PERGAMINO, Abril 24, (PUNTO CERO-La Opinión) El conflicto agropecuario que duró más de veinte días se hace sentir con fuerza en la región. Los comercios de diferentes rubros muestran un descenso preocupante en sus ventas y hay incertidumbre por lo que pueda pasar en el futuro inmediato. Todos coinciden en la importancia del agro para la economía local.
El extenso paro agropecuario que se sintió con fuerza en la región durante gran parte del pasado mes de marzo, en la actualidad es gravitante para diferentes puntos de la economía que no encuentra la rentabilidad esperada a principios de 2008, según explicaron varios comerciantes de Pergamino al ser consultados por el Diario en la tarde de ayer. Además de provocar desabastecimiento durante sus tres semanas de duración, cortó la cadena productiva en el sector alimentario y también en la venta de las herramientas que emplean los productores rurales en este sector de la provincia de Buenos Aires.
Alimentos en baja
“Nuestra realidad es similar en todos los negocios dedicados a la venta de carne; no encontramos respuestas cuando buscamos que clarifiquen el panorama para los próximos días”, reconoció el propietario de una reconocida carnicería de la zona céntrica. “Si bien tenemos mercadería en las cámaras, no sabemos que pasará mañana cuando llegue el camión del frigorífico, la incertidumbre es total y preocupa porque vivimos de esto”, agregó este hombre mientras su empleado atendía a una ama de casa que asentía al escuchar al comerciante.
En el marco de la recorrida que hizo LA OPINION, el encargado de una firma mayorista de productos de almacén no dudó en manifestar que “la situación es grave; las empresas no entregan aceites ni tampoco hay otros elementos de la canasta básica pero en los negocios las ventas cayeron y esto se nota con solo recorrerlos a ciertas horas del día; no hay expectativas de que mejore y los dueños de los locales que nos compran a nosotros están preocupados porque el ingreso diario cayó hasta un 25 por ciento”, explicó Jorge Díaz al cronista.
Por su parte, uno de los gerentes comerciales de una cadena importante de supermercados instalada en la ciudad remarcó que “el vecino viene, observa las góndolas y lleva lo necesario; por ahora no se hacen las grandes compras que se venían desarrollando a principios de año”.
A tres semanas del paro agrario, las ventas minoristas también registraron modificaciones, principalmente subas en los precios en supermercados. En los almacenes de barrio, “la situación también es muy compleja por la suba de precios en café, harinas y cereales; la gente de más poder adquisitivo acumuló alimentos y artículos de limpieza; y por la falta de mercadería, nuestros proveedores nos venden con cupos”, se quejó Rafael Quevedo, titular de un almacén en la zona sur de la ciudad.
Elementos agrícolas
Uno de los sectores que más complicado está es el relacionado con la comercialización de maquinarias agrícolas; “todos estamos en la misma línea, hay una retracción de las ventas que, según el rubro, supera el 30 por ciento”, reconoció una de las fuentes consultadas por el Diario.
“Existe una suspensión de las órdenes de compra, que habían sido gestionadas por los productores de la región antes del paro rural, esto va a perjudicar a las localidades cuyas economías están ligadas al campo y sabemos que hay colegas de otras ciudades vecinas que están pensando en suspender horas extras de sus empleados”, destacó el dueño de una importante firma de Pergamino.
Los comercios vinculados indirectamente a la actividad del campo, como ferreterías, ventas de artículos de electricidad y de la construcción, entre otros, también sintieron el impacto de las medidas de fuerza de los productores y vieron recortadas “sus ventas en alrededor de un 35 por ciento”, explicó ayer José Luis García Cano, propietario de “Bulonera García Cano”. Además manifestó que “no es el mismo movimiento que tuvimos en febrero y se siente; cada uno de los proveedores comenta que la situación es idéntica en la región y se complicó muchísimo el cumplimiento en la cadena de pagos”, señaló el joven empresario.
Otros rubros
La venta de automóviles nuevos y usados es uno de los puntos fundamentales de la economía de Pergamino; las agencias son las más importantes de la zona norte de la provincia de Buenos Aires y eso lo demuestran los índices registrados en los últimos meses. Según fuentes consultadas por LA OPINION, “muchos negocios siguen firmes a pesar del paro agropecuario pero no se puede negar que hay inconvenientes con la gente del campo que tenía pensado cambiar su camioneta o comprar un auto nuevo”, le confió al Diario uno de los responsables de una firma que prefirió no decir su nombre. “Las operaciones se mantienen pero no es lo mismo que a principios de 2008, hay que ser realistas sobre este tema tan serio que nos toca atravesar”, añadió.
Pero en general Pergamino está sintiendo la recesión; los negocios del Centro reflejan una tendencia en común más allá de la mercadería que vendan. Las tiendas, zapaterías y casas de electrodomésticos son un fiel reflejo del presente zonal; más allá de los créditos que se ofrecen la gente decidió frenarse porque “es incierto el futuro inmediato”, le manifestó el encargado de un local de indumentaria y, en la misma línea, el dueño de una moderna zapatería ubicada en la Peatonal no dudó en explicar que “ a cierta hora del día estamos solos con los empleados, se siente una especie de parate y nadie duda que el campo genera el movimiento en la ciudad”. Hasta los gastronómicos se quejan por el descenso en la cantidad de clientes que llegan a los bares y restaurantes.
El extenso paro agropecuario que se sintió con fuerza en la región durante gran parte del pasado mes de marzo, en la actualidad es gravitante para diferentes puntos de la economía que no encuentra la rentabilidad esperada a principios de 2008, según explicaron varios comerciantes de Pergamino al ser consultados por el Diario en la tarde de ayer. Además de provocar desabastecimiento durante sus tres semanas de duración, cortó la cadena productiva en el sector alimentario y también en la venta de las herramientas que emplean los productores rurales en este sector de la provincia de Buenos Aires.
Alimentos en baja
“Nuestra realidad es similar en todos los negocios dedicados a la venta de carne; no encontramos respuestas cuando buscamos que clarifiquen el panorama para los próximos días”, reconoció el propietario de una reconocida carnicería de la zona céntrica. “Si bien tenemos mercadería en las cámaras, no sabemos que pasará mañana cuando llegue el camión del frigorífico, la incertidumbre es total y preocupa porque vivimos de esto”, agregó este hombre mientras su empleado atendía a una ama de casa que asentía al escuchar al comerciante.
En el marco de la recorrida que hizo LA OPINION, el encargado de una firma mayorista de productos de almacén no dudó en manifestar que “la situación es grave; las empresas no entregan aceites ni tampoco hay otros elementos de la canasta básica pero en los negocios las ventas cayeron y esto se nota con solo recorrerlos a ciertas horas del día; no hay expectativas de que mejore y los dueños de los locales que nos compran a nosotros están preocupados porque el ingreso diario cayó hasta un 25 por ciento”, explicó Jorge Díaz al cronista.
Por su parte, uno de los gerentes comerciales de una cadena importante de supermercados instalada en la ciudad remarcó que “el vecino viene, observa las góndolas y lleva lo necesario; por ahora no se hacen las grandes compras que se venían desarrollando a principios de año”.
A tres semanas del paro agrario, las ventas minoristas también registraron modificaciones, principalmente subas en los precios en supermercados. En los almacenes de barrio, “la situación también es muy compleja por la suba de precios en café, harinas y cereales; la gente de más poder adquisitivo acumuló alimentos y artículos de limpieza; y por la falta de mercadería, nuestros proveedores nos venden con cupos”, se quejó Rafael Quevedo, titular de un almacén en la zona sur de la ciudad.
Elementos agrícolas
Uno de los sectores que más complicado está es el relacionado con la comercialización de maquinarias agrícolas; “todos estamos en la misma línea, hay una retracción de las ventas que, según el rubro, supera el 30 por ciento”, reconoció una de las fuentes consultadas por el Diario.
“Existe una suspensión de las órdenes de compra, que habían sido gestionadas por los productores de la región antes del paro rural, esto va a perjudicar a las localidades cuyas economías están ligadas al campo y sabemos que hay colegas de otras ciudades vecinas que están pensando en suspender horas extras de sus empleados”, destacó el dueño de una importante firma de Pergamino.
Los comercios vinculados indirectamente a la actividad del campo, como ferreterías, ventas de artículos de electricidad y de la construcción, entre otros, también sintieron el impacto de las medidas de fuerza de los productores y vieron recortadas “sus ventas en alrededor de un 35 por ciento”, explicó ayer José Luis García Cano, propietario de “Bulonera García Cano”. Además manifestó que “no es el mismo movimiento que tuvimos en febrero y se siente; cada uno de los proveedores comenta que la situación es idéntica en la región y se complicó muchísimo el cumplimiento en la cadena de pagos”, señaló el joven empresario.
Otros rubros
La venta de automóviles nuevos y usados es uno de los puntos fundamentales de la economía de Pergamino; las agencias son las más importantes de la zona norte de la provincia de Buenos Aires y eso lo demuestran los índices registrados en los últimos meses. Según fuentes consultadas por LA OPINION, “muchos negocios siguen firmes a pesar del paro agropecuario pero no se puede negar que hay inconvenientes con la gente del campo que tenía pensado cambiar su camioneta o comprar un auto nuevo”, le confió al Diario uno de los responsables de una firma que prefirió no decir su nombre. “Las operaciones se mantienen pero no es lo mismo que a principios de 2008, hay que ser realistas sobre este tema tan serio que nos toca atravesar”, añadió.
Pero en general Pergamino está sintiendo la recesión; los negocios del Centro reflejan una tendencia en común más allá de la mercadería que vendan. Las tiendas, zapaterías y casas de electrodomésticos son un fiel reflejo del presente zonal; más allá de los créditos que se ofrecen la gente decidió frenarse porque “es incierto el futuro inmediato”, le manifestó el encargado de un local de indumentaria y, en la misma línea, el dueño de una moderna zapatería ubicada en la Peatonal no dudó en explicar que “ a cierta hora del día estamos solos con los empleados, se siente una especie de parate y nadie duda que el campo genera el movimiento en la ciudad”. Hasta los gastronómicos se quejan por el descenso en la cantidad de clientes que llegan a los bares y restaurantes.
“Los fines de semana no teníamos lugar, las reservas estaban superadas los viernes y ahora tranquilamente atendemos los sábados sin tener que pedir una mesa con anticipación”, remarcó Ariel, el encargado de una parrilla. (PUNTO CERO-La Opinión).
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