SAN ISIDRO, Setiembre 19, (PUNTO CERO) Como tantas otras familias, su deseo era el de tener la casita propia, en un ambiente sano en el que los chicos pudieran desarrollarse con mejores oportunidades, alejados de los peligros, el hacinamiento y otros problemas no menores que existe en los asentamientos precarios o villas. Y se les hizo realidad.
Es que, aprovechando uno de los planes de la Municipalidad de San Isidro, dos familias que habitaban hasta ahora el barrio de emergencia La Cava –que está siendo urbanizado por la comuna-, optaron por reiniciar sus vidas en los lugares en que ansiaban hacerlo, con un horizonte de futuro con las más propicias perspectivas.
En tal sentido, cabe señalar que, con la experiencia recogida en el caso de la villa “La Horquilla” en el barrio La Horqueta de Boulogne –única erradicación que se conoce en el país realizada en forma consensuada con los propios habitantes del barrio, vecinos aledaños y organizaciones no gubernamentales con actuación en la zona-, al comuna sanisidrense ofrece la posibilidad de afincarse definitivamente en el lugar en que lo desean esos pobladores de asentamientos. Muchos, optan por volver a su lugar de origen o pago chico en el interior, otros, que buscando el progreso y salir de la villa, compraron un terreno en otro sitio, son ayudados a construir su propia vivienda.
Para ello, dentro del denominado plan “Abanico”, la Municipalidad –tras la correspondiente derivación de la Mesa de Integración Social –integrada por representantes de diversas instituciones sanisidrenses, los propios vecinos del barrio y de sectores aledaños-, explora todas las posibilidades para dar solución habitacional a esas familias. Esta puede llegar, con la adquisición de una vivienda en el lugar esperado o bien por la construcción de la casa familiar en el terreno que dispongan en otro sitio.
No son las primeras en emprender ese camino con las mejores perspectivas de futuro. Pero ya otras dos familias de La Cava, le dicen adiós a ese barrio e inician una nueva vida.
Se trata, en un caso, de la que tiene por jefa de grupo familiar a Graciela Noemí Volpi, quien con sus hijos se instalará en la casa que le adquirió la Municipalidad en la ciudad bonaerense de 9 de Julio, que eligió por cercanía con sus parientes. Incluso ya ha firmado la escritura traslativa de dominio, aunque la propiedad –para que no se desvirtúen los objetivos el plan de solución habitacional, que significa el arraigo en un lugar- permanecerá por espacio de 10 años a nombre de la comuna sanisidrense.
En tal sentido, cabe señalar que, con la experiencia recogida en el caso de la villa “La Horquilla” en el barrio La Horqueta de Boulogne –única erradicación que se conoce en el país realizada en forma consensuada con los propios habitantes del barrio, vecinos aledaños y organizaciones no gubernamentales con actuación en la zona-, al comuna sanisidrense ofrece la posibilidad de afincarse definitivamente en el lugar en que lo desean esos pobladores de asentamientos. Muchos, optan por volver a su lugar de origen o pago chico en el interior, otros, que buscando el progreso y salir de la villa, compraron un terreno en otro sitio, son ayudados a construir su propia vivienda.
Para ello, dentro del denominado plan “Abanico”, la Municipalidad –tras la correspondiente derivación de la Mesa de Integración Social –integrada por representantes de diversas instituciones sanisidrenses, los propios vecinos del barrio y de sectores aledaños-, explora todas las posibilidades para dar solución habitacional a esas familias. Esta puede llegar, con la adquisición de una vivienda en el lugar esperado o bien por la construcción de la casa familiar en el terreno que dispongan en otro sitio.
No son las primeras en emprender ese camino con las mejores perspectivas de futuro. Pero ya otras dos familias de La Cava, le dicen adiós a ese barrio e inician una nueva vida.
Se trata, en un caso, de la que tiene por jefa de grupo familiar a Graciela Noemí Volpi, quien con sus hijos se instalará en la casa que le adquirió la Municipalidad en la ciudad bonaerense de 9 de Julio, que eligió por cercanía con sus parientes. Incluso ya ha firmado la escritura traslativa de dominio, aunque la propiedad –para que no se desvirtúen los objetivos el plan de solución habitacional, que significa el arraigo en un lugar- permanecerá por espacio de 10 años a nombre de la comuna sanisidrense.
En el caso restante, la familia beneficiada es a de Lisa Rosales, quien con esfuerzo y buscando mejores horizontes, había comprado un terreno en la localidad de Grand Bourg. Y allí, la Municipalidad de San Isidro le construirá la tan ansiada casa propia. (PUNTO CERO).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario