Coacción: “Fuerza o violencia que se hace a alguien
para obligarlo a que diga o ejecute algo”. “Poder legítimo del derecho
para imponer su cumplimiento o prevalecer sobre su infracción”.
El
monto de los impuestos que el Estado pretende recaudar coercitivamente a
los argentinos, llamada “presión fiscal”, es una cifra desconocida.
Algunos analistas la estiman en el 35% del PBI; otros, en el 50% si se
pagan todos los impuestos; otros que los empleados en relación de
dependencia trabajan seis meses del año para pagar impuestos y deben
vivir con el resto; que los ajustes de sueldos para compensar la
inflación generan impuestos que empobrecen a los asalariados.
Los
impuestos en Argentina son creados por aprendices de hechiceros que se
despreocupan de los perjuicios que ocasionan a la población. Razonan
torpemente, que imponer contribuciones es una facultad coercitiva del
Gobierno para proveer a los gastos de la Nación pero el gobierno añade a
esos gastos, la dilapidación, la corrupción, los empleados públicos
oficialistas, obras, subsidios, gastos y publicidad electoral, el
déficit de empresas como Enarsa, ferrocarriles, YPF, el Anses,
Aerolíneas Argentinas, etc.
La
población reacciona con la rebelión fiscal, hasta ahora evadiendo
impuestos, pero este caos impide la prosperidad de los argentinos.
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