BUENOS AIRES, Mayo 21, (PUNTO CERO) Siguió la ruta de un pedido realizado el 23 de enero en el 0-800-999-5959 para la apertura de una calle en City Bell. El mismo no sólo fue mal agendado, sino que hasta la fecha ni siquiera fue girado a la Delegación de ese barrio. Casos como éste son recurrentes: no existen una red ni un mecanismo efectivo de comunicación.
“¿Para qué sirve el 0-800, si me dicen que tengo que llamar a la Delegación comunal?”, reflexionó un contribuyente que se comunicó con la Línea Directa de Atención al Vecino que tiene el Municipio platense.
Este mecanismo hace agua por todos lados. El mismo no está conectado a través de una red digital con ninguna de las delegaciones comunales, y los reclamos generalmente se archivan o se giran con marcada demora en carpetas a la vieja usanza. O por teléfono. Así lo confirmaron a Hoy distintos delegados comunales.
Para comprobar dicha situación, este medio siguió la ruta de un reclamo realizado en el 0-800-999-5959 el 23 de enero último, con el número 84.328. Tres meses más tarde, el mismo ni siquiera había sido comunicado a la Delegación comunal. Es más, había sido mal agendado.
Concretamente, pedía la apertura de una calle en City Bell y el entubamiento de un ducto con considerables dimensiones que desemboca en el Arroyo Rodríguez. Fue archivado como “pedido de zanjeo”. En la primera oportunidad, el hombre que atendió en el 0-800, quien dijo ser “el secretario del director”, ni siquiera tenía claro dónde quedaba este barrio. Mucho menos el arroyo en cuestión. Es cierto: todavía no había saltado a la fama mediática por la trágica inundación del 28 de febrero.
Tres meses más tarde, el mismo vecino llamó para reclamar, porque la calle (27 entre el citado arroyo y 478) sigue cerrada, repleta de basura y el ducto es un peligro real para los chicos que juegan en el barrio. Además, constituye un verdadero foco infeccioso.
La respuesta fue la misma: “Tiene que llamar a la delegación comunal”. El reclamo sí constaba en el archivo electrónico del 0-800, pero nunca había salido de ahí. El problema es de vieja data: en los últimos meses de la gestión Alak este número de atención al vecino ni siquiera funcionaba.
Ya en la Delegación de City Bell, se le otorgó al vecino otro número de reclamo: el 1.045. “Son todas las personas que llamaron en los últimos meses por algún problema, por lo tanto tendrá que esperar”, dijo el empleado. “Encima, las máquinas están rotas”, fue aún más pesimista el hombre, del otro lado del teléfono.
El contribuyente pidió hablar con el delegado, quien llamativamente atendió en un parpadeo. Paulo Poggio es el funcionario en cuestión. Fue sincero y amable. “Es mejor llamar acá que al 0-800, porque tardan mucho en darnos los reclamos. Ahora no tenemos la motoniveladora. Se fundió. Ya está en la rectificadora, esperemos que en los próximos días esté lista para trabajar. Pero dependemos del mecánico”. Poggio se comprometió a solucionar el problema no bien cuente con el vital instrumento.
La Línea Directa de Atención al Vecino depende de la secretaría privada del municipio, a cargo de Luis Mamone. Este funcionario ya está esmerilado al malhumor social: fue durante la gestión Solá uno de los encargados de ABSA (Aguas Bonaerenses), una de las concesionarias más cuestionadas.
“¿Para qué sirve el 0-800, si me dicen que tengo que llamar a la Delegación comunal?”, reflexionó un contribuyente que se comunicó con la Línea Directa de Atención al Vecino que tiene el Municipio platense.
Este mecanismo hace agua por todos lados. El mismo no está conectado a través de una red digital con ninguna de las delegaciones comunales, y los reclamos generalmente se archivan o se giran con marcada demora en carpetas a la vieja usanza. O por teléfono. Así lo confirmaron a Hoy distintos delegados comunales.
Para comprobar dicha situación, este medio siguió la ruta de un reclamo realizado en el 0-800-999-5959 el 23 de enero último, con el número 84.328. Tres meses más tarde, el mismo ni siquiera había sido comunicado a la Delegación comunal. Es más, había sido mal agendado.
Concretamente, pedía la apertura de una calle en City Bell y el entubamiento de un ducto con considerables dimensiones que desemboca en el Arroyo Rodríguez. Fue archivado como “pedido de zanjeo”. En la primera oportunidad, el hombre que atendió en el 0-800, quien dijo ser “el secretario del director”, ni siquiera tenía claro dónde quedaba este barrio. Mucho menos el arroyo en cuestión. Es cierto: todavía no había saltado a la fama mediática por la trágica inundación del 28 de febrero.
Tres meses más tarde, el mismo vecino llamó para reclamar, porque la calle (27 entre el citado arroyo y 478) sigue cerrada, repleta de basura y el ducto es un peligro real para los chicos que juegan en el barrio. Además, constituye un verdadero foco infeccioso.
La respuesta fue la misma: “Tiene que llamar a la delegación comunal”. El reclamo sí constaba en el archivo electrónico del 0-800, pero nunca había salido de ahí. El problema es de vieja data: en los últimos meses de la gestión Alak este número de atención al vecino ni siquiera funcionaba.
Ya en la Delegación de City Bell, se le otorgó al vecino otro número de reclamo: el 1.045. “Son todas las personas que llamaron en los últimos meses por algún problema, por lo tanto tendrá que esperar”, dijo el empleado. “Encima, las máquinas están rotas”, fue aún más pesimista el hombre, del otro lado del teléfono.
El contribuyente pidió hablar con el delegado, quien llamativamente atendió en un parpadeo. Paulo Poggio es el funcionario en cuestión. Fue sincero y amable. “Es mejor llamar acá que al 0-800, porque tardan mucho en darnos los reclamos. Ahora no tenemos la motoniveladora. Se fundió. Ya está en la rectificadora, esperemos que en los próximos días esté lista para trabajar. Pero dependemos del mecánico”. Poggio se comprometió a solucionar el problema no bien cuente con el vital instrumento.
La Línea Directa de Atención al Vecino depende de la secretaría privada del municipio, a cargo de Luis Mamone. Este funcionario ya está esmerilado al malhumor social: fue durante la gestión Solá uno de los encargados de ABSA (Aguas Bonaerenses), una de las concesionarias más cuestionadas.
Quizás por eso le dieron el cargo. Mamone desembarcó en el gabinete del intendente Bruera de la mano del consultor Jorge Giacobbe, quien colocó a parte de su troupe en esa dependencia. Fue uno de los lugares donde más cesantías se produjeron en los primeras semanas de gobierno. Conclusión: si pretende realizar algún reclamo vecinal, es más fácil llamar a la delegación comunal que perder el tiempo en este 0-800. Eso sí, tampoco existe reaseguro de solución inmediata. (PUNTO CERO).
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