MERCEDES, Octubre 31, (PUNTO CERO) Cuando aquella tarde del 7 de junio Carlos Selva anunció que estaba evaluando cambios en el gabinete, nadie pensó que –casi a principios de noviembre- aún se estuviesen produciendo los mismos.
Es claro que al intendente le ha costado y mucho encontrar un funcionamiento cercano al óptimo en las distintas áreas. De aquellos cuatro secretarios que juraron en el Centro Cultural Teatro Argentino en la tarde noche del 10 de diciembre del 2003, sólo ha quedado el contador Néstor Palacios. En realidad, haciendo una mirada retrospectiva, el gabinete siempre pareció estar acomodándose. Es más, durante todo el 2004 el intendente anunció que ése iba a ser un año de reacomodamiento.
Pero en realidad, la estructura jerárquica municipal siempre pareció estar reacomodándose. Es cierto que las responsabilidades y las tareas del municipio del siglo XXI, poco tienen que ver con la forma de llevar adelante el estado comunal durante las décadas del 80 y los 90.
A pesar de ello, Selva –cual técnico de fútbol moderno- ha estado realizando casi permanentes modificaciones en las áreas. Coordinadores que cambian de áreas, o pasan a direcciones, nuevas estructuras organizativas sobre viejas estructuras organizativas; son algunos de los cambios –algunas no trascendidos- que se han dado casi en forma permanente. Más los dirigentes que se fueron.
Aquella tarde de junio Selva sabía que debía encarar cambios en el gabinete, sobre todo en dos áreas que han sido –tal vez- las que le han generado mayor cuestionamiento: desarrollo social y servicios públicos. Encima en esos sectores tenía a dos viejos amigos suyos, pero ambos tenían problemas con otros dirigentes de su propia área.
Los encontronazos entre Bozzini y Tilli habían generado más de un malestar y ahora “Coco” sabe que tiene los días contados, aunque espera tener una oportunidad de demostrar que muerto el perro se acabó la rabia. Fuera Bozzini, desarrollo social andaría mejor.
La disputa Bertera-Badano terminó con el alejamiento del primero de ellos. Tras una larga charla ambos dirigentes decidieron separar sus caminos políticos y Selva aceptó la renuncia sabiendo que con él perdía otro hombre que trabajaba en los barrios. Pero también que Alfredo Badano iba a estar más tranquilo.
El crecimiento de Bozzini estaba molestando a Palacios. El conflicto del Unzué vino justo para que el históricamente cuestionado secretario de desarrollo social abandonase la función pública en la municipalidad.
Sólo política
Selva aclaró, antes y después del alejamiento de Bozzini que no se trataba de hombres, sino de cambios de política. Este concepto generó muchas sospechas en torno a que el intendente estuviese haciendo lugar en su gabinete para concretar un acuerdo político con alguna fuerza justicialista. A esta altura el selvismo se ha quedado solo, las agrupaciones (y los dirigentes) que lo acompañaron al intendente se han ido apartando del gobierno. Desde el palacio comunal hay quienes aseguran que el acuerdo con Zubeldía estaría sellado. Pero el edil opositor el jueves en un programa televisivo dio por tierra por enésima vez esa versión: “los dos (por Selva) queremos lo mismo que es ser intendente ¿cómo podemos arreglar?” le dijo al periodista. Con el grupo liderado por David Valerga las acusaciones mediáticas son cada vez más duras. El contador Edgardo Gorosterrazú está muy entusiasmado con su posible candidatura y lejos de unirse nuevamente al actual intendente.
En este sentido muchos especulan con que –además de la Mesa Sindical liderada por Juan Montoya- hay otros gremios que estarían conversando con el intendente para unirse al gobierno. ¿Será la unión con algunos dirigentes sindicales el comienzo de un entramado político que se intenta gestar para fortalecer al gobierno?
Mas vacíos
Si bien es cierto que Selva anunció que Daniel Paoli pasó a ser Director de Control Urbano y Gustavo Gutiérrez es coordinador de tránsito, llama poderosamente la atención la ausencia de un director de seguridad en momentos en que la inseguridad es una de las mayores preocupaciones de los ciudadanos. No parece que allí se agoten los cambios de esa secretaria tras la renuncia de Guillermo Torchia.
En el corralón Selva siempre defendió la necesidad de tener un director, por eso inventó el puesto. No parece tampoco sensato que ahora no haga falta ese cargo; salvo que se reemplace con el coordinador de corralones, Antonio Mauriello. Ahora si esto es así, es claro que Selva buscó que Silvio Bertera se vaya.
La situación del Unzué es muy inestable y, más allá de que el licenciado Diego Robles se sienta respaldado y que el juez Giacoia haya elogiado su trabajo en esa dependencia municipal (ver págs. 14 y 16); todo apunta a que el histórico instituto se devorará un nuevo director.
Hace algunas semanas, también renunció el ingeniero Juan Bonett, quien estaba asignado como coordinador al área de prensa.
Continuará
Todo apunta a que el intendente va a realizar varios cambios más. Sabe que necesita dar un fuerte golpe de timón para renovar las expectativas. Hay ciertos cuadros técnicos que no lo terminan de conformar “necesitamos más gente que haga política”, le habrían dicho.
El viernes por la tarde existió un fuerte encontronazo verbal entre dos funcionarios. Muchos pensaron que el alejamiento de Bozzini iba a calmar las aguas, pero parece que hay funcionarios que se sienten muy presionados.
Carlos Selva sabe que de concretarse esa suerte de lemas en la provincia de Buenos Aires, perderá la exclusividad de la boleta del Frente. Para fortalecerse, necesitará apabullar con la obra pública, que es bien vista por el gran centro; y mejorar el trabajo en los barrios con los servicios públicos. Para ello necesita tener bien aceitada la secretaría que comanda Oscar “Cachi” Aschero.
Para los barrios necesitará un secretario que modere los gastos sin escatimar ayuda. Y eso es lo que está buscando.Todo indica que en las próximas semanas se producirían más alejamientos del gobierno. Seguramente quiere el 10 de diciembre tener un renovado gabinete en funciones para poder, de esa forma, asegurarse el pase a cuatro años más.(PUNTO CERO).
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