jueves, enero 25, 2007

Radiografia de Buenos Aires. En la Provincia hay 236 pueblos pequeños en vías de extinción

BUENOS AIRES, Enero 25, (PUNTO CERO-DiarioHoy.net) Así lo asegura un grupo de especialistas que cruzó datos recientes con los últimos censos nacionales. Uno de los factores que más influyeron fue el cierre del ferrocarril. La migración termina repercutiendo en las grandes ciudades. Cuáles son las localidades afectadas en las tierras bonaerenses
Una sombra ya pronto serás. La novela de Osvaldo Soriano logró retratar esa imagen fantasmal de los pueblos que fueron y ya no son. Dio vida, pasión y casi muerte, a pueblos del silencio que no sólo están en la imaginación del novelista sino en nuestra propia tierra. En la provincia de Buenos Aires hay 236 poblados considerados en vías de desaparición. Y en todo el país son 816.
Los más afectados por el decrecimiento de la población en la Provincia de Buenos Aires son José B. Casas, en Patagones, con un 85% menos de personas -apenas suman 35-; Zenón Videla Norma, de Monte, (-73,8%); La Sofía, en Carlos Casares, (-71,1%); La Pala, en Adolfo Alsina (-68,8%) y Villa Lynch Pueyrredón, en Bolívar (-64%).
Hay un dato más impactante aun: el 40% de los pueblos rurales argentinos corre riesgo de extinción. La información surgió del estudio que hizo un grupo de especialistas que comparó datos recientes con los últimos censos nacionales. Explicaron que esto es así porque los habitantes migran para estudiar o buscar trabajo, y no regresan. También apuntaron al cierre de fábricas y la interrupción de servicios como el ferrocarril.
El porcentaje citado representa unos 236 pueblos que, de acuerdo al estudio, es muy probable que desaparezcan en los próximos años. Se trata de localidades que tienen menos de 2.000 habitantes y cuya población disminuyó más del 10 por ciento entre un censo y otro (de 1991 a 2001, y hasta la actualidad).
Para los investigadores, la disminución comenzó en 1960 y se agudizó con los años. El Censo Nacional de 1991 registró 430 pueblos “en crisis”. En 2001 la cifra ascendió a 816, en tanto que 128 poblaciones crecieron menos del 10 por ciento y 90, desaparecieron.
“La extinción de los pueblos favorece el éxodo a las grandes ciudades que no están preparadas para recibir a esta gente, que termina viviendo en forma muy precaria”, explicó Marcela Benítez, geógrafa y fundadora de la organización Recuperación social de poblados nacionales que desaparecen (Responde).
A raíz de este relevamiento, Responde tuvo la idea de instrumentar una serie de herramientas que permitan a los pueblos en riesgo de desaparición, atender y resolver por sí mismos sus problemas de comunicación, transporte, alimentación, educación y trabajo. Se trata, según se explicó, de involucrar a instituciones o grupos locales, provinciales o nacionales que se interesen en el desarrollo de estos pueblos y se comprometan con el apoyo y seguimiento de los mismos.
Por otra parte, uno de los principales objetivos es ofrecer propuestas de solución que permitan contener el proceso de despoblamiento, además de promover el desarrollo local respetando la cultura e idiosincrasia de su gente, y posibilitar oportunidades de crecimiento personal para la gente de los pequeños pueblos.
Como publicó Hoy el lunes pasado, una de las iniciativas es protagonizada por grupos de profesionales jubilados que recorren la provincia de Buenos Aires para capacitar a los jóvenes en diferentes oficios como carpintería, zapatería, sastrería o herrería (ver recuadro).
“Hay que advertir que un simple registro censal no indica ni presagia la muerte de un pueblo. Simplemente marca una tendencia acerca de la que debemos mantenernos alerta”, explicó Benítez. Y agregó: “Nuestro propósito es, al presentar el Listado de pueblos en riesgo, poner una luz de atención sobre tantos pueblos que se desvanecen en silencio y crear conciencia acerca de la importancia de trabajar con una visión de país y no continuamente ante las urgencias de la coyuntura”.
Además, la geógrafa advirtió que “si no podemos trabajar con esta visión, cientos de pueblos del país no tendrán futuro. Hoy que sabemos quiénes son, donde están, y no podemos seguir ignorándolos, ya que es nuestra gente. Su cultura, su historia se entrelazan con las propias raíces históricas de cada uno de nosotros”.

El ferrocarril, la clave
Muchas de las poblaciones que integran el listado de pueblos en riesgo, fueron lugares prósperos, y con perspectivas muy buenas, durante muchos años. Generalmente, contaban con una estación de ferrocarril, alrededor de la que se desarrollaba la mayoría de las actividades más importantes -al igual que se formaron en la ciudad de La Plata-.
Hoy, esas estaciones están abandonadas, el tren ya no llega y las vías se encuentran en pésimas condiciones de mantenimiento, lo que hace casi imposible su utilización. “Contra esto también es necesario dar una última batalla”, advirtieron desde Responde. Y agregaron: “Las viejas estaciones pueden convertirse en centros culturales, museos, lugares de encuentro, y puntos de referencia para el turismo” -tal como ocurrió en La Plata con la estación de Meridiano V-.
Un caso conocido es de Mechita, en el kilómetro 200 de la ruta nacional 5, en el partido de Bragado -incluido en el Programa Turismo en pueblos rurales de Responde-. Se trata de un pueblo surgido como un gran taller ferroviario, con la presencia de un conjunto de casas y edificios de estilo inglés, de principios del siglo XX, con gran valor histórico, donde ya está desarrollándose la actividad turística.
Con servicios gastronómicos, alojamiento en casas de familias, servicio de guías, y la vieja estación obrando como Museo del ferrocarril, una oficina de información turística, y una plaza de las artes, con exposición de piezas de grandes maestros argentinos. La mayoría de estos pueblos, según el relevamiento de Responde, son pequeños sitios que alguna vez fueron pujantes.
Son lugares donde, a veces, se puede observar en un cuadro de una oficina pública que existió un amanzanamiento, donde estaba la plaza, y ahora hay terrenos baldíos, restos de paredes, una sola casa en toda una cuadra o una casa de esquina, solitaria, medio deteriorada. Al charlar con los pobladores dicen que había un cine o un club, pero hoy sólo se ve pasto. (PUNTO CER-DiarioHoy.net O).

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