BUENOS AIRES, Noviembre 20, (PUNTO CERO-Comunas del País) Seguramente cuando la nota salga al aire se habrá producido otro hecho más de violencia con lo cuál el porcentaje real seguirá aumentando. También habrá otra familia destrozada y el movilero de turno haciendo el clásico interrogatorio a la viuda/o. Y aquí nos detenemos. Se presta atención en las sucesivas notas a las víctimas. Si no lo hace comience a hacerlo.
La primera pregunta siempre es sobre la personalidad del fallecido, tras cartón comienzan las dudas sobre la víctima. “¿Este hecho no le parece raro?, ¿No cree que fue un ajuste de cuentas?, ¿No resulta extraña esta muerte? Tapan el pensamiento real que nos inundó los últimos treinta años: en algo raro andaba, o si lo mataron por algo, o también si salía de noche, o fijate en que barrio iba, etc, etc. La idea final es investigar a la víctima. Nunca el primer pensamiento parte de echarle la culpable al delincuente.
Para ser más gráfico. Mataron a María Soledad y se pudo escuchar a más de un “colega”, decir: claro “pero andaba en la noche”.
No dejaron rastros de José Luis Cabezas y se preguntó siempre si realmente vio algo inconveniente o que hacía un fotógrafo free-lance en la noche de Pinamar o la clásica: si le pasó, por algo es.
Estos casos emblemáticos -más los cotidianos que propalan los medios - muestran el pensamiento real argentino que tiene la complicidad de inexpertos periodistas en algunos casos o la complacencia de empresas televisivas que ocultan el verdadero problema: la liberalización de las zonas por parte de las fuerzas de seguridad.
La primera pregunta siempre es sobre la personalidad del fallecido, tras cartón comienzan las dudas sobre la víctima. “¿Este hecho no le parece raro?, ¿No cree que fue un ajuste de cuentas?, ¿No resulta extraña esta muerte? Tapan el pensamiento real que nos inundó los últimos treinta años: en algo raro andaba, o si lo mataron por algo, o también si salía de noche, o fijate en que barrio iba, etc, etc. La idea final es investigar a la víctima. Nunca el primer pensamiento parte de echarle la culpable al delincuente.
Para ser más gráfico. Mataron a María Soledad y se pudo escuchar a más de un “colega”, decir: claro “pero andaba en la noche”.
No dejaron rastros de José Luis Cabezas y se preguntó siempre si realmente vio algo inconveniente o que hacía un fotógrafo free-lance en la noche de Pinamar o la clásica: si le pasó, por algo es.
Estos casos emblemáticos -más los cotidianos que propalan los medios - muestran el pensamiento real argentino que tiene la complicidad de inexpertos periodistas en algunos casos o la complacencia de empresas televisivas que ocultan el verdadero problema: la liberalización de las zonas por parte de las fuerzas de seguridad.
Así las cosas, nos espera un agudo crecimiento en la inseguridad y en la falta de solidaridad. Hoy los dirigentes electos ocupan su tiempo en negociar con los medios para ocultar el tema, desde aquí haremos exactamente lo contrario. (PUNTO CERO-Comunas del País).
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