BUENOS AIRES, Setiembre 17, (PUNTO CERO-Comunas del País) En la recta final del camino hacia los comicios del 28 de octubre las listas se han cerrado, los candidato empiezan sus campañas oficiales de promesas y las encuestadoras facturan sin cesar cambiando publicidad por honorarios vastos.
Hay de todo en la viña del señor pero ya algunos medidores del pensamiento de la masa votante, han entregado prestigio por moneda y su resultado fue el esperado: la incredulidad de la opinión pública.
Hace unos meses Misiones con el cura Piña fue una clara demostración de lo dicho en el párrafo anterior. Tierra del Fuego, Santa Fe y en especial Córdoba subrayan lo ocurrido en coloradas tierras.
Escuchar a Marcelo Bonelli decir por el cable que la votación en Córdoba “será solo un trámite y ganará el oficialismo por 15 puntos”, resultó patético. Más aún cuando Luis Juez se lo facturó en la cara.
Hacerle creer a Bielsa que ganaría en Santa Fe por 8 a 10 puntos terminó como debía ser, con la derrota del hermano del loco y la lógica renuncia a su banca de diputados.
Ver con asombro que aspirantes menores como Alberto Fernández de Rosa en Escobar casi no mide con su candidatura a intendente pero en la encuesta que encargó y pagó, él va puntero con 40 puntos. Es un bochorno.
Que el ex ingeniero Blumberg llegó según Rouvier y asociados a 15 puntos cuando los principales partidos de derecha lo dejaron afuera por su desprestigio y su escasa medición también resulta escandaloso. Cabe recordar que Rouvier otorgó un empate técnico entre Macri- Filmus el 4 de abril de este año cuando dio declaraciones a Radio Rivadavia y a la agencia Impulso Baires.
Los medidores oficiales clavaron 41 puntos a Cristina Fernández. Han pasado sucesivos escándalos y la medición ni sube ni baja. El presidente cerró sus listas con los intendentes, la “antigua mafia del GBA” según sus laderos, porque en realidad los números están bajando y precisa del aparato.
Y si se sigue con más encuestas de opinión podemos hacer un show. Vale la anécdota. Por Comunas TV pasaron cinco candidatos de cinco partidos diferentes y cuando se le preguntaba sobre las mediciones sumaban en total los cinco 120 por ciento. Evidentemente alguno o los cinco mentían.
Lo concreto es que la encuesta hoy se utiliza como elemento de publicidad y en la propaganda vale mentir. Una vez instalada la mentira tal cual pasó en Córdoba no es difícil defraudar a los ciudadanos. Porque aunque el ganador sea Schiarretti quien se impuso fue Luis Juez.
FRAUDE
El robo de urnas no es la primera vez que acontece en la Argentina, siempre ocurrió. La diferencia con respecto a Córdoba, es que nunca fue tan burdo. Novecientas mesas en la provincia mediterránea dan voto cero a Luis Juez. Quiere decir esto que hasta la lista de Juez votó en contra. Imposible de creer y solamente por ese hecho se debía haber realizado de nuevo los comicios. Otra señal la da el candidato radical Mario Negri con su silencio y finalmente la tardanza y la caída del sistema demuestran que la sospecha en las últimas elecciones es la última moda.
¿Se repetirá el hecho el 28 de octubre?. No sabemos, lo que si es cierto es que aquellos partidos que no cuenten con los fiscales necesarios para cuidar las urnas sembrarán la desconfianza en el acto comicial.
Hay de todo en la viña del señor pero ya algunos medidores del pensamiento de la masa votante, han entregado prestigio por moneda y su resultado fue el esperado: la incredulidad de la opinión pública.
Hace unos meses Misiones con el cura Piña fue una clara demostración de lo dicho en el párrafo anterior. Tierra del Fuego, Santa Fe y en especial Córdoba subrayan lo ocurrido en coloradas tierras.
Escuchar a Marcelo Bonelli decir por el cable que la votación en Córdoba “será solo un trámite y ganará el oficialismo por 15 puntos”, resultó patético. Más aún cuando Luis Juez se lo facturó en la cara.
Hacerle creer a Bielsa que ganaría en Santa Fe por 8 a 10 puntos terminó como debía ser, con la derrota del hermano del loco y la lógica renuncia a su banca de diputados.
Ver con asombro que aspirantes menores como Alberto Fernández de Rosa en Escobar casi no mide con su candidatura a intendente pero en la encuesta que encargó y pagó, él va puntero con 40 puntos. Es un bochorno.
Que el ex ingeniero Blumberg llegó según Rouvier y asociados a 15 puntos cuando los principales partidos de derecha lo dejaron afuera por su desprestigio y su escasa medición también resulta escandaloso. Cabe recordar que Rouvier otorgó un empate técnico entre Macri- Filmus el 4 de abril de este año cuando dio declaraciones a Radio Rivadavia y a la agencia Impulso Baires.
Los medidores oficiales clavaron 41 puntos a Cristina Fernández. Han pasado sucesivos escándalos y la medición ni sube ni baja. El presidente cerró sus listas con los intendentes, la “antigua mafia del GBA” según sus laderos, porque en realidad los números están bajando y precisa del aparato.
Y si se sigue con más encuestas de opinión podemos hacer un show. Vale la anécdota. Por Comunas TV pasaron cinco candidatos de cinco partidos diferentes y cuando se le preguntaba sobre las mediciones sumaban en total los cinco 120 por ciento. Evidentemente alguno o los cinco mentían.
Lo concreto es que la encuesta hoy se utiliza como elemento de publicidad y en la propaganda vale mentir. Una vez instalada la mentira tal cual pasó en Córdoba no es difícil defraudar a los ciudadanos. Porque aunque el ganador sea Schiarretti quien se impuso fue Luis Juez.
FRAUDE
El robo de urnas no es la primera vez que acontece en la Argentina, siempre ocurrió. La diferencia con respecto a Córdoba, es que nunca fue tan burdo. Novecientas mesas en la provincia mediterránea dan voto cero a Luis Juez. Quiere decir esto que hasta la lista de Juez votó en contra. Imposible de creer y solamente por ese hecho se debía haber realizado de nuevo los comicios. Otra señal la da el candidato radical Mario Negri con su silencio y finalmente la tardanza y la caída del sistema demuestran que la sospecha en las últimas elecciones es la última moda.
¿Se repetirá el hecho el 28 de octubre?. No sabemos, lo que si es cierto es que aquellos partidos que no cuenten con los fiscales necesarios para cuidar las urnas sembrarán la desconfianza en el acto comicial.
Hoy se ha instalado en la opinión pública que Cristina Fernández gana en primera vuelta y por el 41 por ciento. Es probable que triunfe debido a la fragmentación de la oposición y a la ayuda de aquellos partidos con discurso opositor pero funcional al gobierno. Pero lo que sí está en duda es la cantidad de votos, los porcentajes, las bocas de urnas, las encuestadoras y el final feliz. Todo gracias a Córdoba. (PUNTO CERO-Comunas del País).
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