BUENOS AIRES, Setiembre 19, (PUNTO CERO-La Política OnLine) La colisión era previsible y finalmente ocurrió: el secretario de Agricultura Javier de Urquiza finalmente se cansó de soportar las irrupciones en temas de su área del secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, y las versiones de renuncias del primero recorrieron hoy el campo.
Está claro que ambos funcionarios -que supieron tener de jefe común al ministro Julio de Vido, hasta que Urquiza se pasó al sector del jefe de Gabinete Alberto Fernández-, no comparten una misma visión sobre como deben tratarse los temas de la agroindustria.
Golpeado por el escándalo en la inauguración oficial de La Rural, cuando por orden directa del presidente Kirchner tuvo que dejar el palco luego del opositor discurso de Luciano Miguens, Urquiza soportó en las últimas semanas el desembarco en su área de Moreno, que ahora controla directamente al ONCCA, el organismo a cargo del reparto de los subsidios a empresas y productores del campo, resorte que en lo formal pertenece a la órbita de la Secretaría de Agricultura.
Además, el secretario de Agricultura, que en los últimos tiempos había logrado acercar algunas posiciones con el campo, tuvo otra mala noticia esta semana: la venta del frigorífico modelo Quickfood a manos brasileñas, sumando así un nuevo jalón en la extranjerización de este sector clave de la economía argentina.
Las diferencias de Moreno también quedaron en evidencia a través de un editorial de hoy de La Nación en el que se rebela que este funcionario estría impulsando la creación de una suerte de Iapi, para regular el comercio exterior del agro, una medida que no comparte en absoluto la Secretaría de Agricultura.
Ni siquiera el tema del precio de la papa puedo manejar Urquiza, ya que el presidente Kirchner optó por resolverlo directamente con moreno, un funcionario polémico y denunciado, que pese a los reparos del cristinismo, concentra paradójicamente cada vez más poder.
Está claro que ambos funcionarios -que supieron tener de jefe común al ministro Julio de Vido, hasta que Urquiza se pasó al sector del jefe de Gabinete Alberto Fernández-, no comparten una misma visión sobre como deben tratarse los temas de la agroindustria.
Golpeado por el escándalo en la inauguración oficial de La Rural, cuando por orden directa del presidente Kirchner tuvo que dejar el palco luego del opositor discurso de Luciano Miguens, Urquiza soportó en las últimas semanas el desembarco en su área de Moreno, que ahora controla directamente al ONCCA, el organismo a cargo del reparto de los subsidios a empresas y productores del campo, resorte que en lo formal pertenece a la órbita de la Secretaría de Agricultura.
Además, el secretario de Agricultura, que en los últimos tiempos había logrado acercar algunas posiciones con el campo, tuvo otra mala noticia esta semana: la venta del frigorífico modelo Quickfood a manos brasileñas, sumando así un nuevo jalón en la extranjerización de este sector clave de la economía argentina.
Las diferencias de Moreno también quedaron en evidencia a través de un editorial de hoy de La Nación en el que se rebela que este funcionario estría impulsando la creación de una suerte de Iapi, para regular el comercio exterior del agro, una medida que no comparte en absoluto la Secretaría de Agricultura.
Ni siquiera el tema del precio de la papa puedo manejar Urquiza, ya que el presidente Kirchner optó por resolverlo directamente con moreno, un funcionario polémico y denunciado, que pese a los reparos del cristinismo, concentra paradójicamente cada vez más poder.
Sin embargo, desde el despacho del patagónico Urquiza remarcaron que hoy por la mñana el secretario tuvo un encuentro muy cordial con el presidente Kirchner, y descartaron las versiones de renuncia. (PUNTO CERO-La Política OnLine).
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