(La Polítca OnLine). La propiedad de 800 metros cubiertos con parque, pileta de natación y bodega, cuenta con siete habitaciones, quincho y garage para cuatro autos. Está ubicada en la zona residencial top de Adrogué conocida como el “San Isidro del Sur”. La vivienda habría sido adquirida el pasado 21 de mayo aunque la operación recién trascendió luego de las elecciones del 28 de junio. En el oficialismo hay extrema preocupación por la posible mudanza del intendente de Almirante Brown.
Medio millón de dólares estadounidenses, casi dos millones de pesos argentinos, es el valor que habría pagado por una vivienda de 800 metros cubiertos en la zona residencial top de la ciudad de Adrogué, Rubén Darío Giustozzi, intendente de Almirante Brown, en una operación que, según versiones del mercado inmobiliario, concretó un mes antes de las elecciones del 28 de junio que comenzó a trascender días después de esa fecha.
El valor abonado por la vivienda permitiría inferir también la realización de un verdadero negocio pues por el lugar donde se ubica, la cotización por metro cuadrado es de 1.000 dólares. Es decir que su valor nominal estaría alrededor de 800.000 unidades de la moneda estadounidense.
La propiedad está ubicada a tres cuadras del centro comercial de Adrogué en Ferrari 549. Construida en ladrillos a la vista, cuenta con garaje para cuatro autos dotado de un portón automatizado y un ingreso a un gran corredor con jardín de invierno por el que se accede a un amplio living con hogar a leña, comedor, comedor diario y cocina con isla.
Entre las comodidades de la casa, se destacan las siete habitaciones e igual número de baños, garage para cuatro autos con portón de cierre automático, cocina con isla, un amplio living con hogar a leña, un extenso parque con riego por aspersión, quincho y pileta de natación.
También está equipada con play room, bodega, escritorio y dormitorio de huéspedes. Las dependencias de la planta baja se prolongan hacia las del primer piso: tres dormitorios en suite con vestidor y equipos de aire acondicionado. Por una escalera se llega al segundo con un cuarto de blanco. El área de servicios cuenta con tres dependencias y lavadero, mientras que en el gran parque se ubican el quincho y la pileta de natación.
La noticia, confirmada por agentes de bienes raíces que solicitaron reserva de identidad, llega a la mitad del mandato de Giustozzi como Intendente y es motivo de honda preocupación en su equipo de gobierno, temeroso que su difusión dañe la aceptación de la que todavía goza la gestión del gobierno municipal.
Con los arándanos no alcanza.
Esa inquietud se extiende también a otro terreno, pues algunos de sus miembros especulan que el jefe comunal no tendría forma de justificar este incremento patrimonial. Ni siquiera con la actividad agropecuaria que desarrolla en la localidad de San Pedro, con una plantación dedicada al cultivo de arándanos.
La adquisición del inmueble completa una trilogía de acontecimientos controvertidos que tienen a Giustozzi como eje. Saga que arrancó con la brumosa contratación de un helicóptero para tareas de seguridad y prosiguió con la compra en 120.000 pesos de un auto blindado por parte del Municipio y que de inmediato quedó afectado como vehículo oficial del Intendente Municipal.
Según las mismas fuentes inmobiliarias, la participación de “un amigo muy allegado” en la compra de la casa habría obedecido a una medida precautoria de Giustozzi pero de relativo efecto. Esa persona ya habría realizado otras inversiones de ese tipo en la zona. Consultadas, las fuentes se excusaron de dar más detalles.
Pese al cartel que indica que se encuentra en alquiler, desde el propio oficialismo indicaron que la presencia del cartel que promociona la renta de la casa es “para la gilada”: una cubierta o fachada, tras el vano intento de atenuar el “ruido” que viene rodeándola.
La vivienda protegida al frente por un amplio y alto muro, sería en estos días objeto de refacciones que se vienen cumpliendo a buen ritmo a juzgar por la permanente entrada y salida de personas. Lo que permite inferir que sería inminente su ocupación y haría realidad el peor de lo escenarios previstos por colaboradores del funcionario.
Esto es que el intendente se mude en medio del debate por la ampliación presupuestaria de nueve millones de pesos que solicitó al Concejo Deliberante esta semana para cubrir los gastos hasta fin de año y en medio de la tensa relación con el personal de planta que, en lo que va del 2009, no obtuvo ningún tipo de reajuste salarial.
Ajeno, según parece, a estas cavilaciones, según las fuentes consultadas Giustozzi estaría enfocado en la búsqueda de recursos humanos pero no para reforzar su equipo de gobierno al cumplirse la mitad de su mandato. El Intendente estaría abocado a la búsqueda de personal calificado para cumplir tareas de mayordomía. Un servicio que requeriría para habitar su futura nuevo hogar.
Medio millón de dólares estadounidenses, casi dos millones de pesos argentinos, es el valor que habría pagado por una vivienda de 800 metros cubiertos en la zona residencial top de la ciudad de Adrogué, Rubén Darío Giustozzi, intendente de Almirante Brown, en una operación que, según versiones del mercado inmobiliario, concretó un mes antes de las elecciones del 28 de junio que comenzó a trascender días después de esa fecha.
El valor abonado por la vivienda permitiría inferir también la realización de un verdadero negocio pues por el lugar donde se ubica, la cotización por metro cuadrado es de 1.000 dólares. Es decir que su valor nominal estaría alrededor de 800.000 unidades de la moneda estadounidense.
La propiedad está ubicada a tres cuadras del centro comercial de Adrogué en Ferrari 549. Construida en ladrillos a la vista, cuenta con garaje para cuatro autos dotado de un portón automatizado y un ingreso a un gran corredor con jardín de invierno por el que se accede a un amplio living con hogar a leña, comedor, comedor diario y cocina con isla.
Entre las comodidades de la casa, se destacan las siete habitaciones e igual número de baños, garage para cuatro autos con portón de cierre automático, cocina con isla, un amplio living con hogar a leña, un extenso parque con riego por aspersión, quincho y pileta de natación.
También está equipada con play room, bodega, escritorio y dormitorio de huéspedes. Las dependencias de la planta baja se prolongan hacia las del primer piso: tres dormitorios en suite con vestidor y equipos de aire acondicionado. Por una escalera se llega al segundo con un cuarto de blanco. El área de servicios cuenta con tres dependencias y lavadero, mientras que en el gran parque se ubican el quincho y la pileta de natación.
La noticia, confirmada por agentes de bienes raíces que solicitaron reserva de identidad, llega a la mitad del mandato de Giustozzi como Intendente y es motivo de honda preocupación en su equipo de gobierno, temeroso que su difusión dañe la aceptación de la que todavía goza la gestión del gobierno municipal.
Con los arándanos no alcanza.
Esa inquietud se extiende también a otro terreno, pues algunos de sus miembros especulan que el jefe comunal no tendría forma de justificar este incremento patrimonial. Ni siquiera con la actividad agropecuaria que desarrolla en la localidad de San Pedro, con una plantación dedicada al cultivo de arándanos.
La adquisición del inmueble completa una trilogía de acontecimientos controvertidos que tienen a Giustozzi como eje. Saga que arrancó con la brumosa contratación de un helicóptero para tareas de seguridad y prosiguió con la compra en 120.000 pesos de un auto blindado por parte del Municipio y que de inmediato quedó afectado como vehículo oficial del Intendente Municipal.
Según las mismas fuentes inmobiliarias, la participación de “un amigo muy allegado” en la compra de la casa habría obedecido a una medida precautoria de Giustozzi pero de relativo efecto. Esa persona ya habría realizado otras inversiones de ese tipo en la zona. Consultadas, las fuentes se excusaron de dar más detalles.
Pese al cartel que indica que se encuentra en alquiler, desde el propio oficialismo indicaron que la presencia del cartel que promociona la renta de la casa es “para la gilada”: una cubierta o fachada, tras el vano intento de atenuar el “ruido” que viene rodeándola.
La vivienda protegida al frente por un amplio y alto muro, sería en estos días objeto de refacciones que se vienen cumpliendo a buen ritmo a juzgar por la permanente entrada y salida de personas. Lo que permite inferir que sería inminente su ocupación y haría realidad el peor de lo escenarios previstos por colaboradores del funcionario.
Esto es que el intendente se mude en medio del debate por la ampliación presupuestaria de nueve millones de pesos que solicitó al Concejo Deliberante esta semana para cubrir los gastos hasta fin de año y en medio de la tensa relación con el personal de planta que, en lo que va del 2009, no obtuvo ningún tipo de reajuste salarial.
Ajeno, según parece, a estas cavilaciones, según las fuentes consultadas Giustozzi estaría enfocado en la búsqueda de recursos humanos pero no para reforzar su equipo de gobierno al cumplirse la mitad de su mandato. El Intendente estaría abocado a la búsqueda de personal calificado para cumplir tareas de mayordomía. Un servicio que requeriría para habitar su futura nuevo hogar.
Operación triunfo
La primera semana de julio circuló con intensidad el rumor según el cual Giustozzi había adquirido una casona en el casco céntrico de Adrogué. Una zona que para tentar a eventuales inversores, los agentes inmobiliarios suelen motejar como “el San Isidro del Sur.”
La especie halló eco en ámbitos relacionados a la actividad comercial y empresaria del distrito, donde repercutió de forma negativa. El rechazo fue rápidamente recogido por funcionarios del oficialismo que venían realizando un esfuerzo significativo por mantener relaciones cordiales con segmentos de la sociedad a la que definen como formadores de opinión.
Es el caso del jefe de Gabinete y notorio notario, Jorge Herrero Pons, ligado por su escribanía a la actividad de compra y venta de inmuebles. Herrero Pons cultiva una alianza política con el presidente del Concejo Deliberante, Mariano San Pedro, que fue uno de los primeros en enterarse del mal clima reinante en torno a la novedad.
La condensación del malestar obró como polea de transmisión al dominante en otros ámbitos, como el de l rubro inmobiliario, jaqueado por la depresión imperante sobre sus operaciones a raíz de la recesiva crisis económica. De allí el malestar ante una novedad que movilizó un clima de negocios literalmente inactivo.
Las miradas de los profesionales del sector se detuvieron en una inmobiliaria de Adrogué que habría concretado la venta el pasado 21 de mayo. Es la misma empresa que publicita con un cartel la disponibilidad de la vivienda para su alquiler. Probabilidad parcialmente confirmada mediante una consulta telefónica, que determinó en 6.000 pesos mensuales la cifra solicitada por tal arrendamiento, aunque bajo la inmediata aclaración que esa operación “está reservada.”
Resulta una curiosidad que sea la misma que al menos hasta el 12 de octubre era promocionada el portafolio de negocios de Ricardo Dreuer y Asociados de la avenida del Libertador 14.401, en la localidad de Martínez. Aunque bajo un rótulo destacado con la advertencia de “vendida” el pasado 21 de mayo. Las fuentes del sector inmobiliario aseguran que la operación imputada al Intendente se habría concretado en esa fecha.
Duro de justificar
Unas semanas atrás, Mariano San Pedro compartió compartió con grupo de allegados la inquietud que lo mantendría en vilo. “Se va a armar un quilombo bárbaro cuando el petiso la inaugure”, aseguró el concejal kirchnerista, en alusión al apodo que Giustozzi recoge en sus filas cuando no está presente.
Para el oficialismo, el Intendente no estaría en condiciones de explicar tal incremento patrimonial. Percibe una remuneración de casi 30.000 pesos mensuales. Suma que redondean los gastos de representación y los 16 sueldos mínimos sobre los que se calcula el salario por esas funciones, como lo establece el artículo 125 de la Ley de Municipios en los casos donde el Concejo Deliberante es conformado por 24 miembros.
Cuando sus haberes trascendieron a la prensa en los primeros días de enero del 2008 como secuela del cese de 60 trabajadores municipales que dispuso el último día hábil de diciembre y a poco menos de 20 de haber asumido, Giustozzi garabateó verbalmente el compromiso de donar una parte de ese dinero a instituciones de bien público. No existen constancias que haya llevado a la práctica aquella propuesta.
Tampoco creen que ayude la explotación de un cultivo de arándanos que posee en la localidad de San Pedro. Recuerdan incluso que luego de asumir como diputado provincial, el ahora jefe comunal debió solicitar un préstamo de 120.000 pesos a una entidad crediticia privada para comprar una malla anti granizo para proteger los frutos exóticos de tal inclemencia climática. Quienes aseguran conocerla, estiman que se trata de una propiedad pequeña de no más de 30 ó 40 hectáreas, en sintonía con el cultivo que lleva adelante y que no es de carácter intensivo.
San Pedro, el presidente del Concejo, habría visto renovada su inquietud con una derivación insólita. La búsqueda de una persona con experiencia en las tareas de mayordomía a la que se encuentra abocado Giustozzi para atender el mantenimiento de la que sería su futura nueva vivienda.
La primera semana de julio circuló con intensidad el rumor según el cual Giustozzi había adquirido una casona en el casco céntrico de Adrogué. Una zona que para tentar a eventuales inversores, los agentes inmobiliarios suelen motejar como “el San Isidro del Sur.”
La especie halló eco en ámbitos relacionados a la actividad comercial y empresaria del distrito, donde repercutió de forma negativa. El rechazo fue rápidamente recogido por funcionarios del oficialismo que venían realizando un esfuerzo significativo por mantener relaciones cordiales con segmentos de la sociedad a la que definen como formadores de opinión.
Es el caso del jefe de Gabinete y notorio notario, Jorge Herrero Pons, ligado por su escribanía a la actividad de compra y venta de inmuebles. Herrero Pons cultiva una alianza política con el presidente del Concejo Deliberante, Mariano San Pedro, que fue uno de los primeros en enterarse del mal clima reinante en torno a la novedad.
La condensación del malestar obró como polea de transmisión al dominante en otros ámbitos, como el de l rubro inmobiliario, jaqueado por la depresión imperante sobre sus operaciones a raíz de la recesiva crisis económica. De allí el malestar ante una novedad que movilizó un clima de negocios literalmente inactivo.
Las miradas de los profesionales del sector se detuvieron en una inmobiliaria de Adrogué que habría concretado la venta el pasado 21 de mayo. Es la misma empresa que publicita con un cartel la disponibilidad de la vivienda para su alquiler. Probabilidad parcialmente confirmada mediante una consulta telefónica, que determinó en 6.000 pesos mensuales la cifra solicitada por tal arrendamiento, aunque bajo la inmediata aclaración que esa operación “está reservada.”
Resulta una curiosidad que sea la misma que al menos hasta el 12 de octubre era promocionada el portafolio de negocios de Ricardo Dreuer y Asociados de la avenida del Libertador 14.401, en la localidad de Martínez. Aunque bajo un rótulo destacado con la advertencia de “vendida” el pasado 21 de mayo. Las fuentes del sector inmobiliario aseguran que la operación imputada al Intendente se habría concretado en esa fecha.
Duro de justificar
Unas semanas atrás, Mariano San Pedro compartió compartió con grupo de allegados la inquietud que lo mantendría en vilo. “Se va a armar un quilombo bárbaro cuando el petiso la inaugure”, aseguró el concejal kirchnerista, en alusión al apodo que Giustozzi recoge en sus filas cuando no está presente.
Para el oficialismo, el Intendente no estaría en condiciones de explicar tal incremento patrimonial. Percibe una remuneración de casi 30.000 pesos mensuales. Suma que redondean los gastos de representación y los 16 sueldos mínimos sobre los que se calcula el salario por esas funciones, como lo establece el artículo 125 de la Ley de Municipios en los casos donde el Concejo Deliberante es conformado por 24 miembros.
Cuando sus haberes trascendieron a la prensa en los primeros días de enero del 2008 como secuela del cese de 60 trabajadores municipales que dispuso el último día hábil de diciembre y a poco menos de 20 de haber asumido, Giustozzi garabateó verbalmente el compromiso de donar una parte de ese dinero a instituciones de bien público. No existen constancias que haya llevado a la práctica aquella propuesta.
Tampoco creen que ayude la explotación de un cultivo de arándanos que posee en la localidad de San Pedro. Recuerdan incluso que luego de asumir como diputado provincial, el ahora jefe comunal debió solicitar un préstamo de 120.000 pesos a una entidad crediticia privada para comprar una malla anti granizo para proteger los frutos exóticos de tal inclemencia climática. Quienes aseguran conocerla, estiman que se trata de una propiedad pequeña de no más de 30 ó 40 hectáreas, en sintonía con el cultivo que lleva adelante y que no es de carácter intensivo.
San Pedro, el presidente del Concejo, habría visto renovada su inquietud con una derivación insólita. La búsqueda de una persona con experiencia en las tareas de mayordomía a la que se encuentra abocado Giustozzi para atender el mantenimiento de la que sería su futura nueva vivienda.
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