa Binner?
–Creo que tocó un techo, no me refiero al partido político que tiene congruencia ideológica y puede ser una alternativa para algunos cargos, pero me cuesta pensar que Binner vuelva a ser el candidato que los encolumne. (Rio Negro).
CLAUDIO RABINOVITCH
crbainovitch@rionegro.com.ar.
Con su reelección obtenida por amplio margen Mauricio Macri consolidó su liderazgo en la Ciudad de Buenos Aires, pero el gran desafío es armar una estructura nacional para su proyecto presidencial 2015. En un hotel céntrico, "Río Negro" entrevistó al encargado de esa estrategia, Emilio Monzó (ex ministro de Asuntos Agrarios de Daniel Scioli), quien también está a punto de asumir como ministro de Gobierno porteño en la segunda gestión macrista.
–¿Cómo va a construir el macrismo una estructura en vistas al proyecto presidencial 2015?
–El principal activo de PRO son sus figuras, especialmente Mauricio Macri -conocido por casi el 100 % de la población y con alta imagen positiva-, así como Gabriela Michetti o Miguel Del Sel que trascienden las fronteras de sus jurisdicciones, a ese activo hay que agregarle volumen político que el partido no tiene a nivel nacional.
–¿Y como se hará esa construcción?
–Vamos a buscar alianzas y frentes políticos; en 16 meses tenemos una elección legislativa y por ser un partido nuevo en términos futbolísticos no tenemos en las inferiores jugadores suficientes para toda la cancha del país. Pero hay avances continuos.
–¿Está pensando en nombres concretos?
–Vamos a iniciar un diálogo con intendentes de otros partidos que acaban de ser consagrados por el voto e integran una nueva generación con menos compromisos tradicionales, son aliados naturales del PRO.
–La mayoría de esos intendentes triunfantes el 23 de octubre pusieron a Cristina Kirchner al frente de sus boletas, ¿qué los haría cambiar?
–Por este sistema tan concentrado de transferencia de recursos, varios de ellos tuvieron que doblegar su pensamiento, pero a cuatro años vista con la consolidación de esas gestiones van a tener libertad de optar y creo que Macri es la alternativa que esos intendentes con perfil de centro están buscando.
–¿Se refiere a los jefes comunales del conurbano?
–El triunfo de Jorge Macri en Vicente López fue emblemático, para el PRO puede ser la punta del hilo en un distrito de enorme peso electoral como el bonaerense. Lo de Cariglino (Malvinas Argentinas) demostró que se puede confrontar y triunfar con un municipio bien administrado; pero además se dieron resultados que hay que observar: En San Fernando fue el fin de ciclo de un dirigente nacional, en San Martín un giro similar ocurrió con la victoria de Gabriel Katopodis, ambos respaldaron por Sergio Massa (intendente de Tigre) que es expresión de lo nuevo, con Darío Giustozzi en Almirante Brown se premió un estilo; hay un movimiento del electorado que está pidiendo un cambio.
–¿No pueden ser aglutinados por Daniel Scioli quien buscará ser el postulante presidencial por el oficialismo?
–En la Argentina nunca un gobernador pudo ser elegido presidente, es una jaula muy difícil de abrir porque todos ellos fueron cooptados por el presidente de turno que lo vieron como enemigo. Es una provincia muy dependiente en los recursos y en lo político, Scioli por sus características no arma territorialmente, se basa en la comunicación mediante los medios.
–¿Tiene un perfil parecido al de Macri?
–En las formas sí, son tolerantes buscan la comunicación y el diálogo. Scioli va a ser una figura importante pero no lo veo presidente.
–¿Se puede reconstruir la relación de Macri con Francisco De Narváez?
–De Narváez es un empresario que decidió incurrir en política, pero tuvo serias equivocaciones y generó la desconfianza de la dirigencia que se trasladó al electorado. Así dilapidó su victoria de hace dos años nada menos que ante Kirchner. Se excedió de pragmatismo. Empezó con (Ricardo) Alfonsín y terminó con (Alberto) Rodríguez Sáa.
–¿Y el peronismo disidente?
–El duhaldismo está terminado, se puede rescatar a dirigentes como Graciela Camaño; pero tras el resultado del 23 de octubre a un sector de la dirigencia se le acabó el ciclo.
–En la UCR hay dos alas, una cercana al macrismo (Sanz, Giudici, etc) y otra más proclive al segmento de Hermes Binner, ¿qué ocurrirá en ese partido?
–Hay una puja tradicional (antes era yrigoyenismo y alvearismo) que tiene que blanquearse, en esta elección se impuso el realismo con intendentes como (Ramón) Mestre o (Mario) Meoni. Hay muy buen diálogo a través de Federico Pinedo y Michetti con un sector del radicalismo con el cual apuesto a que en tres años se termine conformando una alianza política. Tenemos muchas coincidencias. Las ideas tienen que estar por encima de los partidos.
–¿Qué piensa con el otro sector de la oposición que expresa Binner?
–Creo que tocó un techo, no me refiero al partido político que tiene congruencia ideológica y puede ser una alternativa para algunos cargos, pero me cuesta pensar que Binner vuelva a ser el candidato que los encolumne. (Rio Negro).
CLAUDIO RABINOVITCH
crbainovitch@rionegro.com.ar.
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